Capítulo 1
¿Qué es peor que el hecho de que te sientas atraído por tu mejor amigo?
Sí, que te guste también su padre.
Mi nombre es Park Jimin y mi mejor amigo es Jeon Taehyung. Un chico carismático, divertido, con facciones masculinas y perfectas, una encantadora sonrisa cuadrada que te hace sonreír con solo verla y para completar la perfección que era mi mejor amigo, éste tenía un cuerpo de infarto.
TaeTae, como me gusta llamarlo, es dos años mayor que yo. A sus 20 años, asiste a la misma universidad en la que me matriculé, tiene un trabajo de medio tiempo y es casi independiente, digo casi porque aún vive con su padre.
Y ahí es donde pierdo la poca cordura que creo que me queda.
Es que piénsenlo, ¿Quién se siente atraído hacia su mejor amigo y hacia el padre de su mejor amigo al mismo tiempo?
He perdido la cuenta de cuántas noches he despertado a mitad de la madrugada con una furiosa erección después de haber tenido un sueño húmedo que nos involucraba a los tres.
Me siento un total y completo pervertido.
Pero aún así me encanta.
Jeon Jungkook es el nombre del segundo protagonista de mis más oscuras y perversas fantasías.
Un hombre hecho y derecho de 38 años. Viudo, fuertes brazos que estoy seguro me sostendrían a la perfección, facciones rudas y a la vez delicadas, además de una mandíbula marcada que te daban ganas de morder y recorrerla entera con la lengua. Si el cuerpo de Taehyung estaba tallado por los dioses, el cuerpo fornido de Jeon Jungkook había sido labrado en el mismo infierno.
Y por último estaba yo. Un chico tímido de 18 años recién cumplidos que fantasea con tener un trío con su mejor amigo y el padre de éste.
– ¡Jimin-ah! – escuché a lo lejos la característica voz alegre de TaeTae.
Levanté la mirada del libro entre mis manos y noté como mi mejor amigo corría hacia mí con su hermosa sonrisa cuadrada adornando su precioso rostro. Mis mejillas se pintaron de un suave tono rosa.
– ¡Hyung! – saludé suavemente con una sonrisa.
Él se sentó a mi lado, apoyándose también en el árbol a nuestras espaldas. Su cercanía hacia latir desenfrenado a mi corazón y su característico aroma natural nublaba todos mis sentidos, despertando a la furiosa bestia hormonal que vivía en mi interior.
– ¿Cómo estuvo tu día pequeño? – preguntó antes de darme un pequeño beso en la mejilla.
El calor subió inmediatamente a estas, haciéndolas arder junto a mis orejas. No podía verme, pero estaba seguro que todo el color rojo del mundo ahora habitaba en mi rostro, orejas y cuello. Pude confirmarlo cuando TaeTae soltó una risa divertida.
Maldito.
Sabía perfectamente todo el efecto que causaba en mí. Podía notarlo en las sonrisas que brillaban en su rostro después de verme todo pintado de rojo por sus “pequeñas” muestras de cariño.
– Bi-Bien... – tartamudeé con el corazón latiendo en mi garganta.
Lo sé, soy pésimo para disimular.
¿Pero alguno de ustedes podría hacerlo con el mismísimo Taehyung a su lado?
Eso creí.
– ¿Terminaste tus clases de hoy? – preguntó y yo negué.
– Aún debo ir a la clase de expresiones escénicas – abulté mi labio inferior en un puchero.
Sabía que me hacían ver tierno, TaeTae siempre me lo dice.
– ¿Sabes lo tierno que te ves haciendo pucheros? – chilló apretando mis abultadas mejillas entre sus grandes manos.
Ahí estaba, sonreí gustoso al haber obtenido esa reacción de su parte, haciendo que mis ojitos desaparecieran. Tratando de ignorar la corriente eléctrica y placentera que recorría mi espina con el toque de sus cálidas manos en mi rostro.
– ¡Eres demasiado lindo para mi pobre corazón! – chilló emocionado moviendo mi rostro de un lado a otro – ¿Te veré esta noche?
Sus movimientos se detuvieron, pero sus manos no se alejaron en ningún momento de mi rostro. La expresión en él se volvió seria y podía jurar que sus ojos habían oscurecido un tono, además de ver un brillo en ellos que muy pocas veces había visto.
Yo asentí sin dudarlo. Mi mejor amigo había organizado una noche de películas con todo lo que pudiéramos comer. Según él, para disculparse por no haber organizado una fiesta de cumpleaños para mí. Pero no podía culparlo, habíamos estado muy ocupados con nuestra semana de exámenes.
– ¡Genial! – chilló emocionado y dejó un beso en mi frente antes de que su celular comenzara a sonar – Tengo que irme, papá me llevará al súper a comprar las cosas que necesitamos para nuestra pequeña celebración.
Mi cuerpo se tensó ante la mención del señor Jeon. ¿Él nos acompañaría también? De solo pensar tenerlos a ambos tan cerca, mi cuerpo reaccionaba al instante.
Maldije por lo bajo cuando no fui capaz de despedirme verbalmente de mi mejor amigo, mis ojos puestos en la entrada del campus donde un hombre vestido en un pulcro traje color negro, ceñido a su perfecto cuerpo y a juego con sus brillantes cabellos azabaches, estaba parado ganándose la mirada de más de un estudiante.
Miradas que como la mía propia estaban llenas de lascivia. Mi respiración se atoró en mi garganta y mi cuerpo tembló levemente cuando esos oscuros ojos se posaron en mí y sus labios me sonrieron. Una sonrisa ladina y llena de picardía bien disimulada.
Pero la conocía bastante bien, era la misma sonrisa que siempre me dedicaba. Me tuve que morder los labios para evitar que un suave jadeo vergonzoso se me escapara.
Malditas hormonas.
Me sentía un pésimo mejor amigo. Pero todo era culpa de ellos, culpa de su perfecta anatomía, culpa de sus rostros esculpidos por los mismos ángeles, culpa de las señales confusas que ambos me enviaban.
Pero sobre todo, culpa de esas malditas fantasías que se apoderaban de mis más culpables, pero satisfactorios sueños.
Sueños en los que ambos envolvían mi pequeño, menudo, pero tonificado cuerpo entre los enormes, calientes y fuertes suyos. Mi blanquecina piel resaltando entre las suyas ligeramente tostadas.
Mi cuerpo se estremeció cuando ambos, a la lejanía, me observaron al mismo tiempo y sonrieron ampliamente antes de darse la vuelta y subir al vehículo.
Recordé como respirar poco después, pero mi cuerpo no dejaba de temblar. Podía sentir la adrenalina recorrer mi interior.
¿Qué había sido todo eso?
No tenía la más mínima idea, pero algo me decía que esta noche sería la mejor celebración de cumpleaños de mi vida.
La noche había llegado y los latidos de mi corazón habían igualado el frenesí de una locomotora a toda marcha.
Estaba demasiado nervioso y no sabía la razón. Estaba también a la expectativa. Deseoso de pasar un buen rato con mi mejor amigo, pero también deseando que su padre nos acompañara.
¿Sería demasiado raro?
Esas ganas obsesivas de tenerlos a ambos juntos en un mismo lugar, habían comenzado desde que mis locas hormonas habían creado esa fantasía absurda, pero caliente al mismo tiempo.
Yo no era virgen, ni remotamente cercano a eso, pero jamás había intentado un trío. Estaba claro que jamás se cumpliría mi deseo de cumpleaños, pero no era pecado soñar ¿verdad?
La puerta se abrió frente a mí y lo siguiente que supe fue que tenía los fuertes brazos de mi mejor amigo rodeándome en un fuerte abrazo.
– ¡Minie, viniste!
Permití que su aroma me envolviera antes de corresponder el abrazo gustoso.
– ¡No habría faltado por nada del mundo!
Sonreí con mis mejillas coloradas cuando TaeTae se separó y me dio un corto beso en la mejilla antes de dejarme pasar.
Me quité los zapatos y vestí mis pies con las pantuflas que siempre usaba cada vez que venía. La casa de Taehyung era enorme, casi tres veces la mía propia. Casi se podía comparar con una mansión.
Dirigí mis pies hasta la enorme sala que contaba con un gigante televisor pantalla plana, sistema de sonido envolvente que toda sala de cine envidiaría y un enorme sofá en forma de L que se convertía en una enorme cama cuadrada. Supuse que si íbamos a ver películas, sería allí.
Cuando crucé el pasillo, olvidé cómo respirar, incluso pude sentir como mi corazón se detuvo por unos segundos antes de comenzar una carrera desenfrenada.
El lugar estaba ya preparado, las luces estaban tenues y el televisor encendido con Netflix abierto. El sofá ya no era un sofá, ahora era una especie de cuadrado gigante lleno de almohadas, cojines esponjosos y mantas. La pequeña mesa a su lado estaba cubierta con tantos aperitivos y frituras como Taehyung había prometido.
Pero eso no era lo que me había robado el aliento, ni que había hecho temblar mis piernas. Allí, adornando esa montaña de almohadas, estaba el gran y hermoso cuerpo de Jeon Jungkook vistiendo una polera blanca dos tallas más grandes y unos pantalones de chándal negros que se ajustaban perfectamente a sus tonificados muslos, viéndose más apetecibles de lo normal. Sus cabellos revueltos y su postura despreocupada estaban haciendo estragos en mi interior.
– Espero que no te moleste que papá nos acompañe – susurró Taehyung a mis espaldas, muy cerca de mí oído.
Di un pequeño saltito en mi lugar, su gruesa y rasposa voz había enviado una potente descarga placentera por todo mi cuerpo que me fue imposible disimular. Eso y la intensa mirada oscura que el hombre mayor tenía sobre mí.
– N-No... – tragué grueso – E-está bien.
Podía escuchar el chillido de emoción de mi traviesa conciencia.
– ¡Excelente! – Taehyung me tomó por la cintura y mi piel se erizó – Ponte cómodo mientras preparo nuestras bebidas.
Entonces desapareció por la puerta corrediza que conectaba con la cocina. Me encogí en mi lugar sin saber qué hacer. Podía sentir esos ojos oscuros clavados en mí, causando un cosquilleo extraño en mi interior.
– ¿Vas a quedarte allí toda la noche? – su tono fue bajo, su voz tan gruesa como la de Taehyung.
¿Cómo estos dos hombres podían escucharse tan pecaminosos? ¿Cómo no podían notar que sus simples voces causaban estragos en mi interior?
Levanté la mirada y negué tímido mordiendo mi abultado labio inferior con fuerza. Pude ver el destello de algo cruzar rápidamente por sus oscuros ojos.
– Entonces ven aquí – palmeó el lugar a su lado.
Solté mi labio inferior cuando mi boca se abrió mostrándome sorprendido. Ok, eso definitivamente no me lo esperaba.
¿Pero quién era yo para negarme a tal oferta?
Dejé las pantuflas en el suelo y gateé lentamente hasta donde estaba el señor Jeon. Su fuerte olor masculino llegó a mis fosas nasales mareándome un poco. Recosté mi espalda al respaldo del sofá-cama y estiré mis piernas al frente, adoptando la misma posición que el señor Jeon.
Nuestros hombros chocaban y por un momento mis nervios aumentaron ¿Estaba demasiado cerca? ¿Eso lo molestaría? Pero si me alejaba entonces no habría suficiente espacio para Taehyung.
– Estás bien allí – susurró el señor Jeon con una sonrisa, calmando los nervios que me invadían.
Sentí mis mejillas arder cuando no pude desviar la vista de su hermoso rostro, los ojos del señor Jeon mostraban unas tiernas arrugas a sus lados y sus facciones lograban verse más infantiles a pesar de ser un hombre maduro. Sus ojos dejaron de sonreír cuando cuando bajaron hasta mis abultados labios.
Sentí a mi corazón detenerse y mis pulmones definitivamente olvidaron cómo se respiraba. Me relamí mis labios inconscientemente y pude percibir cómo su respiración se volvió pesada.
Mis ojos ahora miraban sus finos y rojos labios, el pequeño lunar bajo estos me gritaba que los apretara entre mis dientes y luego lo acariciara con mi húmeda lengua. Para que después esos finos labios envolvieran mi musculo en un cálido abrazo.
Desvié mi mirada, avergonzado por mis sucios pensamientos. Tomé una de las enormes almohadas a mí alrededor y lo abracé fuerte, ocultando mi semi-despierta polla.
Piensa algo feo, piensa algo feo.
Pero mi intento por distraer mi mente y relajar mi cuerpo se fue por el caño cuando el señor Jeon pasó su brazo por detrás de mis hombros, descansándolo sobre el respaldo a mis espaldas.
Podía sentir la calidez emanando de su cuerpo, envolviéndome en una burbuja de éxtasis. Mi nariz se ensanchaba con cada respiración, tratando de absorber más de ese aroma embriagador.
Mi cuerpo estaba tenso, muy diferente al relajado de mi mayor. Quién sostenía el control remoto saltando entre las múltiples opciones de Netflix, tratando de encontrar una película que ver.
Mordí una vez más mi labio inferior y mi cuerpo se sacudió ligeramente cuando sentí la calidez de sus dedos rozar delicadamente la piel desnuda de mi brazo izquierdo. Envolví la almohada con más fuerza entre mis brazos, tratando de ignorar las corrientes eléctricas que el toque de los dedos del padre de mi mejor amigo causaban sobre mi piel.
– ¡Todo listo! – el grito de Taehyung me asustó y mi cuerpo se tensó visiblemente.
¿Qué pensará Taehyung al encontrarnos así?
Pero mi mejor amigo ni se inmutó al llegar a nosotros. Su sonrisa pareció ensancharse aún más.
– Aquí tienes papá.
Le tendió un vaso corto lleno de un líquido ámbar, por el olor supe que se trataba de whisky.
– Este es para ti, Minie.
Sostuve el vaso largo entre mis dedos con la bebida oscura y gaseosa en él. No tardé en darme cuenta que era Coca-Cola.
Por último, Taehyung sostenía otro vaso largo con un líquido transparente con cubitos de limón y hierbabuena. Por su olor, me di cuenta que era una bebida con alcohol.
Inconscientemente hice un puchero, yo también era mayor de edad, no era justo que fuera el único que no bebiera un poco de alcohol.
– Te ves adorable cuando haces pucheros – esa había sido la voz del señor Jeon.
Mis mejillas se encendieron inmediatamente por la vergüenza.
– Nuestro pequeño Jiminie es adorable ¿No lo crees papá?
¿Nuestro?
Mi corazón comenzó a latir desenfrenado, por un momento pensé que podrían escucharlo. Miré de reojo al señor Jeon, este sólo asintió con una sonrisa ladina antes de tomar un largo trago de su bebida.
Yo le seguí poco después, tratando de ahogar las sensaciones que bailaban por todo mi cuerpo.
Taehyung se acomodó en el lugar disponible a mi izquierda y la película comenzó a reproducirse en la enorme pantalla plana.
Juro por Dios que trate de concentrarme en las imágenes que aparecían frente a mí. Pero fue una misión imposible, tenía a los dos hombres, dueños de mis más oscuras fantasías, a mí lado. Mi cuerpo se sentía tan pequeño entre ambos. Sus característicos olores mezclándose en mi nariz me estaban volviendo loco.
Mis sentidos estaban amplificados y mi cuerpo mucho más sensible. Podía sentir la calidez del brazo de Jeon detrás de mi nuca, podía sentir el calor que emanaba las piernas de Taehyung junto a las mías.
Podía escuchar sus respiraciones pesadas junto a las mía entrecortada. Mi vista bajaba de vez en cuando a los fuertes y grandes muslos que rodeaban mis pequeñas piernas.
No era mucho la diferencia, pero estando rodeado por estos dos altos y musculosos chicos, mi cuerpo se veía tan pequeño. Quizás estaba exagerando, pero indudablemente me sentía pequeño.
La película no llevaba ni diez minutos cuando sentí nuevamente los dedos del señor Jeon sobre mi piel desnuda. Mi cuerpo estaba luchando entre tensarse o relajarse ante el toque. Las caricias comenzaron a subir pasando por la manga corta de mi camiseta, pasando por mi hombro hasta llegar a la piel descubierta de mi cuello.
Ahogué un jadeo lo más que mi autocontrol me lo permitió. La mano que sostenía el vaso tembló ligeramente y tuve que usar mis dos manos para evitar derramar el líquido.
Miré de reojo a mi derecha y el señor Jeon se veía relajado y concentrado en la película, como si no estuviera consciente de que sus dedos acariciaban la piel sensible de mi cuello.
Sus dedos subieron y atraparon el lóbulo de mi oreja. Mis piernas se apretaron y mordí mi mejilla interna. Estaba comenzando a sudar.
No sabía que hacer ¿Y si Taehyung se daba cuenta? ¿Debería decir algo? ¿Debería levantarme y huir de aquí?
Quería hacer lo último, pero a la vez no. Había anhelado un toque como este desde hace tanto. Mi polla ya estaba completamente dura, mi excitación sobrepasaba los límites y eso que era un simple caricia.
Pero había algo morboso en toda la situación que me encendía como los mil demonios. Se sentía tan incorrecto, pero a la vez tan excitante.
Mis pensamientos se detuvieron cuando mi mente quedó en blanco totalmente. La mano de Taehyung se había deslizado por debajo de la almohada y se había posicionado sobre mi muslo izquierdo.
Era un toque inocente, un toque sin dobles intenciones. Pero mi cuerpo super sensible no lo sintió de esa manera.
Estaba comenzando a sofocarme, las imágenes de mis sueños se reproducían en mi mente velozmente, torturándome y aumentando aún más mi excitación.
Las imágenes en la pantalla se hicieron borrosas cuando la mano del señor Jeon bajó nuevamente a mi sensible cuello y la mano de Taehyung apretó fuertemente mi muslo izquierdo.
Mi respiración se entrecortó. ¿Cómo es que unos simple toques me tienen al borde del abismo?
La cálida mano de Taehyung comenzó a subir lentamente por mi pierna y un escalofrío recorrió toda mi espina.
Apreté la almohada más a mi, en un vago intento de detener sus movimientos, pero fue en vano. En pocos segundos su mano había subido hasta toparse con el enorme bulto en mis pantalones.
Mis labios liberaron un gemido entre cortado que me fue imposible retener. Mis mejillas ardieron en vergüenza cuando ambos detuvieron sus movimientos y voltearon a mirarme. Cerré los ojos asustado.
Mis ojos picaban y mi cuerpo temblaba ligeramente. Estaba tan avergonzado, quería salir corriendo de aquí
– ¿Alguna vez habías escuchado un sonido más glorioso que ese, papá? – preguntó mi mejor amigo con voz ronca.
¿Qué...?
Abrí mis ojos lentamente y miré a TaeTae, quién me devolvía la mirada con ojos profundos y pupilas dilatadas.
– Creo que nunca escuché un gemido tan excitante en mi vida – respondió el señor Jeon.
Giré mi rostro hacia mi derecha y el padre de mi mejor amigo tenía la misma mirada hambrienta de su hijo puesta en mí.
– ¿Q-Qué...?
Ahora sí estaba completamente confundido y definitivamente avergonzado.
– Verás Minie... – Taehyung tomó el vaso que sostenía entre mis temblorosas manos y lo colocó en el suelo junto al suyo – Se podría decir que mi padre y yo – señaló al hombre a mi derecha y yo lo observé, éste estaba terminando de tomar el líquido ámbar en su vaso, para después sonreír en mi dirección, regresé la mirada a mi mejor amigo después de tragar el nudo en mi garganta – Hemos notado tu hambrienta mirada en nosotros.
Mis ojos se abrieron de sobremanera y un sudor frío recorrió toda mi espalda, me removí incómodo en mi sitio.
– No es lo que piensan... – me apresuré a decir, intentando levantarme.
No logré moverme ni dos centímetros cuando el señor Jeon me sostuvo por la nuca, un agarre firme que me hizo soltar un suave jadeo.
– Tranquilo pequeño – el señor Jeon susurró en mi oído con su voz profunda y masculina – Sólo déjalo terminar.
Yo asentí levemente antes de mirar de nuevo a mi mejor amigo, este tenía una sonrisa ladina en su rostro y un brillo en sus ojos.
– Lo que quiero decir Jiminie~ – añadió con su voz ronca, retomando el camino que antes su mano trazaba sobre mi muslo – Es que mi padre y yo compartimos un extraño fetiche.
Su mano seguía subiendo hasta rodear mi furiosa erección y adentrarse por debajo de mi camiseta, haciendo contacto con mi vientre plano. La calidez de su toque me hizo estremecer.
La mano en mi nuca subió hasta formar un puño entre mis rubios cabellos y dar un pequeño jalón, que sumado a las caricias en mi abdomen me hicieron soltar un gemido bajo, pero agudo.
– ¿Fe-Fetiche? – pregunté con voz temblorosa.
Escuché la sonrisa ronca de ambos antes de que el señor Jeon atrajera mi rostro en su dirección, podía sentir su aliento cálido sobre mis labios. Estaba tan cerca que casi pude saborear el whisky de sus labios. Pude sentir como Taehyung se pegaba más a mi cuerpo, sintiendo las cosquillas de su aliento muy cerca de la piel hipersensible de mi cuello.
– A mi hijo y a mí nos encanta compartir al mismo chico – sonrió ladino mirando mis gruesos labios. Su cálido aliento convirtiéndose en mi droga favorita.
Mi respiración se atoró en mi garganta y mi cuerpo se estremeció por completo al sentir la húmeda lengua de mi mejor amigo sobre mi piel sensible, subiendo hasta el lóbulo de mi oreja y mordiendo allí.
¿Esto de verdad estaba pasando o era sólo uno más de mis sueños húmedos?
– ¿Qué dices Minie? – preguntó en susurros Taehyung sobre mi oído.
– Sólo tienes que decir que sí – dijo a hora el señor Jeon tan cerca de mis labios que podía pedir que matara a alguien y yo gustoso lo haría – Puedes tenernos a los dos, aquí y ahora, disponibles sólo para tu placer.
– Te trataremos bien, Minie – Taehyung seguía dejando besos húmedos en mi cuello y recorriendo mis abdomen con su largos dos – Sé que nos deseas y nosotros te deseamos a ti. Podrás gemir nuestros nombres en alto como siempre soñaste.
Oh, por todos los cielos, díganme que no estoy soñando. Mis labios hormigueaban por la atención que la piel de mi cuello estaba recibiendo. Quería decir que sí, no, quería gritar que sí, pero mi boca no parecía responder más que para soltar suaves jadeos.
– Vamos pequeño, dile a tu mayor que es lo que deseas – preguntó con voz ronca.
Podía ver sus pupilas dilatadas puestas sobre mis labios. La tensión en su cuerpo y el agarre que mantenía sobre mi cabello me indicaba que se esta conteniendo. Pero no quería que lo hiciera, quería que me tomara y me hiciera suyo. Quería que ambos lo hicieran.
Así que obligué a mí boca a soltar las palabras.
– Los quiero a ustedes...
Sólo bastaron esas simples palabras para que mi mayor cerrara la distancia entre nosotros. Su boca chocó con la mía en un desesperado beso que nubló todos mis sentidos y me hizo derretir entre ambos cuerpos cálidos.
Mientras que el señor Jeon devoraba mi boca exquisitamente y se tragaba sin problema mis gemidos, Taehyung levantaba mi camiseta para comenzar a dejar besos húmedos por todo mi plano vientre y torso.
Por todo el jodido infierno, me estaba derritiendo entre los exquisitos toques de los dos hombres que me volvían loco. El agarre en mi cabello se había intensificado y el beso se hizo más profundo y demandante. La lengua del señor Jeon se enredaba con la mía en una guerra donde tenía las de perder bajo tanta experiencia. La boca de mi mayor sabía al más exquisito whisky que había probado en mi vida.
Cuando los labios de Taehyung se cernieron sobre uno de mis sensibles botones, las fuertes sensaciones placenteras me hicieron imposible seguir el exquisito beso, separándome de los finos labios contrarios para gemir alto, echando mi cabeza sobre el respaldo del sofá, abrumado por tantas deliciosas sensaciones.
Taehyung aprovecho el momento para sacar mi camiseta por encima de mi cabeza. Dejando mi torso completamente expuesto. Cuando pensaba que mi respiración comenzaba a regularse, los finos labios de mi mejor amigo atacaron mis hinchados labios en un beso abrazador que frió la última de mis neuronas.
La boca de Taehyung era diferente, el ácido del limón y el sabor de la hierbabuena se presentaron en mi paladar. El suave tono de vodka combinado con el sabor de Taehyung me hicieron delirar.
La cálida y experta lengua del señor Jeon, arremetió contra mis clavículas, para después morder y chupar a su antojo.
Yo, por otro lado, era una mar de gemidos que morían en la boca de mi mejor amigo. Mi cuerpo temblaba por las corrientes placenteras que lo recorrían.
Mi mano izquierda se cernía a la camisa de Taehyung como si no hubiera mañana. Mientras que mi mano derecha empujaba inconscientemente la cabeza de mi mayor más abajo. Mi polla dolía y pedía a gritos un poco de atención.
El beso y las caricias se detuvieron. Mis ojos se abrieron intercalándose entre las dos figuras masculinas arrodilladas sobre la superficie acolchonada.
– Quítate los pantalones – ordenó mi mayor sin apartar la mirada lujuriosa sobre mí.
Llevé mis temblorosas manos e hice lo que me pidió mientras los observaba a ambos quitarse la ropa.
– El bóxer también – demandó Taehyung quien se había puesto de pie para quitarse el pantalón.
Obedecí lo más rápido que pude con mi rostro ardiendo, quedando arrodillado en mi lugar, sentado sobre mis talones.
Mis ojos se posaron en el desnudo cuerpo de mi mayor y mi polla saltó adolorida. Su abdomen bien formado, su fuertes piernas y una muy enorme polla erguida sobre su vientre plano me hicieron salivar más de la cuenta.
Por otro lado, mis ojos recorrieron de arriba a abajo el cuerpo tonificado de mi mejor amigo y déjenme decirles que de tal padre, tal hijo. Por todos los cielos, creo que mañana no podré caminar erguido.
Mi polla volvió a contraerse adolorida por el pensamiento. Y ambos sonrieron ante eso.
– ¿No te dije que se vería pecaminoso, papá? – dijo Taehyung acercándose a mí y tomándome de la barbilla para atraerme a su rostro.
– Es la definición de pecado – añadió mi mayor acercándose por detrás, pegando su fuerte y cálido pecho a mi temblorosa espalda, así como su gruesa y dura erección a mi espalda baja.
Fue entonces que una densa neblina de placer me envolvió deliciosamente. Taehyung había vuelto a atacar mis labios y se había proclamado rey de mi boca. Las fuertes manos del señor Jeon se habían adueñado de mis caderas mientras que dejaba húmedos besos en mi hombro y cuello. La dura erección de mi mayor se restregaba descaradamente sobre mis nalgas mientras que la polla de mi mejor amigo friccionaba con la mía propia.
Sentía mi cuerpo de gelatina, las corrientes placenteras eran tantas que mi cuerpo temblaba furiosamente. Mis manos no sabían si envolver la nuca de Taehyung para profundizar aún más el beso o rodear las caderas de mi mayor para acelerar sus movimientos.
Todo era tan confuso, mi cabeza daba vueltas y mi boca soltaba gemidos y jadeos como si no hubiera mañana.
Sentí un dedo húmedo adentrarse entre mis glúteos y llegar a mi fruncida entrada, presionando suavemente contra esta. Rompí el beso con Taehyung para gemir fuerte, mis manos sostuvieron sus hombros buscando algún tipo de soporte que me mantuviera anclado a ese momento.
El dedo del señor Jeon se abrió paso entre mis cálidas paredes, iba a dejar escapar otro sonoro gemido, pero la cálida boca de mi mayor me lo impidió cuando chocó sus labios con los míos en otro desesperado beso que me hizo contraer mis paredes anales.
Sentí su gruñido cuando mordió mi labio inferior. Taehyung estaba ocupado succionando mis sensibles botones con su húmeda boca mientras que seguía friccionando su goteante erección contra la mía.
Era demasiado y no era suficiente a la vez.
Otro dedo se adentró en mi interior y un gemido lastimero escapó de mis labios. Eché mi cabeza hacia atrás encontrándome con el hombro de mi mayor, quien comenzó a besar mi cuello, dejando marcas en este.
Los dedos se movían tan malditamente bien dentro de mí que me tenían delirando de placer. Si así se sentían sus dedos, ¡Cómo será su enorme polla!
Un tercer dedo entró y ya yo no podía aguantarlo más. Taehyung había envuelto nuestras pollas con sus largos dedos, comenzando a masturbarlas juntas mientras acompañaba a su padre en su recorrido de besos húmedos por mi sensible piel.
– Voy... ahg~ – no podía formular palabra alguna – No puedo... Uggh~
– ¿Quieres correrte pequeño? – gruñó el señor Jeon en mi oído y mi cuerpo tembló.
– Ahhgg... uhmmm~ – gemí cuando un cuarto dedo entró en mí
– Pídelo – gruñó Taehyung apretando la cabeza de mi polla.
– ¡Ahhgg, Hyung! – me quejé – Por... ahh... por f-favor~
Sentí el gruñido de mi mayor a mis espaldas y con mis ojos entrecerrados y nublados divisé la sonrisa en el rostro de mi mejor amigo.
– Que bueno niño – alagó mi mayor con voz ronca acelerando el vaivén de sus dedos en mi interior.
– ¡Ahhhg!
– Córrete para tus mayores, pequeño – ordenó mi mejor amigo con voz profunda antes de acelerar los movimientos de su mano sobre nuestras hinchadas erecciones.
No tomó mucho tiempo para que el orgasmo arrasara con todo a su paso. Me dejé llevar con un gemido gutural. El doloroso nudo en mi vientre bajo se liberó trayendo consigo el placer más exquisito que había experimentado nunca. Las oleadas placenteras arremetían con todo a su paso mientras hilos nacarados escapaban de mi dura erección manchando todo a su paso.
Lloriqueé por la sobre-estimulación cuando los dedos en mi interior no se detuvieron, y la dura polla de mi mejor amigo seguía friccionando contra la mía.
– Eso fue esplendido, ¿Cierto hijo? – pude ver como Taehyung asintió con una sonrisa ladina – Pero esto aún no termina, pequeño – susurró antes de dejar un beso en mi sudorosa cien.
Lo siguiente que sentí fue como mi mayor me separaba de su cálido pecho hasta mi mejor amigo quien gateó un poco hacia atrás. Con su gran mano en mi espalda, guió mi cuerpo hacia abajo, hasta que estuve en la posición que ambos querían.
Mi espalda estaba recta y mi cuerpo sobre mis rodillas y manos. Mi boca quedaba perfectamente a la altura de la gruesa y brillante polla de mi mejor amigo, al igual que mi culo quedaba expuesto y empinado para mi mayor.
Mi cuerpo tembló en anticipación para lo que sabría que vendría a continuación. Sentí un par de manos sujetarme firmemente, las de Taehyung sujetaban mis rubios cabellos desordenados y las de mi mayor se cernían perfectamente a mis caderas.
– Abre esa dulce boquita para tu Hyung, cariño.
Obedecí casi inmediatamente, deseoso y ansioso por probar mi esencia combinada con la de mi mejor amigo. Mi boca se abrió y mi lengua se escurrió hacia afuera, TaeTae alineó la hinchada cabeza de su polla sobre esta, dando unos suaves golpecitos.
– No sabes cuánto hemos soñado con tenerte así.
Su roja polla impactó contra mi mejilla, humedeciéndola con mi corrida y su líquido pre-seminal.
– Cuanto hemos deseado esto – escuché a mi mayor gruñir antes de impactar su gran mano sobre un de mis nalgas, arrebatando un gemido agudo de mi garganta, obligándome a cerrar los ojos y la boca – Esperando que cumplieras la mayoría de edad para hacerte nuestro – gruñó una vez más y su mano golpeó deliciosamente mi otra mejilla.
Volví a gemir alto y comencé a jadear cuando las manos del señor Jeon amasaban descaradamente mi culo. Sentí la cabeza de su polla alinearse contra mi dilatada entrada y cómo esta se contraía a la nada, deseosa de ser llenada por ese enorme trozo de carne.
– Tu boca, Minie – gruñó Taehyung tomándome de mis cabellos para levantar mi cabeza y golpear mis labios con la cabeza de su polla para que los abriera y así lo hice – Si pudieras verte ahora, tan hermoso, tan lascivo.
Estaba seguro de que mi aspecto era un desastre, mis labios se sentían hinchados por los besos y las mordidas que compartíamos hace solo unos momentos, mi cabello revuelto y mis mejillas húmedas por las lágrimas de placer que escapaban de mis ojos. Mi aspecto seguramente era el de una perra necesitada y así me sentía, y no podía importarme menos.
Mis ojos se cerraron fuertemente por la corriente de éxtasis que me recorrió cuando fui prenotado por mis dos cálidos agujeros al mismo tiempo y de la misma salvaje y necesitada forma.
El señor Jeon arremetía contra mi necesitado y húmedo agujero como si no hubiera un mañana. Como si siempre hubiera estado hambriento de mi estrecha cavidad, como si años de espera por tomar mi cuerpo hubieran sido la más agonizante de las torturas.
Su polla entraba y salía de mi interior con una velocidad y una fuerza abrumadora, nunca antes experimentada. Mi propia polla lloraba de la excitación, sintiéndola golpear contra mi vientre bajo con cada estocada del señor Jeon.
Estocadas que acariciaban perfectamente ese punto en mi interior que me hacía ver estrellas. Estocadas que impulsaban mi cuerpo hacia delante, haciendo que llevara la polla de mi mejor amigo más profundo en mi garganta.
Taehyung follaba mi boca como su padre follaba mi culo. Rápido, duro, necesitado.
Podía perfectamente escuchar los gruñidos y jadeos de ambos, sonidos tan excitante que erizaban cada vello de mi cuerpo. Estaba próximo a mi segundo orgasmo, lo sabía, la presión en mi vientre bajo me lo confirmaba.
Necesitaba más, pero no podía hablar, no cuando tenía la gruesa polla de mi mejor amigo hasta la garganta.
– Uhmm – gemí gustoso por las sensaciones.
¿Cómo es que nunca había intentado un trío?
Se sentía tan bien estar tan lleno, tener dos pollas para ti dándote un placer inimaginable. Pero sabía que no sólo era por el trío, sino porque eran ellos.
Eran los Jeon lo que lograban alterar todos mis sentidos, erizara mi piel y convertirme una cuerpo jadeante, tembloroso y necesitado de más.
– Maldición, Minie – jadeó Taehyung al sentir las vibraciones de mi garganta gracias a los incontrolables gemidos – Papá, no creo que pueda aguantar mucho más.
Escuché el gruñido animal del señor Jeon antes de que me penetrara tan duramente que tuve que sacar el pene de Taehyung de mi boca para dejar salir un sonoro gemido que dejó mi garganta ardiendo. Mis manos cedieron ante mi peso y me dejé caer sobre la mullida superficie.
Mis esencia se derramaba a borbotones debajo de mí, siendo prueba de que un segundo orgasmo había arrasado conmigo después de que el señor Jeon dio esa estocada certera a mi sobre-estimulada próstata.
Podía sentir la palpitante erección dentro de mi culo, así como mis paredes aprisionándola mientras los espasmos del reciente orgasmo recorrían mi tembloroso y sudoroso cuerpo.
Luego sentí nuevamente la calidez de ese fornido pecho sobre mi espalda y un suspiro escapó de mis labios. Lo siguiente que supe es que estaba siendo levantado y acostado boca arriba con el señor Jeon debajo de mí. Notando que en ningún momento había abandonado mi interior.
– Abre las piernas para tu Huyng, bebé. Muéstrame qué tan elástico es mi bailarín favorito.
La gruesa voz de Taehyung erizó toda mi piel e hice lo que me pidió sin rechistar. Mi cabeza estaba totalmente hacia atrás, descansando en el hombro del señor Jeon, quién se encargaba de besar y morder mi sudorosa piel.
Sentía mi boca seca y mi garganta doler, pero eso no evitó que un sonoro gemido escapada de esta cuando sentí la polla de mi mejor amigo presionando contra mi ya llena entrada, estirando mis paredes anales hasta su límite.
La polla de mi mayor aún seguía dentro de mi, caliente y palpitante.
– ¡Ahhhg! – gemí lastimero – Es.. ugh... es demasiado...
De mis ojos escapaban lágrimas de dolor. Sentía mi entrada arder y punzar mientras era estirada hasta más no poder.
– Shh pequeño, el dolor pasará pronto – susurraba el hombre debajo de mí, tratando de distraerme con más besos húmedos – Puedes tomarnos a los dos, se sentirá mejor, lo prometo.
Mordí mi labio inferior para evitar soltar un lastimero sollozo, sentí la mano de Taehyung envolver mi flácida polla y comenzar a bombearla, usando mi corrida como lubricante.
Mi mejor amigo gimió cuando estuvo completamente adentro y se mantuvo inmóvil esperando que me acostumbrara. Nunca me había sentido tan lleno en mi vida. Las dos pollas presionaban exquisitamente mi próstata. Haciéndole delirar, enviando el dolor lejos y dándole paso a un placer arrasador.
En contra de todo pronóstico después de dos orgasmos, mi polla volvió a despertar, endureciéndose contra los largos dedos de mi mejor amigo.
Ladeé mi cabeza a un lado para dar más acceso a la húmeda boca de mi mayor, esa que con cada beso y mordida enviaba descargas eléctricas a la punta de mi polla.
Mi entrada se contrajo y mi premio fue el gemido gutural de estos dos perfectos hombres.
De un momento a otro, ambos comenzaron a moverse al mismo tiempo muy lentamente y mi cuerpo aumentó en temblores.
–¡Ahg...! – gimió mi mejor amigo – Joder Minie, nos aprietas tan bien... uhgm...
– Así es pequeño – le siguió su padre – Tu interior es tan cálido y tan malditamente perfecto – gruñó en mi oído haciéndome temblar.
– M-Más ~ Ahhh~ – pedí perdiéndome en las abrumadores y placenteras sensaciones de estar completamente lleno – Más Ra-Rapido... uhmm~
Lo siguiente fue la perfecta orquesta de gemidos, jadeos y gruñidos. Nuestras pieles chocando creaban el sonido más lascivo y excitante que alguna vez bendijeron mis oídos.
Taehyung sostenía mis muslos tan fuertemente que de seguro dejarían una marca que combinaría con la que su padre dejó en mis caderas.
El señor Jeon continuaba marcando cada parte de mi piel sensible mientras que sus manos apretaban mis sensibles botones, aumentando aún más mi placer.
Sus dos pollas dentro de mí me llenaban tan bien y torturaban de manera exquisita mi punto dulce haciendo que pudiera ver estrellas sobre mis párpados fuertemente cerrados.
El señor Jeon levantaba sus caderas con una maestría que era digna de admirar, mientras que las estocadas de Taehyung era más que certeras.
Yo, era un mar de gemidos y un cuerpo entregado al placer que estos dos hombres me entregaban.
Cuando los movimientos se volvieron erráticos y nuestros gemidos aumentaban en volumen, supe que estábamos cerca.
Tres, cuatro estocadas más fueron suficientes para que un tercer orgasmo detonara en mi interior. Sentí mi garganta desgarrarse por el grito placentero que emití. Los dedos de mis pies se encorvaron y mi cuerpo entero se sacudió.
Mis pareces se contrajeron y atraparon gustosas esas dos pollas en mi interior. Pollas que no tardaron en explotar al mismo tiempo, llenándome de su caliente esencia.
Mis labios se levantaron en una sonrisa cansada y gustosa, al escuchar los gruñidos bajos de éxtasis de mis dos hombres. El saber que mi cuerpo había servido para su placer era casi más satisfactorio que un orgasmo.
Lo último que sentí antes de caer en un profundo sueño, fueron los finos labios de mi mayor sobre los míos hinchados, para después sentir los de mi mejor amigo en otro dulce beso.
Definitivamente la realidad había sido mejor que la fantasía.