𝙷𝚘𝚝 𝚅𝚊𝚕𝚎𝚗𝚝𝚒𝚗𝚎'𝚜 𝙳𝚊𝚢
"Apaga la luz y enciéndeme."
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Chocolates, flores, tarjetas, las calles infestadas de peluches, pegajosos enamorados, tomándose de la mano, susurrándose cosas al oído que lo hacían dar náuseas, estupidos perdedores, dándose anillos de pareja, le producían arcadas, imbeciles, haciendo promesas que no podían cumplir, apostaba que el próximo año ya no estarían juntos.
El "para siempre" no existía, Jungkook los odiaba a todos y cada uno de ellos, sobre todo, hoy, las tiendas con sus cursis decoraciones en color rojo y rosa, las molesta declaraciones en público.
Hacer cola por más de media hora en la farmacia, no era justo, mientras él moría de dolor de cabeza y necesitaba un par de tilenol para aliviarse, un montón de gente cachonda estaba comprando preservativos y lubricante, miserables, ojalá no se les levante el amiguito.
Cerro los ojos frustrado, alboroto su cabello fastidiado, caminó de vuelta al estacionamiento, realmente odiaba San Valentín, si existiera el grinch del día de los enamorados, sería él, con gusto tomaba el puesto.
Subió a su auto, las punzadas en la sien eran tan molestas, se recostó en el respaldar del asiento, solo quería una maldita píldora para su puto dolor de cabeza, no había respeto para los bomberos hoy en día, soltó una carcajada falsa, hasta reír dolía, parecía un anciano quejándose de todo, si, es cierto, que más da.
Volvió a incorporarse en su asiento, acomodó el espejo retrovisor, era un hombre de 25 años sin energías, con una triste y solitaria vida.
Todo puede cambiar cuando menos lo imaginas.
A veces creemos que nuestros problemas o frustraciones son enormes, claro, hasta que nos topamos con algún desafortunado más miserable que nosotros.
Por allí habrá alguien pasándola peor que tú.
Vistiendo un abrigo enorme, acomodando su gorra, dejando ver las brillantes hebras negras de su cabello, le calculaba 1.74 de maldad pura, pateaba con todas sus fuerzas un pobre árbol de cerezos, maldecía, vociferaba con pasión, al parecer él pobre chico tampoco estaba teniendo un buen día.
Él también estaba solo hoy, tal vez un novio o novia le rompió el corazón, fue plantado, o simplemente tuvo un muy mal día.
Tenía la necesidad de empatizar con el desdichado chico, sentirse útil y necesario para alguien más, quería escuchar el porque se desquitaba con el pobre cerezo, no podía esperar, sacó las llaves de su auto, bajo y camino hasta él. – Ey, estas bien.
Por Judas, esos lindos ojitos afilados color olivo llenos de lagrimas le rompieron el corazón, su flequillo alborotado, dejando ver sus sedosas hebras azabaches, su naricita roja, sus mejillas húmedas y sonrojadas.
– Ven con papi, quiero cuidarte, lo pensó no lo dijo por suerte.
Limpiando sus mejillas miro a Jungkook molesto. – Se llevaron el último pastel de la tienda.
Era joven si, pero lloraba por un pastel, en serio?. Jungkook quiso estallar en risas pero se contuvo. – Querías comprar un pastel para tu pareja?
Jimin le dio una mirada llena de odio, debía correr?, se veía lindo pero peligroso. – Odio San Valentín, tonto, idiota, no tengo pareja, son una pérdida de tiempo y dinero, yo, sollozo, solo quería comprar un pastel y una pareja de enamorados babosos, se lo llevaron primero.
Se quito su gorra y la arrojo furioso.
Jungkook quería que sacara todo lo que le molestaba, se acercó lento sin irrumpir en su espacio, solo escuchándolo.
– Sabes lo que terribles que son mis padres, era más importante celebrar San Valentín que mi cumpleaños, porque no nací el 15 de febrero, o cualquier otro día, no, claro que no, a mi madre se le ocurrió la increíble idea de darme a luz precisamente un día como hoy.
Jungkook se recostó en el tronco del árbol para más comodidad.
– Sabes que es lo peor? Estoy totalmente solo en esta ciudad enorme que no conozco, me transfirieron del trabajo hace un par de días.
Jungkook se limitaba a asentir, sin emitir ni un solo sonido, pobre chico necesitaba desahogarse.
– Mi compañero de piso, ese hijo de puta es el peor de todos, estaba celebrando San Valentín a lo grande, una risa seca, Ja, al puro estilo Sadomasoquita, puedes creerlo? parecía que había fiesta temática de las 50 sombras de Gray en el departamento donde también vivo yo, fue traumático, salí lo más rápido que pude el me siguió hasta el ascensor te
con su horrible pantalón de cuero hasta la mitad de sus muslos tenía una fusta y pinzas en sus...
Jungkook no pudo aguantar más, estalló en una carcajada de esas contagiosas.
Jimin continuo, necesitaba sacar todo, que importaba si un desconocido se reía, el quería ser escuchado. – Ni siquiera pude tomar mi cartera, deje las llaves de mi auto dentro de esa mazmorra, amigo, en serio odio en este momento los cerezos y todo lo tenga que ver con San Valentín.
Jimin peino con sus dedos su cabello, diablos, debía verse horrible.
Empezó a hablar un poco mas calmado, esa era la señal para Jungkook, que podía acercarse.
– Diez malditas calles, caminé tanto para comprar mi pastel, estoy cansado, entonces te vas a meter conmigo? vas a seguir burlándote, se artes marciales grandulón.
Se cuadro en modo defensa.
Cosita malvada y adorable Jungkook quería morderle los cachetes, rio tanto que sus lagrimas habían salido.
– Discúlpame, no quise reírme de ti, hace un momento estaba quejándome de mi miseria, divagando, también odio a todas esas parejas ridículas, no me gusta que comercialicen el amor.
Jimin seguía en modo defensa.
– Ey no seas agresivo, eres muy lindo para comportarte así, baja la guardia, entre a esa farmacia, señaló detrás de él. – Había una fila enorme para comprar condones y no pude comprar mis píldoras, pero gracias a ti mi dolor de cabeza de fue.
Estiró su mano y le regalo su mejor sonrisa. – Soy Jungkook, Jeon Jungkook, al ver que el contrario no tomaba su mano, sonrió, no confiaba aún en él, – Soy bombero, no secuestro personas lindas, ni soy un pervertido, en serio.
Jimin tomó su mano aún con desconfianza. – Eso lo hace más sospechoso, mi nombre es Jimin, Park Jimin, soy paramédico.
Debe verse lindo con su uniforme pensó Jungkook. – Feliz cumpleaños Park Jimin.
Jimin no pudo evitar sonreírle grande, era lindo, sin darse cuenta seguían sosteniendo sus manos. – Gracias, por escucharme, aunque te reíste de mi historia, no de mi, debo parecerte un psicopata, pero fue bueno desahogarme.
San Valentín tal vez, solo tal vez, no era tan malo cómo pensaba Jungkook.
– Conozco una cafetería donde sirven pastel hasta tarde, quieres ir conmigo?
Jimin asintió emocionado, siguió a Jungkook hasta su auto, antes de tomar asiento se quitó el enorme abrigo que lo cubría, mierda, todo lo que la ropa grande podía esconder, que par de piernas se manejaba y que buen trasero... calma hombre, se dio un par de cachetadas mentales, Señor, soy yo de nuevo, recuerda que no soy de hierro.
Esa noche en un café cerca de la farmacia y el cerezo maltratado, se formó una linda amistad, entre un amargado bombero y un lindo vándalo, con el tiempo esa amistad se convirtió en algo más.
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Hace 2 años Jungkook odiaba todo el "romanticismo fastidioso" y el "consumismo inútil" del día de los enamorados, quien diría que era el mismo hombre de ese entonces.
El teniente Jeon del departamento de bomberos estaba en una relación, una adorable y satisfactoria relación formal, por fin.
Hace 24 meses conoció a un vándalo desquiciado en la calle, un lindo pelinegro que adoraba golpear cerezos, ahora es su novio, son felices, viven juntos, adoptaron un Samoyedo llamado Simba, pelean? Si, todo el tiempo porque Jimin es terriblemente malhumorado cuando no ha comido, o porque su cachorro quiere dormir con ellos, y Jimin lo malcría, como todo buen padre, también discuten por quien de los 2 ama más en la relación, pero en medio de todo ese maravilloso caos, es feliz, Jimin lo levanta cada mañana con miles de besos, sexo, si, mucho sexo, son adultos, desayunan juntos, se duchan juntos, su loco amor les demuestra día a día lo bien que se siente compartir tus días junto a alguien con el mismo nivel de locura que el tuyo.
No solo un día al año, ellos lo hacen a diario, saben equilibrar muy bien la pasión y el amor, la comunicación y muchas sonrisas, la combinación perfecta.
14 de febrero, hoy es el cumpleaños su lindo tormento, harán lo mismo que todos los años, pararse fuera de algún motel saludar cálidamente a la pareja que está por entrar, fingir que se conocen enviar saludos a su novio o novia inexistente y huir del lugar, es un plan increíblemente romántico, en serio, deberían de hacerlo alguna vez.
Su celular sonó, Jimin y el abrazando a su cachorro en su pantalla, le sacó una tierna sonrisa. – Kookie, estas mareado?
Jungkook sonrío, – Porque lo preguntas bebé?
– Porque no has parado de dar vueltas en mi cabeza desde esta mañana.
Que cursis eran, pero a quien le importa. – Yo también te extraño bebé, recibiste mi regalo?
– Lo ame, sabes que me encanta todo lo que viene de ti amor.
Demasiado dulce, basta. – Esta bien si pasó a las 7 por ti?.
Jimin sonrió idiotizado, lo que hacía amor. – Te espero Kookie.
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El castaño como todo buen novio estaba puntual esperándolo fuera del hospital.
Se veía tan sexi usando anteojos, y su cabello castaño estaba más largo que de costumbre, quería atarlo con delicadeza.
Jungkook lo vio acercarse al auto, salió a su encuentro, cuando lo tuvo en frente lo abrazó fuerte, era su dosis de felicidad, los mejores abrazos del mundo. – Feliz cumpleaños guapo.
Abrió la puerta del auto para, siempre
tan caballero. – Donde vamos
Kook?.
– Es una sorpresa Jiminie, le mostró un pañuelo de seda, – Voy a vendarte los ojos.
Estresante tener los ojos vendados y no saber dónde vas, pero debía ser algo increíble para que Jungkook no deje que vea donde iban.
Detuvo el auto y ayuda bajar al pelinegro, Jimin era un manojo de nervios y ansiedad.
Jungkook se paro detrás de él. – Bebé, voy a quitar el pañuelo, a la cuenta de 3 gira la perilla.
– Kook, no es nada raro cierto? Jimin estaba muy nervioso.
– Apuesto que te va a encantar, beso su mejilla, – a la cuenta de 3 Jimmie, 1, 2, 3, Jimin giró la perilla de la puerta, está se abrió y en sincronía el pañuelo calló al piso.
Jimin se sorprendió al entrar a la suit y encontrarse con las paredes de vidrio que separaban la habitación del cuarto de baño, no dejaban nada a la imaginación.
Un ramo de rosas en botón color púrpura, resaltaba sobre las suaves sábanas blancas, en una pequeña mesa un pastel, champaña sobre hielo y 2 copas por supuesto.
La vista nocturna de la cuidad simplemente maravillosa, sintió los fuertes brazos de Jungkook rodear su cintura, su aliento cálido rozando su piel, el castaño mordió despacio el lóbulo de su oreja, haciendo que se erizara de la cabeza a los pies en un instante.
– Jiminie, mmm, te traje aquí porque quería hacer algo diferente por tu cumpleaños, pero creo seré yo el que reciba un regalo hoy, sintió la respiración agitada de Jungkook, mientras se molía contra el, su pecho subía y bajaba ansioso – quiero verte en esa ducha prepárate para mi, mientras el vapor empaña el cristal, verte allí, haciendo un espectáculo para mi ojos, indefenso, todo expuesto, serás un hermoso obsequio en una linda caja de cristal, como si fueras un regalo sexy, algo que deseo y necesito con ansias, Jiminie, vamos, hazlo para mi... sedúceme como solo tú sabes hacerlo.
Jimin se dio vuelta encarándolo, beso su cuello, era una húmeda tortura, haciéndolo retroceder hasta que quedó sentado en la cama, Jungkook iba a decir algo pero fue callado por los dulces labios de Jimin.
Dios esos labios que amaba, sintió la lengua de Jimin abrirse paso en su boca, la calidez de su saliva combinada con la suya, sentía su piel hervir, anhelaba su toque, hasta que Jimin rompió el beso.
– Espero que te guste el espectáculo que estás a punto de ver Jungkookie.
Jimin se deshizo de sus prendas una a una camino a la ducha, todo ante la atenta mirada de Jungkook.
Que Jungkook lo mirara con fuego en ese par de ojos negros, con tanto deseo y lujuria en ellos, como si los separara una barrera invisible la mampara de vidrio se sentía como una caja, no había sensación de encierro, más bien la separación hizo que su sangre se caliente al máximo.
Abrió el grifo fingiendo que Jubgkook no estaba a corta distancia, cuando el agua estuvo a temperatura agradable se metió debajo de la ducha, la mirada del castaño perforaba el cristal, movía su pierna derecha ansioso, ese tic nervioso que adoraba, dejó que el agua lo moje totalmente, sabia bien lo que prendía a Jungkook.
Lo encaro, tomo gel de ducha y vertió un poco en una esponja con delicadeza, empezó a enjabonarse, a lavar con mucha dedicación cada rincón y grieta de su cuerpo, froto su pecho, su abdomen, bajo un poco más al sur, miro hacia a su derecha, la imagen de Jungkook con su cabello alborotado, su rostro sonrojado, sus labios algo hinchados por el hábito de morderlos cuando estaba ansioso.
Sentirse examinado, expuesto, era excitante, una fantasia que estaba viviendo que jamás pensó disfrutar tanto, el bulto prominente en los pantalones del castaño, le confirmaba que el también lo estaba disfrutando.
Hace un rato se había quitado la camisa, una que otra traviesa gota de sudor formando una fina capa que quería limpiar con su lengua, era hermoso, aunque su erección era visible, supo disimular su interés de ir corriendo a los brazos de Jungkook.
Resultaba tan erótico verle desesperado, hizo caer a propósito la esponja de baño, se agachó exponiendo su trasero sin vergüenza, se levantó despacio con total prosa, deslizando sus dedos por la tierna carne de sus muslos, miro disimuladamente y Jungkook se estaba acariciando su polla sobre la ropa.
Eso puso a cien a Jimin.
Dejo que el agua se llevara los rastros de jabón, pego su pecho a los azulejos, empinó su pomposo trasero para darle la vista mas pecaminosa y provocativa que podía a su novio, tomó un sobre de lubricante del estante y vertió un chorro generoso en sus dedos, miro nuevamente a Jungkook, había sacado su miembro y estaba masturbándose mientras lo observaba.
Sonrío con malicia, le regalo un guiño y le mostró la lengua de manera sugerente,
Abrió sus piernas, introdujo despacio la punta de su índice, jugueteando con su entrada, dilatando de a poco hasta que su dedo entró totalmente, jadeó, miro hacia atrás Jungkook apoyado con una sola mano contra el vidrio, con su mano subiendo y bajando de su miembro en movimiento acelerados,
Agitado, jadeante, quería que las barreras no existieran en ese momento y lo tome allí mismo con rudeza, que lo
penetre con fuerza y vigor.
Introdujo 1 dedo más, despacio tocando su punto dulce, haciendo gemir con fuerza, el vapor del agua caliente había empañado el cristal, las gotas de agua resbalaban como una capa de roció por su cuerpo, que mas quisiera ver su voyeur personal?
Lo necesitaba con desesperación, introdujo 1 dígito más, 3 dedos dentro, los gemidos se hicieron más fuertes, quería que el miembro de Jungkook dentro de él, aceleró los movimientos de su mano.
A este punto Jungkook no lo soportaría más, entraría y lo tomaría duro.
Abrió un poco más sus piernas, mostrando como sus dedos salían y entraban de su apretada entrada.
Esa era una invitación a follarlo sin contemplación ni piedad.
Los sonidos de sus gemidos y el chapoteo era delicioso, sintió la puerta abrirse, su cuerpo ardía de deseo.
Jungkook, desnudo, con su erección a punto de reventar, tomó el sobrante de lubricante en su mano y lo aplicó sobre su dureza, Jimin temblaba agitado, su orgasmo se acercaba, el aliento de Jungkook sobre su espalda su cuerpo caliente presionando el contra el suyo.
Aparto los dedos de Jimin con delicadeza, pasó la yema de sus dedos por la espalda del pelinegro, su piel ardía, quemaba.
– Necesito entrar en ti Jiminie, te deseo como no tienes idea.
– Hazlo, lo quiero todo Kook, estoy listo para ti, tómame.
Sintió la punta caliente del miembro del castaño alinearse contra su entrada, la mano cálida de Jungkook se estampó contra la piel en llamas de sus glúteos, 1, 2, 3, 4, fuertes nalgadas que hicieron brotar lágrimas de placer, su piel ardía, esperaba una quinta nalgada, pero lo que sintió fue el miembro de Jungkook introducirse hasta la raíz, sus piernas flaquearon, el
aire abandonó sus pulmones, el castaño pasó un brazo por delante de su cintura y apoyó su mano sobre los azulejos sosteniendo el peso de ambos.
Embestida tras embestida, con fuerza, toma de la nuca a Jimin y le dio un largo necesitado, cálido, húmedo, jugando con sus lenguas, de vuelta cara a la pared, sacó su miembro totalmente, volvió a alinearlo, se empujo dentro poco a poco, Jimin gemía y jadear suavemente.
El eco que se expandía en el baño, el sonido de sus cuerpos chocando entre sí era tan caliente.
Jungkook tomo su miembro apretándolo, empezó a masturbandolo con una mano, con la otra tomó fuerte sus caderas, eso dejaría marcas, aceleró sus movimientos y embestidas, sacaba y metía su miembro, lo sacaba casi entero y la volvía a meter.
Tan lascivo ver y oír a su miembro penetrándolo, quería volverlo loco de placer.
Estaban follando, no estaba ni cerca de lo hacían normalmente, el amor lo hacían a diario, pero darle rienda suelta a tus fantasías era necesario de vez en cuando, Jimin no dejaba de gemir, estaba en la gloria disfrutando ese cuerpo delicioso.
Jungkook la saco del todo nuevamente, Jiminn soltó
un gemido de queja, cerró el grifo, tomó una toalla y tomó al rubio en brazos de la ducha, bajo a Jimin colocándolo el suelo, sin palabras no eran necesarias, no ahora, colocó la toalla sobre la cama, se tumbó en ella, tomó mano de Jimin invitándolo a sentarse encima de él.
Jimin obediente se sentó a ahorcadas sobre él, entrelazaron sus manos para que sirviera de apoyo, el brillante anillo de pareja que ambos portaban, brillaba a contraluz, el pelinegro se impulsó arriba mientras Jungkook con su erección en mano esperaba ansioso que el rubio descendiera sobre ella, abriéndose para él.
Jimin fue sentándose poco a poco, hasta tenerla toda dentro de él, ese trozo de carne duro, caliente, que lo llevaba al límite en cada entrega, levantó su trasero y se sentó de golpe dejando que el falo llegue hasta lo más profundo, sus lagrimas salieron por el escozor, dejó que su entrada se adaptará, entre besos y caricias entrelazando las lenguas, el cuerpo y el alma.
Jimin empezó a moverse sobre su duro falo, Jungkook le acaricio el glande limpiando el líquido que escurría de su duro miembro, sus movimientos suaves, hipnóticos, Jimin quería sentir centímetro a centímetro de ese gran trozo de carne caliente, cada vena que se brotaba mientras bombeando dentro y fuera de él, aceleró de a poco sus movimientos girando en pequeños y provocativos círculos sus caderas, la carne en su interior quemaba.
Jungkook lo giró rápidamente, haciendo que se coloque a cuatro patas, sin esperar lo penetró, de una fuerte estocada que lo hizo gemir de puro placer, comenzó a embestirlo con lentitud, acelerando poco a poco, estaba completamente desatado, su mano izquierda masturbaba el miembro de Jimin con rapidez era tan erotico, tener la vista de su miembro entrando y saliendo de Jimin, no tenía comparación, la sensualidad y erotico que exudaban de él pelinegro y era suyo, él, era dueño de sus gemidos y jadeos, del sudor recorriendo su cuerpo.
El orgasmo estaba a punto, Jimin empezó a temblar bajo su cuerpo, empezó a deshacerse de placer, su miembro comenzó a soltar de liquido seminal, su entrada se contrajo, haciendo que Jungkook estuviera a punto de terminar dentro de el pelinegro, sacando su miembro a tiempo soltó toda su carga en la espalda de su Jimin, desplomando sobre el, cansados, jadeantes.
Se ducharon juntos acariciándose, besándose.
Abrazo a Jimin contra su pecho y besó su frente.
— Feliz cumpleaños mi vida.
– Podemos hacer esto todos los años?
Pequeño pervertido.
– Estas bien, duele?
Jimin se metió debajo de las sábanas abrazando fuerte a Jungkook refugiándose en su pecho.
– Desde que te conozco mi cumpleaños es especial y San Valentín ya no es molesto, se apretó más contra su cuerpo, amo esto.
Rozó la punta de su nariz con la de Jimin.
– Te amo, mi dulce vándalo.
– Y yo a ti, mi fatalista amargado.
El amor esta donde menos esperas encontrarlo.
"Un bombero que no creía en el amor encontró en un paramédico con problemas de ira todo lo que no sabía que necesitaba, juntos, por siempre."
𝓕𝓘𝓝
