Capítulo 1
Correr. Mi vida en los últimos meses se ha basado en eso, huir, siempre huyendo de todo y de todos. Este es mi destino y el camino que he elegido. Así que en el momento que Jungkook me mira y me ofrece su mano no dudo en cogerla, él la toma con fuerza, sin darme la más remota oportunidad de querer parar con esto, de irme lejos de él. No es como si yo quisiese. Él me da vida.
—¡Vamos, allí esta el coche! —lo escucho decirme mientras me arrastra con él con su mano entrelazada a la mía. Jadeo ya, nunca he sido muy buena a la hora de correr. Cosa irónica teniendo en cuenta que es lo que más hago—. Sube, joder, rápido —me grita nervioso, él suelta mi mano y me siento desprotegida.
Subo al coche y ni siquiera tengo tiempo de ponerme el cinturón cuando Jungkook arranca.
Apoyo la cabeza sobre el asiento, agotada, esto es matador, pero se siente una adrenalina alucinante. Miro hacia atrás y maldigo, la policía nos sigue los pasos, no están lo suficientemente lejos como para respirar tranquila. Miro a Jungkook, concentrado en la carretera, aprieta el volante con fuerza y veo sus nudillos enrojecidos por los golpes que tuvo que propinar para salir de allí.
Sólo a nosotros se nos ocurre atracar un banco de día.
Miro el gran bolso en mi regazo, se nos han caído algunos billetes por el camino pero aquí hay suficiente, lo tiro sobre uno de los asientos de atrás y me pongo más nerviosa cuando escucho la sirena de la policía más cerca. Demasiado cerca. Escucho a Jungkook maldecir y descargar su rabia en el volante. Mierda. Viene otro coche detrás, esto es jodido ¿Cómo nos vamos a deshacer de ellos?
—¡Acelera más, Jungkook, acelera! —grito nerviosa
Jungkook no me mira, sé que esta enfadado y esta haciendo lo posible, rebasa un coche que comienza a pitarle con fuerza, rebasa a otro y ahogo un grito del susto a ver como esta a punto de chocar. Respiro hondo y cierro los ojos, no puedo ponerme nerviosa ahora, intento aislarme del ruido; esos coches tras nuestro, sus malditas sirenas con ese pitido asfixiante, Jungkook maldiciendo y rebasando a los coches como si esto fuera un juego. Maldita sea es de película. Nunca me hubiese esperado unos meses atrás algo así.
Cuento hasta 10, después hasta 20. Mi respiración irregular ya me avisa que sufriré un ataque de ansiedad, abro los ojos y me mareo. No joder, no. Intento recordar los ejercicios de relajación, si me pongo mal pondré más nervioso a Jungkook y él es capaz de parar sin importarle ser pillado, sólo con tal de ayudarme a sentir mejor. Es así de estúpido y protector.
—Nena, Victoria, por favor cariño, mírame —me pide y niego con la cabeza
—Estoy bien —susurro
—No lo estas, pero tranquila, saldremos de esta —siento su mirada sobre mi un segundo— Como siempre, te pondré a salvo.
Sólo asiento con la cabeza y dejo que siga llevándome a donde él quiera, lejos de aquí, huir de ellos. De todos. Sólo nosotros dos, mientras siento el ruido de la sirena cada vez más lejos, sonrío a medias. Siempre lo conseguimos.
