𝐖𝐄𝐈𝐑𝐃
Desde hace tres años que JungKook y TaeHyung han vivido como un hermoso matrimonio.
Afortunadamente viven fuera de su natal Corea, por lo que están legalmente casados y disfrutan de todos los derechos que los matrimonios heterosexuales también poseen.
Desde que viven ahí todo es más cómodo y se sienten muy plenos. Pueden caminar tomados de la mano, mirarse con amor y hasta robarse besos discretos. Afortunadamente nunca les ha pasado algo más allá de recibir, en pocas ocasiones, miradas de desaprobación, aunque son conscientes de que no todos corren la misma suerte.
Los dos se visten con ropa que la sociedad ha impuesto con la de etiqueta de "hombre". Y no porque ellos así lo crean, si no porque es la ropa que a ellos les gusta y con la que se sienten cómodos para vestir.
Sin embargo, a TaeHyung le gusta usar "ropa de mujer", como la sociedad la llama, cuando está solo.
¿La razón?
Se siente lindo y excitado.
Nunca ha pensado salir con esa ropa a la calle, porque simplemente le gusta usarla cuando está solo.
Su trabajo le deja un horario muy flexible, así que mientras JungKook trabaja y él se encuentra solo en casa, saca toda esa ropa y se la pone para mirarse en el espejo. Su libido automáticamente empieza a subir de solo mirarse y sentirse usando esa ropa, por lo que casi siempre termina follándose a si mismo con los dedos o algún juguete.
Después de correrse siempre piensa en que desearía hacerlo a causa de que su esposo lo haya tomado. Sin embargo, contarle a JungKook de su gusto por ese tipo de ropa, no es una opción.
No soportaría que él pensara que es raro.
TaeHyung se encuentra sentado frente al plasma de la sala de estar de su departamento cuando el sonido del timbre lo hace levantarse. Al abrir la puerta ve al señor mayor de la recepción cargar un paquete. Con una sonrisa lo recibe y agradece que lo haya subido hasta su puerta.
— ¿Qué será? — se pregunta el azabache mientras posa el paquete en la mesa del comedor para leer la información de arriba.
Las celebraciones del último mes del año se acercaban, así que hace unos días él había comprado varías cosas por internet al igual que su esposo. Al leer la etiqueta en la caja pudo darse cuenta de que era para él, algunas de los tantos regalos que había comprado ya estaba aquí.
Rápidamente tomó un cuchillo de la cocina y abrió el paquete, dentro de la caja pudo observar una bolsa de plástico resellable con una pieza de ropa doblada adentro.
Al sacar la prenda al fin se dio cuenta de lo que se trataba. Esto no era ninguno de los regalos que compró.
Bueno, quizás si podría considerarse un regalo, pero para él mismo.
Con sus dos manos tomó la prenda de la parte superior y la alzó un poco. Se trataba de una linda y muy corta falda negra con una franja transparente antes del borde.
De pronto se encontraba emocionado y quería probársela, así que olvidando la caja y el empaque de plástico en la mesa, subió corriendo por las escaleras para llegar a la recámara compartida con su esposo.
Acaba de bañarse así que se encuentra demasiado fresco y su olor es el mismo de frutos rojos de su shampoo.
Con pasos rápidos abre la puerta del gran vestidor y se adentra caminando hasta posicionarse frente a su lado del clóset.
El lugar es tan grande que TaeHyung no se preocupaba de que JungKook pudiera encontrar su ropa especial. Así que poniéndose un poco de puntitas abre una gaveta de hasta arriba y después de pensarlo un poco saca una camisa manga corta de botones. La tela es negra pero es totalmente transparente.
— Perfecto — dice para sí mismo.
Después de sacarse toda la ropa decide ponerse primero la camisa, abrocha tan solo el botón de en medio. Luego toma la falda y la desliza hasta arriba para poder cerrarla. Sin verse en la pared de espejo del vestidor, sale hasta su recámara y queda helado al verse en el espejo de cuerpo completo.
La camisa transparente resalta su acanelada piel. La falda, en realidad es una mini falda, la tela apenas alcanza a cubrir sus glúteos y la franja transparente en ella dejaría ver la piel.
Pero TaeHyung aún trae bóxers.
Mordiendo su labio inferior lleva la vista hasta la puerta de la recámara, esta se encuentra tan solo arrimada. No sabía exactamente qué hora era, pero a juzgar por el cielo oscuro que se dejaba ver por las cortinas, ya era de noche. Así que JungKook debería estar saliendo del trabajo justo ahora o estar por hacerlo.
Regresó la mirada al frente y se dió la vuelta para verse por la parte de atrás.
Dios… que bien se veía.
TaeHyung quería ver su trasero a través de esa parte transparente en la mini falda, entonces sin pensarlo mucho adentró las manos por debajo de la falda y se sacó la ropa interior rápidamente.
Sus labios quedaron entreabiertos con su propia imagen. Se veía cada una de sus mejillas traseras a través de la transparencia y su trasero respingón levantaba un poco la falda dejándolo ver también por debajo de esta.
Sin pensarlo mucho llevó ambas manos a su trasero para comenzar a masajearlo. El calor creciendo en el pecho y esparciéndose por todo su cuerpo hasta llegar a su miembro.
Podía sentir lo duro que estaba poniéndose. El simple hecho de llevar esa ropa puesta lo hace entrar en calor.
Como si fuera algo prohibido.
Quita una mano de su trasero para subirla hasta uno de sus pezones, pellizcándolo por encima de la camisa y soltando un jadeo por la fricción de la tela.
Se detuvo un momento para observarse en el espejo. Labios ya hinchados y rojos de tanto morderlos, mejillas sonrojadas y su cabello cayendo por su rostro.
Solo se excitó más.
Queriendo ser rápido, caminó hasta la mesa de noche de JungKook y sacó uno de los lubricantes del cajón. Tomó el espejo de piso y lo movió de forma en que pudiera verse aún sentado en la cama.
Derramó un poco de lubricante en sus largos dedos y giró la cabeza hacia atrás para poder ver la puerta. Todo el departamento estaba en silencio, su agitada respiración era lo único que se podía escuchar en la recámara. Así que recargándose con una mano en el colchón, llevó la otra hasta juguetear un poco con su entrada.
Pronto uno de sus dedos estaba dentro de su apretado agujero.
— ¡Mghh! — pequeños gemidos a labios cerrados salían de su boca al sentir como sus paredes lo apretaban perfectamente.
Un segundo dedo se inmiscuyó dentro de él provocando que tirara la cabeza hacia atrás. Estaba hincado en la orilla de la cama y casi se encontraba saltando encima de sus propios dedos.
Su mano recorría todo su pecho y entre ratos bombeaba un poco su descuidada y dura erección.
— ¡Oh! — no podía seguir aguantando los gemidos cuando un tercer dedo ingresaba en su culo.
Sus ojos se apretaban y casi que podría correrse en cualquier momento. Sentía la escasa brisa de la falda subiendo y bajando por sus movimientos.
[…]
La puerta principal se abría y un cansado JungKook se adentraba al departamento, rápidamente quitándose los zapatos en la entrada.
— Ya llegué, amor — decía mientras caminaba ya descalzo hasta el comedor.
Dejaba su maletín en una silla y se acercaba a ver la caja que estaba sobre la mesa, la fisgoneaba un poco pero le restaba importancia al no ver nada más que las usuales esponjas protectoras.
— ¿Habrá salido? — se preguntaba a si mismo mientras miraba su reloj digital.
Nada, ninguna llamada o mensaje de su esposo que no hubiera visto.
Entonces caminaba hasta la sala donde encontraba el plasma encendido, con el ceño fruncido tomaba el control remoto y lo apagaba.
Se daba la vuelta y comenzaba a subir las escaleras al mismo tiempo que doblaba un poco las mangas de su blanca camisa y desprendía los primeros botones. Los tatuajes en su brazo y pecho bien trabajado dejándose ver.
Llegaba al piso de arriba y se detenía para hacer tronar su cuello, había tenido un día estresante y cansado en la oficina. Ahora mismo solo quería acurrucarse con TaeHyung y dormir hasta el día siguiente.
Caminaba un par de pasos más hasta que un dulce sonido lo hizo detenerse cuando estaba a punto de llegar a la habitación.
— ¡Oh! ¡Oh...~! — al instante reconocía los gemidos de su esposo y su respiración se tornaba pesada.
No estaba pensando que TaeHyung estuviera con alguien más. Pensaba que seguramente estaba masturbándose. Claramente él ya lo ha visto hacerlo, pero antes o durante el sexo. Nunca lo ha sorprendido haciéndolo.
Como ahora.
— ¡Ahh~!
Un nuevo gemido lo hacía relamerse los labios antes de caminar —inconsistentemente— a pasos lentos y nada ruidosos.
Se asomaba por la puerta entreabierta y su respiración se estancaba.
No podía creer la imagen que estaba viendo.
Su esposo estaba hincado casi a la orilla de la cama mientras se penetraba a si mismo con sus dedos. Tenía una camisa de tela negra transparente muy pegada a su cuerpo y apenas estaba abrochada.
Pero lo que verdaderamente le sorprendió fue ver una fina tela rebotando una y otra vez sobre el culo de su esposo al ritmo de las penetraciones que él mismo se daba.
Se encontraba de espaldas a la puerta, pero gracias al espejo frente a él podía ver su rostro sonrojado, sus ojos cerrados y sus labios ser mordisqueados por sus dientes. Los pequeños rizos de su cabello también rebotaban una y otra vez.
— Jeon TaeHyung...— dijo con la voz casi atorada y en un tono de evidente sorpresa al mismo tiempo que abría por completo la puerta.
Inmediatamente el azabache se levantó de la cama dándose la vuelta para verlo. — JungKook... — fue lo único que pudo decir.
Se mostraba bastante avergonzado.
El rubio lo miraba de pies a cabeza y con una mirada seria, no enojada, no burlesca. Solo una mirada de póker.
— ¿Qué estabas haciendo? — preguntó con la mirada en su cuerpo.
TaeHyung miraba su rostro solo porque él no lo estaba viendo a los ojos. Relamía sus labios nervioso antes de contestar.
— Y-Yo nada — JungKook subía la mirada hasta su rostro.
— Solo estaba...— posaba la mano derecha en su cuello en un acto de nervios. — Solo t-tenía curiosidad de...— negaba con la cabeza. — Déjame cambiarme y... Y bajamos a cenar algo.
— No — el rubio hablaba serio.
TaeHyung juntaba sus manos adelante en un acto de nerviosismo.
— ¿Qué estabas haciendo? — preguntaba otra vez.
— Solo me masturbaba...— contestaba por lo bajo.
— Ajá— daba un paso adelante. — ¿Y por qué traes eso puesto?
El azabache no podía descifrar su mirada. — No sé qué decirte.
— La verdad, tal vez — bajaba la mirada viendo la ropa de su esposo.
Tenía razón, ya no tenía caso tratar de mentir o evitar el tema.
— Solo que me gusta usarla — se alzaba de hombros.
JungKook buscaba su mirada. — ¿Hace cuánto lo haces? — preguntaba.
— Desde antes de ser novios — susurraba.
El rubio se sorprendía, eso era mucho tiempo.
— ¿Por qué nunca me dijiste?
— No quería que pensaras que soy un raro — decía con la mirada aún abajo.
— ¿Raro? — le preguntaba alejándose un par de pasos para barrerlo con la mirada.
— Por favor móntame con esa falda puesta.
TaeHyung alzaba la mirada y no podía creer lo que estaba escuchando.
¿Eso significaba que...? No, no podría.
Negaba con la cabeza, a su esposo no le gustan ese tipo de cosas, por algo está con él, porque TaeHyung es un hombre, a JungKook le gustan los hombres, es homosexual.
— A-Amor, en serio, no digas esas cosas — decía caminando de espaldas al vestidor. — Sólo olvídalo y yo me cambiaré.
Se daba la vuelta para caminar hasta el vestidor pero sentía a su esposo detenerlo por los brazos.
Se quedaba quieto al igual que las manos de JungKook en sus hombros. Podía sentir la mirada penetrante detrás suyo y estaba bastante avergonzado.
Entonces las manos de JungKook bajaban lentamente por sus brazos. Se paseaban por su espalda y acariciaban delicadamente. TaeHyung apretaba los ojos, podía jurar que se estaba volviendo a calentar por el simple tacto en sus brazos y espalda.
Las fuertes manos se posaban en su cintura y lo sentía acercarse hasta su oreja.
— No te quites la falda...— susurraba en su oreja y tiraba del lóbulo de esta.
— De verdad no tienes q-... — el castaño trataba de darse la vuelta pero una vez más era detenido.
Las manos de JungKook lo apretaban fuertemente de las caderas.
— Tienes que encargarte de esto — entonces TaeHyung sentía la creciente y dura erección en su trasero.
Soltaba un jadeo cuando las manos de JungKook se metían debajo de la falda para acariciar sus muslos desnudos.
— Y quiero que lo hagas con esta falda puesta.
El azabache no contestaba nada cuando sentía a su esposo depositar húmedos besos en su cuello y mentón.
— Ahh...~ — un jadeo salía de su boca cuando sentía que sus muslos eran apretados con más fuerza. Movía su cabeza hacia un lado para dejarle más espacio, pronto más besos y mordidas adornaban su hermoso cuello y rostro.
— K-Koo espera — pedía cuando era pegado contra la pared más cercana.
— ¿Qué pasa? — preguntaba entre besos.
— No me voy a enojar si te parece raro — hablaba con los ojos cerrados.
Su pecho estaba completamente pegado a la pared y la erección arrimada en su trasero no lo dejaba pensar bien.
— No me parece raro, me parece que te ves muy bien— sus manos acariciando la espalda de TaeHyung, por debajo de la tela.
— Esa falda fue hecha para ti... Me encanta — le dejaba un chupetón en el cuello.
TaeHyung apretaba sus labios para no jadear. — Las faldas son para mujeres — decía por lo bajo, pero se alcanzaba a oír.
— Yo no soy una mujer.
— Ya sé que no eres una mujer — soltaba una risita sin dejar de acariciarlo.
— ¿Y por qué te gusta? Se supone que te gustan los hombres y se te para con ver una falda — decía algo fuerte.
El rubio detenía las caricias de sus manos.
TaeHyung creía que había dado en el clavo y lo dejaría ir. Pero solo sentía como le tomaba ambas manos y las pegaba a la pared junto a las suyas, justo arriba de su cabeza.
— ¡Mhm! — un gemido salía cuando JungKook daba una embestida en falso.
— Me gustas por muchas cosas...— escuchaba la voz grave en su oído. — Una de ellas es que eres hombre — otra falsa embestida y sentía que su cuerpo se movía hacia arriba.
Solo mordía sus labios mientras su esposo seguía hablando.
— Me encanta tu pene ¿No me lo trago todo? ¿Mhm? — preguntaba empujando otra vez.
— ¡Mhm! ¡Ah! — se le escapaba un gemido.
— Me encanta tu voz grave y lo masculino que eres — una mano bajaba a apretarle la mandíbula. — Es la primera vez que se me para al ver una falda, porque es la primera vez que te veo usando una — volvía a "embestir".
TaeHyung caía en cuenta de que había hecho mal en pensar que le había gustado verlo usar esa falda porque eso lo haría "parecerse a una mujer" pero no, a JungKook nunca le había llamado la atención ese tipo de ropa, ni las cosas que comúnmente hacen las mujeres.
No hasta que encontró a su esposo vestido de esa forma, claro estaba que no quería ser mujer o parecerse a una, solo estaba usando esa ropa y al rubio le había parecido muy sexi.
— Carajo, soy un estúpido — decía dándose la vuelta para ver a Kook. — Por un momento me dejé llevar por los estereotipos, perdón por dudar de tu s-
JungKook no lo dejaba terminar cuando se acercaba para unir sus labios por primera vez. Un beso demandante y con sus lenguas chocando entre ellas.
— Espero que te haya quedado claro — hablaba entre él beso. — Y solo me gustas tú, las faldas y la lencería si las usas tú — se separaba con un chasquido.
TaeHyung pegaba su frente en el pecho de JungKook, sus manos posadas en sus hombros. — Perdón, estaba inseguro de que pensaras que soy raro, por eso no te había dicho.
— Pues que bueno que lo descubrí — decía bajando las manos para apretar su trasero y dar un tirón para que TaeHyung se dejara cargar.
El azabache enrollaba las piernas en su cintura y sentía como caminaba rápido y luego como era arrojado a la cama.
Suspirando pesado abría los ojos y visualizaba a JungKook separar sus rodillas para posicionarse entre sus piernas.
Veía como sus ojos se movían rápidamente por todo su cuerpo. Kook siempre lo había hecho sentirse deseado, siempre.
Pero ahora, se lo estaba comiendo con la mirada y sabía lo excitado que su esposo se encontraba por el gran bulto en sus pantalones.
Sin un poco de delicadeza JungKook se acercó para abrir su camisa, el único botón saliendo disparado.
Levantaba un poco la espalda y lo ayudaba a quitarla por completo.
Su boca pegándose como imán al pecho de TaeHyung, besando y mordisqueando todo su torso.
— ¡Ay! — los gemidos del castaño empezaban a salir cuando tiraba de sus pezones.
Sus besos subían a las clavículas del azabache y las rozaba con sus dientes. Llevaba una mano hasta sus muslos y los apretaba conforme iba subiendo.
TaeHyung soltaba suspiros y jadeos fuertes cuando sentía como la piel de su cuello era succionada. — Mhm sí...
Una corriente de adrenalina inundaba a JungKook, la cabeza le daba vueltas, su erección dolía demasiado y no medía bien sus movimientos.
Alejándose un poco, lo giraba en la cama, dejándolo boca abajo y levantando la parte trasera de la falda para ver su trasero. Sus ojos se apretaban y soltaba una maldición ante la vista.
— Perdón si no soy dulce hoy — comenzaba a abrir su pantalón. — Pero tengo que follarte ya... Ah~ — jadeaba un poco cuando su polla salía disparada.
El azabache apoyaba una mejilla en el colchón para alcanzar a verlo un poco. Inconsistentemente alzaba su trasero, estaba muy ansioso, el corazón le iba a mil por hora. Su esposo lo iba a tomar mientras usaba su ropa especial.
Lo que muchas veces imaginó.
JungKook le alzaba las rodillas para que su entrada quedara expuesta mientras su cara aún estaba en él colchón. Su respiración se agitaba más cuando sentía la dureza en sus glúteos.
— Dime si soy brusco o ya no aguantas — hablaba rápido.
TaeHyung fruncía el ceño y giraba más la cabeza. — ¿Cuándo no he aguantado?
El rubio soltaba una risa. — Siempre aguantas, pero ahora yo... Mierda, creo que me voy a exceder un poco — decía conteniéndose de entrar.
— No te contengas, hazme un desastre — decía bajo. — Yo aguanto — mordía sus propios labios.
Apenas escuchaba las palabras de su esposo, destapaba el lubricante y sin cuidado alguno chorreaba un poco sobre la entrada de TaeHyung y un poco más sobre su polla.
Siseaba cuando se masturbaba un poco, luego hincado se acercaba a tomar los muslos de TaeHyung.
Ya no aguantaba más, así que sin poder evitarlo se metía de un solo golpe, la entrada caliente amoldándose y apretando su polla como nunca.
— ¡Ahh! — un gemido desgarrado se escuchaba de parte del castaño. — Mierda, mierda...
— Te dije...— soltaba antes de empezar a moverse.
TaeHyung hubiera deseado que esperara un poco a qué se acostumbrara al tamaño, es cierto que ya estaba dilatado por sus propios dedos, pero no se comparan en absoluto con el tamaño del miembro de su esposo.
Sin embargo, aunque lo hubiera deseado, la realidad es que sus ganas de ser follado eran más grandes.
— ¡Ahh! — sus ojos se cerraban cuando la primera intromisión profunda se presentaba.
Sus pieles desnudas chocando y provocando un sonido totalmente obsceno.
La falda moviéndose con cada estocada, esa simple escena volviendo loco a JungKook.
Sacaba todo su falo, dejando únicamente el glande adentro y volvía a empujar, la espalda de TaeHyung curveándose por la fuerza de las penetraciones.
El rubio bajaba las manos a los glúteos de su esposo y los separaba para tratar de entrar aún más profundo.
— ¡Aghh! — gruñía y aceleraba las intromisiones. Una seguidilla y los gemidos del azabache se hacían más agudos.
— ¡Oh! ¡Oh! ¡Oh..~! — sus manos se cerraban en las sábanas blancas y sus ojos temblaban. Todo su cuerpo colapsando por el placer.
Una mano lo tomaba del cabello y otra se metía entre el colchón y su pecho para alzarlo de ahí.
Ambos quedaban hincados en la cama y JungKook no dejaba de moverse. — No debiste hacer eso — su voz grave retumbaba en el oído de TaeHyung.
— ¿Qué? — hablaba a como podía.
— Siento que... — sus dientes se apretaban al dar una embestida. — Me privaste mucho tiempo de esto.
— ¡Ahh! — el cuerpo de TaeHyung amenazaba con caer, pero las manos pálidas lo sostenían con fuerza.
— ¿Cuántas veces te masturbarse con esta ropa?
El azabache no contestaba nada.
La mano de JungKook subía y apretaba su mandíbula. — Te pregunté algo...— sus labios hablando sobre las mejillas abultadas.
Los ojos de TaeHyung luchaban por no cerrarse. — D-Dame m-más fuerte — balbuceaba. — ¡Ay!
JungKook lo empujaba al colchón y ambos caían boca abajo. Aunque este se apoyaba con un brazo para no aplastarlo del todo, pero las estocadas se detenían.
— ¿Por qué te corrías solo teniéndome a mí para complacerte?
El azabache apretaba los ojos al sentir los movimientos circulares dentro de él.
— Ya te dije — su trasero moviéndose para buscar penetrarse por si solo.
— ¿Cuántas veces? — preguntaba tomándolo fuerte de la cintura para que no se moviera.
TaeHyung comenzaba a desesperarse, su esposo estaba dentro pero no se movía.
— ¿Cuántas veces? ¡Muchas! ¡Cada semana! — hablaba agitado.
— Cada vez que llegaba temprano a casa, eso hacía mientras te esperaba... ¡Vestirme así y usar un dildo pensando que eras tú!
El rubio lo tomaba más fuerte del cabello y lo callaba con un beso intenso. Mordía sus labios antes de separarse y le susurraba.
— Te vas a arrepentir de no decirme nada...
No le dejaba tiempo para responder con algo más que con gemidos. Comenzaba a golpear una y otra vez en busca de hacerlo llegar a la cúspide de su placer. Quería que se diera cuenta de que él podía darle eso que tanto había anhelado en silencio.
— ¡Ahh! ¡JungKook! — su cuerpo se movía una y otra vez hacia arriba. Las sábanas totalmente revueltas y el colchón queriéndose mover de su lugar.
— ¡Aghh! ¡Ah! — el rubio tiraba la cabeza hacia atrás por tanto placer y luego se reincorporaba un poco.
Abría más las piernas de su esposo y se hincaba entre ellas. Alzaba una de las largas piernas posicionando su mano atrás de la rodilla.
Empujaba más fuerte y oía los ruegos de TaeHyung para llegar a su orgasmo. — ¡Ahí! ¡Más fuerte... amor! Más fuerte.
Había tocado su punto, entonces metía una mano por debajo de la falda y sus cortas uñas rasguñaban los muslos mientras sus estocadas se volvían desordenadas y muy acertadas.
— Dios... Sí sí — TaeHyung trataba de alzarse un poco apoyándose de sus antebrazos.
Su entrada se estaba maltratado demasiado por las rudas intromisiones, pero no dejaba de necesitar más. Estaba a punto de liberarse.
— Mhm, Kookie hazme llegar ya — lo llamaba por el apodo que únicamente usaba en la cama.
Sentía el pecho de JungKook pegarse a su espalda y un brazo rodearle la cintura por delante, pegándolos aún más.
Y después lo único que recuerda son los gemidos entremezclados de ambos. Así como las chasquidos de su piel con la contraria. Hasta liberarse.
— ¡Ahh~! — un último gemido desgarrando su garganta.
JungKook sentía su pene ser apretado al tiempo en que su esposo se corría sobre las sábanas y luego su cuerpo temblando debajo suyo.
Lo único bueno de no correrse al mismo tiempo que él, es la sobre estimulación que le puede dar.
El cuerpo de TaeHyung aún sufriendo los espasmos del orgasmo y completamente acostado en la cama se veía como lo más excitante que había visto. Bajaba la mirada un poco más y veía la falda ajustada en la cintura y la corta tela arrugada tratando de cubrir el respingón trasero.
Su polla palpitando por querer correrse ya.
Retomaba los movimientos y veía a su esposo tomarse de la orilla del colchón y apretar sus ojos.
— ¡Ayy! — el primer gimoteo se escuchaba.
Sacaba todo su miembro y con ayuda de una mano lo volvía a meter completamente. Repetía la acción un par de veces. La sensación del grosor del glande cruzando su anillo muscular, hacía a TaeHyung morder sus labios para no gemir.
Extendía su mano hasta los cabellos oscuros y tiraba un poco de ellos para levantarle la cabeza.
— Quiero escucharte — decía entre dientes.
— ¡Ahh! ¡Ah! ¡Ah! — Más embestidas moviendo el cuerpo de TaeHyung. Su entrada maltratándose cada vez más y su cuerpo sin fuerza alguna.
— Me duele... ¡Ah! — la sensación de placer no se iba y se sentía contradictorio.
Llevaba una mano hacia atrás para detener los movimientos de JungKook. Pero este le tomaba la mano y la entrelazaba con la suya. Estaba empujando una y otra vez sin descanso, no podía detenerse, no cuando estaba a punto de correrse.
— ¡TaeHyung! Ah... — el rubio sentía su vientre burbujear y se corría al fin.
— Mhm — la sensación de un líquido caliente en su interior lo hacía gemir.
JungKook salía de su interior y se tiraba a su lado en la cama. Le tomaba unos largos segundos retomar la respiración cuando se giraba a abrazarlo.
El azabache sentía una mano acariciando su espalda baja, los dedos rozando con la cinturilla de la falda negra.
— Te amo, mi tigrito — JungKook se acercaba a besarle los labios delicadamente.
— Mhm, yo también te amo — sus mejillas tintadas de rojo.
JungKook bajaba la mano hasta meterla por debajo de la falda y sentía los glúteos chorreados de semen.
El azabache cerraba los ojos un segundo, pero los volvía a abrir cuando sentía un apretón en su culo.
— No te duermas — reía. — Tienes que montarme.
El pulso de TaeHyung se aceleraba con esas palabras y su vista se iba al cuerpo de JungKook. Su ceño se fruncía al verlo con la camisa blanca.
— ¿Por qué tienes la camisa puesta?
El rubio se miraba un poco. — No me dio tiempo de quitarla — dijo restándole importancia.
Pero TaeHyung volvía fruncir las cejas y se levantaba con todo su esfuerzo.
— No me gusta que tengas ropa puesta cuando follamos — decía sentándose encima de él.
Lentamente sus manos comenzaban a desabotonar cada botón.
JungKook alzaba una ceja. — Tu traes la falda puesta.
— Entonces me la quit-
— ¡No!
TaeHyung reía tiernamente mientras le terminaba de quitar la camisa. Se inclinaba sobre él y comenzaba a besarle y acariciarle el pecho
El rubio suspiraba pesadamente cuando sentía los suaves labios en su piel. — Dame un minuto y podrás montarme — decía amasando su trasero.
— Yo te ayudo con eso — decía moviéndose un poco más abajo.
Sus ojos no se despegaban de los de su esposo cuando su boca quedaba a la altura de su polla. El rubio se mordía un labio con anticipación.
Tomaba la polla larga y rojiza para presionarla contra su lengua, rápidamente percibía el sabor del lubricante y del semen que hace un rato derramó en él.
Lo masturbaba a un ritmo lento y el falo comenzaba a endurecerse. — Eres rápido — decía bajo.
— ¡Ah! Amor — el rubio soltaba un gemido cuando la mano se cerraba y apretaba en toda su polla. — Me encantan tus manos.
— Mi boca es mejor.
Mojaba sus labios y luego los pegaba a la punta, dando pequeñas succiones a esta.
Su mano no dejaba de moverse de arriba a abajo por toda la polla cada vez más erecta. Mientras que la otra bajaba a jugar con los testículos.
Entonces cuando la sentía lo suficientemente dura la metía en un movimiento rápido.
JungKook apretaba la mandíbula y sus ojos se cerraban. — ¡Aghh! Maldita boca.
El azabache sacaba la polla de su boca. — No me maldigas — su mano continuaba moviéndose.
— Joder, tigrito solo...— llevaba una mano a su cabeza tratando de bajarlo hasta su polla.
Pero TaeHyung negaba con la cabeza, riéndose por tenerlo desesperado.
— D-Digo tu... Bendita — asentía. — Bendita boca.
Los labios volvían a envolver su falo, subía y bajaba una y otra vez. La lengua caliente curveándose para acariciar todos los lugares.
— Carajo... — la polla de JungKook estaba completamente erecta y casi golpeando con la garganta de TaeHyung.
Se esforzaba por controlar las ganas de empujar la pelvis hacia arriba y provocarle una arcada.
— ¡Eres un... Aghh~! — sentía los dientes de TaeHyung rozar su falo causándole una sensación de placer inimaginable.
Escuchaba la risita de su esposo cuando sacaba el pene de su boca y se limpiaba un poco la saliva de su mandíbula y labios.
Abría los ojos y veía los azules del azabache muy dilatados.
Conocía bien esa mirada, así que se movía rápidamente hasta recostar su espalda en el cabecero acolchado de la cama.
Sin siquiera pedirlo, TaeHyung se acercaba e hincaba sobre él, una rodilla a cada lado, sin sentarse.
JungKook lo tomaba de los muslos y alzaba un poco la cabeza para verlo.
— Dios mío, eres precioso...— su voz salía grave y baja. El azabache reía un poco por él repentino cambio de halagos. — Dame un beso.
TaeHyung envolvía sus manos en la nuca de su esposo y se acercaba para besarlo desesperadamente.
Tener sexo con la persona que amas es mucho más que solo sexo. Cada toque y cada acción se intensifica. Sientes el doble de placer, el doble de ganas.
Jeon JungKook y Jeon TaeHyung lo han sabido desde la primera vez que tuvieron relaciones.
El rubio alzaba la falda con una mano y con la otra golpeaba el trasero de su esposo. Toda su palma impactando en una fuerte nalgada.
— ¡Mhm! — el azabache mordía su labio inferior por el placer que le causaba esa acción.
Luego sentía como la falda era bajada, su piel aún ardiendo por lo fuerte del impacto. Pero las manos de JungKook permanecerían debajo de la tela.
TaeHyung cortaba el beso y sus miradas se encontraban, sus respiraciones agitadas entremezclándose por la cercanía.
Llevaba su pulgar hasta los labios rojizos del rubio y los acariciaba sutilmente. Mientras bajaba la otra para tomar su polla y alinearla en su entrada.
Iba a hacerlo lento, pero las manos de JungKook lo bajaban de un tirón.
— ¡Aghh! — su cabeza se tiraba hacia atrás, dejando su cuello expuesto.
Los besos en su mandíbula y cuello haciéndose presentes automáticamente.
— Vamos, móntame — decía sobre su piel, mordiendo un poco.
TaeHyung enderezaba su cabeza y veía a su esposo llevar las manos arriba, tomándose del cabezal. Mientras él tenía ambas posadas en sus pectorales.
— ¿No piensas tocarme? — preguntaba extrañado, siempre lo ayuda a subir y bajar.
— Trataré de no — mordía sus labios. — Quiero ver tu falda rebotar mientras saltas sobre mi polla.
— Mhm — alzaba una ceja. — Quiero ver cuánto aguantas.
Seguidamente comenzaba haciendo movimientos circulares.
Había una cosa que JungKook pensaba demasiado sobre su esposo.
"Me sedujo con una mirada" — es lo que recuerda haber pensado cuando conoció a TaeHyung.
Podría ser así, si se hubieran conocido en un club nocturno. Pero en realidad se conocieron en la biblioteca y TaeHyung tenía 15 años.
Definitivamente no quería seducirlo cuando le preguntó en voz baja si podía sentarse en su mesa.
Pero desde ese momento siente que su esposo lo seduce, de distintas formas, por ejemplo a la hora de tener sexo. Porque aunque esté completamente duro y excitado, hace que su libido se dispare hasta lo más alto.
JungKook cerraba los ojos cuando sentía las manos de su esposo deslizándose por todo su pecho, sus largos dedos rozando sus pezones y delineando cada uno de sus abdominales.
Pero luego sentía las manos subir rápidamente hasta su cabello y los dedos enrollarse entre sus hebras rubias.
— Mírame...
Sus ojos se abrían y el primer salto sobre él se hacía presente.
— Agh — su mandíbula se apretaba.
— Mhm — TaeHyung se mordía los labios cuando comenzaba a subir y bajar. Se impulsaba únicamente con sus piernas.
JungKook bajaba la mirada y veía como la falda comenzaba a alzarse cada vez más conforme a los saltos que daba su esposo.
— Mierda, eso es...
— ¡Oh~! — su vista subía rápidamente hasta el rostro de TaeHyung.
Esa mirada.
Dulce, pero excitada, esos ojos azules jugaban con su mente y lo dominaban completamente.
— ¡Oh! ¡Que rico Kookie!
Sentía como su cabello era levemente jalado y el apretaba sus pálidas manos al cabecero para no bajar y tocar.
— ¡Mhm! — los gestos que hacía eran simplemente de otro nivel. — Me llenas tan bien.
— ¡Ahh! A-Amor — su mirada volvía a bajar hacia la falda y entre los saltos veía el miembro erecto de su esposo.
No aguantaba nada cuando bajaba ambas manos. Con una comenzaba a bombear el falo frente a él, mientras que la otra se pegaba la cintura de TaeHyung para ayudarlo con las penetraciones.
— ¡Ahh! — el azabache gemía entre su risa. — Creí que no ibas a tocarme... ¡Oh! — un gemido agudo se le escapaba cuando la mano en su cintura lo bajaba fuertemente.
Sus glúteos llenos de semen chocando con la piel de JungKook llenaban la habitación de sonidos obscenos.
Bajaba las manos hasta los hombros contrarios y se tomaba fuerte.
— ¡Aghh! — un gruñido salía del rubio cuando TaeHyung comenzaba a dar saltos más seguidos.
— ¡Oh~! — las piernas le comenzaba a doler después de esa seguidilla y casi le temblaban.
JungKook soltaba su miembro y con ambas manos lo tomaba del trasero, lo amasaba al mismo tiempo que lo alzaba y luego lo dejaba caer.
— K-Kookie ¡Ayy! — sus manos iban hasta la espalda del contrario y lo acercaba de ahí.
Sus pechos completamente juntos.
Entonces sus bocas colisionaban en un nuevo beso. La lengua de JungKook entrando de lleno a su cavidad y detenía los movimientos, su espalda baja comenzando a doler.
Se quedaba arriba y sentía el brazo lleno de tatuajes rodearle la espalda baja.
JungKook se apoyaba en la cama con su mano izquierda y comenzaba a embestir hacia arriba. Los dulces gemidos siendo música para sus oídos.
— ¡Ohh~! — el cuerpo de TaeHyung se movía frenéticamente y su cabello caía sobre su frente. — Ya Kookie, ya...
Sentía un último golpe tan fuerte que se tenía que abrazar más al pecho de su esposo. Pero era suficiente para hacerlo llegar.
— Ahh — se derrumbaba sobre el pecho de JungKook y trataba de recuperar la respiración.
Pero sentía como este lo tumbaba a la cama, cayendo de espaldas, salía de él y se posicionaba encima suyo, muy cerca de su...
— ¡Ahh! — TaeHyung cerraba los ojos cuando sentía la esencia de JungKook ser derramada sobre su pecho, parte de sus mejillas y boca.
Si bien a muchas personas no les gusta ser manchadas de semen... a ellos sí. A TaeHyung le encanta cuando se corre encima de él.
— ¡Ohh! — el rubio daba las últimas jaladas a su polla sacando las últimas gotas del líquido blanco.
Se medio sentaba sobre su esposo, tratando de no dejarle todo su peso.
— Kookie — subía la mirada.
TaeHyung le mostraba su lengua llena de semen, y antes de que lo tragara se acercaba a besarlo.
— Mhm — ambos gemían sobre la boca del otro al sentir ese sabor.
El rubio bajaba su boca hasta sus mejillas y con su lengua chupaba los restos del líquido espeso, bajaba un poco más hasta sus clavículas, pecho, tiraba de uno de sus botones y al final regresaba a sus labios.
Luego se quitaba de encima y cortando el beso se acostaba a su lado nuevamente. Ambos con los ojos abiertos mirando hacia el techo blanco y recuperando el aire.
El azabache sentía sus piernas débiles y la falda completamente empapada, quería quitársela ya.
— ¿No vas a abrazarme? — preguntaba JungKook cuando lo veía sentarse y con intenciones de pararse de la cama.
— Sí, amor. Deja que me quite esto.
— No, no — se sentaba rápidamente.
— Ya está hecha un desastre — explicaba.
El rubio bajaba la mirada y una sonrisa ladina se pintaba en su boca cuando se percataba de ello. Dos corridas de TaeHyung y una de él estaban en ella.
— Ponte otra — decía rápido.
— ¿Otra?
JungKook se posicionaba detrás de él y le comenzaba a besar el cuello. — No te voy a dejar dormir...
— Mhm, mañana trabajas — trataba de no caer.
— Voy a avisar que tengo un asunto familiar...— los besos no cesaban.
— Amor, esos permisos son para días importantes.
— Complacerte es importante — decía dejando un último beso.
TaeHyung se giraba a verlo.
— Apuesto a qué hay una prenda con la que más deseabas que te follara.
El azabache se quedaba inmóvil mientras sentía los dedos tatuados quitarle el cabello de la frente. Una prenda específica llegaba a sus pensamientos.
— Te espero aquí — un beso era plantado sobre sus labios.
TaeHyung no decía nada más. Todo cansancio pareció haberse desvanecido. Ahora solo quería una tercera ronda y todas las que vinieran.
Se ponía de pie y caminaba hasta encerrarse en el vestidor de la recámara.
El rubio se quedaba con una sonrisa, entonces buscaba su celular y luego se dejaba caer de espaldas. Lo desbloqueaba y comenzaba a escribir un mensaje al encargado de los permisos en su oficina.
Pensaba muy bien cada palabra, no sabía cuánto tiempo había pasado, pero apenas mandaba el mensaje...
— Kookie — la voz de TaeHyung lo llamaba.
Tirando el celular a la cama, se reincorporaba quedando sentado a la orilla del colchón.
Sus ojos se agrandaban y su respiración se estancaba cuando veía a su esposo parado debajo del marco del vestidor. Tenía una falda abombada de tela púrpura y completamente transparente.
— Tigrito...— sus ojos viajaban de arriba hacia abajo por todo el cuerpo.
— ¿Si? — otra vez, esos ojos azules.
— Te voy a comer.
— ¡Ah! — TaeHyung soltaba un gritito cuando era cargado de pronto.
Sentía como su espalda otra vez tocaba el colchón y su esposo comenzaba a besar sus piernas desde sus pantorrillas.
Arqueaba la espalda y vaganente se cruzaba por su mente la idea de qué nunca imaginó que las cosas terminarían así. No esperaba que su esposo se excitara tanto cuando lo encontró masturbándose con una falda puesta. Pero así había sido, y se lo estaba follando tan bien.
Quizás lo recibiría así más seguido.
F I N
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