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Baekhyun
— ¿Es él?— Luhan mira por encima de mi hombro la foto del que pronto será mi marido, y asiento.
La mayoría de los artículos que había encontrado sobre el Alfa Chanyeol Park tenían más de unos años. Excepto éste, que es de hace unos meses.
Claro, había toneladas de artículos de negocios sobre él, pero nada con fotos y cosas sobre su vida personal, excepto éste. Es para un acto benéfico que su empresa organiza cada año para acabar con el hambre en el mundo. Era la primera vez que se le veía con una cita.
Los blogs de chismes aquí en Seúl estaban por todas partes.
Chanyeol Park es un Alfa misterioso para la élite.
Una oveja negra al parecer por las cosas que pude encontrar. No nació en este mundo. Su apellido no tiene peso. Eso cambiará, estoy seguro, cuando tenga su primer heredero. Mi estómago se aprieta al darme cuenta de que podría ser yo quien lleve a ese heredero.
Toda la vida de Chanyeol cambió cuando encontró el oro negro. Eso le había ido bien al hombre, pero lo que realmente lo puso en el mapa fueron sus aventuras inmobiliarias y su suerte en el mundo financiero.
Personalmente no creo que sea suerte en absoluto. El hombre es claramente brillante, por todos los artículos sobre él que he encontrado y devorado. Puede que no aparezca en los blogs de chisme, pero su nombre está en todas las noticias de finanzas. ¿Qué omega no intentaría averiguar todo lo posible sobre el alfa con el que se supone que se va a casar en cuestión de horas?
— ¿Quién es la omega que está con él?— Se inclina más cerca, su pelo morado cae sobre mi hombro.
— ¿Por qué no puede casarse con ella?— murmuro.
¿Por qué los celos amargos se arremolinan en mi interior? No debería importarme, pero mentiría si no admitiera que me duele un poco verlo con ella. Es hermosa. Decir que es lo contrario a mí en todos los sentidos es el eufemismo del siglo.
— ¡Espera! ¡Esa es una supermodelo! ¡Yejun Won! —
—Por supuesto que lo es. — Cierro la pantalla de mi portátil, sin querer mirarlos más tiempo juntos.
—Podemos huir. — sugiere Luhan.
— ¿Adónde?— Resoplo.
Puede que haya ido a escuelas privadas de lujo, pero mi inteligencia en la calle es nula. Soy lo suficientemente inteligente como para saber que soy ingenuo sobre el mundo, especialmente cuando se trata de alfas. Lo máximo que sé sobre las relaciones es lo que he leído en las páginas de los libros románticos y de mis padres.
Lo último que querría es el matrimonio de mis padres.
—No lo sé. — Luhan se deja caer dramáticamente en mi cama.
La mayoría de las cosas que hace son dramáticas. Luhan y yo nos hicimos amigos rápidamente el primer día que lo conocí. Eso fue porque me molestó mucho, entrando en mi habitación y sintiéndose como en casa. Entonces teníamos seis años. Su madre, lo trajo un día al trabajo. Ella me cuidaba y mantenía el orden en nuestra casa.
Cuando ella encontró a su hijo en mi habitación, supe que se había metido en un buen problema por la mirada que le dirigió a Luhan, porque yo había recibido esa mirada varias veces cuando hacía algo que no debía.
No sé por qué me apresuré a decir que lo había invitado a entrar y le había pedido que jugara cuando al principio me parecía extraño y molesto. Después de que su madre lo dejara quedarse conmigo mientras terminaba de limpiar, Luhan declaró que debíamos ser amigos.
— ¿De verdad que no conoces a este hombre y se supone que te vas a casar con él? ¿Y si apesta en la cama o tiene una cosa diminuta?— Luhan pone cara de horror. Como si supiera lo que es un mal polvo.
—Nos conocimos una vez. — admito. Nuestro encuentro duró menos de un minuto.
— ¡¿Cuándo?!— Luhan se levanta para sentarse en mi cama, tirando al suelo una de mis bolsas a medio hacer. —Cuéntamelo todo. —
—No hay mucho que contar. Dudo que lo recuerde o que se haya dado cuenta ese día de que yo era hijo de Seohyun. Había sacado a Mongryong a pasear y no estaba prestando atención cuando salí del ascensor de la planta baja y me topé con él. Me dijo que mirara por dónde demonios iba. — Había estado mirando mi Kindle intentando terminar la página en la que estaba.
Los ojos de Luhan se abrieron de par en par.
—Había chocado con él. No sé cómo se me había pasado el hombre para empezar porque estaba construido como un maldito tanque. Me gritó antes de empujarme hacia atrás. Casi me caigo de pompis, pero alargó la mano y me agarró del brazo. Me miró fijamente durante un largo momento, y yo estaba seguro de que iba a decirme que lo sentía, pero no. Continuó diciendo algo sobre que los niños no deberían andar solos por la ciudad. —
—Que imbécil. —
—Sí. — estoy de acuerdo.
Un guapo imbécil con una cara y unos ojos verdes que no pude olvidar.
Solo me di cuenta de que había estado en el edificio para ver a mi padre cuando volví de pasear a Mongryong. Oí su voz en el despacho de mi padre, así que me escondí en mi habitación hasta que se fue. No había oído nada del hombre desde ese día.
Bueno, hasta hoy.
Mi padre me llamó a su despacho y me dijo hace unas horas que hiciera mis maletas porque me iba a casar. Al principio estaba seguro de que estaba bromeando . No es que él sea de los que bromean, pero aun así. Lo sentí tan fuera de lugar. ¿Casarme?
Me envió a una abadía aquí en Seúl. Nunca se me permitió salir con alguien. Ahora me voy a casar.
—Tu mundo es tan raro, pero sabes que esto no es súper raro. Te casas dentro del círculo de la riqueza. —
—No creo que a mi padre le quede ninguna riqueza. Dijo que si no hago esto estamos acabados. —
— Jesucristo Redentor. — susurra Luhan en voz alta.
Una parte de mí se sorprendió cuando dijo eso, pero otra parte de mí también sabe que a mi padre le encanta apostar, y su vicio son las carreras de caballos. También he oído que él y mi madre se pelean mucho últimamente por el dinero. Antes no le importaba lo que él gastaba. Ahora se enoja si él llega a casa con una sola bolsa.
Mongryong debe notar mi distancia porque se levanta de la cama y viene a recostar su cabeza en mi regazo. Ni siquiera sé si podré llevarlo conmigo.
—Sabes que no tienes que hacer esto. — dice Luhan. —No puedes ser vendido como un sillón —
Había dicho más o menos lo mismo. Fue entonces cuando mi padre pasó de decirme que lo hiciera a rogarme. Dijo que le debía mucho dinero a algunas personas malas. Nunca había visto a mi padre realmente asustado, pero hoy sí.
Dijo que me casara con Chanyeol Park ahora y que me divorciara en unos años. Que se lo debía por todo lo que había hecho por mí. De hecho, tenía una lista de todo el dinero que había gastado en mí desde que nací. Una parte de mí aceptó esta locura para alejarse de él. Nunca me había sentido tan herido en mi vida.
Puede que mi padre no haya sido el mejor padre porque no estaba muy cerca. Pero oír que llevaba la cuenta de lo que le costaba me caló hondo. Aun así, no quería ver a mi padre herido.
—Voy a hacerlo. —
—Ya sabía que ibas a decir eso, Baek. — Luhan se levanta de la cama para acercarse a mí. —Tu lealtad es una de las muchas razones por las que te quiero. También es una de tus mejores cualidades, pero no olvides que a veces tu mejor cualidad puede ser también una de las más perjudiciales. No todo el mundo es digno de tu lealtad. Quiero que lo recuerdes. —Me rodea con sus brazos en un fuerte abrazo.
—Yo también te quiero. — le digo, sabiendo que lo echaré de menos más que nada.
