BELLEZA DE CANTINA
Aclaraciones:
Todo lo aquí escrito se hace con el mayor respeto, sin intención de ofender a nadie.
Relación romántica hombre x hombre. Si tienes problemas con ello, mejor dejar de leer desde aquí.
Inspirado en la canción "Belleza de Cantina" de Cardenales de Nuevo León. Todo esto surgió mientras barria y trapreaba mi casita, jajaja, sin más que decir, disfruten la lectura.
PARTE ÚNICA:
Harry y Louis se encontraban en el sofá viendo "17 otra vez", el cuenco de palomitas sobre el estómago del de ojos esmeraldas, mientras su cabeza descansaba en las piernas del mayor.
El ambiente era tranquilo y acogedor, un perfecto sábado, cuando de repente el celular de Louis comienza a sonar con la melodía de "The Borders" de Sam Fender, el ojiazul lo deja sonar solo para disfrutar unos segundos la canción, al menos eso hace hasta que Harry muerde suavemente su pierna.
-¿No piensas contestar?- soltó el rizado sin dejar de ver la televisión.
-Si es importante volverán a llamar.
Ambos ignoran el teléfono sobre la pequeña mesa frente a ellos, hasta que este vuelve a sonar otra vez.
-Deberías contestar, Lou, puede que sea una emergencia- Harry estiró su mano hasta alcanzar el teléfono y se lo dio al castaño.
En la pequeña pantalla aparecía el nombre de su mejor amigo Zayn, deslizó su dedo y contestó.
-Zayne, ¿Qué hay, hermano?
Harry puso pausa a la película, sabía que a veces las conversaciones con el morocho se alargaban por más de diez minutos. El ruloso no alcanzó a escuchar la respuesta de Zayn, sin embargo espero y escucho pacientemente la respuesta de su novio.
-Hoy no puedo, quizás otro día.- Louis calló durante unos segundos- De verdad, Zayn, le prometí a Harry que pasaría todo el fin de semana con él.
Entonces Harry comprendió, Zayn estaba invitando a Louis a salir, posiblemente fueran a algún bar, cantina, o algun otro lugar a divertirse.
-Puedes ir si quieres, podemos dejar esto para otro día.
Louis lo vio enseguida y negó efusivamente.
-Te lo prometi, Hazza, Zayn puede esperar.- Descubrió la bocina que había tapado previamente para contestarle a su novio, y continuó con la llamada.- ¿Qué tal si salimos la próxima semana? Podemos ir Harry y yo, tú puedes llevar a Liam también, como una cita doble.
Después de unos segundos y una despedida, la llamada terminó. Ahora Harry se encontraba sentado adecuadamente en el sofá y observaba a Louis.
-¿A dónde vamos a ir la próxima semana?- Había un tono dulce y juguetón en la voz del rizado.
-Aún no lo sabemos, Zayn dijo que llamaría en la semana para decirnos, ¿quieres seguir viendo la película, amor?
-Por supuesto, estábamos en la parte más buena.
Pasaron el resto del día acurrucados en el sofá, simplemente disfrutando de la compañía del otro.
El fin de semana pasó rápido, pronto llegó el lunes y ambos debían ir a trabajar.
Louis y Harry se habían conocido cinco años atrás en una vieja cantina. El oji-zafiro frecuentaba aquel lugar debido a que, aparte de ser su favorito para emborracharse con su mejor amigo, había una bonita chica que trabajaba como acompañante en aquel lugar, Louis había estado fascinado con su belleza durante los últimos ocho, quizás nueve, meses.
Su nombre era Eleanor, era sumamente amable con Louis y respondía a los coqueteos de él, tanto que llegó a pensar en formar algo verdaderamente formal con la castaña. El oji-azul ya había imaginado como sería su vida a su lado, dos hijos, probablemente un perro, ella conociendo a su familia y pasando las festividades juntos, el plan sonaba perfecto.
Las cosas entre ellos estaban bastante bien, y el inocente Louis no hacía caso a ninguna de las advertencias de su mejor amigo. "La amo, Zayn, no voy a dejarla ir", era una de las clásicas respuestas hacia las acusaciones que el moreno hacia, "Esa chica solo está sacandote dinero, Louis, abre los ojos", y Zayn si que tenía razón.
La relación de Eleanor y Louis parecía ir de maravilla, solo con el pequeño problema del trabajo de la chica. El oji azul insistía en que lo dejara de una vez por todas, no le gustaba que su "novia" continuara haciéndola de acompañante en la cantina, le molestaba en sobremanera que le pagaran por coquetear con otros, él sabía que podía mantenerlos a ambos, al final de cuentas era el único heredero a la fortuna de su abuelo y la cadena de hoteles de su padre pasaría a su mando en unos años, no había nada de que preocuparse.
Hasta que una tarde Louis visitaba a su novia en el trabajo y no la encontró. El día anterior se habían visto, Eleanor le había pedido prestado un poco de dinero porque tenía que pagar una pequeña deuda y la renta de su departamento, así que sin dudarlo ni un segundo, Louis hizo la transferencia a la cuenta de la castaña. Era extraño no encontrarla, ella siempre estaba ahí a esa hora, por lo que se acercó a otra de las chicas que trabaja ahí.
-Hola, Maddie. ¿Eleanor no vino a trabajar? - La bonita rubia lo vio extrañada y después respondió.
-Hola, señor Tomlinson. Después de su turno de anoche habló con el jefe, debería de preguntarle a él, a mí solo me pidieron que la cubriera, creo que se tomó unas vacaciones.- El oji azul asintió y murmuró un leve gracias para luego dirigirse a la oficina del gerente de la cantina.
Le informaron que, como Maddie le había dicho, ella había adelantado sus vacaciones, por lo que no estaría por dos semanas en el establecimiento. Louis se sentía confundido, pues su novia nunca había mencionado algo sobre las vacaciones; tomó su teléfono y decidió llamarla.
Las primeras dos veces saltó directo al buzón, o tenía el teléfono apagado o estaba rechazando la llamada, llamó una vez más pero esa no era la voz de su novia.
-¿Quién habla?- Dijo la voz al otro lado de la línea.
-¿Es el número de Eleanor?- Cuestiono el castaño.
-Sí, bueno, ella no está disponible en este momento, ¿quién la busca?- La voz era de un hombre, de eso estaba totalmente seguro.
Antes de que Louis pudiera contestar, logró escuchar la voz de su novia al fondo.
-¿Con quién hablas, amor?- ¿Amor? ¿Qué es lo que estaba sucediendo? Louis no lo entendía.
-No dejaba de sonar, así que contesté.- El oji zafiro continuaba escuchando, quería saber que es lo que pasaba.
-Si es Louis voy a matarte. Te dije que no contestaras si era él, bastante me ha costado sacarle el dinero como para perderlo por tu culpa.- La voz había sonado un poco más baja, como un susurro, aún así logró escucharla y ahí fue cuando su mundo comenzó a derrumbarse.
Colgó de inmediato la llamada, se acercó hasta la barra y pidió un trago. Todo este tiempo su mejor amigo había tenido razón, Eleanor solo estaba con él por su dinero, ni siquiera le quería, y él estaba perdidamente enamorado de ella.
Estuvo en la cantina bebiendo trago tras trago hasta casi perder la conciencia. En ese momento lo que menos le importaba era quedar inconsciente en su cantina favorita.
Se había levantado de su lugar para ir al baño y a su regreso a penas si podía mantenerse de pie, por lo que terminó tropezando y casi derriba a un chico que para su suerte logró mantenerlos a ambos estables sin llegar al suelo. El dulce chico lo miró con algo de preocupación.
-¿Estás bien?- Fue entonces que Louis levantó la cabeza y observó aquellos hipnotizantes ojos verdes.
-Tus ojos son hermosos.- Louis no estaba pensando muy bien, en realidad él no recordaba mucho de aquella noche. Mientras tanto el rizado tenía un leve sonrojo en las mejillas.
-Puedo llevarte con tus amigos o con quien vengas, así no vuelves a tropezar.
-Estoy solo.- Sus ojos comenzaban a sentirse pesados, tenía una enormes ganas de dormir.
-Uh, ¿quieres que llame a alguien para que venga por ti?- Louis seguía en los brazos del desconocido y al ser un poco más alto que él, decidió que podía esconder su cabeza en su cuello para dormir solo unos segundos.
-No lo creo. Mi mejor amigo está en una cita con su novio, y mi novia me engaña y roba mi dinero.- Un suspiro salió de sus labios mientras se acurrucaba a un más contra el cuerpo del chico, y Harry por alguna razón no quería que se alejara.
-Bien, entonces puedo llevarte a tu casa.- Fue entonces que Louis salió de su escondite y con toda la seriedad que su poca cordura podía darle, respondió.
-No acepto esa clase de favores de desconocidos.- El chico de rizos soltó una carcajada y le miró sonriente.
-No aceptas un favor de un desconocido pero si te parece correcto abrazarle y casi quedarte dormido sobre él.
El castaño alzó un de sus dedos como si fuera a decir algo, pero finalmente se quedó callado unos segundos más.
-Bien, llévame a casa, chico bonito.- De nuevo las mejillas del oji verde se tiñeron de rojo.
-Lo haré, dame un minuto, avisaré a mis amigos que me voy. No te muevas de aquí.- El castaño tuvo que sostenerse de la pared para no caer, pero hizo lo que el chico de bonitos rizos le pidió.
Louis estaba mirando a la nada y con lágrimas derramandose por sus mejillas cuando el rizado volvió. El de ojos verdes no sabía que hacer, tenía a un desconocido ebrio llorando frente a él, se lo pensó durante un par de segundos y decidió sacarlo de ahí. Una vez afuera lo hizo verlo a la cara y a pesar de que los ojos azules estaban cristalinos por las lágrimas, él creyó que era lo más bonito que había visto nunca.
-¿Qué es lo que sucede? ¿Alguien te lastimó? ¿Qué te pasa- Louis entonces lo miró y se lanzó a sus brazos llorando en su pecho.
-Es que... es que no lo entiendo. Le di todo, todo lo que podía darle y ella solo me estaba usando como su jodido banco de dinero.- El chico más alto acarició los cabellos castaños con delicadeza.
-Shh, tranquilo. Te llevaré a casa.- El rizado se separó de él y lo guió hasta su auto.- ¿Puedes decirme tu dirección?
Louis estaba en el asiento del copiloto, comenzaba a quedarse dormido, así que simplemente negó y como pudo sacó su teléfono de su bolsillo trasero, para así dárselo al rizado.
-16, 07, 92.- El oji verde lo miró confundido hasta que entendió que era la contraseña del celular.- Es la fecha de su cumpleaños... es estúpido ¿no?- En su lugar el chico preguntó.
-¿A quién debería llamar?
-Zayn, Zayne.- De inmediato el rizado comenzó a buscar en los contactos y una vez que lo encontró, realizó la llamada.
-Louis, ¿qué hay hermano?
-Mmmm, hola, soy Harry, Harry Styles. Estoy con tu amigo y necesito llevarlo a casa...- Harry solo estaba dejando salir las palabras, porque en realidad no sabía que decir para que la situación no sonara tan extraña.
-Harry Styles, no tengo ni la menor idea de quién eres. ¿Qué estás haciendo con mi amigo? ¿Por qué me estás hablando tú? ¿Dónde está Louis?- El tono del morocho sonaba preocupado.
-Okay, escucha. Me encontré con tu amigo en la cantina "Sweet Creature", está bastante ebrio, a penas si puede mantenerse en pie o los ojos abiertos. Me he ofrecido para llevarlo su casa, solo quiero saber la dirección y...- De nuevo fue interrumpido por Zayn.
-Está bien, está bien, solo quédate con él un rato, estoy yendo hacia allá.- sin darle tiempo a contestar, la llamada fue terminada.
Harry regresó su mirada al chico a su lado, estaba medio dormido. Puso su celular en su chaqueta, el movimiento hizo que el oji azul volviera a despertar.
-Tu amigo Zayn vendrá por ti.- Una leve sonrisa apareció en el rostro de Louis.
-Gracias, chico bonito.
-No me agradezcas. Siempre hay que tratar a los demás con amabilidad.- Harry no quería aprovecharse de un tipo ebrio, por lo que no hizo preguntas, no iba a ser un chismoso.
-Entonces... Harry ¿eh?- Harry le sonrió y asintió.
-Sí, ese es mi nombre.
-Es un bonito nombre, para un chico bonito como tú.
De repente el celular de Louis comenzó a sonar, él intentaba sacarlo de la chaqueta, pero en su estado era casi imposible, por lo que el oji verde decidió hacerlo por él y contestó la llamada.
-Estoy aquí, ¿en dónde está mi amigo?- Era el mismo chico con que había hablado antes.
-El Mercedes azul oscuro.- No alcanzó a escuchar la respuesta porque Louis le estaba hablando.
-¿Qué dices?
-Que guardes tu número en mi teléfono. Tengo que llamarte luego.- La ventana del conductor fue golpeada, había dos chicos afuera.
Harry salió del auto entonces, ambos hombres lucían intimidantes.
-Ho... Hola. Soy Harry- El rizado extendió su mano en forma de saludo, pero ninguno de los dos la tomó.
Bajó su mano algo apenado, rodeó el auto y abrió la puerta del copiloto. El de ojos azules le miraba con una sonrisa.
-¿Guardaste tu número?- Ese pequeño comentario hizo reír al rizado, de manera rápida hizo lo que el oji azul había pedido.
-Lo hice, pero ahora tus amigos están aquí y tienes que irte.- Entonces Louis salió del auto con un poco de ayuda de Harry.
Los otros dos lo sostuvieron. El de cabello castaño y ojos chocolate, le dio una sonrisa a Harry y esta vez fue él quien extendió la mano, dejando que el morocho se adelantara a su auto.
-Muchas gracias por cuidarlo, Harry. Yo soy Liam, y ese es mi novio Zayn.- Harry acepto el apretón de manos.
-No hay de que, Louis parecía necesitar ayuda, así que solo fui amable con él.- Otra sonrisa fue dedicada al rizado.
-De verdad muchas gracias, si hay algo que podamos hacer por ti...
-Oh, no, no, por su puesto que no, no ha sido problema.- Al otro lado del estacionamiento un Louis bastante ebrio evitaba entrar al auto, haciendo reír a Zayn.
-¡Harry! ¡Tienes un aroma delicioso!- Las mejillas del susodicho se tiñeron de carmín.
-Deberían de llevarlo a casa- Louis continuaba evitando al morocho, que al final si logró hacerlo entrar al auto.
-De nuevo, gracias por todo, Harry. Ha sido un placer conocerte.
-Lo mismo digo.
Harry se quedó un par de segundos observando al auto desaparecer de su vista por la carretera.
Una semana entera pasó luego de aquel incidente. Louis había llamado al chico rizado para disculparse adecuadamente por todo lo que había sucedido aquel día, es por eso que Harry se encontraba en una cafetería no muy lejos de la cantina donde se habían conocido.
Luego de un par de minutos, el chico de ojos azules apareció por la puerta, llevaba puesto un jeans negros, una playera de cuello largo y un saco negro, su copete hacia arriba sólo completamentaba la imagen del chico perfecto para Harry. El rizado decidió levantar la mano y hacerle una señal, era probable que no le recordara, pues Louis había estado bastante ebrio.
Una sonrisa apareció en el rostro del castaño en cuanto lo vio, se acercó hasta la mesa que estaba en el fondo.
-¿Harry verdad?- El rizado creía que su voz había sido creada sola para decir su nombre, aunque en realidad también se sentía un poco mal pues sabía que Louis tenía una novia.
-Sí, soy Harry.
-Eres mucho más lindo de lo que recordaba.- Las mejillas del chico rizado se tornaron coloradas.
-Mhm, supongo que gracias.- El oji azul tomó asiento frente a él y segundos después la mesera apareció para tomar sus pedidos.
Louis pidió un té y Harry un chocolate caliente. El otoño les estaba dando tardes bastante frías.
-¿Y cómo has estado? ¿Arreglaste las cosas con tu novia?- De inmediato la sonrisa desapareció del rostro del castaño.- Lo siento, no debí preguntar.
-No, no te preocupes. Supongo que te conté sobre ella ese día.
-No mucho en realidad, solo entendí que estabas mal por ella.
-Sí, bueno, tuvimos algunos problemas y he terminado con ella.- Aunque el tono que Louis había usado había sido algo frío, Harry logró ver bajar una lágrima por la mejilla del oji azul, que limpió casi de inmediato.
-Lamento oír eso, parece que la quieres mucho.- Una sonrisa irónica acompañada de ojos vidriosos se formó en el rostro del oji azul.
-Lo suficiente para querer casarme con ella.- Harry hizo una mueca.
Debía admitir que durante toda la semana no había podido olvidar aquellos hermosos ojos azules, pero escucharlo estar enamorado de alguien más, le dolía un poquito, lo cual no tenía sentido porque eran unos desconocidos.
-¿Estaban... estaban comprometidos?
-No realmente, pero iba a pedírselo.- El oji azul dejo salir un suspiro, y entonces sus pedidos llevaron.
-Muchas gracias.- Murmuró el oji verde hacia la mesera.
-Lo lamento, te estoy agobiando de nuevo con mis problemas.
-Oh, no, por supuesto que no. Todos necesitamos desahogarnos, te entiendo.
Después de esa pequeña reunión, Harry y Louis continuaron frecuentando. A veces el castaño lo invitaba a almorzar, o el rizado lo invitaba a una exposición de arte en la galería en la que trabajaba.
Un año después, el 28 de septiembre se convirtieron en una pareja formal. El tema de Eleanor había quedado en el olvido. Louis lo había superado gracias a Harry y terminó completa y locamente enamorado de cada una de las cosas que lo hacían ser él.
Año y medio después del inicio de su relación, tomaron la decisión de mudarse juntos. Querían crear nuevos recuerdos en un lugar nuevo, por lo que entre los dos compraron un departamento en el centro de Londres.
Llevaban viviendo bajo el mismo techo dos años y medio, Louis estaba totalmente seguro de que el rizado era el indicado para pasar el resto de su vida, por lo que estaba planeando el momento perfecto para pedirle matrimonio. Pero en este momento había otro tipo de problemas.
Zayn había llamado hace al rededor de una hora. El morocho se encontraba bastante triste por la reciente pelea que se había dado con su esposo, pero no era como todas las veces en las que peleaban y media hora después todo se había resuelto. No, esta vez iba enserio. A sus treinta, a Liam le parecía perfecto comenzar una familia, llevaban hablando sobre el tema durante varios meses, pero el morocho siempre decía que aún no era momento. Hace un par de días, Liam le había dado la noticia de que estaba embarazado, Zayn explotó, se suponía que sería una decisión de los dos, y Zayn pensaba que Liam había sido demasiado egoísta. Se fue de casa y ahora se estaba quedando en su departamento de soltero.
Había llamado a Louis porque era su mejor amigo, además de que tenía que cancelar sus cita doble. Necesitaba a alguien que lo escuchara y le aconsejara. Así que decidió invitar al oji azul a "Sweet Creature".
Y es que ese era el problema. A Harry le parecía genial que Louis saliera con Zayn, entendía que lo necesitaba, pero lo que no quería era a Louis tapándose de nuevo con la mujer con la que en algún momento quiso formar una familia.
-Harry, Zayn me lo ha pedido, él en verdad me necesita.- Estaban en la cocina mirándose frente a frente, Harry mantenía el ceño fruncido.
-Yo sé que te necesita, lo sé, no te estoy diciendo que no lo veas, solo te pido que sea en otro lugar.- El rizado se cruzó de brazos, para Louis lucía adorable.
-No entiendo cuál es el problema. Es el lugar donde nos conocimos, se supone que debería ser especial.- El castaño trataba de mantener la calma, la último que quería era terminar en una pelea peor.
-Sabes cual es el problema, no te hagas el tonto.
-Ni siquiera sé si ella sigue trabajando ahí. Hace años dejo de importarme, y la última vez que fuimos ella no estaba, amor. Confía en mí.
-La última vez que Niall llamó, me contó que fue a "Sweet Creature", ella estaba ahí atendiendo a los clientes.
Niall frecuentaba aquella cantina desde antes de que Louis y Harry se conocieran, por lo que conocía también a las chicas que trabajaban en el lugar, y era obvio que mantendría a Harry al tanto de si Eleanor se aparecía de nuevo en su lugar preferido para beber, por algo eran mejores amigos.
-Sweet cheeks, no importa si Eleanor está ahí, a quien amo es a ti.- Louis se había acercado y había tomado el rostro de su novio con delicadeza.
-Es que... ella es hermosa, le amabas, y yo...
-Amor. Yo sé que entre ambos hay historia, le quise sí, en algún punto ella se convirtió en toda mi vida, pero cuando te conocí, por si no lo recuerdas, tenía el corazón roto, ella me dejó, Harry, estaba herido y tú estuviste ahí para juntar mis pedazos.- A Harry se le llenaron los ojos de lágrimas, sabía que había hecho una buena elección al decidir ayudar al más hermoso desconocido.- Me tienes, Harry, tienes todo de mí. Sé que te sientes inseguro, tal vez incluso celoso, y estás en todo tu derecho, te entiendo, a mí tampoco me gustaría que te vieras con alguno de tus ex's. Pero no me prohíbas salir hasta allá, déjame enfrentarme a ella y demostrarle que no importa más.
-Louis... ella es una hermosa mujer, yo entendería si tú...
-Bebé, sé que sigue siendo una hermosa mujer, que posiblemente conserve esa gracia que la caracteriza, pero ambos sabemos que es solo una envoltura, en su interior no hay ni una pizca de belleza, lo sabes, lo único que tiene dentro es avaricia. Muchos podrán decir que una diosa o una reina, pero la conozco y lo único que podrá ser siempre es una BELLEZA DE CANTINA.- Harry le miró por unos segundos más.
-¿Ya te dije que te amo?- Una sonrisa apareció en el rostro del mayor.
-Hoy no.
-Pues te amo, ¡TE AMO, LOUIS TOMLINSON!- Louis odiaba tener que hacerlo, pero se puso en puntas y besó a su novio.
-Yo también te amo, sweet cheeks.
-¿No vas arreglarte? Tienes que estar listo en menos de veinte minutos- Harry observó el reloj en la pared.
-Eso es un sí.
-Confío en ti, Lou, lo hago.- Louis recordó la pequeña caja en el bolsillo de sus pantalones.
Sabía que no era el mejor momento, pero se sentía correcto hacerlo. Se separó un poco del rizado y metió la mano al bolsillo mientras comenzaba a hablar.
-Sé que tal vez no es el mejor momento, pero no quiero que te sientas inseguro sobre lo que siento por ti, porque estoy enamorado de ti Harry Styles, perdidamente enamorado, eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Eres lo más importante que tengo y quiero tenerte conmigo el resto de mi vida.- Se puso en una de sus rodillas y Harry no sabía que hacer.- Te amo, Harry, te amo y no dejaré de hacerlo, es por eso que te pido que te cases conmigo, ¿quieres?
En la pequeña caja había dos anillos, uno notablemente más pequeño que otro, era una argolla sencilla pero increíblemente bella.
-Mi Lou, no hay ninguna posibilidad de que te diga que no, porque también te amo con todo mi corazón.- Hizo a Louis ponerse de pie y extendió su mano.
El anillo de Harry era el más grande, tenía pequeñas incrustaciones de zafiros por toda la orilla, y el de Louis era exactamente igual, solo que más pequeño y con incrustaciones de esmeraldas.
Finalmente Louis volvió a ver a Eleanor, pero era lo que menos le importaba, solo se limitó a charlar con su mejor amigo, mientras que en la casa de los Malik-Payne, Harry hablaba con Liam. Sabían que sus amigos se amaban infinitamente, por lo que no pensaban dejar que arruinaran su relación.
Louis y Harry sabían que ellos estarían bien, Eleanor no importaba más. Se tenían el uno al otro y eso era suficiente.
