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Bitch, He's Mine.

Summary

JiMin sólo sabía que Jungkook era suyo. KookMin Os.

Genre:
Romance / Drama
Author:
Hee♡
Status:
Complete
Chapters:
1
Rating:
n/a
Age Rating:
18+

Única Parte.

JiMin caminaba por los pasillos de la universidad en busca de su Jungkook. Éste le había mencionado que había salido unos minutos antes de clase por lo que, apartaría una mesa para ambos en el campus antes de que se llenaran por completo.

Jungkook sabía a la perfección que JiMin odiaba comer en el césped de los campos debido a que le producía alergia, no es cómo si pudiera cargar con él para todos lados una manta de picnic para evitar estas situaciones. Por supuesto, Jungkook llevaba una siempre en su auto pero aquel día habían ido en moto, así que no había mucho qué hacer.

Con paso ligero llegó al sitio encontrándose con una desagradable escena. Jungkook estaba sentado con dos bandejas de almuerzo, una que podía deducir perfectamente era para él; con su cuerpo extendido sobre la silla en una pose relajada, sus cabellos cortos y negros relucían debido a los rayos del sol mientras su camiseta negra se asentaba sobre su fornido pecho, sus tatuajes y brazos musculosos se mostraban gracias al hecho de que no tenía puesta su chaqueta negra y sus piernas estaban estiradas cómodamente cubiertas por un jean del mismo color. Jungkook sólo vestía de negro a menos que JiMin quisiera combinar outfits de otro color.

El problema radicaba en la chica que estaba sentada frente a él en una posición que JiMin denominaría coqueta, la clásica pose que le hacía ver a cualquiera su interés por el hombre frente a ella. No podía verle el rostro puesto que le daba la espalda a JiMin, tampoco es que quisiera saber quién era pero por supuesto ella sabría quién era JiMin.

Levantando el mentón con altanería retomó sus pasos hacía la mesa manteniendo una suave sonrisa en su rostro, por dónde pasaba, JiMin llamaba la atención por lo qué, varios estudiantes al verlo se deleitaban de gusto siguiéndolo con la mirada.

Aunque a JiMin sólo le interesaba la atención de una mirada en particular.

Atención que por supuesto obtuvo cuándo Jungkook ignoró olímpicamente a la chica por posar sus oscuros ojos sobre él. JiMin jamás se cansaría de ese bello brillo que los ojos de Jungkook adoptaban cada vez que lo veía, el pelinegro sonrió en su dirección levantando la mano para hacerse notar.

No es que fuera necesario, JiMin lo miraría sin importar quién estuviera allí con ellos, su atención siempre sería atraída por ese magnífico hombre. La chica, al notar que la atención de Jungkook fue desviada giró la cabeza para observarle, su mirada se volvió aguda mientras lo recorría de pies a cabezas. JiMin sonrió más amplio.

¿Cómo te queda el ojo maldita zorra? Pensó con gusto llegando finalmente a la mesa para rodearla ignorando con intención a la chica.

—¡Jungkookie! —exclamó en tono meloso.

Jungkook inmediatamente se sentó de mejor forma, JiMin tomó aquello cómo una invitación para sentarse sobre sus piernas besando sonoramente la mejilla del hombre sintiendo sus brazos rodearle con cariño y posesividad la cintura.

—Hey, mi bonito, te estabas tardando, ¿larga clase? —los ojos de Jungkook recorrieron su rostro con deleite mientras entregaba suaves caricias a su cintura.

—Si —hizo un puchero —. El profesor casi no nos deja salir —se quejó.

—Oh bonito, ¿quieres comer? Compré tu almuerzo favorito —los ojos de JiMin brillaron por eso haciendo que Jungkook sonriera complacido.

—¡Si! Mi Jungkookie es el mejor —chilló abrazándolo por los hombros besando nuevamente su mejilla en esta ocasión repetidas veces.

Jungkook rió entre dientes dejándose hacer con gusto. Por lo visto, ambos habían olvidado por completo la presencia de una tercera persona en la mesa quién carraspeó con incomodidad para hacerse notar. JiMin dejó de besar la mejilla de Jungkook escuchando su suave gruñido descontento por su acción, sonrió divertido manteniendo su abrazo ahora pegando su mejilla a la de Jungkook para mirar a la chica.

Era bonita, JiMin no iba a negar aquello, con cabello largo castaño y lacio, ojos redondos y mieles, labios finos y nariz puntiaguda. Sin embargo, JiMin sabía con certeza que en lo absoluto era del estilo de Jungkook.

Porque el único estilo de Jungkook era él.

—Oh —abrió los ojos con fingida sorpresa —. Lo siento linda, no te vi.

—No te preocupes —ella sonrió completamente tensa —. Veo que son unos amigos muy efusivos.

—¿Amigos? —preguntó Jungkook confundido —. Mi bonito no es mi amigo, Hae.

JiMin sonrió divertido por ello, parpadeó un par de veces sobando con cariño sus mejillas juntas, Jungkook se dejó hacer con gusto; siempre se dejaba hacer con gusto cualquier cosa que su JiMin quisiera.

—Uh, ¿mejores amigos? —preguntó ella en tono dudoso.

JiMin inevitablemente soltó una carcajada aún más gozoso si era posible.

Pobre chica. Pensó.

—¿Quién es esta criatura tan adorable, Gukkie? —JiMin apartó su rostro de Jungkook para poder verlo notando su ceño fruncido en dirección a ella.

—Una compañera de metodología —murmuró restándole importancia para mirarlo —. ¿No vas a comer bonito? Se enfriará tu comida.

—¡Cierto! —brincó sobre las piernas del pelinegro sintiendo un suave apretón de advertencia en su cintura, le hizo un puchero al hombre —. Lo siento, Jungkookie.

—Está bien, mi amor, come —Jungkook le alentó indicándole con el mentón las bandejas de comida frente a él —. Te estaba esperando para comer.

—Eres un amor —JiMin suspiró halando las bandejas más cerca, levantó la mirada hacía la chica viéndola relativamente incómoda, sonrió socarrón —. ¿Interrumpí algo?

JiMin tomó los palillos recogiendo un poco de kimchi para llevarlo a los labios de Jungkook, éste nuevamente se dejó hacer gustoso de que JiMin le alimentara, siempre era su parte favorita del día.

—No.

—Si —respondió ella con tono amargo.

JiMin ladeó la cabeza aparentando confusión.

—No interrumpiste nada, mi bonito, sólo hablábamos del proyecto que tenemos que hacer juntos —le aclaró en voz baja, JiMin conocía ese tono disfrazado de advertencia que siempre le hacía sentirse cachondo —. ¿Verdad, Hae?

Ella rodó los ojos irritada dando un asentimiento brusco.

—Estaba diciendo que podríamos reunirnos en mi casa —siguió ella mirando lejos de la mesa.

Ver a tu crush ser alimentado por un bonito chiquillo no era en lo absoluto grato. Jungkook se veía demasiado cómodo de ese modo todavía dando suaves caricias a la cintura de JiMin, una de sus grandes manos ahora reposaba en el muslo del pelirosa quién había girado ligeramente su cuerpo para poder comer de mejor manera y seguir alimentando a Jungkook.

—No, creo que sería mejor en la biblioteca de la universidad —comentó después de varios segundos masticando Jungkook —. No voy a casas desconocidas, lo siento.

—Mmh, bueno —ella volvió a removerse —. Es que, no suelo concentrarme en esos sitios, preferiría uno dónde estemos solos, digo, así trabajamos mejor, sin distracciones.

Jungkook arqueó una ceja, JiMin sonrió irónico dándole una mirada de soslayo a la mujer mientras seguía comiendo tranquilamente todavía alimentando a Jungkook.

—Bueno, en ese caso, ¿amor, tienes algún problema en que hagamos el proyecto en nuestro apartamento? —Jungkook miró a JiMin quién le regresó la mirada.

—Claro que no Gukkie, pueden hacer su trabajo allí —JiMin sonrió limpiando la comisura de la boca de Jungkook que tenía un poco de salsa rosada, se llevó el dedo a sus propios labios chupando lentamente.

La mirada de Jungkook siguió el recorrido oscureciendo sus ojos dándole ahora un suave apretón a su muslo, JiMin sonrió de manera inocente continuando con su comida. Le dio una mirada de reojo a la chica quién parecía estupefacta en su sitio.

—Entonces, podemos hacerlo en mi apartamento después de que recoja de la academia a Minnie —Jungkook dirigió su mirada a la chica removiéndose ligeramente en el asiento —. ¿Te parece eso bien, Hae?

—¿Él estará presente? —preguntó ella insegura.

JiMin soltó otra carcajada viendo el ceño fruncido de Jungkook regresar a su rostro.

—¿No es adorable, Gukkie? —suspiró con fingida diversión —. Por supuesto que estaré presente, es mi apartamento también linda, pero no te preocupes por eso, no interrumpo en los trabajos de mi Jungkookie.

—No hagas preguntas absurdas, por favor —Jungkook rodó los ojos con molestia —. Entonces, escríbeme al correo de la universidad para ver qué día nos vemos.

—Oh —ella parecía cohibida, JiMin disfrutaba tanto de ello —. Mmh, bueno, esperaba tener tu número.

—A mi Jungkookie no le gusta dar su número a desconocidos, linda —JiMin le dio una falsa sonrisa de lástima —. Hay mucha gente loca y le han acosado por mensajes de texto con anterioridad.

—Minnie, no le des explicaciones bonito —Jungkook palmeó su muslo con algo de rudeza sacándole un jadeo, la chica abrió los ojos con sorpresa —. Simplemente no me gusta y ya.

—Mi Jungkookie es tan malo —lloriqueó haciendo un puchero, Jungkook se inclinó besándolo suavemente, JiMin suspiró complacido.

—Bueno —Hae se levantó bruscamente de la silla, Jungkook gruñó dejando de besarlo para mirarla —. Te escribiré entonces, Jungkookie.

—Oye —JiMin finalmente dejó su actitud adorable de lado dándole una mirada asesina, ella parpadeó incrédula por ese brusco cambio —. No le digas de ese modo, su nombre es Jungkook o Jeon para ti, ¿entendido?

Hae boqueó un par de veces abriendo y cerrando la boca sin saber qué decir.

—No me gusta que otras personas a parte de Minnie me llamen de ese modo —aclaró Jungkook con aspereza —. Eso ha sido muy confianzudo de tu parte, Hae, no te he dado esa confianza, por favor.

—Si, yo... Lo siento —balbuceó ella dando un par de pasos para alejarse de la mesa —. Te escribiré... Jungkook.

Jungkook le dio un asentimiento ignorándola finalmente para tomar el mentón de JiMin haciendo que se miren a los ojos. Las brillantes avellanas de JiMin burbujeaban en ira, quisiera o no negarlo, Jungkook amaba esa expresión salvaje en su rostro.

—Está bien, mi bonito, sabes que sólo tú puedes llamarme así —susurró dándole un casto beso en los labios.

La chica finalmente se alejó de la mesa presa de la incomodidad por aquel momento tan jodidamente molesto. JiMin bufó recostándose en el pecho de Jungkook.

—Es una maldita descarada —gruñó JiMin dejando los palillos de lado.

Se le había quitado el apetito.

—Sólo ignórala, sabes que no me interesa nadie que no seas tú —Jungkook besó su sien con cariño —. Anda, mi amor, sigamos comiendo, sabes que no me gusta que no termines tu comida.

La voz ronca de JungKook le dio un escalofrío en toda su espina dorsal que terminó directamente en su pene. JiMin se reacomodó de un respingo recogiendo los palillos para seguir comiendo. Jungkook sonrió malicioso.

—Buen chico —alagó recibiendo la comida que JiMin le ofrecía —. Terminemos todo y te dejo en tu salón, mi bonito.

—Si, Gukkie.




—Dios, eres terriblemente malo —comentó Yoongi a su lado, estaban dando sus últimos estiramientos para finalizar la clase de baile de ese día —. ¡Me encanta que seas así, Mimi!

JiMin sonrió divertido guiñándole un ojo de forma juguetona al peliazul.

—Detesto que zorras se crean con el derecho de coquetearle a mi Jungkookie —suspiró de forma melodramática —. Joder, voy a tener que desinfectar los cojines del comedor en cuánto se vaya.

Yoongi soltó una carcajada por ello.

—Ay Mimi, no sé cómo cabe tanta maldad en ese cuerpecito tan pequeño tuyo —JiMin le sacó la lengua de forma infantil, Yoongi sonrió —. Entonces, ¿hoy es la primera reunión?

—Si —rodó los ojos —. Esa descarada quería que mi Jungkookie la recogiera porque supuestamente no sabe ubicar la dirección que le dio, ¿puedes creerlo?

—Totalmente —gruñó el peliazul levantándose de su sitio para ayudar al pelirosa a hacerlo, ambos caminaron hasta sus maletas —. Creo a las personas capaces de todo, Tae también está agotado de toda esa mierda.

—Oh hombre, salimos con chicos putamente atractivos —JiMin tomó su abrigo poniéndoselo inmediatamente —. Hay que cuidarlos de algún modo.

—Diría que no es necesario, que ellos ponen sus límites pero viendo que ni eso la gente es capaz de respetar ya hay que meter las garras por lo de uno —se quejó con desagrado —. Cómo odio que no acepten un no por respuesta.

—Ni me lo digas, Yoon, ni me lo digas.

Tomando sus bolsos salieron de allí a paso lento riendo entre bromas mientras se dirigían a la salida de la academia. Yoongi era su mejor amigo de toda la vida, en realidad, gracias a él es que había conocido a Jungkook, pues, Jungkook era primo de su novio Taehyung con quién agradecidamente se llevaba muy bien. Taehyung era un tipo genial, bastante excéntrico y extrovertido con sus seres de confianza, normalmente, si lo vieras en la calle pensarías que odia al mundo pero cuándo estaba rodeado de gente que amaba era todo sonrisas, bromas y cariños. De ese mismo modo era Jungkook pero menos excéntrico, Jungkook en realidad, era bastante serio y tosco con todo el mundo, odiaba lo empalagoso y le enfermaba de sobremanera que alguien invadiera su espacio personal, claramente la excepción a esa regla era JiMin. Al mismo Jungkook le encantaba siempre estar en todo su espacio personal teniendo sus manos sobre él de algún modo.

JiMin nunca se quejaría de ello, amaba con locura que esa parte de la personalidad del pelinegro fuera únicamente para él.

Al salir al aire fresco JiMin escuchó pasos rápidos tras ellos, giró su cabeza viendo a su molesto profesor de danza que venía trotando hasta dónde se encontraban JiMin y Yoongi esperando por sus respectivas parejas.

—No ahora —gimió malhumorado JiMin.

—Hablando de no aceptar negativas —farfulló Yoongi a su lado entrelazando su mano con la del pelirosa —. Lo golpearé si se te acerca de más.

—Seremos dos, entonces —ambos amigos sonrieron de manera cómplice.

—JiMin, Jesús, pensé que no te alcanzaría, lindo —el hombre se inclinó sobre sus rodillas tratando de recuperar el aire de ese modo, JiMin le dio una mirada aburrida.

—Profesor, le he dicho muchas veces que no me llame lindo, es poco ético de su parte —aclaró con tono mordaz.

—Oh si, lo siento, es que ya estamos fuera de la academia así que ya no somos profesor y alumno —. El hombre sonrió divertido irguiéndose en su sitio.

—¿Necesita algo? —preguntó con molestia.

—Si, bueno —el hombre rascó su nuca avergonzado —. De verdad, me encantaría que aceptaras mi oferta —aclaró mirando hacía sus zapatillas guardando las manos en los bolsillos —. Sería genial salir contigo, JiMin.

JiMin suspiró mirando hacía Yoongi, el peliazul enviaba miradas mortales al profesor haciendo reír a JiMin.

—Ay profesor, creo que esto se está volviendo molesto —soltó un falso suspiro parpadeando hacía él cuándo el hombre alzó la mirada —. Creo que esto ya raya en el acoso, ¿no crees, Yoon?

—Definitivamente si —gruñó su mejor amigo con impaciencia —. ¿Cuántas veces más necesita ser rechazado para aceptar la realidad, profesor Lee?

—Estoy hablando con JiMin, no contigo Min —respondió de manera borde el hombre dándole una mirada poco amigable —. No quiero rendirme contigo, JiMin.

—Ni siquiera le he dado una oportunidad, hombre —JiMin rió de forma histérica —. Si sigue acosándome de ese modo lo voy a denunciar a las autoridades de la academia.

El hombre apretó los puños frunciendo el ceño con disgusto.

—Ni siquiera me haz dado una buena razón —se mofó de forma descarada —. Además, nadie te va a creer, sólo eres un alumno.

JiMin abrió la boca indignado, apunto de responder sintió unas conocedoras manos rodear su cintura acercándolo a un fornido pecho que el pelirosa muy bien conocía, sonrió.

—¿Qué tal está razón? JiMin es mío —la voz de Jungkook sonó profunda y grave desde su espalda —. Creo que ya le ha dejado claro que no quiere ser molestado por usted, ¿tenemos que llamar a la policía?

—¿A la policía? —se burló el hombre cruzando los brazos sobre su pecho —. ¿Un hombre reportando el acoso de otro hombre? ¿Quién haría eso?

—Bueno, si no llamamos a la policía podemos hacer esto mejor —Jungkook soltó a JiMin posicionándose frente a él —. Aléjese de mi novio o yo mismo le sacaré los ojos y los dientes.

El hombre tragó saliva con horror mirando a Jungkook cómo si fuera una especie de loco.

—¡Ese si es motivo para llamar a la policía! —le gritó lleno de pavor dando un par de pasos hacía atrás —. Estás amenazando mi integridad física, a mi, el famoso coreógrafo Lee Dongmin.

—¿Famoso? —Jungkook se rió divertido —. ¿Escuchaste eso, Tae?

JiMin giró un poco su cabeza para ver a Yoongi siendo rodeado por los protectores brazos de su novio, Taehyung. Ambos tenían sonrisas de burla plasmadas en sus facciones.

—Lo escuché, Kook —Taehyung ladeó la cabeza —. ¿Quiere llamar a la policía? Adelante, podemos explicar perfectamente la situación.

—¡No tienen nada en mi contra! —gruñó con valentía dándole una mirada mortal al pelirosa —. ¡Sólo quiero hundirme en ese apetitoso culo!

JiMin soltó un jadeo lleno de indignación, Jungkook gruñó completamente molesto acercándose al hombre en dos zancadas para tomarlo de su camiseta haciéndola un puño en sus manos mientras sus rostros quedaban a milímetros de distancia.

—Mucho cuidado en cómo te refieres a mi novio —musitó, sus ojos cargados de una oscuridad que incomodarían incluso al mísmimo diablo —. Soy capaz de arrancarte la lengua y hacértela tragar, imbécil.

—¡Suéltame, desquiciado! —gritó alterado.

Los guardias de seguridad de la academia salieron al ver el alboroto que se estaba causando allí mismo. Jungkook no alejó su mirada del hombre apretando cada vez con más fuerza la camiseta comenzando a cortarle la respiración al tipo.

—¿Qué sucede aquí? —preguntó uno de ellos notando la escena —. Joven, le pido amablemente que suelte al señor Lee.

—¡Hagan algo, idiotas! ¡Éste maniático me va a asesinar! —gritó tratando de girar su cabeza para ver a los dos guardias.

—Tengo muchas ganas, si —Jungkook lo soltó finalmente con un brusco movimiento, el hombre cayó de culo por la acción —. ¿Dónde está el director de la academia? —preguntó, girando su mirada a los dos guardias.

El reconocimiento parpadeó en el rostro de ambos hombres ante los dos chicos altos que se encontraban allí.

—Señor Jeon, señor Kim —balbuceó uno de ellos lleno de nerviosismo —. El señor Kim no se encuentra aquí en la ciudad, por el momento.

—No importa —intervino Taehyung —. Hablaremos con mi padre para que intervenga, Kook, así Kim sacará el culo del "famoso Lee" a patadas.

Jungkook sonrió con suficiencia hacía su primo. Dongmin seguía en su lugar ahora lleno de terror y confusión.

—¿Señor Jeon y Kim? —su mirada se dirigió a los dos desconocidos —. ¿Quiénes son ustedes?

—¿Dices ser famoso y no reconoces sus apellidos? —preguntó divertido Yoongi —. Debió quedarse con sus ganas, profesor Lee.

—Gukkie, sólo vámonos, deja que Tae se ocupe de esto —murmuró JiMin acercándose a Jungkook quién respiraba con dificultad —. No hay porqué hacer que Yoo se meta en esto.

—¿Jeon Go Yoo? —el rostro de Lee palideció —. ¿Eres hijo del señor Jeon?

—Por supuesto que lo soy, imbécil, y te vas a arrepentir de haber acosado a mi novio —gruñó Jungkook tomando la mano de JiMin para alejarlos de allí.

—¡Esperen por favor! ¡Era una broma, JiMin!

Ignoraron sus gritos comenzando a alejarse los cuatro del lugar escuchando las mil disculpas de los dos guardias de seguridad. Taehyung suspiró sacando su teléfono para enviarle un rápido texto a su padre con el fin de erradicar el problema.

—Papá llamará a Kim más tarde, Kook —Jungkook asintió hacía su primo —. ¿Estás bien, Mimi?

—Si, Tae, gracias —le sonrió —. Gracias a que llegaron a tiempo.

—Minnie, hablaremos de esto en casa —JiMin mordió su labio asintiendo al ver a Jungkook todavía molesto.

Él sabía muy bien lo que le esperaría en casa.

—Mimi, te escribo mañana, ¿vale? Vayan con cuidado —Yoongi se soltó del agarre de su novio para abrazar a su mejor amigo —. Avísame si necesitarás ungüento para tu culo —susurró en su oído.

—Lo necesitaré definitivamente —ambos amigos rieron separándose del abrazo —. Me escribes, ¿de acuerdo?

—Si —sonrió más amplio —. Adiós, Kook.

—Adiós Yoon —el pelinegro le sonrió abrazando la cintura de JiMin, golpeó su puño con Taehyung cuándo éste lo extendió hacía él —. Avísame que te dice mi tío cuándo te responda y dile que le avise a mi papá.

—Claro, hermano, hablamos.

En realidad, la madre de Taehyung era hermana del padre de Jungkook, sin embargo, Jungkook consideraba al señor Kim cómo su tío de sangre por haber crecido con él. La pareja se alejó de ellos mientras ellos también se encaminaban a la moto de Jungkook.

Subiendo en silencio JiMin sólo podía rezar por su culo que estaba seguro sería muy maltratado. Aunque, una sonrisa malvada se instaló en su rostro recordando que cierta persona visitaría el apartamento en un par de horas más.

[...]

JiMin se dirigió a la puerta al escuchar el timbre caminando lentamente al sentirse dolorido mientras Jungkook terminaba de ducharse, ciertamente había sido bastante rudo aunque el pelirosa no podía quejarse, amaba que su Jungkook fuera rudo con él.

Abrió la puerta viendo frente a él a aquella chica de la clase de Jungkook. Hae lo escaneó de arriba a abajo frunciendo los labios en una mueca desagradable, JiMin sonrió amplio por ello. Todo él gritaba sexo salvaje. Sabía que la camiseta de Jungkook le quedaba lo suficientemente grande para que cayera con gracia de un hombro dejando ver los cientos de chupetones y mordiscos qué Jungkook le había proporcionado, sus cabellos rosas estaban desordenados, sus labios hinchados y rojos debido a los besos salvajes y los mordiscos, su piel debía lucir jugosa y además estaba en bóxer.

—Oh, hola linda —JiMin se hizo a un lado para permitirle el paso al apartamento —. Adelante, pasa, no seas tímida.

Ella sonrió de una manera bastante falsa.

—Hola, ehh...

—JiMin —cerró la puerta tras ella cuándo la vio ingresar mientras observaba todo con ojo crítico.

El apartamento que compartía con Jungkook estaba ubicado en una de las mejores zonas de Seúl. Un apartamento de dos pisos que el padre de Jungkook había decidido regalarles cuándo dieron el aviso de que vivirían juntos.

Para beneficio de ellos, los padres de Jungkook amaban a JiMin tanto cómo los padres de JiMin amaban a Jungkook. Se habían hecho grandes amigos y de hecho, el padre de Jungkook había impulsado bastante el negocio familiar de los Park permitiéndoles abrir cientos de sus cafeterías en todo el país. Ser el consentido del señor Jeon el empresario más influyente de Corea y de varios países asiáticos tenía sus ventajas. Por supuesto, JiMin no estaba con Jungkook por su dinero ni su posición, le amaba incondicionalmente por quién era. Incluso se llevaba de maravilla con Jisoo, la hermana menor de Jungkook quién era amiga íntima de su hermana menor Ryujin.

Sus familias tenían una excelente relación, JiMin no podía estar más feliz por ello. Por lo tanto, su apartamento era encantador, muy moderno, bonito y hogareño. Ellos amaban su apartamento qué estaba lleno de cuadros familiares tanto de ambas familias juntas en dónde aparecían incluso sus amigos, cómo de fotos en dónde sólo estaban ellos dos y más.

—Puedes ubicarte en la sala, mi Jungkookie no tardará en bajar —le sonrió señalando hacía los sillones de cuero negro —. ¿Quieres algo de beber, linda?

A pesar de que sabía con exactitud lo que ella buscaba de su Jungkook, JiMin era un hombre muy bien educado y caballeroso. Sus padres lo habían criado muy bien. Eso y que sin importar quién fuera JiMin estaba seguro de que Jungkook estaba completamente enamorado de él.

—Agua estaría bien, gracias... JiMin —el asintió dirigiéndose a la cocina para llevarle lo pedido.

Hae observaba con malestar los diferentes cuadros, eran fotos hermosas, no iba a negarlo, pero desearía reemplazar a JiMin en cada foto por ella. Estaba segura de que Jungkook sólo estaba confundido, el hombre gritaba heterosexualidad por dónde lo vieras. No concebía que un hombre tan guapo y tan masculino cómo Jungkook fuera homosexual.

Debía ser una confusión. Si claro.

JiMin volvió unos minutos después con un vaso ofreciéndoselo manteniendo su amable sonrisa.

—¡Mi amor! ¿Dónde estás? —la voz de Jungkook retumbó desde el segundo piso, JiMin mordió su labio divertido.

—¡En la sala Gukkie, Hae llegó!

La chica se removió nerviosa en su sitio, a pesar de sus fallidos avances con el pelinegro sentía que podía tener una oportunidad con el hombre. Sólo debía esforzarse un poquito más, ignorando claro el hecho de que el pelirosa gritaba sexo salvaje y reciente.

Eso no la detendría de sus planes.

En la universidad, pocos sabían que Jeon Jungkook era hijo del gran Jeon Go Yoo, Jungkook había dejado en claro que quería que su relación sanguínea fuera completamente confidencial, ella había tenido sospechas al ver a ambos hombres en un evento de caridad que su familia había llevado a cabo, allí se había flechado por el pelinegro ignorando deliberadamente el hecho de que JiMin había estado allí con él.

Jungkook era el hombre de sus sueños, JiMin no era un obstáculo para ella.

Al menos eso creía.

—Mierda, ¿en serio? —los pasos de Jungkook resonaron por las escaleras apareciendo en joggers negros y una sudadera del mismo color, su cabello negro caía húmedo sobre su frente, traía las mangas de la sudadera recogidas dejando ver sus tatuajes, Hae suspiró soñadora. Ambos hombres la ignoraron, Jungkook le dio una rápida mirada gimiendo con malestar.

Él quería seguír follando salvajemente a JiMin.

Todavía estaba molesto.

—Si, Gukkie —JiMin sonrió divertido —. Está ahí —señaló tras de él, Jungkook suspiró.

Hae decidió ignorar ese gesto que demostraba el malestar del hombre por tenerla allí.

—Bien —Jungkook terminó de bajar las escaleras tomando a JiMin por la cintura alzándolo con facilidad —. Hablé con Tae, mañana vendrá papá a vernos.

—¡Gukkie! Te dije que no quería meterlo en esto —se quejó JiMin con un puchero.

Hae torció el gesto con malestar, JiMin le parecía irritante.

—Tú eres mi asunto, bonito, no está en discusión, Tae también vendrá con mi tío y Yoon —besó su puchero repetidas veces —. Ahora —giró en su lugar dejando a JiMin para que se quedara de pie sobre las escaleras —. No te vayas a duchar, todavía no he terminado contigo.

Las implicaciones de sus palabras hicieron que un nudo se formara en el estómago de Hae quién se removió incómoda en el sillón, JiMin sonrió descarado asintiendo.

—Está bien, no tardes ¿si?

—Minnie —gimió apretándole la cintura reposando su frente en el pecho del pelirosa al estar unos centímetros más alto por las escaleras —. Haré lo que pueda, mi bonito.

JiMin volvió a asentir, besando a Jungkook mirando de reojo a Hae quién los miraba, le guiñó un ojo divertido viéndola apretar la mandíbula con fuerza, sonrió separándose del beso peinando los cabellos negros de Jungkook.

—Te espero arriba —besó su comisura —. Ordenaré comida, ¿qué quieres?

—Pide algo de carne, o lo que quieras mi amor, estará bien.

JiMin finalmente subió por las escaleras con una sonrisa triunfante, lo siento perra, él es mío.

Jungkook respiró hondo manteniendo su mirada en las escaleras hasta que JiMin desapareció de su vista, giró sobre sus talones observando a la chica con una mirada tosca, nada comparado a la dulce mirada que parecía ser exclusiva para Park JiMin.

—Hola Hae.

—Hola Jungkooki... —se interrumpió a sí misma cuándo vio a Jungkook apretar la mandíbula —. Jungkook.

—¿Trajiste una laptop contigo? —preguntó Jungkook dirigiéndose a una habitación qué había tras las escaleras, era un estudio que compartía con JiMin dónde hacían sus trabajos de la universidad.

Hae se levantó de su lugar siguiendo sus pasos.

—Si, ¿quieres compartir mi laptop?

—No —Jungkook tomó la de JiMin debido a que la propia estaba en su habitación —. Tomaré la de mi Minnie.

—Oh —ella observó la habitación, viendo las bibliotecas que estaban divididas por dos muros los cuáles tenían dos enormes cuadros de JiMin y Jungkook en ellas, torció el gesto —. ¿Trabajaremos aquí?

—No —Jungkook le dio una mirada extrañado —. En el comedor, éste estudio es de mi Minnie y mío, no quiero que toques sus cosas.

Jungkook pasó por su lado indicándole que fuera al comedor, ella mordió su labio haciendo caso viendo a Jungkook cerrar la habitación con seguro. Le señaló el comedor, Hae tomó su maleta halando una silla para sentarse, Jungkook se sentó del otro extremo lejos de ella.

—Uh, Jungkook, creo que sería mejor si te sientas a mi lado, así podemos compartir ideas —musitó.

¿Por qué el hombre es tan difícil?

Jungkook la miró en silencio rodando los ojos, Hae se sintió ligeramente ofendida por el gesto despectivo.

—Necesito que te concentres en el proyecto, Hae —Jungkook aclaró concentrándose en la laptop con carcasa rosa —. Quiero adelantar lo mayor que podamos hoy.

—¿Podrías después de eso llevarme a mi casa? Tal vez tardemos un par de horas —volvió a musitar.

Jungkook le dio una mirada de soslayo.

—Puedo llamarte un taxi si eso te preocupa —comentó con aburrimiento —. A menos que mi Minnie quiera acompañarme a dejarte en el auto, podría ser.

—Pero tienes moto, sería más rápido así.

—No —Jungkook le dio una mirada asesina —. No subo a mi moto a nadie Hae, es exclusivamente para mi prometido o mi familia ¿entendido? Te llamaré un puto taxi si es el caso, ahora concéntrate en el trabajo, gracias.

Hae apretó los labios con desgana dejando el tema de lado por el momento. Cincuenta y cinco minutos después los pasos de JiMin resonaron por las escaleras, habían estado trabajando en silencio la mayor parte, aunque Hae intentó hacer conversación con Jungkook el hombre había comenzado a irritarse de sobremanera por lo que decidió desistir de ello.

Jungkook inmediatamente dejó de trabajar en la computadora arrastrando la silla hacía atrás girando su cabeza para ver al pelirosa quién apareció en escena frente a ellos. Hae apretó los puños mirándolo mal, JiMin la ignoró.

—¿Qué pasa, mi amor? —Jungkook lo tomó de la cintura cuándo JiMin estuvo lo suficientemente cerca invitándolo a sentarse en sus piernas, JiMin lo hizo con bastante gusto.

—La comida ya está aquí Jungkookie —JiMin peinó los cabellos de su nuca con cariño —. No demoran en llamar de la...

El teléfono del apartamento sonó, Jungkook besó la mejilla del pelirosa levantándose de su sitio para caminar hasta el aparato contestando.

¿Si, buenas noches?... Claro, que siga por favor, gracias Matt —Jungkook colgó girando sobre sus pies analizando la vestimenta de JiMin, estrechó los ojos —. Recibiré yo la comida, no quiero que nadie que no sea yo te vea así.

JiMin sonrió asintiendo.

—Pagué con tu tarjeta de crédito, la mía no la leía pero te envié la mitad del dinero —aclaró con un suave sonrojo.

Jungkook frunció el ceño acercándose a su novio, ambos seguían ignorando constantemente la presencia de Hae.

—¿Por qué hiciste eso mi amor? Sabes que no me gusta.

Hae sonrió, era obvio que JiMin también lo usaba por su dinero, eso es Jungkook, date cuenta.

—Gukkie, detesto que pagues todo —se quejó.

¿Qué? Pensó ella borrando su sonrisa.

—Te enviaré el dinero de regreso —Jungkook sacó su teléfono del bolsillo de su jogger —. Te he dicho muchas veces que odio que dividas la cuenta, sabes que puedes usar mi tarjeta siempre.

—¡Gukkie! —se volvió a quejar el pelirosa.

¿¡QUÉ!? Hae no podía creer lo que escuchaba.

—Nada de Gukkie, mi bonito, todavía estoy molesto por lo otro, estás buscando que te castigue seriamente.

JiMin se mordió el labio sonrojándose por completo.

¿Castigar? ¿De qué demonios estaban hablando ese par?

—Gukkie, tu compañera todavía está aquí.

Jungkook frunció el ceño dejando de mirar su teléfono para dirigir su mirada a Hae, hizo una mueca por ello. El timbre sonó por lo que Jungkook guardó su teléfono dirigiendo sus pasos a la puerta, el repartidor traía una enorme bolsa consigo que ofreció inmediatamente al pelinegro.

—Buenas noches, su orden —Jungkook asintió tomando la bolsa.

—¿Necesitas ayuda, Gukkie? —ambos hombres miraron al pelirosa.

Hae rodó los ojos al ver la mirada del repartidor brillar en lujuria recorriendo con su mirada al chiquillo molesto.

Por favor, no es taaaaan bonito.

—¿Qué mierdas estás viendo, bastardo? —gruñó molesto Jungkook tomando al hombre de la chaqueta.

JiMin no pudo evitar reír mientras la cara del hombre pasaba de lujuria a completo horror.

—Nada señor, se lo juro —murmuró aterrorizado —. Ya-ya me voy, ¡que tenga linda velada!

—Más te vale, hijo de puta —Jungkook lo soltó con brusquedad cerrando la puerta con fuerza en su cara.

Hae brincó en su lugar impresionada por ello.

Park JiMin tenía comiendo de la palma de su mano a Jeon Jungkook.

—Mi lindo Minnie —Jungkook se giró sobre sus pies viendo el puchero en los labios de su novio quién le hacía ojos de cachorro herido —. ¿Qué voy a hacer contigo, mi amor?

—¿Amarme mucho? —preguntó mordiendo su labio con diversión —. No lo hice a propósito, lo sabes Jungkookie.

—Sé que no mi amor —Jungkook suspiró acercándose al comedor para dejar la bolsa de comida sobre ella —. Pero tu precioso culo recibirá un buen castigo, ¿estás de acuerdo?

—Si, Gukkie —le sonrió de forma dulce acercándose para besar sus labios —. No estés enojado conmigo mi Jungkookie, te amo.

—Te amo más, mi bonito, nunca podría molestarme contigo —Jungkook lo abrazó acariciando de forma descarada la curva de su trasero, Hae carraspeó más allá de lo incómoda por ello —. Oh, perdóname Hae, olvidé que estabas ahí.

Hae sonrió de manera falsa asintiendo. Jungkook le dio una palmada en el culo a JiMin sacándole un suave gemido por el acto antes de soltarlo y acercarse a la bolsa de comida.

—¿Quieres comer, Hae?

—Oh... Eh... Yo —volvió a carraspear.

¿A quién demonios quería engañar? Jeon Jungkook estaba fuera de sus límites, se lo habían dicho de mil formas. Incluso, cuándo le comentó sobre ello a su padre, éste le había advertido no molestar al hijo del señor Jeon quién se sabía muy bien en el mundo empresarial ya estaba comprometido. Hae se había sentido capaz de cambiar eso, ahora, después de meses intentando hablar con el hombre había pensando que su oportunidad finalmente se daría cuándo fueron puestos cómo pareja de proyecto. Si veía su situación era jodidamente lamentable, Jungkook no le prestaba la mínima atención, todo su ser parecía aclamar únicamente al pequeño pelirosa que le sonreía con altanería y diversión.

Ese pequeño retorcido sabía que nadie le quitaría a Jungkook y no tenía que esforzarse por demostrarlo, Jungkook mismo hacía absolutamente todo el trabajo de dejarlo en claro.

No se iba a engañar más con ello, Jeon Jungkook simplemente no es para ella ni para nadie más que para Park JiMin.

—No, gracias —comenzó a recoger sus cosas apresuradamente bajo la atenta mirada de los dos hombres —. Yo... Debo irme, mi madre me necesita, podemos cuadrar la siguiente reunión en la biblioteca de la universidad.

—Bien —Jungkook le restó importancia mirando la amplia sonrisa de JiMin —. ¿Quieres que te llame ese taxi?

—No, no, puedo esperar uno afuera —sonrió todavía tensa tomando su maleta —. Adiós Jeon, adiós JiMin.

—¡Adiós Hae!

La chica salió técnicamente despavorida del apartamento, cuándo se quedaron solos JiMin no pudo evitar reír divertido. Jungkook arqueó una ceja hacía él comenzando a desempacar la comida.

—Eres el mejor novio del mundo, mío, mi novio, mi Jungkookie —JiMin le abrazó por la espalda con un adorable suspiro.

Jungkook sonrió deteniendo sus movimientos para girar entre los brazos del pelirosa. Es que, ¿cómo podría si quiera fijarse en alguien más teniendo a tremenda belleza con él? Eso era imposible.

—Tuyo, solamente tuyo mi Minnie, así cómo tú eres solamente mío —Jungkook lo beso con suavidad deslizando sus manos hasta su culo dando suaves apretones sacándole pequeños gemidos a su novio —. Y soy tu prometido, no tu novio.

—Lo eres —se sonrieron.

—Ahora que estamos solos, ¿qué te parece si te llevo a la cama y luego comemos? —Jungkook lo alzó con facilidad haciendo reír a JiMin.

—¿Qué estás esperando entonces?

Jungkook gruñó.

Perra, él es mío.

Completamente mío.




Hola!

¿Cómo están?

Traigo éste OS extenso para que lo disfruten, espero que lo lean y lo apoyen.

Gracias por leerme.

Hee

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