CapĂtulo 1: Los MonĂłlogos Villanos.
âY AHORA, les dirĂ© sobre mis planes para asumir el Reino, âdijo el malvado mago y burro total Lartin el Hoja Oscura con un cacareo.
âPor favor, no lo hagas, âle dijeâ. Realmente no tienes que hacerlo.
Por supuesto que no escuchĂł. Los villanos nunca lo hacen. Es por eso que apestan. Mucho. No ayudĂł que mis brazos y piernas estuviesen atados con raĂz de bermellĂłn. Esa mierda es dura. No es mentira.
âYa ves, cuando era niño, siempre supe que yo era diferente. Que estaba destinado a cosas mĂĄs grandes que lo que mi padre habĂa planeado para mĂ. âLartin mirĂł hacia la entrada de la cueva, casi con nostalgia, como si pensara en sus dĂas de infancia. ÂĄQuĂ© culo! âSiempre me mirĂł con desprecio porque nunca quise serherrero. Siempre decĂa eso...
âÂżCrees que se da cuenta de que no nos importa? âMe preguntĂł Alexby. ParecĂa muy malintencionado cuando lo decĂa, pero si fueras un unicornio gay sin cuerno, tambiĂ©n serĂas maloâ. En serio. No nos importa. En absoluto.
Me encogĂ de hombros mientras Lartin nos miraba con incredulidad. âTiene problemas paternales.
âNo tengo problemas paternales, âdijo Lartin, sonando molesto.
âÂżAsĂ que eso le da derecho al monĂłlogo? âAlexby resoplĂł. Cuando lo hizo, pequeños destellos rosados y pĂșrpuras se dispararon por su nariz. Ser un unicornio es asĂ de impresionante.
âEs un villano âdijeâ. Es lo que hacen. Tienen que transmitir todo su plan cuando piensan que han ganado porque nadie mĂĄs los escucharĂĄ jamĂĄs.
âPatĂ©tico, âdijo Alexby, mirando a Lartinâ. Chico, realmente no me importa. Desata mis piernas antes de que te arañe los ojos.
âNo tienes dedos, âle recordĂ©â. No puedes arañar nada.
âEs afortunado de que no tenga mi cuerno aĂșn, âmurmurĂł Alexbyâ. HabrĂa sido algo asĂ mucho mĂĄs gore, serĂa irreal. SerĂa como Gore City aquĂ arriba. Estas raĂces son irritantes. DeberĂa desatarlas.
âÂżVas a desatarlas? âle preguntĂ© a Lartin.
âUh, Âżno? âdijoâ. Sabes que os capturĂ© y que sois mis prisioneros,Âżverdad?
âÂżLo hizo? âLe preguntĂ© a Alexby.
âBueno, estamos atados, âdijo Alexbyâ. Y no de la manera divertida.
âNo quiero saber cuĂĄndo has sido atado de la manera divertida, âle dije. Ăl puso los ojos en blanco. âRubĂ©n, eres tan mojigato.
âÂżChicos? âLartin dijoâ. ÂżTengo un plan? ÂżDel que debo hablarles? TenĂ©is que escuchar.
âNo soy un mojigato âle dije a Alexbyâ. SĂłlo porque no hablo de... ya sabes. Cosas de sexo. Eso no me hace un mojigato.
âTu cara se puso roja cuando tartamudeaste con la palabra sexo, âdijo Alexbyâ. Casi te creĂ.
âNo he tartamudeado.
âTĂș has tartamudeado, âdijo Lartin. Porque era un gilipollas al que iba a patearle las pelotas antes de que terminara el dĂaâ. ÂżPuedo volver a mi historia? Realmente creo que apreciarĂĄn las muchas facetas de mi personaje una vez que lo escuchen. Soy dinĂĄmico y...
âÂżCuĂĄndo te ataron? âpreguntĂ©â. No se permite que los unicornios sean putones. ÂĄSe supone que eres todo virtuoso y prĂstino!
âOh por favor, âdijo Alexbyâ. ÂżCĂłmo crees que fui creado?
Huh. âÂżHonestamente? Siempre pensĂ© que los unicornios eran hechos de sol y arco iris y buenos sentimientos. Como, simplemente aparecer un dĂa en un campo lleno de flores y con un gran rayo de sol que cae a tu alrededor. Y habrĂa mariposas o algo asĂ. âEso sonaba bastante bonito. Y realista para la creaciĂłn de un unicornio.
Alexby me mirĂł con los ojos entornados. âÂżEn serio? No, idiota. Mis padres tuvieron sexo del duro. AsĂ como follar durante dĂas. Son aventureros de esa manera. En los ĂĄrboles, por los rĂos, cerca de los cementerios a medianoche. Realmente no hay ningĂșn lugar donde no hayan difundido el amor.
âOh, Dios mĂo, âsusurrĂł Lartinâ. ÂżEstĂĄ ocurriendo esto realmente? Es asqueroso.
âÂĄOye! ÂĄEl sexo unicornio es una cosa hermosa!
âSĂ, pero son tus padres de los que hablas. Eso estĂĄ mal en muchos niveles. ÂżY por quĂ© no los he conocido? ÂżO he oĂdo hablar de ellos?
âEstĂĄn recorriendo los LĂmites Exteriores con su grupo de swingers.
âÂżSwingers?
âSĂ. Como intercambio de parejas. Tal vez orgĂas. No lo sĂ©.
Estaba horrorizado, y estoy seguro de que se mostrĂł en mi cara. âÂżCĂłmo?ÂżQuĂ©?
âMojigato, âdijo Alexby.
âÂĄNo soy un mojigato! Simplemente no veo por quĂ© tenemos que hablar de sexo todo el tiempo. ÂĄO sobre tus padres estando en orgĂas!
âBueno, supongo que no puedes entender lo que nunca has tenido âdijo Alexby, con un pequeño rizo en sus estĂșpidos labios de unicornio.
âÂżEres virgen? âpreguntĂł Lartin.
âPerra, âle dije a Alexbyâ. Y no, no soy virgen.
âLo eres, y tanto, âdijo Alexby porque, aparentemente esta mañana habĂa comido insolencia para el desayunoâ. Un virgen de veinte años.
âÂĄNo! ÂĄAhĂ estaba ese tipo! ÂĄEn eso! ÂĄCon la gente! âMi argumento era sĂłlido.
âEso no cuenta. Te besĂł, y tĂș te corriste en tus pantalones, y luego procediste a decirle cĂłmo su pelo te recordaba a tu padre.
âLo hacĂa. ÂĄNo es culpa mĂa que tuviera el pelo como papĂĄ!
âNi siquiera yo soy virgen, âdijo Lartin, sonando presumidoâ. Las damas quieren al Pequeño Lartin. Hay mucho sexo por tener cuando estoy cerca.
Alexby lo fulminĂł con la mirada. âÂżLlamas a tu pene Pequeño Lartin? TĂo. Mal.
âNo tengo tiempo para las relaciones y ligar y galanterĂa de mierda, âdijeâ. Soy un mago. Tengo misiones.
âUh, eres un aprendiz, âdijo Alexbyâ. Y te mandan a hacer recados.
âÂżSabes cĂłmo querĂas que te hiciera una mecha purpura en tu melena?
âSĂ. Porque serĂa hermosa.
âBueno, muy jodidamente mal âdije salvajementeâ. No lo voy hacer. Simplemente vas a tener que mantenerlo blanco. Para siempre.
âÂĄLo prometiste!
âÂĄEso fue antes de que fueras un idiota!
âOh, mis dioses âdijo Alexbyâ. Lartin. Ven aquĂ y desĂĄtame. Quiero patear a RubĂ©n en la puta cara.
âÂĄNo! Ăl va a desatarme, a mĂ, para que pueda sacar la mierda de ti. Lartin. Trae tu culo y desĂĄtame.
âUm âdijo Lartinâ. No sĂ© si vosotros entendĂ©is el punto de ser capturados. Como... ÂżLes capturĂ©? ÂżVale? Y entonces...
âNo âdijo Alexbyâ. No vale. Nos has pillado desprevenidos porque estĂĄbamos buscando ajenjo en los Bosques Oscuros, y nos encontramos tropezando con tu campamento, y aprovechaste una situaciĂłn. Eso no cuenta como capturar. Eso cuenta como ser idiota.
âÂżCuĂĄndo te ataron? âpreguntĂ© de nuevo.
âÂżTodavĂa estĂĄs en eso? âpreguntĂł Alexbyâ. Agh.
âLo has mencionado.
âÂĄBien! Fue ese centauro que conocimos el año pasado. En el reino de los elfos.
âÂĄHas dicho que erais sĂłlo amigos!
âLo Ă©ramos. Ăramos el tipo de amigos que se atan entre sĂ y empujan sus penes juntos.
âÂżCĂłmo se llamaba?
âFrank, âdijo Alexby con un suspiro soñadorâ. Las manos que tenĂa ese medio hombre.
âTengo manos âdijo Lartinâ. Te he atado.
âÂżEstĂĄ ligando conmigo? âsusurrĂł Alexby en alto.
âÂżLe estĂĄs ligando? âle preguntĂ© a Lartin.
âÂĄNo! Solo estaba señalando las similitudes de las situaciones.
âYo creo que te estaba ligando âle dije a Alexby.
Alexby mirĂł a Lartin y lo midiĂł. Entonces hizo esa cosa que juro que sĂłlo los unicornios pueden hacer. Sus ojos azules se volvieron increĂblemente grandes. Sus pestañas se alargaron mientras Ă©l las agitaba hacia Lartin. Su melena era luminosa en la cueva oscura, y Ă©l ronroneĂł, âBueno, Âżno eres precioso?
âEw, âdijeâ. En serio.
Lartin se sonrojĂł. âÂĄOh! Detente.
âÂżQuiere el Pequeño Lartin salir a jugar? âpreguntĂł Alexby, batiendo las pestañas.
âOjalĂĄ estuviera en cualquier otro lugar, excepto donde estoy, âle dije a nadie en particular
âQuizĂĄ âdijo Lartin, tratando de ser tĂmido, pero de alguna manera saliendo de forma plana y escalofriante.
Alexby soltĂł una risita entre dientes. Una risita. âBueno, tal vez deberĂa decirte que mi lengua tiene quince centĂmetros de lo mejor que tendrĂĄs.
âPuaj, âdijeâ. Eso suena excesivo.
âNunca lo he hecho con un caballo, âdijo Lartinâ. Suena... Ilustrativo.
âOh, no deberĂas haber dicho eso, âle dije.
âÂżCaballo? âgruñó Alexby. El bonito acto de unicornio cayĂł de inmediato. Chispas rojas se le dispararon por la narizâ. ÂżAcabas de llamarme caballo?EscĂșchame, tĂș, bolsa de mierda de dos patas. No soy un jodido caballo. Soy un unicornio, y soy una mĂĄgica y hermosa criatura hecha de jodido rayo de sol y arco iris y buenos sentimientos.
âLo sabĂa âsusurrĂ©.
âVen aquĂ para que patee en tu cara âdijo Alexby a Lartinâ. DesĂĄtame, tĂșmbate en el suelo, y dĂ©jame pisotear tu cara.
âNo tienes un cuerno âdijo Lartin.
âEso es grosero âdijeâ. No señalĂ© que tu nariz es muy grande. ÂżPor quĂ© dirĂas algo asĂ?
âRubĂ©n, âdijo Alexby en lĂĄgrimasâ. Me llamĂł caballo.
âHey, âdijeâ. Oye. MĂrame.
Ăl lo hizo. Sus ojos estaban hĂșmedos, y yo querĂa golpear a Lartin en el bazo.
âÂżQuiĂ©n es el unicornio mĂĄs hermoso de toda Verania?
âYo, âAlexby esnifĂł.
âÂżY quiĂ©n tiene la melena mĂĄs bonita?
âYo.
âÂżY quiĂ©n es un maldito hijo de puta que va a destripar a la perra?
âÂĄYo!
âMalditamente correcto.
âÂżRubĂ©n?
âÂżSĂ?
âEncontraremos mi cuerno, Âżverdad?
âLo prometo âdije. Porque lo harĂamos. Era importante para Ă©l, asĂ que era importante para mĂ. HabĂa sido robado hace mucho tiempo, años antes de que lo hubiera conocido. Ni siquiera podĂa mirarse en el espejo sin encogerse. Eso era inaceptable.
âÂżY podemos teñir mi melena cuando salgamos de aquĂ?
âLo primero, âdijeâ. Ya habĂa comprado el tinte antes de salir de la ciudad.
âMe quieres âsuspirĂł Alexby.
âLo hago.
âOk, me siento mejor ahora.
âBien.
âEntonces, Âżvamos a terminar, o quĂ©? âdijo Lartin.
Puse los ojos en blanco. âBien. Haz tu cosa de villano.
âEsto es tan estĂșpido âmurmurĂł Alexby.
Los ojos de Lartin se iluminaron. Ăl posĂł delante de nosotros otra vez. âAsĂque fue mi padre quien ...
âProblemas paternales, âtosiĂł Alexby.
Lartin lo fulminĂł con la mirada.
âLo siento âdijo Alexby. No lo sentĂaâ. TenĂa algo en mi garganta.
âMi padre me dijo que nunca ...
âNo perdimos esa bolsa de ajenjo, Âżverdad? âle preguntĂ© a Alexby.
âNo âdijo Alexbyâ. TodavĂa estĂĄ en la mochila a mi espalda.
âBien. Morgan se cabrearĂa si lo olvidĂĄramos.
âYa se va a enojar. Se suponĂa que volvĂamos ayer.
âLo habrĂamos hecho, âdijeâ. Si alguna persona no hubiera decidido atarnos en una cueva. âAlexby y yo miramos a Lartin.
âVosotros sois los peores prisioneros, âmurmurĂł. Entonces sus ojos se abrieronâ. ÂżHas dicho Morgan?
âNo deberĂas escuchar a escondidas âdijo Alexby â. Eso es grosero. No te estĂĄbamos escuchando, asĂ que no deberĂas estar escuchĂĄndonos.
âÂżEstĂĄs aprendiendo con Morgan? âgruñó Lartinâ. ÂżMorgan de las Sombras?
Le sonreĂ. âEl Ășnico y el mismo.
âOh no, âLartin gimiĂłâ. Eres RubĂ©n de lo Salvaje.
âUn nombre tan sexy âsuspirĂł Alexby â. ÂżTe lo he dicho alguna vez?
âGracias âdije, satisfechoâ. Suena muy rudo, Âżno? âHabĂa trabajado muy duro en ganar ese nombre. CambiarĂa de nuevo cuando fuera un mago completo, pero por ahora era lo suficientemente bueno.
Alexby se echĂł a reĂr. âSĂ, pero entonces la gente te conoce y eres todo flaco y adorable, y todos estĂĄn como ÂżquuuueeeĂ©?
âCreo que querĂas decir que soy musculoso y peligroso âdijeâ. Tienes tus palabras confundidas de nuevo.
âNo, estoy bastante seguro de que las tengo bien. Como siempre. Para ser musculoso hay que tener mĂșsculos.
âÂĄTengo mĂșsculos! âTratĂ© de flexionarme, pero mis manos estaban atadas detrĂĄs de mĂ, y no funcionĂł tan bienâ. Bueno. CĂĄllate. Pero soy peligroso.
âSĂ, estĂĄ bien, âdijo Alexby.
âÂĄLo soy!
âCariño, estĂĄs haciendo pucheros. Eso no es peligroso. Es adorable.
âÂĄNo estoy haciendo pucheros! âdije mientras hacĂa una mueca.
âAww, âdijo Alexby.
âAww, âdijo Lartin.
âÂĄCĂĄllate, Lartin!
âEstĂĄ bien, Âżpodemos irnos? âpreguntĂł Alexby.
Ambos miramos a Lartin.
âEres RubĂ©n de lo Salvaje, âdijo.
âNo, mierda âdije.
âÂżSabes cuĂĄnto vales?
âOh, no de nuevo, âgemĂ.
âÂĄRealmente podrĂa pedir un rescate por ti! âexclamĂł Lartin emocionadoâ. ÂĄPodrĂa financiar mis planes de dominaciĂłn mundial por los prĂłximos seis años!
âMorgan va a estar tan enfadado contigo, âme dijo Alexby.
âÂĄNo es mi culpa!
âBueno, te han capturado bastante.
âSupongo.
âY todo el mundo conoce tu nombre.
âÂżVerdad? ÂżCuĂĄn extraño es eso?
âTotalmente extraño.
âTanto oro âdijo Lartin mientras caminaba de un lado a otroâ. Kilos y kilos de oro.
âÂżEh, RubĂ©n?
âSĂ, Alex.
âÂżAlguna vez Morgan ha pagado un rescate por ti?
âNo. Ni una sola vez.
âÂżY por quĂ© es eso?
âDijo que, si yo era tan tonto como para ser atrapado, entonces tendrĂa que encontrar mi propia salida.
âAh âdijo Alexby.
Lartin se detuvo. âÂżNunca ha pagado?
âNi una sola vez, âle dijeâ. ÂżPuedes dejarnos ir ahora?
âÂĄNo! ÂĄEstoy harto de esto! Vas a sentarte allĂ, te voy a contar mi plan, y entonces voy a conseguir tanto oro que no podrĂ© llevarlo todo.
âEntonces, ÂżcĂłmo lo vas a mover? âpreguntĂł Alexby.
âÂżMover quĂ©? âpreguntĂł Lartin, perplejo.
âAcabas de decir que ibas a obtener tanto oro que no ibas a ser capaz de llevarlo, âdijeâ. Entonces, ÂżcĂłmo lo vas a mover si no puedes llevarlo?
âOh âdijo Lartinâ. Bueno, mierda.
âVaya, âdijo Alexby â. Si eso es lo bien que piensas las cosas, no puedo esperar para escuchar tus planes para la dominaciĂłn del mundo. Estoy seguro de que serĂĄn positivamente fascinantes. Y bien pensados.
âQuemado, âdijeâ. Te has quemado tanto. TendrĂĄs cicatrices de tanta quemadura.
âÂĄComprarĂ© un carro! âexclamĂł Lartinâ. Y un caballo. âLuego volviĂł a ser un idiota completoâ. O simplemente voy a mantener al unicornio aquĂ y Ă©l puede tirar de mĂ.
âOh, perra, dime eso en mi cara, perra, âAlexby gruñóâ. Venga. AtrĂ©vete.
âNo dirĂa eso en su cara âle dijeâ. Incluso si te atrevieras a hacerlo.
Pero Lartin el Hoja Oscura era un idiota. El clan mĂĄgico de los Oscuros usualmente lo eran. AsĂ que no fue una sorpresa cuando Soobin dio un paso adelante y dijo, âVas a tirar de mi carro. Caballo.
Fue entonces cuando el gigante de dos metros setenta llamado Mangel rugiĂł e irrumpiĂł en la cueva.
âRubĂ©n, âĂ©l retumbĂłâ. Alexby.
âEstĂĄs muerto âdijo Alexby a Lartinâ. Ni siquiera lo sabes. ÂĄMangel! ÂĄAplĂĄstalo!
Y puesto que Mangel amaba a Alexby, Ă©l se moviĂł hacia adelante para hacer precisamente eso. âEspera, Mangel, âdije. Y puesto que Mangel me amaba, esperĂł.
Alexby parecĂa un asesino. âRubĂ©n, âgruñó. Y si nunca has oĂdo un gruñido de unicornio, dĂ©jame decirte: es deliciosamente espantoso.
âTu rostro enojado es impresionante, âle dije.
Se pavoneĂł. âHe estado practicando. âMe mirĂł, con los ojos entrecerrados y los dientes descubiertosâ. ÂżVes?
âTengo escalofrĂos âle asegurĂ©.
âÂżYo aplasto ahora? âpreguntĂł Mangel.
Por supuesto, Lartin trató de lanzar un hechizo defensivo. Pequeñas luces verdes arquearon alrededor de Mangel antes de que se disiparan.
âNo eres un buen mago, Âżverdad? âdijeâ. Gigante, amigo. Su sangre es como la anti-magia. Vamos. ÂĄAprendes eso en tu primer dĂa de entrenamiento de mago!
âYo aplasto ahora. âMangel parecĂa muy cabreado. Por lo general, lo era cuando sus dos personas favoritas en el mundo entero eran capturadas. Pensando en ello, tal vez pasaba mucho.
âSĂłlo espera, Mangel, âdije.
âNo, no esperes, âdijo Alexbyâ. Quiero ver sus entrañas por fuera.
âTan sanguinario, âle dije asombrado.
âPreferirĂa que no hubiera ningĂșn aplastamiento âdijo Lartinâ. Si soy totalmente sincero.
Pero Mangel habĂa tenido suficiente con la situaciĂłn, por lo que aplastĂł a Lartin el Hoja Oscura. Varias veces. Con una variedad de objetos. Como rocas. Y las paredes de la cueva. No era una vista muy bonita. Con toda la sangre y otras cosas. Y el cerebro.
Cuando terminĂł el aplastamiento, Mangel se acercĂł y rompiĂł las raĂces bermejas que me ataban y a mi magia. Tan pronto como las raĂces cayeron, sentĂ una oleada de verde y oro y amarillo fluyendo a travĂ©s de mĂ. âMucho mejor âmurmurĂ©.
âSiempre te atrapan âgruñó Shindong mientras dejaba las raĂces a los pies de Alexby.
âAhora eso no es especĂficamente cierto. SerĂ© honesto, sin embargo. He crecido como persona esta vez y me comprometerĂ© a evitar la captura en el futuro. â Eso no era la verdad completa. Lo mĂĄs probable es que me capturen de nuevo. Como que era algo mĂo.
âÂżQuiĂ©n es mi gran hombre fuerte? âAlexby arrullĂł a Mangel.
Mangel se sonrojĂł. âYo.
âSĂ, eres tĂș. SabĂa que vendrĂas y me rescatarĂas. ÂĄEra como una princesa esperando a su hĂ©roe!
âMuy linda, âdijo Mangel, pasando su mano grande suavemente a travĂ©s de la melena de Alexbyâ. Mi linda princesa.
âÂżPodemos dejar la cueva ahora? âpreguntĂ©â. PodĂ©is flirtear mĂĄs tarde.
âEstĂĄ bien, Mangel, âdijo Alexby â. RubĂ©n sĂłlo estĂĄ tratando con algunos asuntos. Recientemente se dio cuenta de que era un mojigato virgen de veinte años.
âÂĄNo lo soy!
âLe hablĂ© de Frankâdijo Alexby â. RubĂ©n ni siquiera podĂa decir la palabra sexo sin tartamudear.
âRubĂ©n nunca va a encontrar un novio, âdijo Mangelâ. Nadie va a tomar su flor.
âÂĄNo hablĂ©is de mi flor! âLes dije cuando revisĂ© la mochila en la espalda de Alexby. El ajenjo todavĂa estaba envuelto con seguridad donde lo habĂa dejado. AsĂ que al menos esto no era una pĂ©rdida completaâ. Y no necesito un novio. Soy un hombre independiente con prioridades. Voy a ser el mago mĂĄs joven en pasar su aprendizaje,y luego voy a hacer grandes cosas. ÂĄGrandes cosas!
âÂżOh? âpreguntĂł Alexby. Y sonriĂł maliciosamente. Las sonrisas malvadas de unicornio son signo de cosas malas que estĂĄn a punto de ser dichas. Las odiabaâ. Entonces supongo que un cierto caballero no tiene en cuenta esas prioridades. ÂżTal vez quieras ser el mago mĂĄs joven solo para impresionarlo?
âCĂĄllate la puta boca, âgruñĂ, tratando de no sonar soñador al pensar en ojos verdes brillantes y la hermosa sonrisa. Y cabello rubio ondulado. Como, el mĂĄs ondulado. QuerĂa tocarlo con mi caraâ. Ni siquiera sĂ© de quĂ© estĂĄs hablando.
âUh-huh, âdijo Alexby.
âQuieres la boca llena de caballero, âdijo Mangelâ. Caballero toma tu flor y se la come.
âÂĄMangel! âgritĂ© escandalizado.
âTan mojigato, âmurmurĂł Alexby.
âLes odio a los dos. Tanto.
Y para probar mi punto, salĂ de la cueva.
Pero obviamente no me creyeron, porque me siguieron. Como yo sabĂa que harĂan. Tengo suerte de esa manera, supongo.