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đ™đ™šđ™Ąđ™–Ìđ™ąđ™„đ™–đ™œđ™€â°Âč (ʀ᎜ʙÉȘʀᎇx)

Summary

Érase una vez, en un callejĂłn de los barrios marginales de la Localidad de Lockes, un joven algo solitario llamado RubĂ©n Doblas transforma completamente a un grupo de idiotas jovenes en piedra. Por supuesto, esto llama la atenciĂłn de un poder superior, y RubĂ©n es sacado del Ășnico mundo que conoce para transformarse en aprendiz del Mago del Rey, Morgan de las Sombras. Cuando RubĂ©n tiene catorce años, ingresa en el Bosque Oscuro y vuelve con Alexby, el unicornio gay sin cuerno, y un medio gigante llamado Mangel, ganĂĄndose el alias de RubĂ©n de lo Salvaje. A los quince años, RubĂ©n descubre lo que es verdaderamente el amor cuando llega un nuevo caballero al castillo: el caballero Guillermo DĂ­az, el sueño mĂĄs soñado que jamĂĄs se haya soñado. Naturalmente, todo se va al infierno cuando Guillermo sale con el frĂ­o PrĂ­ncipe Samuel, RubĂ©n no puede controlar su magia, un dragĂłn sexualmente agresivo secuestra al prĂ­ncipe y el Rey los envĂ­a a una aventura Ă©pica para socorrer al novio de Guillermo, mientras RubĂ©n cae mĂĄs enamorado de alguien que jamĂĄs podrĂĄ tener. O eso Ă©l piensa. —AdaptaciĂłn. —Ship principal rubirex, pero con leves menciones de otras. 𝗘đ—č đ—źđ˜‚đ˜đ—Œđ—ż đ—±đ—Č đ—Č𝘀𝘁𝗼 đ—”đ—¶đ˜€đ˜đ—Œđ—żđ—¶đ—ź đ—Č𝘀 𝗧. 𝗝. 𝗞đ—čđ˜‚đ—»đ—Č, đ˜đ—Œđ—±đ—Œđ˜€ đ—čđ—Œđ˜€ đ—±đ—Č𝗿đ—Čđ—°đ—”đ—Œđ˜€ đ˜€đ—Œđ—» đ—±đ—Č đ—Č́đ—č.

Genre:
Adventure / Romance
Author:
GGUKIMIN0_
Status:
Ongoing
Chapters:
3
Rating:
n/a
Age Rating:
18+

CapĂ­tulo 1: Los MonĂłlogos Villanos.

—Y AHORA, les dirĂ© sobre mis planes para asumir el Reino, —dijo el malvado mago y burro total Lartin el Hoja Oscura con un cacareo.

—Por favor, no lo hagas, —le dije—. Realmente no tienes que hacerlo.

Por supuesto que no escuchĂł. Los villanos nunca lo hacen. Es por eso que apestan. Mucho. No ayudĂł que mis brazos y piernas estuviesen atados con raĂ­z de bermellĂłn. Esa mierda es dura. No es mentira.

—Ya ves, cuando era niño, siempre supe que yo era diferente. Que estaba destinado a cosas mĂĄs grandes que lo que mi padre habĂ­a planeado para mĂ­. —Lartin mirĂł hacia la entrada de la cueva, casi con nostalgia, como si pensara en sus dĂ­as de infancia. ÂĄQuĂ© culo! —Siempre me mirĂł con desprecio porque nunca quise serherrero. Siempre decĂ­a eso...

—¿Crees que se da cuenta de que no nos importa? —Me preguntĂł Alexby. ParecĂ­a muy malintencionado cuando lo decĂ­a, pero si fueras un unicornio gay sin cuerno, tambiĂ©n serĂ­as malo—. En serio. No nos importa. En absoluto.

Me encogí de hombros mientras Lartin nos miraba con incredulidad. —Tiene problemas paternales.

—No tengo problemas paternales, —dijo Lartin, sonando molesto.

—¿AsĂ­ que eso le da derecho al monĂłlogo? —Alexby resoplĂł. Cuando lo hizo, pequeños destellos rosados y pĂșrpuras se dispararon por su nariz. Ser un unicornio es asĂ­ de impresionante.

—Es un villano —dije—. Es lo que hacen. Tienen que transmitir todo su plan cuando piensan que han ganado porque nadie más los escuchará jamás.

—PatĂ©tico, —dijo Alexby, mirando a Lartin—. Chico, realmente no me importa. Desata mis piernas antes de que te arañe los ojos.

—No tienes dedos, —le recordé—. No puedes arañar nada.

—Es afortunado de que no tenga mi cuerno aĂșn, —murmurĂł Alexby—. HabrĂ­a sido algo asĂ­ mucho mĂĄs gore, serĂ­a irreal. SerĂ­a como Gore City aquĂ­ arriba. Estas raĂ­ces son irritantes. DeberĂ­a desatarlas.

—¿Vas a desatarlas? —le preguntĂ© a Lartin.

—Uh, Âżno? —dijo—. Sabes que os capturĂ© y que sois mis prisioneros,Âżverdad?

—¿Lo hizo? —Le preguntĂ© a Alexby.

—Bueno, estamos atados, —dijo Alexby—. Y no de la manera divertida.

—No quiero saber cuĂĄndo has sido atado de la manera divertida, —le dije. Él puso los ojos en blanco. —RubĂ©n, eres tan mojigato.

—¿Chicos? —Lartin dijo—. ÂżTengo un plan? ÂżDel que debo hablarles? TenĂ©is que escuchar.

—No soy un mojigato —le dije a Alexby—. Sólo porque no hablo de... ya sabes. Cosas de sexo. Eso no me hace un mojigato.

—Tu cara se puso roja cuando tartamudeaste con la palabra sexo, —dijo Alexby—. Casi te creí.

—No he tartamudeado.

—TĂș has tartamudeado, —dijo Lartin. Porque era un gilipollas al que iba a patearle las pelotas antes de que terminara el dĂ­a—. ÂżPuedo volver a mi historia? Realmente creo que apreciarĂĄn las muchas facetas de mi personaje una vez que lo escuchen. Soy dinĂĄmico y...

—¿CuĂĄndo te ataron? —pregunté—. No se permite que los unicornios sean putones. ÂĄSe supone que eres todo virtuoso y prĂ­stino!

—Oh por favor, —dijo Alexby—. ¿Cómo crees que fui creado?

Huh. —¿Honestamente? Siempre pensĂ© que los unicornios eran hechos de sol y arco iris y buenos sentimientos. Como, simplemente aparecer un dĂ­a en un campo lleno de flores y con un gran rayo de sol que cae a tu alrededor. Y habrĂ­a mariposas o algo asĂ­. —Eso sonaba bastante bonito. Y realista para la creaciĂłn de un unicornio.

Alexby me mirĂł con los ojos entornados. —¿En serio? No, idiota. Mis padres tuvieron sexo del duro. AsĂ­ como follar durante dĂ­as. Son aventureros de esa manera. En los ĂĄrboles, por los rĂ­os, cerca de los cementerios a medianoche. Realmente no hay ningĂșn lugar donde no hayan difundido el amor.

—Oh, Dios mío, —susurró Lartin—. ¿Está ocurriendo esto realmente? Es asqueroso.

—¡Oye! ¡El sexo unicornio es una cosa hermosa!

—SĂ­, pero son tus padres de los que hablas. Eso estĂĄ mal en muchos niveles. ÂżY por quĂ© no los he conocido? ÂżO he oĂ­do hablar de ellos?

—Están recorriendo los Límites Exteriores con su grupo de swingers.

—¿Swingers?

—SĂ­. Como intercambio de parejas. Tal vez orgĂ­as. No lo sĂ©.

Estaba horrorizado, y estoy seguro de que se mostrĂł en mi cara. —¿CĂłmo?ÂżQuĂ©?

—Mojigato, —dijo Alexby.

—¡No soy un mojigato! Simplemente no veo por quĂ© tenemos que hablar de sexo todo el tiempo. ÂĄO sobre tus padres estando en orgĂ­as!

—Bueno, supongo que no puedes entender lo que nunca has tenido —dijo Alexby, con un pequeño rizo en sus estĂșpidos labios de unicornio.

—¿Eres virgen? —preguntó Lartin.

—Perra, —le dije a Alexby—. Y no, no soy virgen.

—Lo eres, y tanto, —dijo Alexby porque, aparentemente esta mañana habĂ­a comido insolencia para el desayuno—. Un virgen de veinte años.

—¡No! ¡Ahí estaba ese tipo! ¡En eso! ¡Con la gente! —Mi argumento era sólido.

—Eso no cuenta. Te besĂł, y tĂș te corriste en tus pantalones, y luego procediste a decirle cĂłmo su pelo te recordaba a tu padre.

—Lo hacía. ¡No es culpa mía que tuviera el pelo como papá!

—Ni siquiera yo soy virgen, —dijo Lartin, sonando presumido—. Las damas quieren al Pequeño Lartin. Hay mucho sexo por tener cuando estoy cerca.

Alexby lo fulminĂł con la mirada. —¿Llamas a tu pene Pequeño Lartin? TĂ­o. Mal.

—No tengo tiempo para las relaciones y ligar y galantería de mierda, —dije—. Soy un mago. Tengo misiones.

—Uh, eres un aprendiz, —dijo Alexby—. Y te mandan a hacer recados.

—¿Sabes cómo querías que te hiciera una mecha purpura en tu melena?

—Sí. Porque sería hermosa.

—Bueno, muy jodidamente mal —dije salvajemente—. No lo voy hacer. Simplemente vas a tener que mantenerlo blanco. Para siempre.

—¡Lo prometiste!

—¡Eso fue antes de que fueras un idiota!

—Oh, mis dioses —dijo Alexby—. Lartin. Ven aquĂ­ y desĂĄtame. Quiero patear a RubĂ©n en la puta cara.

—¡No! Él va a desatarme, a mí, para que pueda sacar la mierda de ti. Lartin. Trae tu culo y desátame.

—Um —dijo Lartin—. No sĂ© si vosotros entendĂ©is el punto de ser capturados. Como... ÂżLes capturĂ©? ÂżVale? Y entonces...

—No —dijo Alexby—. No vale. Nos has pillado desprevenidos porque estábamos buscando ajenjo en los Bosques Oscuros, y nos encontramos tropezando con tu campamento, y aprovechaste una situación. Eso no cuenta como capturar. Eso cuenta como ser idiota.

—¿CuĂĄndo te ataron? —preguntĂ© de nuevo.

—¿Todavía estás en eso? —preguntó Alexby—. Agh.

—Lo has mencionado.

—¡Bien! Fue ese centauro que conocimos el año pasado. En el reino de los elfos.

—¡Has dicho que erais sólo amigos!

—Lo Ă©ramos. Éramos el tipo de amigos que se atan entre sĂ­ y empujan sus penes juntos.

—¿Cómo se llamaba?

—Frank, —dijo Alexby con un suspiro soñador—. Las manos que tenĂ­a ese medio hombre.

—Tengo manos —dijo Lartin—. Te he atado.

—¿Está ligando conmigo? —susurró Alexby en alto.

—¿Le estĂĄs ligando? —le preguntĂ© a Lartin.

—¡No! Solo estaba señalando las similitudes de las situaciones.

—Yo creo que te estaba ligando —le dije a Alexby.

Alexby mirĂł a Lartin y lo midiĂł. Entonces hizo esa cosa que juro que sĂłlo los unicornios pueden hacer. Sus ojos azules se volvieron increĂ­blemente grandes. Sus pestañas se alargaron mientras Ă©l las agitaba hacia Lartin. Su melena era luminosa en la cueva oscura, y Ă©l ronroneĂł, —Bueno, Âżno eres precioso?

—Ew, —dije—. En serio.

Lartin se sonrojó. —¡Oh! Detente.

—¿Quiere el Pequeño Lartin salir a jugar? —preguntĂł Alexby, batiendo las pestañas.

—Ojalá estuviera en cualquier otro lugar, excepto donde estoy, —le dije a nadie en particular

—Quizá —dijo Lartin, tratando de ser tímido, pero de alguna manera saliendo de forma plana y escalofriante.

Alexby soltó una risita entre dientes. Una risita. —Bueno, tal vez debería decirte que mi lengua tiene quince centímetros de lo mejor que tendrás.

—Puaj, —dije—. Eso suena excesivo.

—Nunca lo he hecho con un caballo, —dijo Lartin—. Suena... Ilustrativo.

—Oh, no deberías haber dicho eso, —le dije.

—¿Caballo? —gruñó Alexby. El bonito acto de unicornio cayĂł de inmediato. Chispas rojas se le dispararon por la nariz—. ÂżAcabas de llamarme caballo?EscĂșchame, tĂș, bolsa de mierda de dos patas. No soy un jodido caballo. Soy un unicornio, y soy una mĂĄgica y hermosa criatura hecha de jodido rayo de sol y arco iris y buenos sentimientos.

—Lo sabĂ­a —susurrĂ©.

—Ven aquĂ­ para que patee en tu cara —dijo Alexby a Lartin—. DesĂĄtame, tĂșmbate en el suelo, y dĂ©jame pisotear tu cara.

—No tienes un cuerno —dijo Lartin.

—Eso es grosero —dije—. No señalĂ© que tu nariz es muy grande. ÂżPor quĂ© dirĂ­as algo asĂ­?

—RubĂ©n, —dijo Alexby en lĂĄgrimas—. Me llamĂł caballo.

—Hey, —dije—. Oye. Mírame.

Él lo hizo. Sus ojos estaban hĂșmedos, y yo querĂ­a golpear a Lartin en el bazo.

—¿QuiĂ©n es el unicornio mĂĄs hermoso de toda Verania?

—Yo, —Alexby esnifó.

—¿Y quiĂ©n tiene la melena mĂĄs bonita?

—Yo.

—¿Y quiĂ©n es un maldito hijo de puta que va a destripar a la perra?

—¡Yo!

—Malditamente correcto.

—¿RubĂ©n?

—¿Sí?

—Encontraremos mi cuerno, ¿verdad?

—Lo prometo —dije. Porque lo harĂ­amos. Era importante para Ă©l, asĂ­ que era importante para mĂ­. HabĂ­a sido robado hace mucho tiempo, años antes de que lo hubiera conocido. Ni siquiera podĂ­a mirarse en el espejo sin encogerse. Eso era inaceptable.

—¿Y podemos teñir mi melena cuando salgamos de aquĂ­?

—Lo primero, —dije—. Ya había comprado el tinte antes de salir de la ciudad.

—Me quieres —suspiró Alexby.

—Lo hago.

—Ok, me siento mejor ahora.

—Bien.

—Entonces, Âżvamos a terminar, o quĂ©? —dijo Lartin.

Puse los ojos en blanco. —Bien. Haz tu cosa de villano.

—Esto es tan estĂșpido —murmurĂł Alexby.

Los ojos de Lartin se iluminaron. Él posó delante de nosotros otra vez. —Asíque fue mi padre quien ...

—Problemas paternales, —tosió Alexby.

Lartin lo fulminĂł con la mirada.

—Lo siento —dijo Alexby. No lo sentía—. Tenía algo en mi garganta.

—Mi padre me dijo que nunca ...

—No perdimos esa bolsa de ajenjo, Âżverdad? —le preguntĂ© a Alexby.

—No —dijo Alexby—. Todavía está en la mochila a mi espalda.

—Bien. Morgan se cabrearía si lo olvidáramos.

—Ya se va a enojar. Se suponía que volvíamos ayer.

—Lo habríamos hecho, —dije—. Si alguna persona no hubiera decidido atarnos en una cueva. —Alexby y yo miramos a Lartin.

—Vosotros sois los peores prisioneros, —murmuró. Entonces sus ojos se abrieron—. ¿Has dicho Morgan?

—No deberías escuchar a escondidas —dijo Alexby —. Eso es grosero. No te estábamos escuchando, así que no deberías estar escuchándonos.

—¿EstĂĄs aprendiendo con Morgan? —gruñó Lartin—. ÂżMorgan de las Sombras?

Le sonreĂ­. —El Ășnico y el mismo.

—Oh no, —Lartin gimió—. Eres RubĂ©n de lo Salvaje.

—Un nombre tan sexy —suspiró Alexby —. ¿Te lo he dicho alguna vez?

—Gracias —dije, satisfecho—. Suena muy rudo, ¿no? —Había trabajado muy duro en ganar ese nombre. Cambiaría de nuevo cuando fuera un mago completo, pero por ahora era lo suficientemente bueno.

Alexby se echĂł a reĂ­r. —SĂ­, pero entonces la gente te conoce y eres todo flaco y adorable, y todos estĂĄn como ÂżquuuueeeĂ©?

—Creo que querías decir que soy musculoso y peligroso —dije—. Tienes tus palabras confundidas de nuevo.

—No, estoy bastante seguro de que las tengo bien. Como siempre. Para ser musculoso hay que tener mĂșsculos.

—¡Tengo mĂșsculos! —TratĂ© de flexionarme, pero mis manos estaban atadas detrĂĄs de mĂ­, y no funcionĂł tan bien—. Bueno. CĂĄllate. Pero soy peligroso.

—Sí, está bien, —dijo Alexby.

—¡Lo soy!

—Cariño, estĂĄs haciendo pucheros. Eso no es peligroso. Es adorable.

—¡No estoy haciendo pucheros! —dije mientras hacía una mueca.

—Aww, —dijo Alexby.

—Aww, —dijo Lartin.

—¡Cállate, Lartin!

—Está bien, ¿podemos irnos? —preguntó Alexby.

Ambos miramos a Lartin.

—Eres RubĂ©n de lo Salvaje, —dijo.

—No, mierda —dije.

—¿Sabes cuánto vales?

—Oh, no de nuevo, —gemí.

—¡Realmente podrĂ­a pedir un rescate por ti! —exclamĂł Lartin emocionado—. ÂĄPodrĂ­a financiar mis planes de dominaciĂłn mundial por los prĂłximos seis años!

—Morgan va a estar tan enfadado contigo, —me dijo Alexby.

—¡No es mi culpa!

—Bueno, te han capturado bastante.

—Supongo.

—Y todo el mundo conoce tu nombre.

—¿Verdad? ÂżCuĂĄn extraño es eso?

—Totalmente extraño.

—Tanto oro —dijo Lartin mientras caminaba de un lado a otro—. Kilos y kilos de oro.

—¿Eh, RubĂ©n?

—Sí, Alex.

—¿Alguna vez Morgan ha pagado un rescate por ti?

—No. Ni una sola vez.

—¿Y por quĂ© es eso?

—Dijo que, si yo era tan tonto como para ser atrapado, entonces tendría que encontrar mi propia salida.

—Ah —dijo Alexby.

Lartin se detuvo. —¿Nunca ha pagado?

—Ni una sola vez, —le dije—. ¿Puedes dejarnos ir ahora?

—¡No! ÂĄEstoy harto de esto! Vas a sentarte allĂ­, te voy a contar mi plan, y entonces voy a conseguir tanto oro que no podrĂ© llevarlo todo.

—Entonces, ¿cómo lo vas a mover? —preguntó Alexby.

—¿Mover quĂ©? —preguntĂł Lartin, perplejo.

—Acabas de decir que ibas a obtener tanto oro que no ibas a ser capaz de llevarlo, —dije—. Entonces, ¿cómo lo vas a mover si no puedes llevarlo?

—Oh —dijo Lartin—. Bueno, mierda.

—Vaya, —dijo Alexby —. Si eso es lo bien que piensas las cosas, no puedo esperar para escuchar tus planes para la dominación del mundo. Estoy seguro de que serán positivamente fascinantes. Y bien pensados.

—Quemado, —dije—. Te has quemado tanto. Tendrás cicatrices de tanta quemadura.

—¡ComprarĂ© un carro! —exclamĂł Lartin—. Y un caballo. —Luego volviĂł a ser un idiota completo—. O simplemente voy a mantener al unicornio aquĂ­ y Ă©l puede tirar de mĂ­.

—Oh, perra, dime eso en mi cara, perra, —Alexby gruñó—. Venga. AtrĂ©vete.

—No diría eso en su cara —le dije—. Incluso si te atrevieras a hacerlo.

Pero Lartin el Hoja Oscura era un idiota. El clan mágico de los Oscuros usualmente lo eran. Así que no fue una sorpresa cuando Soobin dio un paso adelante y dijo, —Vas a tirar de mi carro. Caballo.

Fue entonces cuando el gigante de dos metros setenta llamado Mangel rugiĂł e irrumpiĂł en la cueva.

—RubĂ©n, —él retumbó—. Alexby.

—Estás muerto —dijo Alexby a Lartin—. Ni siquiera lo sabes. ¡Mangel! ¡Aplástalo!

Y puesto que Mangel amaba a Alexby, Ă©l se moviĂł hacia adelante para hacer precisamente eso. —Espera, Mangel, —dije. Y puesto que Mangel me amaba, esperĂł.

Alexby parecĂ­a un asesino. —RubĂ©n, —gruñó. Y si nunca has oĂ­do un gruñido de unicornio, dĂ©jame decirte: es deliciosamente espantoso.

—Tu rostro enojado es impresionante, —le dije.

Se pavoneó. —He estado practicando. —Me miró, con los ojos entrecerrados y los dientes descubiertos—. ¿Ves?

—Tengo escalofrĂ­os —le asegurĂ©.

—¿Yo aplasto ahora? —preguntó Mangel.

Por supuesto, Lartin trató de lanzar un hechizo defensivo. Pequeñas luces verdes arquearon alrededor de Mangel antes de que se disiparan.

—No eres un buen mago, ¿verdad? —dije—. Gigante, amigo. Su sangre es como la anti-magia. Vamos. ¡Aprendes eso en tu primer día de entrenamiento de mago!

—Yo aplasto ahora. —Mangel parecía muy cabreado. Por lo general, lo era cuando sus dos personas favoritas en el mundo entero eran capturadas. Pensando en ello, tal vez pasaba mucho.

—Sólo espera, Mangel, —dije.

—No, no esperes, —dijo Alexby—. Quiero ver sus entrañas por fuera.

—Tan sanguinario, —le dije asombrado.

—PreferirĂ­a que no hubiera ningĂșn aplastamiento —dijo Lartin—. Si soy totalmente sincero.

Pero Mangel habĂ­a tenido suficiente con la situaciĂłn, por lo que aplastĂł a Lartin el Hoja Oscura. Varias veces. Con una variedad de objetos. Como rocas. Y las paredes de la cueva. No era una vista muy bonita. Con toda la sangre y otras cosas. Y el cerebro.

Cuando terminĂł el aplastamiento, Mangel se acercĂł y rompiĂł las raĂ­ces bermejas que me ataban y a mi magia. Tan pronto como las raĂ­ces cayeron, sentĂ­ una oleada de verde y oro y amarillo fluyendo a travĂ©s de mĂ­. —Mucho mejor —murmurĂ©.

—Siempre te atrapan —gruñó Shindong mientras dejaba las raĂ­ces a los pies de Alexby.

—Ahora eso no es especĂ­ficamente cierto. SerĂ© honesto, sin embargo. He crecido como persona esta vez y me comprometerĂ© a evitar la captura en el futuro. — Eso no era la verdad completa. Lo mĂĄs probable es que me capturen de nuevo. Como que era algo mĂ­o.

—¿QuiĂ©n es mi gran hombre fuerte? —Alexby arrullĂł a Mangel.

Mangel se sonrojó. —Yo.

—SĂ­, eres tĂș. SabĂ­a que vendrĂ­as y me rescatarĂ­as. ÂĄEra como una princesa esperando a su hĂ©roe!

—Muy linda, —dijo Mangel, pasando su mano grande suavemente a travĂ©s de la melena de Alexby—. Mi linda princesa.

—¿Podemos dejar la cueva ahora? —pregunté—. PodĂ©is flirtear mĂĄs tarde.

—EstĂĄ bien, Mangel, —dijo Alexby —. RubĂ©n sĂłlo estĂĄ tratando con algunos asuntos. Recientemente se dio cuenta de que era un mojigato virgen de veinte años.

—¡No lo soy!

—Le hablĂ© de Frank—dijo Alexby —. RubĂ©n ni siquiera podĂ­a decir la palabra sexo sin tartamudear.

—RubĂ©n nunca va a encontrar un novio, —dijo Mangel—. Nadie va a tomar su flor.

—¡No hablĂ©is de mi flor! —Les dije cuando revisĂ© la mochila en la espalda de Alexby. El ajenjo todavĂ­a estaba envuelto con seguridad donde lo habĂ­a dejado. AsĂ­ que al menos esto no era una pĂ©rdida completa—. Y no necesito un novio. Soy un hombre independiente con prioridades. Voy a ser el mago mĂĄs joven en pasar su aprendizaje,y luego voy a hacer grandes cosas. ÂĄGrandes cosas!

—¿Oh? —preguntó Alexby. Y sonrió maliciosamente. Las sonrisas malvadas de unicornio son signo de cosas malas que están a punto de ser dichas. Las odiaba—. Entonces supongo que un cierto caballero no tiene en cuenta esas prioridades. ¿Tal vez quieras ser el mago más joven solo para impresionarlo?

—CĂĄllate la puta boca, —gruñí, tratando de no sonar soñador al pensar en ojos verdes brillantes y la hermosa sonrisa. Y cabello rubio ondulado. Como, el mĂĄs ondulado. QuerĂ­a tocarlo con mi cara—. Ni siquiera sĂ© de quĂ© estĂĄs hablando.

—Uh-huh, —dijo Alexby.

—Quieres la boca llena de caballero, —dijo Mangel—. Caballero toma tu flor y se la come.

—¡Mangel! —gritĂ© escandalizado.

—Tan mojigato, —murmuró Alexby.

—Les odio a los dos. Tanto.

Y para probar mi punto, salĂ­ de la cueva.

Pero obviamente no me creyeron, porque me siguieron. Como yo sabĂ­a que harĂ­an. Tengo suerte de esa manera, supongo.

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tbedford1971: Very good read

Laura: Love the stubborn and sassy stuff always

Gladys: I enjoy so far the twists and turns of the story. Usually the FML gets saved from extreme violence and SA, but not in this case. So, that adds a layer of complexity to the story and some realism to this paranormal tale.moon goddess part wasn't my fav. She seemed kinda weak and a bit cheesy but th...

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Angeliquita: La verdad me gustó muchísimo quiero más capítulos si por favor 🙏😃

RGXD: I'm loving this book so far. One thing I would've done to make it better was to add povs. I understand that every writer has their own writing style but just a polite suggestion. Loving the book though. I love this writer. Keep it up! 💖

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honeygirlphx: Loved it can’t stop reading these books! Great writing

honeygirlphx: Can’t get enough of your writing! Thanks for sharing spicy and exciting

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