Write a Review

ESPERA POR MÍ — 국민

Summary

El destino se encarga de unir a las personas que se aman.

Genre:
Drama / Romance
Author:
myloo˚✦
Status:
Complete
Chapters:
1
Rating:
n/a
Age Rating:
13+

OS - KM

Las sirenas de la ambulancia se oían cerca, había sangre, mucha sangre, estaba asustado, no comprendía nada, la gente se veía amontonada al rededor de lo que parecía ser un accidente. Y entonces lo vi, él estaba tendido en el suelo, mis piernas se movieron solas y llegué a su lado.

—¡Jimin! Amor, por favor no me dejes, no cierres los ojos.

—J-Jungkook, te amo—su voz tan débil me rompió en mil pedazos.

—Jimin, resiste, la ambulancia está en camino—no, esto no estaba sucediendo, tenía que ser una alucinación.

De repente todo a mi al rededor se tornó negro y la imagen de Jimin se desvaneció.

—Jungkook, despierta.

—¡Jimin!—abrí los ojos de golpe y él estaba a mi lado sosteniendo uno de mis brazos—Amor, ¿estás bien?, en serio eres tú, eres real.

—Tranquilo, sólo fue una pesadilla, estoy bien, estoy aquí.

—¿Una pesadilla?—entonces solo había sido eso—Se veía tan real, en serio, fue horrible.

—Oh bebé, no llores—no me di cuenta cuándo las lágrimas empezaron a caer, pero mi rostro estaba empapado.

—Te perdía, Jimin, te desvaneciste en mis brazos.

—Ya no pienses en eso, mejor bajemos a desayunar, te preparé lo que más te gusta—Jimin limpió mis lágrimas y dejó un beso en mi frente.

Dejé de llorar y me olvidé por un momento de la pesadilla, fue entonces que percibí el aroma de mi desayuno favorito.

—¡Panqueques!

—A veces eres tan infantil, Kookie.

No iba a negarlo, tenía un niño interior como cualquiera, solo que a veces salía sin permiso, pero sabía que a Jimin le gustaba que me comportará así.

Me lavé la cara y seguí el dulce aroma por las escaleras hasta la cocina, mi adorado esposo estaba colocando un plato en medio de la mesa y sirviendo los panqueques, también había una jarra con jugo de fresa.

Me senté a su lado y empezamos a comer. Un deleite para el paladar.

—Está delicioso Jiminnie.

—Lo sé, lo preparé yo.

—Que creído eres.

—Te encanta que sea así.

—Ajá—sí, bueno, eso tampoco podía negarlo.

El día transcurrió con normalidad, pero no dejé de pensar en aquella pesadilla, se veía muy real, no quería perder a Jimin, no sé que haría sin él, sin el amor de mi vida, y pensar en que no estaría a mi lado, me destrozaba el alma. Estuve un poco paranoico en el trabajo, así que apenas llegamos a casa, me tranquilicé, solo no podía dejar de darle una y mil vueltas al asunto.

—Jungkook, en qué tanto piensas—Jimin estaba sentado en su silla de escritorio y yo en la mía, teníamos una oficina en casa donde trabajábamos cuando dejábamos la empresa.

—En nada amor—mi voz no sonó para nada convincente.

—Te conozco, dime qué pasa.

—No dejo de pensar en la pesadilla.

—¿Te asustaste mucho?—y cómo no, estaba seguro que no se trataba solo de una simple pesadilla.

—Por supuesto que sí, verte de esa forma, fue muy doloroso—fue más que doloroso.

—Pero fue solo una pesadilla, no te voy a dejar, estaré siempre a tu lado—desearía que así fuera.

—Me lo prometes.

—Sí, te lo prometo.

Ambos nos fundimos en un beso dulce, lleno de sentimientos, decidimos dejar el trabajo por esa noche, fuimos a nuestra habitación y nos dejamos caer rendidos en nuestra cama, envolviéndolo en mis brazos, nos quedamos dormidos en instantes. Al día siguiente teníamos que ir a trabajar, un día nuevo y que no quería que siguiera su curso.

—Jungkook, Kook... ¡Jungkook!

—¡Qué!—mierda, mi corazón dolía.

—Vamos a llegar tarde al trabajo, levántate.

—Me asustaste, creí que algo te había pasado—jodido infierno, esa pesadilla no me iba a dejar en paz.

—Es que tienes el sueño muy pesado, llevo tratando de levantarte desde hace media hora. Creí que nunca despertarías.

—Con un beso hubiese bastado.

—Hice más que eso y nada.

—¿A qué te refieres?

—Fíjate tu mismo.

—¡Mierda, Jimin! Ahora me demoraré más.

—Oh, claro que no, sal de la cama ahora, te espero abajo.

Antes de que Jimin saliera de la habitación, lo tomé de la muñeca y lo giré, pegándolo a mi cuerpo, provocando un pequeño grito de sorpresa de su parte. De un solo movimiento, lo cargué, con mis manos en su bien formado trasero, sus piernas se enrollaron en mi cintura, lo pegué contra la pared y colocó sus manos en mis hombros.

—¡Qué haces! ¡Bájame!

—No bebé, te encargarás del problema que tengo ahí abajo, el cual tú provocaste.

—Bájame, Jungkook.

Comencé a besar su cuello, luego a morderlo, dejando pequeñas marcas.

—K-Kook, para...

—¿Qué es este nuevo aroma?

—Vainilla con coco.

—Delicioso—y continué succionando su suave y blanquecina piel.

Un pequeño roce entre nuestros miembros logró excitarme más. Quería a Jimin en ese momento, pero el tiempo no estaba a mi favor.

—B-basta, llegaremos tarde.—Jimin se apartó—Dejémoslo para la noche.

—Esta bien, pero qué hago con esto-señalé mi dolorosa erección.

—Jungkook, date un baño, y bajas a tomar desayuno.

—Jimin, solo...

—Ya hablé, que calenturiento eres.

—¡Es tu culpa!

—Tu eres el que no se despertaba.

—Y terminaste despertando otra cosa.

—Contigo no se puede.

—Esta bien, bajo en un rato.

Me di un baño de agua fría que no logró ayudarme por lo que mi mano fue mi único consuelo. Diez minutos después estaba seco y cambiado, un poco frustrado sí, pero feliz cuando el aroma del café inundó mis fosas nasales, y los huevos revueltos se veían exquisitos.

—Huele delicioso amor.

—Creo que las clases sirvieron de algo, siempre estás diciendo que el aroma y el sabor son bueno.

—Porque lo son, cocinas delicioso, ¿qué haría sin ti?

—Lo mismo me pregunto yo.

—¿Que harías sin mí?

—No, ¿qué harías tú sin mí?

—Y así dices amarme.

—Es broma, amor, te amo más que a nadie.

—Yo también te amo, demasiado.

Y justamente por ese amor que le tenía es que no podía dejar de sentirme preocupado, lo amaba de una manera tan profunda que no soportaba la idea de perderlo.

—Bueno, date prisa, tenemos veinte minutos para llegar.

—Oye, es nuestra empresa, podemos llegar tarde.

—Es tú empresa, puedes llegar tarde, yo no.

—Eres mi esposo, todos ahí lo saben.

—No quiero mezclar los sentimientos con el trabajo.

—Eres tan responsable, Minnie.

—Hace mucho no me decías así—pude notar el destello en sus ojos, esos hermosos ojos que desaparecen cuando sonríe.

—Lo sé, cuando eramos enamorados te llamaba así.

—Ha pasado tanto tiempo, y te sigo amando como el primer día. No, te amo más.

—Bebé, eres tan cursi, yo también te amo más, con cada día que pasa-definitivamente soy más cursi.

—Bueno ya, tenemos que irnos—y mató el momento, bueno, trabajo es trabajo.

Salimos de casa, en dirección a nuestro trabajo, tuvimos que ir a la parada de bus, porque nuestro carro se encontraba en mantenimiento. Solo estábamos cruzando la calle.

De repente algo sucedió, fue en cuestión de segundos. No sé cómo reaccioné tan rápido, tengo que admitirlo, estaba asustado, mejor dicho, aterrado.

—Jimin, ¿estás bien?

—S-sí, no sé de dónde apareció.

—Tranquilo, estás bien, eso es lo que importa.

Estábamos a punto de cruzar la calle que nos separaba de la parada de autobús, no sé que pasó, sentí que se me cayó algo y volteé a ver, pero, no había nada, Jimin se había adelantado, pasó en instantes, pude ver un carro venir a toda velocidad, mis sentidos estaban puestos en Jimin, no sé cómo, pero lo tomé del brazo y tiré de él hacía mí, cayendo duramente contra el suelo.
Nos levantamos, cruzamos la calle con cuidado, llegó el bus y luego todo transcurrió con normalidad.

Cuando llegamos al trabajo, podía ver a Jimin aún asustado, y la verdad, yo también lo estaba, y mucho, en ese momento se me vino a la mente aquella pesadilla. Pensaba si eso se trataba de alguna señal, algo que no me estaban intentando decir, era demasiada coincidencia. Interrumpieron mis pensamientos los golpes en la puerta.

—Adelante.

—Jefe Jeon, podemos hablar.

—Jimin, no tienes que llamarme así, claro que podemos hablar.

—Lo de hace un rato, pensé y recordé tu pesadilla.

—Yo también estaba pensando en eso.

—Tengo miedo-Jimin comenzó a llorar, lo tomé en brazos, lo abracé como nunca, no soportaba verlo así.

—Amor, no llores, todo va a estar bien.

—Abrázame, solo abrázame.

—Jimin, te voy a proteger, te lo prometo.

—¿Me lo prometes?

—Sí, nada malo te pasará.

Jamás debí hacer una promesa que no estaba seguro si iba a poder cumplir, pero tarde me di cuenta.

Las horas pasaron, volvimos a casa tranquilos, cenamos y vimos una película en la sala. Tenía a Jimin con su cabeza recostada sobre mis piernas, yacía dormido, se veía tan indefenso de esa forma, ¿quién se iba a imaginar que no volvería a ver ese bello rostro? Observé el reloj, se había hecho tarde, llevé a Jimin en brazos a nuestra habitación, lo recosté sobre la cama muy despacio, tratando de no despertarlo, le dí un beso en la frente y me acosté a su lado, rápidamente caí en un profundo sueño.

Una vez más.

—J-Jungkook, te amo.

—Jimin, no, por favor.

Estaba sudando y con la respiración agitaba.

—No otra vez, mierda, esto es demasiado. Ya han pasado tres semanas, y es la quinta vez que tengo esta pesadilla.

Jimin aún estaba durmiendo plácidamente a mi lado, pude ver como pequeños rayos de sol iluminaban su piel blanquecina, dejándome una maravillosa vista de la persona que más amaba, la única en realidad. Lo atraje hacía mí, y se acurrucó tal y como lo haría un bebé. Poco a poco abrió sus pequeños ojos, aquellos que me volvían loco y aquellos que nunca podría olvidar.

—Buenos días, kookie.

—Buenos días, Minnie.

—¿Despertaste hace mucho?

—No, hace unos minutos.

—¿Otra vez?—sabía que se refería a la pesadilla.

—Sí.

—No estés triste, estaré bien, prometiste protegerme.

—Lo sé, pero...

—Nada, no me pasará nada, como tú me lo dijiste, siempre cumples tus promesas.

—Es que ya son cinco veces y hace poco...

—Sí, también me asusté, pero no ocurrió nada, me salvaste.

—Tengo miedo, tengo mucho miedo, de que un día, no llegue a tiempo para salvarte.

—Amor, mírame.—no podía—Jungkook, mírame, por favor.

Alcé la mirada, y me encontré con sus ojos, sentí algo extraño, algo nuevo y no quería descubrir qué era.

—Yo también tengo miedo sabes, no quiero estar lejos de ti, no quiero dejarte, pero no podemos vivir preocupados todo el tiempo, con el miedo de que algo malo me pase, o nos pase, solo sigamos..., juntos, ¿sí?

—Está bien, mierda, está bien.—tenía tantas ganas de llorar—Te amo.

—Y yo a ti.

Atrapé sus labios en un tierno beso, no quería separarme de él, pero a mí no me correspondía decidir , nuevamente una sensación extraña invadió mi ser, no sabría como explicarlo, aquel te amo, parecía el último, este beso, parecía una despedida.

Nos separamos, nos miramos unos segundos y lo abracé, como lo había hecho cuando lloró, realmente no quería perderlo, era mi esposo, el amor de mi vida, mi único sentido de la vida, sin él no era nada, sin él estaría vacío. Y comencé a llorar, mis lágrimas caían sin cesar, aquel día no iría bien, algo dentro de mí me decía que no me apartara ni un segundo de su lado.

—Jungkook, no llores.

—No puedo evitarlo, q-quiero tenerte así por siempre.

—Yo también, pero tenemos cosas que hacer, así que será mejor que nos levantemos.

—Por favor, solo por hoy, no salgamos, tengo un mal presentimiento.

—Jungkook, tengo que revisar muchos papeles, son importantes.

—Está bien, pero no te apartes de mi, por nada del mundo.

—Oye, tranquilo, ya te lo dije, estaré bien.

—Vamos, desayunaremos allá.

Solté el abrazo, salí de la cama, me cambié de ropa y me dispuse a salir de la habitación, pero su voz me detuvo.

—Jungkook.

—¿Sí?

—Te amo.

Cómo debí tomar eso, sabía que me amaba, pero la forma en que me lo había dicho.

No me había dado cuenta que Jimin había amanecido con un resplandor especial, su mirada estaba más brillante, su piel radiante, realmente hermoso, tanto que parecía un ángel.

—Sabes que yo también te amo. Te espero abajo.

Esperé unos minutos en la sala, y salimos de casa para ir a trabajar.

Todo transcurría con normalidad, se acercaba nuestra hora de salida, diez minutos más y volvería a casa con Jimin sano y salvo. O eso era lo que creía.

—Park Jimin, a la oficina, urgente por favor.

—Disculpe jefe Jeon, el señor Park, no está, salió-

—¿Qué? ¿Cómo que salió? ¿A dónde?

—Dijo que iría por un encargo, no sé más.

—Está bien, puedes retirarte.

Mierda. Mierda. Mierda.

No, no tenía que ser así. Se suponía que Jimin estaría a mi lado, por qué se fue.

Mi celular empezó a sonar y temí lo peor. La sensación de preocupación y angustia me carcomían. El número desconocido en la pantalla no me ayudaba en nada.

Si tan solo le hubiese dado la importancia que se merecía a esa pesadilla.

—A-aló.

—Disculpe, ¿es usted pariente de Park Jimin?

—Sí, es mi esposo, ¿sucede algo?

—Lamento darle esta noticia, su esposo acaba de sufrir un accidente, ya hemos llamado a la ambulancia, si está cerca venga rápido, nos encontramos en la avenida que cruza el parque con la empresa Jeon’s Association—no podía romperme ahí mismo, pero mi corazón dolía peor que una quemadura de tercer grado.

—Voy para allá—fue lo único que conseguí decir.

Colgué y salí de inmediato, bajé corriendo las escaleras, no iba a esperar un ascensor, no tenía tiempo.

Llegué al primer piso y me detuve en la entrada, vi desde aquí el accidente. No estaba listo, aún así, corrí y corrí hasta llegar a él.

—¡Jimin!—la sangre estaba ahí—Jimin, amor, por favor, no me dejes, no cierres los ojos.

—J-Jungkook—no, no lo digas—Te amo.

—Jimin, resiste, la ambulancia está en camino.

—L-lo siento—tú no fuiste el culpable.

—Jimin, no, por favor, no me hagas esto, este no puede ser el último te amo.

—Sé feliz, prométeme que s-serás feliz.

—Sin ti, no. Me prometiste que no me dejarías.

—L-Lo siento, nos volveremos a ver, t-te lo prometo.

—Jimin...—solté un suspiro, no quería dejarlo ir—También te amo.

Junté nuestros labios en un último beso, nuestro último beso. Perdóname Jimin, porque no cumplí mi promesa.

—¿Jimin? ¡No!, no no no, Jimin, Jimin, ¡Jimin!, no, amor.—se había ido—¡No! ¡Despierta!, por favor, despierta...

Lo sostuve en mis brazos, mientras lloraba desconsoladamente. El era y será siempre mi primer y único amor.

—Señor, lo lamento mucho, la ambulancia acaba de llegar.

—¡Disculpe, disculpe, tenemos que pasar!—pude ver a los paramédicos haciendo a un lado a la gente que nos había rodeado.

No lo podía creer, ¿realmente esto estaba pasando?, no podía ser real, fue exactamente como en la pesadilla, las mismas imágenes, el mismo dolor. La ambulancia no pudo hacer nada, él ya no estaba más, mi Jimin se había ido, y con él mi corazón, lo siento Jimin, no cumplí mi promesa, no te protegí, me prometiste que estarías bien, ¿por qué?, ¿por qué tú?, ¿por qué te fuiste? Jimin, por favor, espera por mí.

La vida sin él no tenía sentido, pasaron dos semanas, no logré sobrellevar su muerte, no quería estar más en este mundo, quería estar con Jimin, quería volver a verlo, ver sus brillantes ojos, sus carnosos labios, sus lunares, su cuerpo desnudo frente a mí, quería poder tocarlo, quería sentirlo, y como sabía que eso ya no sería posible, nada más me ataba a este mundo. Lo siento amor, pero sin ti, no estaba siendo feliz y no quería a nadie más que no fueras tú.

Ese día, fue el último de Jungkook, fue encontrado muerto en la tina de su baño, ahogado, no soportó seguir viviendo, no cuando su único motivo para levantarse cada mañana, ya no estaba. Despertaba, y ya no sentía el calor del pequeño cuerpo de Jimin a su lado, ya no escuchaba su risa peculiar inundar la casa, ya nada sería como antes y lo sabía. Por eso tomó su vida y acabó con ella, porque iría en busca de Jimin, porque iba a seguirlo a donde sea que fuera. Y lo encontraría, entonces cumplirían juntos sus promesas.




~20 años después~

(04 marzo del 2020)

BIP. BIP. BIP

El sonido de la alarma era ensordecedor, con pereza busqué la forma de acallar aquel molesto sonido.

Quité la sábana de golpe y salí de la cama.

—Mierda, es el primer día y voy a llegar tarde, desde qué hora estará sonando esa cosa, bueno no importa, tengo quince minutos para bañarme, cambiarme y desayunar.

Mierda.

—¡Jungkook, date prisa, llegarás tarde a la universidad!

—¡Ya voy, mamá!

Bien, catorce minutos. Me bañé lo más rápido que pude, hasta yo mismo me sorprendí, me cambié, tomé mi mochila, y bajé las escaleras, vi a mi madre en la cocina, con el desayuno servido, aún me quedaban cuatro minutos, tenía el tiempo suficiente para tomar una tostada y salir.

—Buenos días mamá.

—¡Jungkookie!, ven desayuna, aún tienes tiempo.

—Tomaré una tostada, no puedo llegar tarde el primer día.

—Está bien.

Tomé la tostada, cogí las llaves y salí de casa despidiéndome de mi madre. Pude escucharla gritar, ¡Fighting!

Miré mi reloj, realmente iba retrasado, comencé a correr, algo bueno era que la universidad no estaba lejos, de hecho estaba muy cerca, podía ir caminado, pero en esta ocasión, se me estaba haciendo un poco tarde.

No me dí cuenta, por correr tan deprisa, que alguien se cruzó, al parecer también llegaba tarde a algún lugar y chocamos estrepitosamente, cayendo ambos al suelo, más bien dicho él cayó al suelo, pues yo caí sobre él, quedando nuestros rostros muy cerca, me avergoncé un poco, pero no se sentía raro, parecía que lo había visto antes, una sensación inexplicable invadió mi cuerpo.

Me separé de él de un salto y lo ayudé a levantarse.

—¿Estás bien?

—Sí, solo me duele un poco, pero nada grave.

—Que bueno, lo siento, venía distraído y no te vi.

—No te preocupes, yo también venía distraído.

—Veo que vas deprisa, yo también.

—Sí, voy a la Universidad Dongguk.

—¿Enserio? Yo igual.

—Podemos ir juntos, por cierto soy Jimin, Park Jimin.

—Y yo soy Jeon Jungkook, pero dime solo Jungkook.

—O puedo decirte Kookie.

Ese apodo, por qué sentí que lo había escuchado antes, y esos ojos, por qué recordé haberlos visto ya , era gracioso ver como se formaban en dos finas líneas cuando sonreía, pero este chico, era realmente adorable, muy lindo, no era posible... Me gustaba, pero... Lo acababa de conocer.

—Me gusta ese apodo, yo puedo decirte Minnie.

No sé de dónde salió ese apodo, pero solo se me ocurrió, aunque presentí haberlo oído en otra parte.

—También me gusta, creo que nos llevaremos muy bien.

—Pienso lo mismo.

—Oye, ¿qué hora es?

—Mmm, pues muy tarde.

—Deberíamos correr.

—Deberíamos.

Ambos adolescentes se encaminaron a su universidad, sin siquiera tener la mínima sospecha que eran dos almas, dos corazones que acababan de unirse, otra vez.

Porque cuando dos almas están destinadas a estar juntas, seguirán encontrándose en otras vidas, no importa que tan difícil fue la primera. Está vez todo sería diferente, esta vez serían felices.


FIN

Continue Reading
Further Recommendations

Nicole: Me gusto mucho la trama, si bien es cierto se tomo un desarrollo que a mi parecer fue rápido también fue mágico, me hubiera gustado más drama y el desarrollo d esos personajes secundarios sea un poco más más. Recomendaría este libro a mis amigas se que les encantaría.

Maylene: Enjoying the story, pleass post the next chapters quickly

Harmony: Love every part of this so far

Lisa: L'intrigue et l'histoire de la jeune femme est bien. Le coup des jumeaux rigolo.

Doreen: Loved this storey wish it was much much longer lol. Would recommend this storey , characters were great and funny .

Omowonuola: I love the pace of the story, the characters are well created. I love matchmaker Killian. where is the rest of the story

More Recommendations

raelynn: This book is good I would recommend to 20+

Kaari: I'm pretty sure I'm going to be reading all of these back to back great stuff

Pournima Ganapathy Raman: Something new and you can never guess what will happen next

Danny: Me re gustó que digo me encantó...Lamentablemente no me gustó que...hayaterminado 😭100/10

About Us

Inkitt is the world’s first reader-powered publisher, providing a platform to discover hidden talents and turn them into globally successful authors. Write captivating stories, read enchanting novels, and we’ll publish the books our readers love most on our sister app, GALATEA and other formats.