PRÓLOGO
Queens, New York.
─Creo que este sillón me pone cachondo.
─¿Cómo te hace sentir la cama?
Jungkook parpadeó.
─Creo que me hace sentir... Sorprendido.
─Quiero que vengas conmigo al piso de arriba.
─En un minuto. ─Porque Jungkook tenía que ocuparse de algo primero. Pasó su mano por el pecho de Jimin, notó las cicatrices, los latidos de su corazón y sus músculos, mientras lo empujaba hacia atrás para llegar a la bragueta de sus pantalones vaqueros. Mantuvo la mirada de Jimin, y le gustó lo que vio; todavía había cierta timidez, un poco de miedo pero sobre todo, esta vez se palpaba la lujuria.
Y tal vez algo más.
─Si vuelves a romper conmigo de nuevo, voy a hacer algo drástico... Como mudarme a New Jersey ─murmuró Jungkook, tirando de los vaqueros de Jimin abiertos y deleitándose con el sonido que producía.
─No puedes... hacer eso ─dijo Jimin, sin aliento y áspero.
─Entonces no vuelvas a dejarme.
Jungkook había agarrado con fuerza el miembro de Jimin y ahí se terminó la charla.
Jimin arrojó su camiseta al fondo de la cesta de la ropa en la cocina.
Apagó todas las luces y subió las escaleras hacia el dormitorio. Jungkook ya había subido.
Jungkook estaba en su dormitorio.
Jimin no se asustó; tuvo un solo momento en que echó de menos a Hayi, pero empujó la idea a un lado. No fuera del contexto, porque ella nunca desaparecería por completo de su mente, de su vida, pero había sitio para ambos.
Puso su mano sobre el pomo de la puerta, inhaló, y la abrió. Jungkook estaba de pie al lado de la cama, desnudo y mirando un poco confundido.
─Tú, uh... ¿Cambiaste la habitación?
─Sí, pensé que ya era hora. ─Jimin cerró la puerta, y echó el cerrojo.
─Me gusta.
─Gracias. Las sábanas están limpias ─agregó, de forma útil y un poco estúpida a la vez.
Jungkook sonrió, negando con la cabeza. Se subió a la cama, ahuecando las almohadas como si se fuera a echar una larga siesta invernal. Como si fuera a establecerse por un largo periodo de tiempo.
─No por mucho tiempo. Súbete.
Los vaqueros de Jimin golpearon el armario empotrado en tiempo récord.
Media hora después de un felices para siempre...
─Así que... ─Jimin Park comenzó, mirando los rincones en penumbra del techo de su dormitorio. A su lado, su ─en verdad tenía que usar un nombre del cual no se avergonzara─ Jungkook estaba a punto de quedarse dormido, haciendo unos pocos movimientos para acomodarse.
Al parecer, la teoría de «los hombres se duermen después del sexo» era un cincuenta por ciento cierta, basada únicamente en los ocupantes de la cama.
─¿Entonces? Te repito. Si tratas de deshacerte de mi otra vez, abandonaré este lugar para ir al Medio Oeste.
─Dijiste New Jersey.
─New Jersey está en el medio oeste.
─No, no lo está.
─Todo lo que está después del puente George Washington es el Medio Oeste ─bufó Jungkook.
─No iras a New Jersey. O al verdadero Medio Oeste.
─Entonces asegúrate de no volver a dejarme.
Jungkook se giró para darle a Jimin una evaluadora mirada. Habían vivido una difícil montaña rusa emocional en los últimos meses enamorándose de manera inesperada, la lesión de Jimin en el trabajo, los niños, todo parecía arrastrarlos al desastre.
─No te estoy abandonando. Idiota. Los niños no me lo perdonarían ─dijo Jimin a la ligera. «Probablemente dejaría de respirar», pensó─. Solo iba a decir... Entonces, ¿hacia dónde vamos desde aquí?
─¿Me estás recitando letras de canciones? ─El tono sarcástico disimuló algo que Jimin no pudo pasar por alto; inseguridad. Se volteó para enfrentar a Jungkook, deslizando un brazo alrededor de su cintura.
─No es a propósito. Sólo trato de manejar las cosas.
─¿No puedes relajarte por... unos veinte minutos? ─Jungkook suspiró.
─Me aseguré que fuera una media hora. ─Sonrió Jimin.
─Esclavo del reloj. ─Jungkook copió la posición de Jimin para quedar nariz con nariz. La generación de calor que se formaba entre ellos probablemente pudiera salvarlos de miles de facturas de gas durante los próximos inviernos.
También significaba que no tenían mucho tiempo entre la conversación y las otras cosas que hacía dar vueltas a la cabeza de Jimin.
─¿Qué quieres averiguar?
─Estamos otra vez juntos, y los niños... los niños están muy felices ─Jimin empezó─. Me quiero asegurar de que hagamos las cosas bien de aquí en adelante.
─Está bien por mí. ─Jungkook hizo una pausa─. Y para que conste, no sé realmente lo que eso significa.
─Es solo que... antes tú eras un amigo, y estaba bien, cómodo. Pero ahora...
─Pero ahora soy el amigo desnudo muy especial de papá, ¿y eso podría ser un problema?
─No creo que sea imposible imaginar a los niños... incómodos. ─Jimin no se puso a la defensiva ─un hecho del cual estaba épicamente orgulloso─ pero la preocupación comenzó a perseguirle de nuevo.
─No quiero que los niños se disgusten. ─Jimin podía sentir a Jungkook alejándose un poco─. Habla con ellos, ve cómo quieren que vayamos, yo estoy bien con eso.
─Te aman ─dijo Jimin─. Yo te amo. Son maravillosos, son niños estupendos pero no puedo dar por sentado que será fácil para ellos.
─O para ti. ─Los negros ojos de Jungkook se ensombrecieron un poco─. El vecindario. El trabajo.
─Mi Jefe y mi compañera lo saben. Mis niños son felices. La opinión de los demás no me importa.
─Tu familia política...
Jimin gimió.
─Suji lo sabe. Y está bien con esto.
─Eso no...
─Sé que eso no es lo que quieres decir. Dios, ¿estás tratando de mantenerme despierto toda la noche? ─Jimin rodó sobre su espalda, cubriéndose el rostro con el antebrazo. Que sus suegros, Miyeong y Jongsu, lo averiguaran, era su pesadilla número uno en estos días, incluso con la voluntad de hacer las cosas bien con Jungkook y seguir adelante con su vida.
─Este sería un mal momento para hacer un comentario con carga sexual, ¿no? ─dijo impasible Jungkook.
Jimin gimió.
─Oye, yo sé que estoy siendo un idiota sobre esto, pero tengo que protegerme. ─La voz de Jungkook sonó brusca y callada─. Tal vez la forma en que tratamos de resolver esto, no está funcionando, y nos separamos. O tal vez nos haremos viejos juntos. De cualquier manera, no puedo ser vulnerable de nuevo.
─Bastante justo. ─Jimin descubrió los ojos─. Bastante justo.
─Ambos queremos lo mejor para los niños. Queremos estar juntos. Los detalles funcionaran por sí solos.
─No me dejo llevar por la intuición muy bien. ─Jimin sonrió─. Debes haberte dado cuenta.
─Afortunadamente, da la casualidad que encuentro tus tendencias de excesivo control, muy controladoramente atractivas.
─Buah, ahora estás tratando de enamorarme sin mis pantalones.
La mano de Jungkook se deslizó bajo la manta hasta la cintura elástica de los pantalones de dormir de Jimin.
─¿Está funcionando?
Jimin tragó fuerte.
─Uh...sí. Realmente sí.
Jimin despertó de un sueño profundo, su cuerpo todo tenso con la sorpresa. Reconoció su dormitorio, el lugar donde no había dormido mucho desde la muerte de Hayi. Reconoció a la persona durmiendo a su lado, ciertamente no era Hayi y tampoco era un sueño. Por un momento escuchó los rápidos latidos de su corazón y los sonidos nocturnos de la casa.
Nada era incorrecto.
Jungkook roncaba ligeramente sobre la almohada, presionado lado a lado con Jimin, profundamente dormido, y viéndose como si perteneciera allí.
Después de unos momentos, Jimin se hundió más profundo debajo de las mantas, sin romper la conexión íntima entre ambos cuerpos. Fue la decisión correcta, Jungkook, y él. Esto hizo que las cosas mejoraran de una manera que no creyó posible después de la muerte de su esposa. Las personas que más le importaban fueron comprensivas, no podía preocuparse de su ex-familia política, de los vecinos o de los extraños.
No podía.
Por supuesto esto era más fácil decirlo que hacerlo. Jimin sabía que le daba demasiadas vueltas a la cabeza, sólo notaba el mundo exterior cuando ocurría algo que lo hiciera entrar en pánico. Durante mucho tiempo Hayi le había ayudado a mantener esas tendencias bajo control, pero sin ella... Bueno, no era fácil para él bloquear la puerta a esos demonios.
El psiquiatra ayudó. Sus amigos ayudaron.
Jungkook lo había ayudado más que todos ellos juntos.
Jimin resistió la urgencia de dar vueltas. Quería un nuevo comienzo para ellos, para todos, pero sacar a los niños del barrio donde habían vivido toda su vida parecía cruel. No quería hacerlos cambiar de escuela. Y más allá de eso, ¿podría vender la casa que tantos apuros les había costado a Hayi y a él para comprarla?
¿Existirá alguna cosa que pudiera ayudarlo a sacar de su mente sus ideas negativas, para así empezar bien las cosas, y tener un buen futuro con Jungkook? Vamos como un programa informático, que te lo instalas y borra los pensamientos locos y mantiene las cosas buenas.
La casa crujió y se estabilizó bajo Jimin. Dejó que los clics de la calma lo hicieran dormir. Los detalles los resolverían juntos; ellos podrían.
Ellos deberían encontrar un ritmo propio.