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𝙴𝚕 𝙷𝚘𝚗𝚘𝚛の相続人(𝚂𝙷4) - 𝚟𝚔𝚘𝚘𝚔𝚖𝚒𝚗

PRÓLOGO

Jimin (libro 1) como Alain.

Jungkook (libro 1) como Sharif.

Jimin (libro 2) como Malik.

Jungkook (libro 2) como Baruj.

Jimin (libro 3) como Wadod.

Jungkook (libro 3) como Rashid.

NO es un universo paralelo, continuamos en el mismo universo con otros personajes como protagonistas: Onan, Neil y Cedric (aparecen en el libro 3 en el capítulo 4). Nuestro querido Onan será representado por Taehyung.




Primavera de 3260...


Jungkook tenía frío, mucho frío, la lluvia no dejaba de caer; el aire helado le calaba hasta los huesos, pero quería mostrarle a su abuelo y a los otros guerreros que él era fuerte y digno hijo de sus padres.

Miró al cielo. No había señales de ellos por ningún lado. Se habían marchado cinco días atrás y no habían tenido noticias de ellos desde entonces. Su madre le había explicado con calma que tal vez el motivo de su retraso podría ser que en esta ocasión tuvieron que ir más lejos del territorio en busca de comida. Cada vez resultaba más difícil encontrar alimento.

Miró hacia donde unos hombres estaban terminando de cavar tres tumbas. El día de ayer había muerto una mujer dando a luz a su huevo, la mujer dragón había estado tan débil a causa del hambre y de la enfermedad que no había resistido el parto; había fallecido, y por ende sus dos compañeros también se habían desvanecido. Su madre había dicho que en estas circunstancias dudaba que el huevo llegara a eclosionar.

Era triste, hoy en día a causa de todo lo que estaba ocurriendo en la tierra, no había alimento, las plantas morían, era difícil encontrar agua potable, y tanta lluvia arrasaba con los bosques y la vegetación. ¿Cuánto más duraría esto? Su manada estaba muriendo lentamente, y las pérdidas eran mayores ya que en algunos de los casos se multiplicaba esa muerte por tres. Los dragones siempre tenían dos parejas, era un acoplamiento en tres vías, y al fallecer uno de ellos, los demás también lo hacían. Era una desgracia.

Su abuelo le explicó en una ocasión que los dragones habían sido bendecidos y maldecidos al mismo tiempo. Al principio no lo entendió, pero ahora, con tanta muerte a su alrededor, atrás había quedado su inocencia al contemplar tantas cosas horribles. Los dragones nacían bendecidos con una vida larga, podría llegar a ser eterna; nadie podría asegurarlo a ciencia cierta. Su abuelo Tak le aseguró que una vez conoció a un dragón que tenía más de mil ochocientos años de edad, lo cual era maravilloso y triste a la vez, mientras un dragón no encontrara a sus compañeros, su línea de vida continuaba eternamente.

Si tenía suerte, encontraría a sus dos compañeros predestinados, estos podrían ser dragones u otros seres. Humanos, cambiaformas, vampiros; nunca lograbas saber lo que el destino tenía preparado para ti, por esa razón era difícil para un dragón encontrar a sus parejas… Si tenía suerte y encontraba a ambos compañeros predestinados, entonces su línea se acoplaría a ellos. Si un accidente no los asesinaba, entonces tendría una vida normal como cualquier otro ser viviente, envejecería a la par de sus parejas y al final morirían los tres al mismo tiempo.

Bueno, al menos eso era como tenía que ser. Hoy en día morían dragones y parejas por todos lados a todas horas. Había escuchado a un dragón en el gran comedor asegurar que la extinción estaba cerca, que por más que buscaron en los alrededores, ya no había vida humana o shifter por ningún lado. Eso en sí era un problema, ya que una unión verdadera no siempre significaba que eran tres dragones, la Madre naturaleza no se equivocaba, un compañero predestinado podría ser cualquiera. Los dragones y los vampiros eran los seres más antiguos de la tierra y; sin dudas, las criaturas de las cuales había más misterios con respecto a su existencia.

—Deberías volver adentro, muchacho.

Jungkook levantó la cabeza para ver a su abuelo, su otro abuelo, tenía dos abuelos y una abuela, al igual que tenía dos padres y una madre. Vagamente se preguntaba si cuando él encontrara a sus compañeros predestinados serían un hombre y una mujer… Era imposible saberlo. Su tía estaba acoplada a otra mujer y a un hombre. Entonces, eso quería decir que cualquier cosa estaba predestinada a suceder.

—Quiero ayudar —aseguró. Sus padres no estaban aquí, así que su abuelo Tak decía que era su obligación aprender el oficio sobre guiar a la manada.

—Si enfermas, no serás de mucha utilidad —aseguró su abuelo Moon mientras le revolvía el cabello.

—Soy más fuerte de lo que parezco. —Eso decía su madre y a Jungkook le gustaba creer que así era.

—Yo sé que sí, pequeño. —En ese momento el sonido de la alarma resonó por la montaña. Eso indicaba que alguien se acercaba. Se cubrió los ojos con las manos, tratando de ver a través de la lluvia. Sonrió con felicidad cuando distinguió un grupo de dragones atravesar las nubes.

—¡Regresaron! —gritó entusiasmado. Sus padres y sus colegas estaban de regreso. Corrió hacia las rocas, le encantaba observar el vuelo de los dragones guerreros; era algo impresionante, sus padres siempre lideraban al grupo. Jungkook soñaba con un día ser un guerrero como lo eran sus padres o lo fueron sus abuelos.

—Si entrenas mucho y haces caso a todas las instrucciones en tu entrenamiento, tal vez lo hagas algún día.

Jungkook se sonrojó un poco al darse cuenta de que había hablado en voz alta.

—Mi padre Fion me está enseñando a manejar la espada, el abuelo Tak prometió hacerme una de mi tamaño —dijo entusiasmado—. Seré un gran guerrero algún día.

Su abuelo Moon asintió, se había colocado a un lado de él y miraba al cielo, ¿con nostalgia? ¿Tristeza? ¿Añoranza? No supo descifrar la mirada de su abuelo.

—Ser líder implica una gran responsabilidad —dijo su abuelo con voz seria. Lo miró—. Es una responsabilidad sagrada, ¿sabías eso?

Jungkook negó con la cabeza.

—¿Sagrada? —preguntó confundido. Sus padres le daban grandes lecciones, pero nunca mencionaron una responsabilidad sagrada.

No sólo lo instruían con las armas, le enseñaban historia, arte, cultura, hasta matemáticas —en eso último insistía su madre—. Ella decía que para ser un buen líder se necesitaba saber administrar, no sólo en dinero; lo cual Jungkook no conocía, era una costumbre antigua, donde supuestamente podrías obtener cosas como comida y ropa a cambio de dinero. Hoy en día si querías esas cosas tenías que buscarlas o fabricarlas. ¿Cómo habría sido vivir en la época de la que su madre le había hablado tanto? Ella había descrito unos grandes edificios llamados súper mercados donde podrías escoger lo que más te gustaba y pagar por ello.

—Si quieres guiar a la manada, tendrás que recordar dos cosas —explicó su abuelo llamando su atención. Él señaló hacia donde el grupo de dragones estaba aproximándose. A la cabeza venían sus dos padres, a Jungkook se le hinchó el pecho con orgullo—. Lo primero que debes tener en cuenta, es que es tu deber defender y proteger a los tuyos. Los más fuertes defienden a los más débiles, todo depende del equilibrio. —Su abuelo lo tomó de la mano—. Tú serás el líder de tus guerreros, ellos te brindarán toda su confianza, su fe y sus vidas, y tú tendrás que guiarlos con honor y responsabilidad. Un líder que no sabe respetar y valorar eso, no es un buen líder. —Su abuelo señaló hacia donde estaban terminando de colocar las piedras de la sepultura de los tres compañeros—. Lo segundo que debes comprender es que hay vida y muerte, si alguno de los tuyos muere en el proceso, no debes ponerte triste, es tu deber vivir de un modo glorioso en honor a su memoria.

Miró a su abuelo a los ojos. Ya comprendía lo que quería decirle, cualquier cosa podría pasar en estos tiempos tan difíciles, la gente moría inesperadamente.

En ese momento, los dragones que sobrevolaban aterrizaron. Grupos de personas comenzaron a salir de la montaña para darles la bienvenida a los recién llegados, incluso su abuelo dejó su lado para ir a saludar.

Él debería correr a saludar a sus padres, pero observó como su madre se abría paso entre la multitud para abrazar a sus compañeros.

Su familia. Ahora comprendía que todos eran una familia. Sus abuelos, sus tíos, sus padres… y a pesar de que los demás alrededor no estaban emparentados en sangre con ellos, sus abuelos los habían acogido en la manada cuando la tierra comenzó a perecer. Sus abuelos eran buenos líderes, y sus padres lo serían también… Se preguntó si él lo sería algún día.

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