Write a Review

Siempre que la lluvia caiga ♥ KookMin adapt.

Capítulo 1


Dos años después

Nunca imaginé un día sin luz. Un día sin esperanza. Un día en el que nada me emocionara. Solía ​​ser una de las estrellas del equipo de atletismo, pero ahora solo corría para huir de mí mismo. Solía ​​soñar con convertirme en abogado algún día, pero ahora no puedo siquiera mentalizarme para ir a la universidad. Solía ​​tener un montón de amigos, pero ahora al único que tengo es a Taehyung ... y mañana se va a la universidad.

Algunos días no quiero ni continuar viviendo siquiera. ¿Para qué? Durante un tiempo la gente me preguntaba que qué me pasaba, pero yo no se lo conté. No se lo contaría a nadie. ¿Para qué? ¿Quién creería que el héroe del pueblo me había violado? ¿A un chico? Soy Park Jimin, el hijo de la camarera que nunca se había casado. El chico que no sabía siquiera quién era su padre. El chico que resultó gay.

La familia de EunHo tiene dinero, así que todos los vecinos piensan que caminan sobre el agua. De todas formas le habrían dado la vuelta a la tortilla diciendo que yo se lo pedí, que yo lo quería y lo provoqué. No sé ... quizá lo hice. Quizás hice algo que lo llevó a creer que quería tener sexo con él esa noche. La escena se me reproduce una y otra vez en la mente, pero no le encuentro ningún sentido.

Nada parece ya tener sentido para mí.

Vivir en un pueblo pequeño y ver a la persona que me lo arrebató todo caminar por los pasillos de nuestro instituto, conducir por mi calle, o entrar en el restaurante donde trabajo, casi me había matado. No podía comer. No podía dormir. No salía de casa a menos que tuviera que hacerlo por fuerza mayor, y había faltado a clase por supuesta enfermedad en primero de bachiller más veces que en todos mis años escolares anteriores juntos. Apenas vivía.

Me aterraba quedarme solo. Me aterraba que lo volviera a hacer. Esa visión perfecta que tuve una vez del mundo ya no existía y todo lo que quedaba era un montón de piezas rotas que no podía volver a pegar.

Cuando EunHo se fue a la universidad al verano siguiente, respiré hondo por primera vez en casi un año. Empecé a quedar con Taehyung otra vez y poco a poco volví a ganar parte del peso que había perdido.

No obstante, todavía sigo atrapado en ese momento de hace dos años. No he averiguado cómo seguir adelante. ¿Cómo se supone que debo continuar con mi vida? ¿Se supone que debo fingir que todo va bien cuando no es cierto?

Prefiero estar solo en mi habitación, escuchando música mientras me quedo mirando absorto el techo. Soy capaz de señalar cada grieta, cada bulto o humedad. Me he pasado más tiempo mirándolo que durmiendo. No me gusta dormir porque cuando lo hago no puedo controlar a donde me lleva mi mente, y las pesadillas siempre son las mismas. Los flashbacks me agarran los brazos y me aprisionan tal y como lo hizo EunHo esa noche. Quiero librarme de ellos. Quiero que me dejen en paz, pero no lo hacen y yo tampoco puedo obligarlos.

También odio cuando la gente me pregunta si estoy bien. Odio cuando me preguntan qué me pasa, o si pueden hacer algo para hacerme sentir mejor. No creo que nadie pueda arreglarme, sinceramente. Ojalá dejaran de intentarlo.

Mi madre es otra historia. Creo que sabe que algo no va bien, pero no se queda en casa el tiempo suficiente como para averiguar la verdad. Pero no la culpo. Tiene que trabajar en dos sitios diferentes para que podamos llegar a fin de mes; trabaja para poder cuidar de mí tal y como lo ha estado haciendo estos últimos diecinueve años, sola.

Cuando mis notas empezaron a decaer me preguntó más seria, pero yo le dije que el curso se estaba complicando mucho y que no le diera mayor importancia. Ella me preguntó por qué ya no venía Irene a casa y yo le dije que tenía un novio nuevo y que pasaba todo su tiempo con él. Eso también se lo creyó.

Cuando me pregunta si quiero ir de compras, le digo que no. Cuando me pregunta si quiero salir a cenar, le digo que no. Me aterra ver a alguien que no quiero ver.

Es más fácil esconderse.

Y el doloroso hecho de que Taehyung se vaya a mudar a cinco horas de distancia mañana me hace querer acurrucarme y llorar hasta que se me acaben todas las lágrimas. Lo he visto casi cada día desde que nos convertimos en vecinos con cinco años, y aunque las cosas no hayan sido las mismas entre nosotros últimamente, no me imagino la vida sin él. Lo es todo para mí aunque no pueda decirlo. Es la única persona en el mundo en la que confío que no me hará daño.

Fue el hombre de mis sueños durante muchísimos años.

Jugamos juntos cada día después del colegio en primaria. Por entonces solo era mi amigo, por supuesto, porque estaba pasando por aquella etapa donde apenas estaba descubriendo que las chicas no me gustaban y en la que todos los chicos me parecían asquerosos, pero algo cambió a principios del instituto. Empecé a fijarme en cosas como sus preciosos ojos azules, su mandíbula firme... Me sentaba en clase y me lo quedaba mirando por detrás, fantaseando con hundir mis dedos en ese pelo castaño desgreñado.

Iba a casarme con Kim Taehyung algún día, pero nunca pasó nada entre nosotros. Me asustaba demasiado dar el primer paso, y él siempre se encontraba demasiado ocupado persiguiendo a las chicas guapas del colegio, incluyendo algunos chicos. Solía tener esperanza en que quizás algún día se fijará mí, y me viera como yo lo veía a él, pero cuando por fin se dió cuenta de sus sentimientos, ya era demasiado tarde.

Ya no soy el mismo chico. Nunca lo volveré a ser.

Los dos hemos tenido nuestros buenos y malos momentos. De hecho, la última vez que Taehyung y yo fuimos a algún sitio juntos fue a nuestra graduación. Solo de pensar en ello me ponía nervioso con respecto a lo que hoy me deparará.

Esta noche es mi graduación. No quería ir, pero Taehyung prácticamente me lo suplicó, diciéndome que era algo de lo que siempre me arrepentiría si no iba. Quise decirle que había muchas cosas de las que me arrepentiría, pero faltar a mi graduación no sería una de ellas.

Al final, la persistencia de Taehyung surtió efecto y accedí a ir con él porque sé que si no voy, él tampoco irá. Gasté parte del dinero que me he ganado en el restaurante en un traje nuevo porque quiero estar guapo para Taehyung. No quiero que se arrepienta de haberme pedido que sea quién lo acompañante.

Cuando Taehyung pega a la puerta, estoy nervioso pero a la vez un poco emocionado. Por una noche, voy a fingir que soy un chico adolescente normal y feliz. Me miró por última vez el pelo, castaño cobrizo y corto, en el espejo del pasillo y me estiro el traje azul zafiro antes de abrir la puerta. Taehyung se me queda mirando con la boca abierta, y por un breve instante me pregunto si todo esto ha sido una buena idea.

Pero luego sonríe y toda duda me abandona.

—¿Listo? —pregunta, tendiéndome la mano. Está impresionante con ese traje negro y esa corbata azul que pega con mi traje.— Ay, espera. Casi me olvido. —Saca una cajita y la abre para dejar a la vista un pequeño ramillete hecho de lilas blancas, mi flor favorita. Me lo desliza con cuidado por el bolsillo superior del traje, asegurándose de que las flores se quedan perfectamente alineadas en su lugar.

—Gracias —le digo, agarrándolo de la mano.

La noche va mejor de lo que esperaba. Pasamos la mayor parte del tiempo en la pista de baile, y cuando nos tomamos un descanso, Taehyung nunca se aparta de mi lado. Unas pocas personas se me quedan mirando; supongo que están sorprendidas de verme, pero no dejo que me afecte. Yo solía ser otro estudiante más, pero ahora me siento constantemente como si fuera un intruso. Esta noche una pequeña parte de mí se siente como si formara parte del mundo otra vez.

—¿Quieres ir a la fiesta de después? —Pregunta Taehyung cuando las luces se encienden y el director anuncia que esta es la última canción.

Niego con la cabeza. Ya he cruzado bastantes límites por esta noche y no quiero tener que enfrentarme a todos mis antiguos amigos. Siempre me he sentido como si la gente me juzgara y lo odio.

—¿Quieres venir conmigo al lago? —Pregunta envolviéndome los hombros con su brazo.

¿Quiero? Este es el momento más feliz que he tenido en casi dos años y sé que no durará para siempre. Una vez que tenga tiempo de pensar de nuevo, la escapada momentánea con Taehyung terminará. La realidad siempre encuentra la forma de absorberme una y otra vez.

Asiento al tiempo que entramos en su camioneta y bajamos las ventanas. Conducimos en silencio mientras el viento me mueve el flequillo y la música country suena bajita en la radio. Ojalá todos los momentos de mi vida podrían ser como este. Me siento libre, seguro, y más que nada, siento una parte del antiguo yo resurgir al presente.

Paramos cerca de la playa y Taehyung coge una manta de lana de los asientos de atrás antes de bajarse de la camioneta y rodear el vehículo para abrirme la puerta. Nos dirigimos hacia el lago y extendemos la manta a un metro de la orilla. Solo estamos en el mes de mayo y el aire todavía es fresquito cuando nos sentamos el uno al lado del otro. Inspiro el maravilloso olor a humedad que el lago produce y disfruto de la tranquilidad que me da. La brisa nos acaricia y empiezo a temblar.

—¿Tienes frío? —Pregunta Taehyung.

—Sí, no hace tanto calor como pensaba —digo a la vez que me abrazo las rodillas. Taehyung se quita su chaqueta y me la coloca sobre los hombros. Es una de las cosas que más me gustan de él; siempre piensa en los demás antes que en sí mismo.

Seguimos observando el horizonte, escuchando el susurro de las hojas con el viento y el leve sonido de las olas al romper en la orilla. Se está tranquilo aquí. Si la vida me lo permitiera, me habría quedado encerrado en este momento para siempre, especialmente si eso significaba que podía borrar todos los demás.

—¿Has cambiado ya de parecer con respecto a la universidad? —pregunta, rompiendo el silencio. No he cambiado de parecer. No me lo he pensado ni dos veces. Y tampoco es que importe; no preveo ningún futuro para mí.

—No, me quedo aquí al menos este año.

—Ojalá cambiaras de idea. Tienes muchísimo que ofrecer, Jimin. Deberías dejar que el mundo lo vea —dice con los ojos fijos en el agua.

—Ahora mismo es que no puedo —susurro tragándome las emociones.

—Algo te ha cambiado y voy a seguir investigando hasta que averigüe qué ha sido.

Ladea la cabeza en mi dirección y nuestros ojos conectan. Quiero decirle que el antíguo Jimin ya no va a volver, pero ya hemos tenido esa conversación antes. Sólo hará más preguntas que no quiero responder.

—Lo siento —digo, y aparto la mirada.

Los párpados comienzan a pesarme, así que me tumbo de espaldas y me abrazo firmemente con su chaqueta. Cierro los ojos y me centro en el sonido de la naturaleza para evitar pensar en otras cosas.

Cuando siento a Taehyung contra mi costado, abro los ojos y lo veo mirándome con la cabeza apoyada sobre una mano. Su cabeza se acerca a la mía y siento cómo el corazón me late con fuerza en el pecho. Cuando noto su cálido aliento contra mi boca, cierro los ojos y sus labios rozan los míos. Su contacto es cálido y suave, y no puedo evitar hundir mis dedos en su pelo. Estoy intentando hacer que un antiguo sueño se haga realidad.

Me permito perderme en él. Por un momento, me siento como si fuéramos las dos únicas personas vivas del planeta y no importara nada más. Siento como si hubiera una pequeña oportunidad de que me olvide de todo y pueda estar con él así para siempre, pero cuando se inclina hacia mí y coloca su cuerpo sobre el mío, el miedo me atraviesa todo el cuerpo. Mi mente retrocede hasta EunHo y los dolorosos recuerdos comienzan a reproducírseme en la cabeza a la vez que le propino un empujón en el pecho.

—¡Para! —grito y me giro hacia el otro lado.

—¿Qué te pasa? ¿Qué he hecho? —El dolor que escucho en su voz hace que el corazón me dé un vuelco. Esto es por mi culpa, no por la de él.

Cuando sentí el cuerpo de Taehyung sobre el mío, pude ver la ira en los ojos de EunHo y sentir cómo sus dedos se me hincaban en la piel. Yo solo quiero que los recuerdos desaparezcan.

—Joder. Jimin, por favor, ¡di algo! —dice Taehyung con voz contrita.

Yo me encojo y me protejo el vientre con los brazos.

—¿Puedes llevarme a casa y ya está?

Quiero contárselo. Quiero contárselo a alguien, pero no puedo.

Se pone de pie frente a mí con los brazos doblados detrás del cuello. Yo retrocedo hasta asegurarme de que hay una distancia prudente entre nosotros.

—¿Me vas a decir por lo menos qué te pasa? No puedo seguir viendo cómo te alejas cada vez más de mí.

—Solo llévame a casa, Taehyung —susurro antes de empezar a caminar en la dirección de la camioneta.

Cuando lo oigo llamarme, me paro y giro el cuello para volverlo a mirar.

—No puedo seguir así. ¿Por qué no me hablas? ¡Dame una razón! —grita tirándose del pelo.

—No quieres oírla. Créeme —le contesto con la mano sobre la boca. Solo pensar en contárselo todo hace que la bilis se me suba a la boca del estómago. Nadie quiere oír que el bueno de Jimin no es lo que piensan que es. Lo han dañado.

—No te creo —dice lleno de cansancio y frustración.— Nada de lo que me digas cambiará lo que siento por ti. Nada.

Sacudo la cabeza y empiezo a caminar otra vez.

—¡Jimin, vuelve aquí! —grita. Una parte de mí quiere. Una parte de mí quiere volver con él, rodearle el cuello con los brazos y no dejarlo escapar nunca, pero no puedo.

Lo ignoro y me subo a la camioneta mientras veo que se ha quedado mirando fijamente el agua con las manos en las caderas. Lo llegué a querer mucho en el pasado, pero se merece muchísimo más que el armazón de lo que una vez fui. Lo observo coger un pedrusco y lanzarlo al agua antes de hacer una enorme bola con la manta y encaminarse de vuelta a la camioneta.

Le estoy temiendo al camino de vuelta a casa, que será silencioso e incómodo, pero cuando le atiza una patada a la rueda delantera izquierda antes de subirse al coche, sé que puede que esta vez lo haya presionado un poco demasiado. Él ha intentado averiguar muchas veces lo que me pasó a lo largo de estos dos últimos años, pero esta es la primera ocasión que me besa. Bien mirado, he rechazado a la única persona en la que debería estar apoyándome.

Se sienta en la camioneta y cierra la puerta de un portazo. Quiero mirarlo, pero no consigo hacerlo.

—Lo siento —susurro.

No estoy seguro de si me oye porque no me responde.

Mientras me lleva a casa parece estar perdido en su propio mundo, y sé que yo he sido el que lo ha enviado allí. Quiero que sea feliz, pero yo no soy la persona que puede garantizarle la felicidad.

No vino a casa durante los seis días siguientes. No me llamó ni me mandó ningún mensaje de texto. Pensé que por fin llegó la vez en la que lo había alejado definitivamente de mí, pero al séptimo día pegó un golpe en mi puerta y me volvió a demostrar por qué es el único chico en el que puedo confiar.

Desde esa noche, Taehyung y yo volvemos a tener la misma relación que hemos tenido durante los dos últimos años. Lo mantengo lo bastante cerca como para sentirnos cómodos, pero a la vez lo bastante lejos como para no dejarlo ver en mi interior. Aun así siempre parece que pueda leerme, y lo quiero y lo odio por ello.

Tampoco hemos vuelto al lago desde aquella noche. De hecho, no hemos ido a ningún sitio. O bien nos quedábamos en su casa o en la mía. Quizás es porque tengo miedo de lo que pueda pasar entre nosotros si nos quedamos solos. Quizá tengo miedo de lo que pueda contarle si intenta insistentemente atravesar mis muros. Tengo miedo de todo estos días.

Este puede ser uno de los últimos días que tengamos la posibilidad de compartir en bastante tiempo, así que accedí a ir al lago con él. El lugar conservaba muchos buenos recuerdos de mi pasado, y no pude evitar pensar que lo que ocurrió la última vez también podría haber sido otro. Tengo muchísimos momentos a los que me gustaría aferrarme para siempre, pero me temo que siempre se quedarán en un segundo plano por culpa de ese recuerdo horrible del que no puedo deshacerme.

....

El libro original se llama ” Cada vez que llueva ” de Lisa de Jong.

[Les quiero pedir que si notan algún error en la edición, porque se me pudo haber pasado al ser una adaptación, me lo indiquen así lo corrijo. Gracias 💜]

Continue Reading Next Chapter

About Us

Inkitt is the world’s first reader-powered publisher, providing a platform to discover hidden talents and turn them into globally successful authors. Write captivating stories, read enchanting novels, and we’ll publish the books our readers love most on our sister app, GALATEA and other formats.