Captulo 2
Tan pronto como salieron del club, Darren lo abordó.
—¿Qué diablos, hombre? ¡Te traigo y tú atrapas a Jungkook!
¡Jungkook! —Él gritaba como si fuera una chica fanática de una estrella de rock y Sasha era la estrella.
Jimin no podía decidir si Darren estaba contento o enojado. —¿Eso es malo? —pregunto tentativamente.
—¿Malo? Infiernos no, eso no es malo. Es anormal. Nadie atrapa a Jungkook. ¡Nadie! El hombre nunca muerde al mismo donante dos veces… nunca. Tú entras y obtienes un exclusivo. ¡Un exclusivo!
Jimin se encogió de hombros. No supo que decir. No era como si tuviese un talento en particular. Ser capaz de sangrar no era realmente una habilidad.
—¿Te dejaste follarte?
—¡No! —dijo Jimin —. Sólo nos conocimos.
—Yo le dejé follarme —dijo Darren con una sonrisa.
—Pensé que eras recto.
Darren sonrió burlonamente. —Deberías ver tu cara. Relájate campeón, no voy a saltar sobre ti, tu vampiro patearía mi culo. Y me gustan ambos. Soy bi.
—Huh…— Jimin realmente no creía en personas siendo bi. Los pocos hombres que conoció que proclamaban ser bisexuales eran realmente gays en negación. Hombres que intentaban equilibrar sus vidas teniendo la esposa tradicional y familia y seguían follando con hombres. Él no iba a compartir esa creencia con Darren. No era nadie para hacer un problema acerca de eso.
Además a él sólo le gustaban los hombres por lo que sólo era especulación de su parte.
—Tú eres… —Darren preguntó, mirándolo fijamente.
—¿Soy qué?
—Bisexual.
—¡No! Sólo me gustan los hombres.
—¿Ninguna mujer en absoluto?
—Nop. Yo sólo no las encuentro atractivas.
—Huh.
Los dos hombres caminaron en silencio mientras se abrían paso de regreso al coche azul de Darren.
—¿Cuándo conseguirás un auto?
Jimin se rió. —No puedo permitirme uno. Entre los pagos del auto, el combustible y el seguro, es más fácil caminar o tomar el autobus
—Entonces, ¿cómo harás para venir aquí?
Jimin observó a su amigo por un momento. —¿Tú no vienes semanalmente?
Darren negó con la cabeza. —Vengo lunes, martes y festejo en el fin de semana.
—Algunas veces desearía tener un grado en arte, — dijo Jimin, con arrepentimiento. Desafortunadamente, sus habilidades artísticas eran nulas. Darren sólo tenía que preocuparse por sus proyectos. Él asistía a las clases y regresaba al dormitorio, hacia cualquier mierda de dibujo y pasaba el resto de su tiempo festejando… y dejándose morder por vampiros.
Darren era un animal para las fiestas.
Su amigo se movió cuando su teléfono móvil empezó a sonar.
Darren se desesperó al abrirlo. —Hola. —Una expresión extraña cruzó su cara mientras escuchaba. Le pasó el teléfono a Jimin —. Es para ti.
Jimin tomó el teléfono, incapaz de descifrar la expresión en el rostro de su compañero de cuarto.
—Hola.
—Hola, mi dulce. Te dejé ir sin las indicaciones para el domingo. Enviaré un coche a tu dormitorio. Sé puntual. No quiero que el conductor me diga que no pudo encontrarte. En fin, ¿cuál es tu número de teléfono móvil, así puedo agregarlo?
—No tengo —Jimin confesó—. Es un gasto más que puedo no permitirme.
Hubo una larga pausa en el otro lado de la línea.
—Me encargaré de eso.
Hubo un clic y la línea quedo muerta.
Jimin cerró el teléfono y lo alcanzó a Darren.
—Problema resuelto. Jungkook dijo que me enviaría un chofer.
—Te tiene muy controlado.
Jimin se encogió de hombros. —Sólo se asegura con mi parte del contrato.
Darren se rió. —Sigue diciéndote eso, hombre. En fin, lindo anillo.
El par se metió en el coche de Darren y se dirigieron al campus.
La mente Jimin seguía dando vueltas alrededor de vampiros y donantes de sangre y más especialmente, Jungkook. Si Jungkook no fuese un vampiro tan atractivo, Jimin sabía que él estaría muerto de miedo.
A pesar de que Jimin todavía tenía sus reservas, tenía que admitir que el dinero extra sería de ayuda. Si él se mantenía haciendo este trabajo, podría pagar sus préstamos antes de que vencieran.
De repente, el cansancio lo abrumó y apoyó su cabeza en el asiento.
—Es chocante al principio pero te acostumbras.
Jimin inclinó la cabeza. —¿No vas a quedarte dormido tras el volante?
—Nah. Llevo haciendo esto por cinco meses. Ya no me mareo.
Jimin se preguntaba si alguna vez se acostumbraría a tener la boca de Jungkook sobre él.
Él esperaba que no fuera así.
Jimin acomodaba su camisa cuando golpearon la puerta.
Mirándose en el espejo, se dio por vencido. Él estaba más preocupado de como lucía para este trabajo de lo que estuvo para su última cita.
Desafortunadamente, el tipo con el que él que iba era más ardiente que cualquier tipo que podría levantar en un club. Sólo pensar en Jungkook hizo que los nervios de Jimin se alteraran.
Pasó sus dedos por su pelo y fue a atender la puerta.
Darren estaba fuera en alguna fiesta, así que estaba solo en el cuarto mientras se arreglaba. Una buena cosa, también, porque su amigo se habría burlado de él.
La persona del otro lado no era su idea de un conductor. Su nariz perforada, una camiseta rosa brillante tan apretada que delineaba los anillos en sus pezones y un tatuaje que se asomaba por el cuello. Él estaba dispuesto a apostar la granja de su padre a que el tipo no traía ropa interior bajo esos pantalones.
—Ganaste esa apuesta, —el tipo dijo, sus ojos tenían un brillo plateado observaba la apariencia de Jimin —. Joder, eres adorable. No es de extrañar que Jungkook firmase y sellase el trato antes de que el resto tuviese la oportunidad para verte. —El vampiro cerró sus ojos y suspiró—. Oh, no intentes desafiarme, dímelo.
—Decirte ¿qué? — Jimin no estaba demasiado orgulloso al decir que estaba completamente fuera de su liga.
—¿Eres diabético?
—Sí.
—¿Hay algo mágico en tu sangre? —El tipo prácticamente jadeaba.
Jimin casi le miente pero se dio cuenta que eso era estúpido delante de un vampiro que podía leer sus pensamientos. —Nada de magia por lo que sé, pero Jungkook cree que hay algo psíquico.
—Nooooo. —El tipo gimió dramáticamente mientras se sostenía del marco de puerta—. Es jodidamente injusto.
—¿Te sientes bien? —El vampiro se veía como si estuviese sufriendo. Jimin sujetó el hombro del vampiro dándole un apretón—. En verdad, ¿te sientes bien?
—Soy Liam. Por favor miénteme y dime que eres
hetero. —Esos ojos plateados rogaban.
—Soy hetero
—Joder, eres gay.
—¿Eso es malo? Jungkook no parecía tener un problema con eso.
Jimin no podía mantener la actitud defensiva apartada de su voz mientras se alejaba del dramático vampiro.
—No es un problema a menos que tu conozcas a un diabético, el dios bronceado de tus sueños.
Tomó a Jimin un momento para percatarse que el extraño vampiro hablaba de él. No tenía respuesta para el incesantemente coqueteo del hombre.
—Pienso que deberíamos irnos, Jungkook se preguntará donde estoy.
Liam miró su reloj. —Mierda. Debemos irnos. Puedo flirtear contigo después pero no quiera el tipo grande me desgarre.
Sin hacer más comentarios, Jimin fue guiado escaleras abajo hacia una limosina estacionada correctamente frente a los dormitorios.
—Oye Jimin, ¿tienes una cita caliente? —John Freidle gritó, era uno de los jugadores de fútbol con los que Jimin compartió una clase de pregrado.
Jimin lo ignoró. John fue un cabrón homofóbico que actuaba como si aún estuviese en preparatoria.
—No me ignores, idiota. Odiaría tener que patearte y28 al trasero de tu pequeño amigo hada.
Liam dio la vuelta y Jimin vio como sus ojos cambiaban de plateado a rojo.
Mierda.
Más rápido de lo que los ojos de Jimin podían seguirlo, Liam se abalanzó sobre John y lo levantó en el aire con una mano. —Si alguna vez piensas siquiera tocar un pelo de su cabeza, te sacaré las entrañas y me bañaré en tu sangre. —El vampiro alegre con un aire azuzador se había esfumado. Éste era un asesino—. ¿Has comprendido?
John inclinó la cabeza, sus movimientos eran cortos y descoordinados.
—Bien. Porque si escucho de Jimin que lo molestas de cualquier forma, no estaré feliz.
Con una flexión de su brazo el delgado vampiro lanzó los 90 kg de atleta a través del césped como si fuera un balón. John aterrizó con un ruido sordo, pero Jimin no oyó nada quebrarse.
—Vamos rayo de sol, —dijo Liam antes de regresar hacia la limosina.
Jungkook se encontraba sin prestar atención a los papeles que se suponía debía revisar. Él no podía creer cuan nervioso estaba, pero no todos los días se reunía con su sirviente de sangre. Si Liam llegaba y le decía que Jimin había rechazado el contrato, Jungkook sabía que lo liberaría. Él no quería un donante de sangre en contra de su voluntad. Él quería que Jimin quisiera estar aquí por su propia decisión, no forzado por su acuerdo.
Las voces en el vestíbulo eliminaron sus pensamientos deprimentes.
—Entregado sano y salvo —dijo Liam con una reverencia.
Jimin caminó alrededor de él, negando con la cabeza y viéndose más caliente de lo que Jungkook creía posible.
—Eres una tentación andante, mi dulce, —dijo antes de que él pudiese ayudarse a sí mismo.
Jimin le dio una amplia sonrisa. —¿Te gusta? —Jimin preguntó antes de girar alrededor contoneándose en su trasero—. Siempre he pensado que la comida sabe mejor si se ve bien.
Jungkook lanzó hacia atrás su cabeza y se rió. —Puedes retirarte, Liam. Gracias por mantener a Jimin a salvo.
—Mi placer. —Liam miró de reojo a Jimin—.
Enteramente mío.
Jungkook saltó a través de la mesa y agarró a Liam del cuello, inmovilizando al vampiro contra la pared.
Jimin intentó inútilmente apartar el brazo. —
¡Compórtate, Jungkook! Él no insinuaba nada; sólo estaba bromeando.
Jungkook sacudió un poco a Liam antes de dejar al vampiro en el suelo.
—Mis disculpas, Liam, pero con algunas cosas no se puede bromear. Jimin es una de ellos.
Liam dio una pequeña reverencia. —Veo eso ahora. Me disculpo si te hice pensar que él te había sido infiel. —Él le dio a RanJimindy una sonrisa pesarosa—. Para ser honestos, él apenas me miró durante el trayecto.
Eso era un poquito exagerado pero Jimin no iba a echar más leña al fuego.
Jungkook arqueó una ceja, obviamente leyendo los pensamientos de Jimin. —¿Tú lo miraste?
—Lleva puesta una camiseta rosa brillante; además es amable y difícil de olvidar.
Liam dijo gracias sobre el hombro de Jungkook. Cuando Jungkook se dio la vuelta, Liam tenía un aire inocente y una sonrisa brillante.
—Puedes irte ahora, —dijo Jungkook.
—Por supuesto. —Liam hizo una pequeña reverencia y salió de la habitación.
Jungkook se sentó en el sofá, palmeando el lugar al lado de él.
—Ven siéntate y cuéntame cómo estuvo tu semana.
Jimin miró el sofá de cuero por un largo momento antes de sentarse junto al vampiro que, sorprendentemente, envolvió un brazo alrededor de él.
Era más como una cita que un formal intercambio de sangre.
—Sí, es así cómo quiero que pienses sobre nuestro tiempo juntos, como si fuesen una serie de citas. —Dijo Jungkook, jugando distraídamente con los rubios rizos de Jimin
—¿Si esto es una cita y pagas por mi tiempo, no me hace eso un acompañante? —Jimin usó sus dedos para marcar las comillas en la palabra acompañante.
Jungkook se rió, el sonido retumbaba por la piel de Jimin.
—Piensas demasiado. Cada domingo estarás disponible, enviaré a Liam a recogerte. ¿No aceptes un aventón de nadie excepto Liam, me entendiste?
—¿Por qué?
—Porque hay algunos que desearían tomar lo que es mío. Los eliminaré si lo intentan, pero podría no ser lo suficientemente rápido para salvarte. ¿Entendido?
La garganta de Jimin se secó. Él sabía que muy tarde sería, porque estaría muerto. Inclinó la cabeza. — Entendido.
—Excelente. — Jungkook acarició la cabeza de Jimin como si fuese su mascota favorita. Él resistió el impulso de morderlo.
—Cuando llegues, ven directamente a mi oficina. Me alimentaré y luego iremos al club y socializaremos un poco. Quiero mostrarte e introducirte en la sociedad. Después, haré que Liam te lleve a casa. Ahora, mi asistente Tian verá que obtengas un teléfono así siempre podré localizarte.
Jimin sentía un pequeño pulso eléctrico en su cerebro.
Jungkook estaba hablando con alguien.
Un segundo más tarde hubo un suave golpe en la puerta.
—Entre.
La puerta se abrió y un hombre alto, musculoso de pelo plateado ingresó al cuarto. En cada mano llevaba una caja pequeña.
—¿Quieres el Iphone o el Motorola?
—Jimin, éste es Tian, mi asistente. ¿Cuál teléfono prefieres?
— Jungkook, no puedo pagar los gastos para uno de esos.
Jungkook dio a su pequeño humano un apretón. La mayoría de la gente, humano o vampiro, estaría más que feliz de aceptar lo que fuere que Jungkook quisiera darles, pero Jimin tenía una gran veta de orgullo. Él tenía que ser cuidadoso para no ofender al pequeño humano.
—Yo cubro los gastos y uso tu dinero.
La tensión en el cuerpo de Jimin disminuía.
—¿En realidad vas a hacer eso? —Tian preguntó telepáticamente.
—Infiernos no, —dijo Jungkook.
—No tienes que hablar alrededor mío. —Dijo Jimin
Inesperadamente
—¿Escuchaste lo que dije? —Tian preguntó.
—No escucho las palabras pero puedo sentir una sacudida de electricidad.
Le dio a Tian una sonrisa triunfante. Su Jimin era invaluable.
—También es diabético. —Él no pudo evitar jactarse.
—Jodido suertudo. —Dijo Tian. Habían sido amigos por siglos y siempre hubo una tendencia competitiva entre ellos. Jungkook sabía que él había ganado esta ronda.
—¿No tienes hermanos? ¿Quizás una sexy hermana?
—Tian preguntó.
—Lo siento, soy hijo único.
—Imagino —se enfocó en Jungkook — …que no vas a compartir.
—Nop — Jungkook le dio una sonrisa satisfecha—. Tengo un exclusivo.
Era gracioso ver la molestia en los ojos de su amigo.
—Fingiré estar sorprendido, pero si tuviese un psíquico diabético, yo también lo reclamaría —Tian lo dijo con una sonrisa ancha probando que no había ningún problema por esto—. Ahora, ¿Motorola o Iphone? —Preguntó sosteniendo las cajas.
Jimin cambió de dirección y atrapó a Sasha en sus adorables ojos cafés.
—¿Prometes tomarás el costo de mi dinero?
Mierda.
—Lo prometo. —Él sólo aumentaría el dinero del niño para cubrir el costo del teléfono.
—Puedo ver ambos. —Jimin preguntó con una tímida sonrisa.
—Seguro. —Tian le dio al humano un indulgente vistazo cuando se los entregó.
Con sumo cuido Jimin miró alrededor de cada caja.
—Tomaré al Iphone.
—Dale ambos a Tian. Tu teléfono estará activado antes de que te vayas.
—Gracias —Jimin dijo con otro de sus dulces sonrisas.
—No hay de que, cariño, —Tian dijo.
Era gracioso observar a su malo y grande amigo vampiro, derritiéndose bajo la sonrisa del humano. Él debería otorgar sus derechos de sobrevivencia a Tian. Una rareza de tener un contrato con un humano era que si algo te ocurría, era importante tener a alguien a quien pasarlo. Si Jungkook no tuviese a alguien con derechos de sobrevivencia, Jimin sería colocado en la sala común para el uso general hasta que el contrato con Jungkook terminara. Afortunadamente, Jungkook sólo había establecido un contrato por tres meses, porque quería ver qué tan compatible era con el joven humano. Su segundo contrato sería mucho, mucho más largo.
Jimin se sonrojó ante la caricia, haciendo sonreír a
Tian ampliamente.
—Necesita algo más —Tian le preguntó a Jungkook.
—No, sólo eso. Estaremos en la sala principal más tarde. Quiero lucirme con Jimin.
—Te devolveré el teléfono pronto —dijo Tian, dando una pequeña reverencia y dejando la oficina.
—Él parece agradable —dijo Jimin con una sonrisa.
Jungkook resistió la urgencia de reír. Había muchas palabras para describir a su viejo amigo pero agradable no era una de ellas. —Tendrá tu teléfono listo antes de que te vayas. —Era todo lo que podía ofrecer.
Acariciando la suave piel de Jimin, Jungkook trató de hacer sentir cómodo al hombre, su toque calmaba los nervios que se agitaban en el interior.
—Ven aquí, déjame ayudarte para que te relajes. Apuesto que has tenido una semana difícil. —Frotó los hombros de Jimin, sintiendo un poco de orgullo cuando los nudos en la espalda de su humano se aflojaban—. Eso es, cariño, sólo déjalo ir.
—Lo siento, el doctor a cargo de mi clase de emergencia médica es una mierda. He estado trabajando como una bestia y él todavía me trata como un imbécil. Entre el hospital, las clases y estudiar para mi USMLE1, estoy estresado.
Jungkook se deslizó por la mente de Jimin. Filtrándose a través de los recuerdos de Jimin, encontró al doctor y memorizó su nombre.
Él se haría cargo del idiota, mañana.
Nadie tenía permitido hacer sentir a su niño menos de lo que él era. Jimin era un dulce y honesto humano, que quería hacer del mundo un mejor lugar a través de su trabajo. Cualquiera que pensara que podría menospreciarlo, pronto aprendería que existían personas cuidando de Jimin.
Él amablemente acarició el cuello de su humano, enviando ondas calmantes hacia Jimin.
—No tienes que persuadirme. Estoy aquí voluntariamente. —Jimin dijo con una sonrisa.
—Lo siento, la fuerza de la costumbre.
Por curiosidad Jungkook detuvo la magia vampiro. Jimin inclinó su cabeza hacia atrás, una víctima dispuesta para la mordida de Jungkook. La erótica vista del humano dándose a sí mismo sin que Jungkook tuviese que doblegarlo lo puso muy duro.
Lamiendo alrededor de la yugular de Jimin, Jungkook hundió sus dientes en el delgado cuello humano. La sangre, dulce y rica, fluía a chorros hacia su boca.
Jimin tenía un sabor diferente al de cualquiera del que hubiera bebido antes.
Mejor.
Mucho mejor.
Él podía sentir su cuerpo absorbiendo la sangre de Jimin mientras infundía sus células con el líquido vital De su humano.
Teniendo cuidado para no dejar una cicatriz en la piel, Jungkook deslizó sus colmillos fuera del cuello de Jimin. Lamió cuidadosamente, sellando la herida asegurándose que no quedara ninguna marca. No quería dejar ninguna marca en el cuello de su humano que podría atraer a aquellos que no apreciaban a los vampiros. Los cazadores a menudo rastreaban a los vampiros a través de sus alimentadores.
Satisfacía a Jungkook si él reducía el problema para su dulce y honesto humano.
Con un suspiro, Jungkook apoyó su cabeza en la parte de atrás del sofá.
—Eso fue fabuloso. —Abriendo la puerta lateral de la mesa, le dio a Jungkook un pequeño paquete.
—Wow. Estas cosas son caras. —Dijo Jimin mientras rasgaba la pequeña caja de chocolates.
Jungkook observó con diversión como el humano metía un dulce en su boca y masticaba detenidamente mientras tarareaba de felicidad.
—¿Bueno? — Jungkook preguntó con una risa.
—Muy bueno. Aquí, es mejor que conserva el resto.
—Pero les compré para ti. —Dijo Jungkook, preocupado de que a Jimin no le gustase su regalo.
Jimin le dio una sonrisa con pesar. —Tengo debilidad por las cosas dulces, es mejor no dejar la caja a mi alcance. Dispararía mis niveles de azúcar hasta el techo si me devorase una libra de chocolate.
Jungkook besó a su amante, probando el sabor de la de boca Jimin mezclado con el agridulce chocolate.
—Vamos, es hora de que conozcas a los demás. Como mi compañero de sangre, no debes hablar con nadie. Yo hablaré por ti.
—Así que soy como un Sum.
Jungkook giró la cabeza bruscamente. —¿Qué sabes acerca de esa tipo de cosas?
Jimin se encogió de hombros. —Sólo lo que leo en revistas porno. Realmente no soy del tipo que le agraden los azotes y el encadenamiento. ¿Estás metido en eso? — Él no sabía lo que iba a hacer si eso era parte del acuerdo.
Le gustaba Jungkook, realmente lo hacía, pero él rápidamente se percataba que rondaba su cabeza.
Jungkook le dio una sonrisa que mostraba sus colmillos.
—Los vampiros crearon el estilo BDSM, los humanos simplemente lo copiaron; pero no, mi dulce, no haré nada que te incomode. Sin embargo, hay aspectos de las leyes vampiras que son sorprendentemente parecidos a una relación dom/sum. No debes hablar con ningún vampiro excepto aquellos con los que te haya dado permiso de hacerlo. No comerás ningún alimento que no provenga de mis manos en caso de que algún vampiro intente de drogarte. Una parte de ellos encuentra divertido robar la comida de otros. Es usualmente inofensivo y como eres mío, la mayoría no se atreverían, pero lo considerarían una advertencia.
—Está bien. Y-yo lo tengo. —Jimin no quería parecer demasiado ingenuo para el sofisticado vampiro pero él estaba seguro quebrantar una regla era inevitable.
Jungkook le dio una sonrisa amable y le palmeó el hombro, pero Jimin supo lo que era: Lástima por el pobre humano que no entendía las relaciones vampiro/humano y se encontraba en lo profundo del campamento vampiro.
—Quédate dos pasos detrás de mí a mi derecha. Te quiero al alcance de mi agarre si es necesario.
—Sí, Jungkook. —Jimin dijo quedamente. Tal vez no era muy tarde para huir de esto.
—Tienes un contrato conmigo por los siguientes tres meses. — Jungkook le recordó—. Ahora vamos.
Mierda.
La risa ahogada de Jungkook le dijo a Jimin que el vampiro había oído sus pensamientos.
No era nada como lo que había imaginado. Era el pensamiento que atravesaba la mente de Jimin. Él esperaba ver hombres semidesnudos siendo azotados y nalgueados. En lugar de eso, veía a hombres y mujeres jóvenes arrodillados en mullidas almohadas de terciopelo descansando al lado de su vampiro.
Era cierto que algunos de los hombres tenían poca ropa y unos cuantos tenían collares alrededor de sus cuellos, pero la mayor parte estaba vestida con ropa de fiesta.
Un vistazo más cercano permitía ver que algunos vampiros se estaban alimentando, con el pelo o la ropa cubriendo la acción.
—La alimentación es usualmente un asunto privado, — Jungkook dijo en un tono bajo.
—Vuelva la mirada si alguien decide alimentarse.
Jimin asintió su entendimiento.
Jungkook detuvo su paseo a través del club en una mesa grande donde un hombre delgado, de rasgos bien definidos y fríos ojos negros destacaba. Randall rápidamente apartó la vista cuando el hombre lo miró. Sus instintos gritaban, vampiro.
—Buenas noches, Harris. —Jungkook dijo con su suave y líquida voz. Su voz hizo dos cosas calmó a Jimin y le puso increíblemente caliente.
—Noches, Jungkook.
Jimin podía sentir la mirada del vampiro fija en él pero recordando las palabras de Jungkook, se rehusó a mirar hacia arriba.
—¿Quién es tu pequeño amigo? —Harris preguntó. A diferencia del tono reconfortante de Jungkook, la voz Harris era gruesa con deseo, sofocando su intensidad.
Jimin instintivamente quiso esconderse detrás de Jungkook pero él conservó su lugar donde se le ordenó quedarse. Él no quería avergonzar a su vampiro.
Para su sorpresa Jungkook retrocedió y colocó un brazo alrededor de los hombros de Jimin. —Éste es Jimin, mi sirviente de sangre.
El peso y el calor de los brazos de Jungkook calmó los nervios de Jimin más que cualquier palabra. Él se sintió seguro y protegido en el abrazo del vampiro. La tensión desapareció de su cuerpo y él tuvo que enderezar su columna para no quedar como un charco a los pies de Jungkook. Jungkook se rió.
—Interesante imagen, mi dulce.
Jungkook disfrutó enormemente la expresión celosa de la cara de Harris. Ambos habían sido rivales por años compitiendo por los mismos recursos, pero esta vez Jungkook sabía que tenía la sartén por el mango.
—Mencioné que es diabético. —Jungkook acarició el cuello de Jimin, disfrutando del suave tacto de la piel humana. El calor calentó sus fríos dedos. Nunca tuvo un amante que transmitiera calor como el humano en sus brazos. Los vampiros siempre estaban fríos. Su corazón no latía tan rápido como el de un humano porque sólo hacía circular sangre en lugar de producirla.
Él no sabía por qué, pero Jimin desprendía calor como un horno, hacía que Jungkook quisiese envolver al niño alrededor de él y rodearse de su calor y su perfume. Inclinándose, Jungkook presionó su nariz sobre el cuello de Jimin. El humano olía dulce, como miel tibia. Incapaz de resistirse, Jungkook pasó su lengua sobre la yugular de Jimin.
Sólo sus rápidos reflejos rápidos impidieron que Jimin tocara el piso cuando sus rodillas se doblaron.
—Cálmate. No tengo la intención de hacerte caer.
Jimin se rió. —No sabes lo que me hace cuando lames mi cuello.
—Tu mascota necesita aprender algunos modales. — Harris dijo fríamente—. Yo estaría encantado de prestar mis servicios.
Un gruñido burbujeó en la garganta de Jungkook. Por primera vez en su larga relación, él realmente quería lastimar al otro vampiro. Imágenes en las que desgarraba la garganta de Harris y se bañaba en su sangre cruzaban la mente de Jungkook con sorprendente claridad.
—Shhh.
Le tomó un momento a Jungkook para percatarse que los ruidos inhumanos provenían de él. Las elegantes y pequeñas manos de Jimin frotaban su pecho, eliminando la intensa ira.
La niebla se desvaneció de su mente y vio a Harris clavando los ojos en él con sorpresa.
—No creo que alguna vez te haya visto verdaderamente enojado —Harris dijo.
—Nunca me había pasado —Jungkook reconoció. Harris miraba a Jimin atentamente.
—¿Él es tu solnyshko? —Harris preguntó.
Una luz se encendió en la mente de Jungkook. —Sí él es moyo solnyshko. —Reclamar a alguien como “su sol” en la sociedad vampiro era lo más cercano a un matrimonio que los vampiros podían tener. Reclamando a Jimin de esta manera, Jungkook le decía al mundo entero que este humano era suyo en todos los aspectos—. Haz correr las noticias, Harris. No tomaré de buena manera si alguien amenaza o lastima a mi Jimin.
La mano de Jimin acariciaba su brazo nuevamente. Jungkook sostuvo su mano. —Vamos, mi amor, siéntate — dijo, colocando un cojín sobre su silla.
Él sostuvo la mano Jimin hasta que el humano pudiera estabilizarse en sus rodillas.
—Hermoso —dijo Jungkook. Mientras más tiempo pasaba en presencia de Jimin el atractivo del hombre parecía incrementarse.
Un camarero se apresuró a atenderlos tan pronto como Jungkook estaba sentado. El vampiro acariciaba su cabeza mientras escuchaba los especiales de la noche.
—Cualquier cosa que suene bien para ti, mi mascota
—Jungkook preguntó, continuando con sus caricias por el brillante pelo de Jimin.
—No podría dejar de lado los vegetales al vapor.
¿Tendrán algo de pescado?
—Un comensal saludable, ¿huh? —Jungkook dijo con una sonrisa. La mayor parte de personas que trabajaban en el club eran estudiantes universitarios de niveles superiores acostumbrados a comidas dietéticas o frituras y barras de caramelo.
Jimin lucía un poco avergonzado. —Tengo que serlo. Una forma para controlar mi diabetes es vigilar todo lo que como.
—Por supuesto. Tonto de mí por no pensar en eso. — Volvió la mirada hacia el camarero, un chico de pelo oscuro llamado Jonathan. Si él recordaba correctamente su sangre había sido de buen cuerpo pero insatisfactoria—.
¿Tenemos pescado?
Jonathan frunció el ceño por un momento. —Tendré que revisar. Tenemos el saltado de camarón que Candice hace; eso es vegetales, arroz y camarones.
Jimin inclinó la cabeza.
—Tomaremos ese.
—Excelente. Algo para usted. —Los ojos de Jonathan se iluminaron mientras veía al vampiro poderoso.
La mano levantada de Jungkook y Jimin exponiendo el anillo del vampiro. —Tengo todo lo que necesito aquí.
Jonathan se vio destrozado por un momento. —Traeré su comida en seguida. —Dijo con una voz baja, amarga antes de alejarse de la mesa.
Jimin casi sentía lástima por el chico. Él podría decir que el camarero esperaba que Jungkook lo escogiese para su próxima comida.
—Sí, lo mordí una vez, pero él no tiene sangre alta de calidad; pero estoy seguro que alguien lo encontrará atractivo. —El vampiro sacó una pelusa de su camisa.
Ay.
Pobre niño.
Jungkook y Harris comenzaron a hablar de asuntos de vampiros dejando a Jimin fuera de la conversación. Viendo alrededor, examinó el cuarto teniendo cuidado de no mirar a nadie a los ojos. Él no quería meter en problemas a Jungkook.
Repentinamente, una fría brisa flotó a través del cuerpo Jimin.
Sacudiéndose, vio alrededor para ver de dónde provenía el repentino viento.
Directamente detrás de él un pelirrojo se quedó con la mirada fija en él.
Jimin rápidamente desvió sus ojos pero era demasiado tarde para ocultar su expresión.
Tan fría como la expresión de Harris era, el vampiro no lo veía con buenos ojos.
Jungkook ha debió sentir el cambio en Jimin o leyó su mente porque comenzó a acariciar su cabeza otra vez.
Lo discutiremos más tarde. Las palabras fueron a la deriva a través de su mente.
Afortunadamente, el toque Jungkook le castigó sin salir y él pudo restarle importancia a la sensación maliciosa rondándole.
Con una irada cautelosa, Jimin observó a Tian entrar en el comedor.
El grande vampiro escudriñó el cuarto y sonrió cuando los vio.
—Tengo el teléfono de su muchacho. —Él iba a dárselo a Jimin pero el siseo de Jungkook lo detuvo.
—Yo soy quien le provee. Tú no debes darle nada. —El vampiro chasqueó.
Jimin lo amonestaba presionando el muslo de Jungkook, esperando que su toque calmase al hombre como hizo antes.
Tian hizo una profunda reverencia, en espera de un signo de su líder.
—Dámelo. —Jungkook gruñó.
Tian entregó el liso dispositivo y Jimin resistió el deseo de arrebatárselo. A él en realidad, le gustaba el móvil.
Sus pensamientos debían ser muy obvios porque ambos vampiros empezaron a mirarle con diversión.
—¿Qué? No estoy acostumbrado a tener cosas a la moda.
Tian sonrió. —Cargué a algunas juegos y puse mil dólares de crédito en ITunes.
Mil dólares. Sólo el número hacia girar la cabeza de Jimin. Él podría comprar todos los libros de texto de un año con esa cantidad, y el vampiro sólo los tiraba como si se tratase de un penique en un pozo de los deseos.
—Um. Gracias.
Jungkook le dio el teléfono. —Disfrútalo, miliy moy, mi dulce.
—Gracias, Jungkook. Esto es realmente genial. Él quería abrazar al vampiro pero con todo el mundo observando pensó que éste no sería el mejor lugar. Jimin era cariñoso, pero tímido delante de otros.
—Puedes agradecer más tarde. — Jungkook dijo con una sonrisa.
—Recuerda, que prometiste descontarlo de mi paga.
—Jimin le recordó.
—Sí, lo hice. —El vampiro dijo gravemente. Harris se rió a través de la mesa.
Jungkook observó como su más viejo amigo se burlaba de él.
—¿En realidad hiciste una promesa tan tonta? —La voz de Harris susurrada a través de la mente de Jungkook.
—Me hizo hacerla. Simplemente aumenté su paga para cubrir el costo así ambos obteníamos lo que queríamos.
¿Qué tal sabe?
¿Recuerdas la mesera que compartimos en París? Sí, ella era asombrosa.
Jungkook dejó que una pequeña sonrisa cruzara sus labios. Ella sabía a ceniza comparada con mi sol.
Hijo de puta.
Jungkook acarició la cabeza de Jimin cuando él vio que el otro hombre se restregaba su frente. —Lo siento mascota, necesitaba hablar con Harris.
—Él puede oír lo que decimos —Harris preguntó sorprendido.
—No, pero él puede sentir la energía — Jungkook dijo. Él no quería que fuese de conocimiento público pero ahora que él hizo el anuncio en el comedor sabía que rápidamente se convertiría en el último chisme. Los vampiros eran más chismosos que un cuarto lleno de señoras a la hora del té. Hablarían de él más que de un vampiro causando alboroto.
—Así que esta es la nueva mascota de la que he oído hablar.
El miedo pesaba en el pecho de Jungkook al escuchar la voz de la única persona a laque no quería encontrar esta noche.
—Hola, hermano. — Jungkook dijo dándole la cara a su hermano mayor, Ustin.
—Demasiado tiempo —Ustin dijo. Sus ojos verdes destellando maliciosamente mientras miraba a su hermano menor.
Jungkook no pensó que había sido lo suficiente, pero él evitó aclararlo. Ustin era el mayor de sus hermanos y él desgarraría su garganta antes de admitir que temía y odiaba al gigante pelirrojo parado tras él.
Los ojos de Ustin se deslizaron a Jimin, quien estaba arrodillado con su cabeza inclinada respetuosamente. Jungkook examinó rápidamente sus pensamientos y por primera vez, sintió a su humano retraerse. Los bloqueos mentales estaban firmemente en su lugar. Era como si Jimin tratara de ocultarse psíquicamente a fin de no ser notado.
—¿Quién es tu linda mascota? —Ustin preguntó, sus ojos deslizándose por Jimin como fuese un vulgar prostituto.
—Él es mi moyo solnyshko. Jimin Stewart.
—¿No va a mirarme?
—No. Él está en entrenamiento. Le dije que no hable con otros vampiros sin mi permiso.
Ustin clavó los ojos en Jungkook.
Suspirando, el vampiro se aplacó. —Jimin, por favor levántate.
Con su habitual gracia, su humano se levantó y colocó al lado de Jungkook.
—Jimin Stewart, éste es mi hermano mayor, Ustin.
—Encantado de conocerlo —Jimin dijo formalmente en un forzado tono.
—Quiero los derechos de sobrevivencia —Ustin dijo, ignorando las palabras de Jimin continuó mirando al niño como si fuera un artículo a la venta.
—Lo siento, ya se los prometí a Tian y Harris — Jungkook dijo sin titubear. Era más amable desgarrar la garganta de Jimin por sí mismo que dejárselo a Ustin. La condición de los donantes de sangre de Ustin después de que terminara con ellos era una de las razones por la que los vampiros no lo admitían en ninguna de las mejores salas de alimentación. Sólo era admitido en el club de Jungkook bajo la condición de traer su comida u obtener sintético. Jungkook no confiaba en que su hermano no matase a alguien en su propiedad sólo para causar problemas.
—Si ellos no sobreviven, será mío. —Con una desagradable risa ahogada, Ustin pasó un dedo por la mejilla Jimin—. No durarás mucho, un niño flaco como tú, pero te aseguró que será divertido chuparte hasta dejarte seco.
Los dedos de Jungkook se convirtieron en garras y sin pensar cortó el brazo de su hermano.
Ustin sacudió con fuerza su mano de regreso.
—No toques a mi niño —Jungkook gruñó.
Ustin le dio una sonrisa burlona. —¿Por qué? finalmente te crecieron un poco las pelotas. Tal vez se lo puedes prestar a Harris por algún tiempo. —Ustin miró desdeñosamente al otro hombre. Giró su brazo y lamió la herida, sellando la cortada con su saliva—. Realmente voy a disfrutar el quitártelo. Pero no esta noche. —Ustin miró encima de la joven sentada en un cojín cerca a su silla.
—Esta noche tengo otras cosas para disfrutar. —Con una risa que heló la columna de Jungkook, Ustin cambió de dirección y volvió a su mesa.
Jungkook y Jimin tomaron asiento. Tian se sentó a su costado.
Tian observó a Ustin cautelosamente. —Sabes, no hay muchas cosas que me asustan, pero tu hermano es una de ellas.
Jungkook le palmeó en el hombro. —No eres el único, viejo amigo. No eres el único. —Él se agachó y besó la mejilla de Jimin—. No importa que hagas, nunca estés a solas con mi hermano.
Jimin asintió enfáticamente. —Créeme cuando digo que haré lo mejor, y no estaré a solas con él.