—¡Maldita sea! —llegó gritando Jeon, las cosas no salían como planeaba, sus empleados eran flojos y por ende, los clientes recibían mal servicio, por consiguiente, quejas, muchas quejas.
Eran las 11:30 pm, azotó la puerta de entrada y lanzó su maletín al sofá enojado pero un pequeño quejido le hizo detenerse en su rápida huída al despacho. El maletín golpeó las piernas de un dormido Jimin.
Kook se acercó silencioso (irónico al comparar como entró sin importarle nada) viendo a su pequeño (no tanto) dormido en el sofá, tal parece que cayó rendido después de esperarlo.
—¿Mochi? Deberías estar en la cama durmiendo.
—Te estaba esperando para cenar papá, lo prometiste.
Lo olvidó por completo. Esa misma mañana le había prometido una una cena los dos juntos, su horario era complicado, no coincidía con el de su hijo, el pequeño tendría que estar dormido a las 10:00 pm y él llegaba media después.
—Lo siento Mochi, hoy tuve más trabajo que antes. pero mañan...
—No te preocupes papá, lo entiendo, ya no tienes que prometer nada.
Jimin se levantó cargando su sábana, pasó frente a él sin mirando y finalmente subió las escaleras.
Y Jungkook odio un poquito más su trabajo.