su lobo² ━ 𝗞𝗢𝗢𝗞𝗠𝗜𝗡

Jeon Jeongguk, lobo alfa, un hombre tan feroz en la batalla, con tantos enemigos muertos detrás de él, reposaba en la hamaca que puso en su porche.

Él todavía estaba sanando un poco de estar encadenado a un árbol de mala muerte durante varios días por un tiempo, y los moretones estaban todavía en sus muñecas, aunque la decoloración no era tan malo como lo había sido una vez.

Ahora podía sentir sus dedos por lo menos, y cuando él se concentraba, podía sacar sus garras sin sentir ese doloroso hormigueo más.

Aun así, sus manos temblaban un poco demasiado fuerte cada vez que trató de hacer tanto como algunas tareas alrededor de su casa, lo que significa que su cuñada estaba viniendo, entregando comidas calientes y deliciosas, ordenando y haciendo conversación cada vez que su hermano, Namjoon, estaba fuera del alcance de la propiedad en busca de amenazas.

Como lo que Jeongguk debería haber estado haciendo.

Al principio le había gustado la paz, considerándolo un tipo de mini―vacaciones. Ahora, él sólo estaba ansioso. No le gustaba que cuando su mente tenía una oportunidad de vagar, porque eso era demasiado malditamente mucho tiempo para pensar en el pequeño pelirrojo que lo había dejado libre en primer lugar.

Park Jimin.

Jeongguk no habría siquiera conocido el nombre del joven, ni su edad, ni nada de él si no hubiera sido por Soohyun Blackfield, hijo del famoso hechicero que había asesinado en realidad al compañero de Kim Taehyung.

Jeongguk todavía no podía creerlo cuando lo había oído. No obtuvo la noticia, hasta que él había regresado, que Yoongi había muerto, que fue utilizado en un oscuro ritual que salvaría la vida de Soohyun de la enfermedad que había estado sufriendo.

Y Taehyung había logrado enamorarse del tipo, a pesar de que Soohyun estaba caminando con el zorro de Yoongi dentro de él, usándolo como un deamon.

Jeongguk no lo entendía, pero él no estaba dispuesto a juzgar a su alfa por ello tampoco. Todavía podía recordar la mirada en los ojos de Taehyung cuando le había preguntado si había un problema. Jeongguk debe de haber tenido su boca cayendo abierta cuando él había oído las noticias.

Jeongguk había negado rápidamente con la cabeza. No, él no iba a hacer una gran cosa de la decisión de su alfa. Taehyung llevaba esta manada, y lo hacía bien. Aquí todo el mundo tenía vidas maravillosas, y en su mayor parte, todos vivían en paz. No había manera en el infierno para

Jeongguk cuestionar el juicio del hombre. Taehyung debe haberse cuestionado a sí mismo suficientes veces por ambos.

Así, Jeongguk hizo su propia paz con el hecho de que un amigo había muerto, y que un hechicero estaría caminando libremente por la manada. Suficiente ya que los otros miembros de la manada parecían responder por él que Jeongguk pensó que estaba bien.

Soohyun parecía como una clase de buen niño, un poco tímido. Así Jeongguk había esperado un par de días antes de preguntar si había conocido al hombre de pelo rojo que había salvado la vida de Jeongguk deshaciendo sus grilletes.

No sólo lo había concido Soohyun, sino que habían sido buenos amigos.

Jeongguk había exigido saber todo.

Así que había revelado todo lo que sabía, y hasta ahora no parecía como si hubiera sido suficiente. Jeongguk quería saber mucho más. No era suficiente que sabía el nombre completo del hombre, su cumpleaños, su especialidad era la curación mágica ―que Jeongguk ya había conocido, considerando que Jimin le había sanado lo suficiente en ese árbol, él todavía quería saber más.

Jeongguk no sabía exactamente por qué. No sabía por qué él todavía podía recordar cuántas pecas el joven tenía en la nariz, o la forma de sus ojos azules llenos de simpatía cada vez que había visto a Jeongguk.

Jeongguk especialmente recordó el miedo en esos ojos. No le había gustado exactamente la compasión viniendo de un hechicero que, por todo lo que había sabido, iba a usar sus ojos como parte de una poción cuando él estuviera muerto o algo así.

Así Jeongguk había gruñido y chasqueado los dientes al hombre en cada oportunidad que había tenido. Siempre que Jimin le trajo comida o agua, que había tomado toda la fuerza de voluntad de Jeongguk alejarse de ella.

Cuando ya no podía, había bebido el agua y comido la comida como un hombre muerto de hambre. Lo cual él había sido.

Las peores partes eran cuando Jimin había regresado.

Por suerte, Jeongguk siempre estaba desnudo, así que no era como si tuviera que ensuciar todo lo que llevaba, pero eso no lo hizo menos humillante al no tener a dónde ir al baño. Había estado encadenado al árbol, con las manos sobre su cabeza, sus pies apenas tocando el suelo. No podía utilizar exactamente los arbustos u ocultar el olor.

Jimin no lo hizo peor agarrando su nariz o haciendo comentarios. Él sólo siguió alimentándolo y dándole agua, incluso cuando Jeongguk estaba tan francamente furioso por su situación, su humillación, que había amenazado en numerosas ocasiones rasgar la garganta del chico, para matarlo de muchas maneras horribles por lo que era una maravilla que el hombre estuviera pegado alrededor en absoluto.

A pesar de que él le había mirado bien y aterrorizado un par de veces.

No sabía entonces que el niño tenía sólo veinte años de edad. Infiernos, el propio Jeongguk era de ciento cincuenta. Mirando hacia atrás, podía ver y apreciar todo el valor que había adoptado un niño tan solo para seguir viniendo a él en secreto, lo mantenía con vida cuando era muy probable que estaba en contra de las reglas de su aquelarre, y más tarde, por último, liberando a Jeongguk de sus cadenas y permitiéndole huir después de haber sanado sus músculos lo suficiente para que pudieran funcionar, incluso para una tarea así.

Cada paso que daba era todavía agonía. El hechizo de curación le permitía moverse, y con bastante rapidez, pero la falta de movimiento durante tanto tiempo, siendo atado y en una posición, lo puso rígido por todas partes. Fue como aprender a caminar de nuevo, y tener que hacerlo rápidamente.

Aunque Jeongguk había sido encontrado por su alfa y su hermano, su mente aún estaba de vuelta en ese árbol horrible. Quería quemarlo un día, sólo para fastidiar a los hijos de puta por lo que habían tratado de hacerle, dejando que sufriera y potencialmente morir lentamente a la intemperie.

Él pensaba en Jimin todo el tiempo. Hizo escenarios para sí mismo, en los que el niño se las arregló para ocultar lo que había hecho, y probablemente estaba viviendo su vida, aprendiendo hechizos y todo tipo de cosas mágicas, sin que nadie se enterara de lo que había hecho.

Jeongguk una vez había preguntado si Soohyun podría mostrarle al leal pelirrojo, del mismo modo que había mostrado la ubicación de Jeongguk a su hermano y a su alfa.

Soohyun había intentado, pero sin algo que perteneciera a Jimin, su magia no era lo suficientemente potente.

Jeongguk observó a los cachorros jugando, corriendo alrededor de los pies de Hani cuando ella se hizo cargo de ellos por cualquier padre que tenía otras tareas que atender durante el día. A pesar del hecho de que ella estaba claramente cansada y un poco frustrada con algunos de los cachorros que estaban un poco más propensos a la mala conducta, su sonrisa nunca dejó su cara, y nunca dejó de hablar en voz baja a todos ellos.

Jeongguk seguro como la mierda no tenía ese tipo de paciencia.

Ella sería una buena madre un día. Esperaba que Namjoon y ella fueran capaces de darle una sobrina o un sobrino. Habían esperado el tiempo suficiente.

Hani se dio cuenta que la miraba, y su sonrisa se volvió un poco menos forzada mientras saludaba. Él le devolvió el saludo, considerando tal vez ir allí para ayudar. Los cachorros amaban escuchar historias de gloria de los alfas, pero eso podría ponerlos más agitados que antes, por lo que decidió quedarse donde estaba y dejar la situación en sus manos capaces.

Estaba agarrando su vaso de agua fresca, pensamientos todavía llenos de cabello rojo y pecas en una nariz linda, cuando el silencio se apoderó de la manada.

Jeongguk casi no lo notó, y cuando levantó la vista, todo el mundo, Hani, los cachorros, incluso el resto de la manada, estaban todos mirando a lo lejos en una dirección.

Jeongguk volvió la cabeza y su pecho se apretó con la vista de Seungyoun.

Seungyoun, el alfa que fue desterrado por haber intentado matar a Soohyun.

Jeongguk no lo había visto desde el día en que habían allanado la casa del hechicero, y él se separó de la manada. Todos sus piercings estaban fuera, y su cabello parecía decididamente más salvaje de lo que Jeongguk recordaba.

Tenía un prisionero con él, un joven rubio lloroso cuyos ojos rojos le hacía parecer como que pasó la mayor parte de su tiempo llorando. También había rasguños y arañazos en su cara y manos encadenadas. Ellas no se veían como marcas de una pelea física, sin embargo, sino más como si hubiera estado golpeando un par de árboles y consiguió golpearse con unas pocas ramas.

Seungyoun miró a todos, y los ojos oscuros del hombre se animaron un poco al ver a Jeongguk, como si se alegrara de verlo.

Podría haber sido una falta de respeto a Taehyung y Soohyun, pero Jeongguk se alegró de verlo, también. Había esperado que el hombre fuera a estar bien.

En un momento, Taehyung tuvo una recompensa por la cabeza del hombre, llamando a cualquiera de sus lobos que viera al hombre matarlo en el acto, sin hacer preguntas. Jeongguk sabía que esa orden al fin ya se había levantado después de que Seungyoun ayudó a Taehyung a rescatar a Soohyun, pero al hombre todavía no se le permitió volver al territorio. Era increíble que él hubiera hecho todo el camino a las cabañas sin que alguno de los patrullajes alfa lo notara.

Por otra parte, él era bueno en lo que hacía, al igual que todos lo eran.

Al parecer, él era solo un poco mejor en lo que hacía que otros.

Entonces la cara de Seungyoun se endureció, y tiró de la cadena, tirando del hombre más joven hacia adelante bruscamente.

El hecho de que sus manos estaban encadenadas de tal manera, detrás de él, fue muy revelador. Hizo a Jeongguk sospechar que se trataba de un hechicero.

—Este quiere hablar con alguien aquí— Seungyoun dijo, como si medio se disculpara por haber venido aquí cuando él sabía que no era bienvenido. —Él no se habría callado hasta que estuve de acuerdo en que venga, aunque yo le dije que todos aquí sólo podrían matarlo de algún modo.

—¿Él es un hechicero, entonces? — Preguntó Jeongguk.

Hani inmediatamente comenzó a llevarse a los cachorros, mirando hacia donde Seungyoun y el supuesto hechicero estaba de pie. Todos los cachorros parecían querer quedarse y ver lo que estaba pasando por sí mismos, pero no lo tendrían.

El resto de la gente en la manada gruñó a la palabra.

Parecía que el chico era ahora el foco de atención en lugar de Seungyoun, que era una buena cosa después que Taehyung y Soohyun salieron.

—Él dice que no lo es, pero yo no estaba dispuesto a correr el riesgo— Seungyoun dijo, justo antes de que él mirara a Taehyung. —Hola, Taehyung.

Taehyung asintió, y fue muy obvio para Jeongguk ver la forma en que su compañero más pequeño se movió un poco más cerca del hombre más grande, sosteniendo su mano con fuerza.

—¿Qué estás haciendo aquí, Seungyoun? —Taehyung preguntó, y aunque él se cruzó de brazos, su tono fue cordial.

Seungyoun asintió a su prisionero.

—Este hombre quiere hablar con alguien de aquí. Venía del aquelarre de Soohyun, y para ser honesto, lo hubiera matado yo mismo, pero él dice que no es un hechicero, y hasta ahora él no ha tratado nada todavía.

Soohyun miró al rubio, y el rubio levantó la vista.

—¿Jihyun? — Preguntó Soohyun.

—¡Soohyun!

Jihyun trató de correr hacia adelante, pero Seungyoun tiró atrás en sus cadenas, haciéndole gritar.

—¡No hagas eso! ¡Él es un amigo mío!— Soohyun dijo, y luego se precipitó hacia adelante, a pesar de los temores que podría haber tenido por Seungyoun.

Seungyoun se encogió de hombros, levantó sus manos en el aire un poco, y dejó caer la cadena antes de dar marcha atrás.

Soohyun fue al hombre, y él hizo algo con las manos, Jeongguk no podía ver aun plenamente qué, pero debe haber sido un hechizo porque lo siguiente que supo, las cadenas se desprendieron y el rubio estaba abrazando a Soohyun con fuerza. Incluso estaba llorando.

Jeongguk imaginó que el tiempo con Seungyoun haría eso a alguien.

Jeongguk quería saber qué demonios estaba pasando, así que se puso un poco más cerca cuando Soohyun le habló.

—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué pasó? — Soohyun preguntó, su voz suave.

Jihyun resopló.

—¡J-Jimin! Ellos están matando a Jimin! ¡Necesito tu ayuda, por favor!

El aliento de Jeongguk se detuvo, y su corazón comenzó a latir con fuerza.

Soohyun farfulló, sus ojos yendo ancho.

—¿Q-Qué? ¿Estás seguro? Pero ¿por qué ellos…?

—¡Porque él dejó a ese hombre lobo irse! Ellos lo encadenaron hasta el árbol en su lugar. Ellos quieren sacrificarlo ahora. Él ya ha estado allí por unos días, que incluso podría estar muerto ahora por lo que sé. Por favor, ayúdame— dijo el chico, sollozando el resto.

Él se veía realmente joven. Este no era un guerrero.

Soohyun miró a Taehyung, y luego a Jeongguk.

—¿Crees en él?— Preguntó Taehyung.

—Jimin es su hermano mayor, él no mentiría acerca de esto— dijo Soohyun.

Los ojos de Jeongguk se cerraron. Eso era correcto. Se había olvidado completamente de eso. Soohyun había mencionado que Jimin tenía un hermano, pero Jeongguk había estado tan centrado en querer saber más acerca del mismo Jimin, y no de su familia hechicera, que él no debe de haber puesto el nombre en su mente. Si este muchacho era el hermano menor de Jimin, entonces él era realmente joven. Jimin sólo tenía veinte años. ¿No había Soohyun mencionado que su hermano tenía dieciséis años? Este no era solo un joven, este realmente era un niño.

Pensó en ese rostro inocente, ese pelo rojo estropeado en la sangre de la paliza que seguramente debe de haber recibido por liberar a Jeongguk, y luego un cuerpo sin vida encadenado a ese jodido árbol.

Jeongguk apretó los puños. Sus garras salieron al mismo tiempo, hasta que picaban en sus palmas, cortándolo.

Necesitaba el dolor para centrarse a sí mismo.

—Yo soy el lobo que tu hermano liberó— dijo Jeongguk, consiguiendo la atención inmediata del niño en sus rodillas.

El rubio, Jihyun, lo miró con anchos ojos llorosos, y él inmediatamente dejó ir a Soohyun y se agarró a Jeongguk por sus pantalones, como si le preocupaba que Jeongguk podría retroceder y necesitaba aferrarse a él.

—¡Por favor ayúdalo! Salvó tu vida, por lo que se la debes, ¿verdad? ¡Tienes que ir a ayudarlo!

Jeongguk se cruzó de brazos mientras miraba al chico.

—¿Por qué coño debería hacerlo? —Preguntó, haciendo al joven jadear. —Él todavía me dejó en ese árbol durante días, semanas. Por lo que sé su trabajo era mantenerme vivo, así podría sufrir por más tiempo antes de morir. ¿Cómo sé que no sólo me dejó ir como un chiste, para ver cuán lejos podría llegar antes de que yo fuera atrapado?

—Jeongguk— dijo Soohyun, pero su voz era suave, como si estuviera pidiendo ahora también.

Jihyun negó con la cabeza rápidamente, más lágrimas derramándose por ese rostro joven.

—¡Él no haría eso! ¡Te aseguro que no haría eso!

La atención de más y más lobos fue descendiendo sobre ellos, y Jeongguk quería terminar esto.

Él le creía al hombre.

De todos modos, todavía se inclinó por lo que se encontraba al nivel de los ojos con él, por lo que este chico podía ver lo absolutamente serio que Jeongguk era.

—Si lo salvo, entonces él me pertenece a mí, ¿lo entiendes?

—Jeongguk— dijo Taehyung, y esta vez fue una advertencia.

Quería ver lo que el chico iba a hacer.

Fue impactante, y exaltante, cuando el niño de inmediato asintió.

—¡Sí! ¡Sí está bien! ¡Sólo por favor ve y sálvalo!

Jeongguk sonrió y volvió a ponerse en pie y miró a Taehyung con una sonrisa.

Taehyung estaba frunciendo el ceño ligeramente hacia él.

—Tú no estás en plena salud, todavía— dijo.

—No, sin embargo voy. Puedes enviar algunos hombres conmigo, o no, pero voy.

—A tu hermano no le va a gustar esto.

—Ambos pueden castigarme cuando vuelva— Jeongguk dijo, y él solo necesitaba recoger algunos suministros antes de partir en su viaje.