Capítulo 1
Los recuerdos de ese día eran algo nebulosos.
Era perturbador.
Sentir aquello volvió a dar un escalofrío en su piel. Entonces volvió a beber de ese té frente a sus ojos.
Era un idiota.
Ni siquiera pudo con su propósito.
Morirse de una vez por todas.
Había recibido lamentos de sus padres y amigos mientras reposaba en la camilla completamente inmóvil.
Al ver sus rostros llorosos no sintió nada, de hecho hace unos días no sintió nada, por eso quería irse.
Ni siquiera el se soportaba.
Y era gusto lo que quería evitar.
Lamentos.
Todos eran hipócritas. Lloraban ahí a sus piernas y le llevaban diferentes aperitivos.
Como si aquello solucionara algo.
Como si alguien lo haya intentado ayudar.
Seguía queriendo morirse.
Pero cuando llego ella a el hospital donde iba a estar por unas horas, eso si pudo sentirlo.
La de cabello castaño lloraba muy destrozada y cansada.
- Amor - Jungkook se sentó en la camilla cuando la chica estuvo cerca de él - Estas aquí.
Ella limpió sus lágrimas y tragó saliva.
- Tu también estás aquí - susurró con las lágrimas bajando por sus mejillas - P-Pensé que estabas muerto
- Lo se, también lo pensé
La chica mordió sus labios, conteniéndose todo lo que quería llorar.
- Q-Quiero que terminemos, Jungkook. No quiero estar con alguien que se tome la muerte tan fácil, e-estuve muy preocupada por esto y ... solo eres un egoísta - la chica volvió a cubrir su rostro - No quiero volver a verte, Jungkook.
Vaya, eso dolió bastante.
El tatuado ni siquiera pudo impedirlo, no fue lo suficiente valiente de enfrentarla y pedir perdón.
Así que su ahora ex novia se fue pronto.
Tuvo que volver a acostarse en la camilla y ver el techo.
Al parecer tenía razón, era un maldito egoísta.
Pensó en él y en su dolor, pero no pensó en las personas que lo rodeaban, las pocas personas que lo necesitaban para vivir.
No pensó en todo lo que le llorarían.
Y eso lo hacía sentirse una completa mierda.
Y volver a querer matarse.
Era un completo fracaso, tanto que no cumplió su objetivo y además estaría encerrado por seis meses en rehabilitación psicológica.
Eso dijeron los doctores y sus padres lo permitieron.
Entonces ahí estaba, a la puerta de su tonta y patética habitación, como si fuera un enfermo mental.
Escuchaba gritos reprimidos por el pasillo.
— Aquí estarás instalado. Esta es la lista de los horarios para las comidas del día, te recomiendo llegar temprano o comerás asquerosa sopa.
— No me importa — el joven tatuado vio mal a el empleado que lo ayudaba
— Lo se Jungkook. Sé que no te importa. Sé que todo apesta y quieres morir, para eso estás aquí. Así que obedece a los superiores y todo estará muy bien. — el chico golpeó su hombro como consuelo, el pelinegro suspiró enfadado
— Ya se que no trabajas aquí, apestas y te ves drogado — el más joven susurró molesto
— ¿Me veo drogado? ¿tú sabes cuánto tiempo duro haciéndome el skincare diario?
— No me interesa en realidad.
— ¡Una hora! ¡¿tu durarías una hora alistándote para ver a estos enfermos idiotas?! ¡¿para esperar a el chico de las pastillas que viene solo los sábados?! ¡no lo harías!
— No soy tan estúpido.
— ¡Oh vamos! claro que debes serlo ¡todos somos un tanto estúpidos! ¿no lo crees?
— ¿Por qué estás aquí?
— Me están buscando para tomar los medicamentos, me dijeron que estoy en un episodio maniático pero no es cierto, ellos están locos yo no lo estoy
— ¿Por qué te metieron aquí?
— Bipolaridad niñote, tenemos algo en común. Los dos intentamos matarnos y esta bien, esta bien cansarse de vez en cuando
— Pero no se vuelve de la muerte
— ¡Exacto! ¡eres muy inteligente! ¿y no es fantástico? un descanso eterno, simplemente es divertido.
Jungkook analizó su rostro confundido.
Él era uno de sus compañeros del psiquiatra.
Kim Seokjin. Casi llegaba a los treinta y actuaba como un loco definitivamente.
Pocas veces lo veía, cuando tenía los episodios maniacos, cuando se deprimía no lo veía por unos días, tampoco cuando se enfurecía.
Pero él, era uno de sus amigos.
Un amigo que podía escuchar y con el cual las horas dejaban de ser aburridas.
La puerta de su habitación sonó, entonces dio un vistazo a el reloj y después a su lista.
Por lo visto era hora de sus medicamentos y debía ir a la sala de música.
Entonces se encaminó ahí.
Se sentía tan tonto. Todos tenían trastornos difíciles en cambio el era un adolescente más con depresión y ansiedad.
Caminaba solo en busca de ese lugar, aunque mejor de acercó a una anciana y la siguió hasta el salón de música.
— ¿Cual es tu dosis de hoy Larry? — Jungkook pudo escuchar una dulce voz que le llamó la atención enseguida — Dos píldoras de Hipericum. ¡Muy bien! Te has ganado un beso por hacerlo bien
El tatuado se puso de puntas para ver entre la gente.
— ¡Siguiente! — entonces pudo verlo. Un chico rubio, bastante bajo y tierno para ser un internado, sino que era un trabajador — ¡A ti te daré un par de antidepresivos y vitamina C! se que te gusta la naranja así que...¡taran!
El chico rubio le mostró una píldora de color naranja y la puso dentro del vasito de papel.
— ¡Y toma un beso!
Bueno, Jungkook estaba lo suficientemente atontado para darse cuenta que era el siguiente.
Siguió viéndolo perdido y maravillado.
— ¿Eres mudo? ¿tienes tu receta? — el rubio le sonrió tan amable y le extendió su mano, así el tatuado le entregó despacio la hoja — “Tres antidepresivos” ¿eres nuevo?
El chico asintió sin dejar de admirarlo.
— Entonces bienvenido — el rubio puso las píldoras en su vasito y le besó la nariz. Jungkook quedó inmóvil — ¡Siguiente!
El joven no pudo moverse de su lugar, sentía que se desmayaría y su corazón no dejaba de golpear.
Sintió algo después de unos días.
Algo que se sintió muy bien.
— ¿Necesitas algo más? ¿quieres un punto? ¿una estrellita? — el rubio le sonrió tímido y buscó entre sus bolsos ese papel, despegó una estrella verde y la colocó a su frente — Muy bien, ya puedes irte...¡Jungkook!
El chico rubio leyó en su sweater, vaya no había notado eso.
Sin dejar de verlo a los ojos fue caminando, el enfermero también lo siguió con la mirada y una sonrisita tímida.
¡Guau !
Pronto recibió un jalón que lo alejó de esos preciosos ojos.
- ¡Te acabas de enamorar!
- ¡¿Q-Qué ?! - Jungkook se giró enseguida y le retiró su brazo a ese adolescente. Era más pequeño que él, de estatura y seguro también de edad - ¡¿Qué demonios estás diciendo ?!
- Mi nombre es Hoseok y acabo de verlo todo - el mas bajito le dio su mano en un saludo, uno que obvio Jungkook no correspondió. Los efectos de los ojos de ese precioso enfermero se búsqueda ido y volvió a ese irritable chico - Él es el enfermero Park ... o más bien mi cita
- ¡¿T-Tu cita ?! ¿Sales con él?
- Solo a veces, vamos a beber algo por ahí ya besarnos - el más bajito musitó orgulloso y echó sus cabellos atrás - Muchos me envidian
- No mientras Hoseok - esa misma suave voz habló, Jungkook se giró enseguida, otra vez enmudeció - ¡Oh! Jungkook, olvidaste tus sedantes
- ¿Mis sedantes?
- ¡Entonces si hablas! genial. Me refiero a tus pastillas - el enfermero le entregó el vasito de papel con una amplia sonrisa— Y ... Hoseokkie deja de decir que salimos o solicitaré diez minutos en el cuarto de silencio
- ¡N-No por favor!
- Entonces ... ¿por qué no le das un recorrido a Jungkookie por el hospital? así pueden platicar y hacerse buenos amigos
Y lo siguiente que supo era que se había perdido en su bonito rostro otra vez.
- Guau
- ¿Disculpa?
- ¡A-Ah nada!