01
Si hace dos años alguna persona le hubiera dicho a Jimin que estaría así en este entonces, no le creería.
Bruscamente —como les era costumbre— entraron al baño besándose con desesperación, el más alto cerró la puerta con una mano y prosiguió cargando a el rubio. Le empotró contra una pared y bajó los besos a su cuello.
La relación con Jungkook marchaba bien, el pelinegro era un chico bastante atento a Jimin.
Sabía todo lo que le gustaba y trataba cumplírselo a toda costa.
Iban juntos en la universidad y eran esa pareja cariñosa y cerrada. Jungkook no hablaba con más personas y menos Jimin, por decisiones propias.
Vivían juntos, cuando Yoongi se graduó de la universidad, Jungkook se hizo su compañero de cuarto.
Mala idea.
Los alumnos de alrededor siempre eran fastidiados por los gemidos irritantes del rubio y los gruñidos del otro.
Pero no les importaba.
Ellos vivían en su propia burbuja de amor y no molestaban a nadie —aparte de las noches—
Y a Jimin que hace unos años se intimidaba por un beso ahora era viceversa. De pasar tanto tiempo con Jungkook le aprendió todo.
Si alguien le hubiera dicho al Jimin hace dos años que tendría teniendo sexo en los baños de una fiesta de mala muerte, no les hubiera creído.
- ¡Sí, sí, más bebé! - le gimió al oído.
En uno de los cubículos de los baños estaba sobre las piernas de su novio, sudando y besándole.
Jungkook le veía a los ojos y con una pequeña sonrisa, siempre la versión favorita de su novio era cuando tenían sexo, pues brillaba más que nunca.
El rubio se lucia cada vez que lo hacían, de tanta práctica hacía que todo fuera increíble.
Sus labios se veían rojos y mojados, sus ojos perdidos pero a la vez viendo a Jungkook, su frente sudaba, su cabello desordenado y tenía un sonrojo en las mejillas.
- ¡Jungkookie, mgh ... más! - gritó y se sostuvo de su cuello. El pelinegro solo obedeció a lo que pedía su lindo novio.
Comenzó a moverse sin su ayuda y Jimin calló por el orgasmo que le quitó el aire.
Seguido Jungkook terminó dentro del condon y cayó contra el respaldar del inodoro.
- Te amo un chingo mi amor. - jadeo cansado y besó los labios de su novio en un pequeño pico.
Jimin sintió su corazón explotar, amaba esos pequeños detalles que le hacían saber todo el amor de Jungkook hacia él.
- También te amo Jungkookie. - susurró y le arregló el cabello. Bajó de su regazo, ambos se limpiaron.
Salieron del baño abrazados y la música golpeó sus oídos.
- ¿Quieres que vayamos a casa amor? - le gritó Jungkook al oído, el rubio asintió con la cabeza.
El alto le sacó de la fiesta, caminaron por unos minutos mientras reían y jugaban en la calle.
Tras escuchar jazz fuera de una cafetería, Jungkook le hizo bailar en sus brazos a plena madrugada y Jimin reía a eso. Terminaron con un dulce beso, de esos profundos y cariñosos, favoritos del rubio.
Al llegar a su habitación aún riendo se quitaron las chaquetas y zapatos en la puerta, la costumbre de ambos era dejar botadas las cosas y no arreglarlas.
Jimin le robó un beso y guió a su parte de la litera, Jungkook se acostó a su lado aún con el frío de la madrugada.
- Eres lo mejor que me pasó, Jimin. - susurró con los ojos cerrados, Jimin supo que estaba borracho cuando hizo una mueca de dolor y le abrazó. El rubio sonrió y lo acurrucó en su pecho, acarició su cabello y besó su frente. - Gracias por ser mi novio, gracias por perdonarme la mierda que hice, no sé qué haría sin ti mi amor.
- Te amo Jungkookie y siempre estaré para ti mi vida, nada cambiará cariño. - musitó suave Jimin y le volvió el rostro. Jungkook le vio a los y Jimin besó sus labios con un pequeño pico.
El pelinegro se acurrucó en sus brazos y quedó dormido en su pecho. Jimin le hizo cariños en el cabello hasta conseguir dormir también.