| PRÓLOGO |
Choi KyungSoo consideraba su vida como el carrusel de las locuras, cuando le dijeron, siendo solo un niño, que ser Omega significaban muchas tristezas en su vida, no lo tomó como algo malo; al contrario, a pesar de su baja estatura rompió muchas caras desde la tierna edad de cinco años. Entrenó para poder defenderse y aún siendo un Omega ganó fuerza y se convirtió en mano derecha y mejor amigo del matón más popular de la secundaria, su querido Kim Sehun, al que en privado le decía de cariño “come mocos”, después de que en el jardín de infancia lo realizando tal acto. Aún con una mueca de desagrado y diversión, lo recordaba con cariño. También recordaba con nostalgia que fue el primer niño Alfa al que de verdad le partió la cara, bueno, eso y le voló un diente que aún ni se le había aflojado.
Ambos compartían recuerdos hermosos y valiosos, pero de igual forma existieron muchos que también fueron tristes. Como en el día de los quince años de su mejor amigo, que fue cuando Sehun habló por primera vez sobre su madre, y la foto de la hermosa Omega sonriendo lo dejó perplejo; Irene Kim y Sehun eran una copia exacta, a pesar de que KyungSoo aún no conociera al padre de Sehun como tal, después de todo ese tiempo. A Sehun parecía afectarle no haber podido conocerla, estando aún más enojado cuando se enteró de la trágica verdad detrás de su prematuro nacimiento y la muerte de su madre, que salió de la propio boca de su padre.
Con quince años, Sehun le había sacado la verdad a su lejano “padre”, y la verdad fue tan estúpida, tan ridícula, que lo dejó lleno de rabia y odio hacia el hombre que jamás parecía preocupado por él. Sehun no le dio detalles de la verdad, KyungSoo no lo presionó, pero desde ese momento Sehun se convirtió en el matón más temido del Instituto, junto con KyungSoo que es un arma letal Omega incluido, y otros dos alfas más, a los que Sehun llamaba idiotas muchas veces. Su popularidad era tanta, que incluso aunque KyungSoo fuese Omega, otros Omegas femeninos y masculinos se le lanzaban, pero obviamente declinaba; no deseaba más problemas, porque aún siendo un matón era el mejor de su clase y un alumno con un récord académico impecable en cuanto a notas.
Las contusiones eran la parte fea de ser matón, pero Sehun parecía recibir la mayoría solo para que KyungSoo conservara su belleza peculiar de Omega, eso conmovió a KyungSoo más de lo creyó.
Pero su amistad no sólo llegó a ese punto, sino también a uno más íntimo.
Sehun comenzó a descontrolarse demasiado en su vida sexual, a tal grado que KyungSoo no soportaba tantos olores dulces sobre Sehun, y le hizo alejarse hasta que en su cumpleaños diecisiete KyungSoo se cansó. Se armó de un valor tan grande, que sin importar que fuese un Omega que estaba desprendiendo demasiadas feromonas atrayentes, no las ocultó con su efectivo spray y solo tomó un supresor especial para evitar embarazos.
Sudando, nervioso, pero aun así se encontraba decidido a que Sehun recapacitara, fue a la casa de su mejor amigo y entró con llave maestra que tenía por ser mejor amigo, casi hermano del Alfa.
Tendido sobre el piso de la sala estaba Sehun, con un brazo sobre sus ojos y tarareando una canción que hablaba sobre la amistad más preciada. Su voz rota no se oía por lo alto de la música, por lo que sin importarle se acercó con su aroma tan potente, que Sehun se levantó deprisa y corrió hacia KyungSoo, solo para oler el atrayente aroma dulce y a la vez amargo de mango verde pero fresco.
—Si no olía como un verdadero Omega seguro no me prestarías atención— comentó KyungSoo divertido, y aún bastante nervioso por lo que iba a hacer para que Sehun recapacitara.
—Hueles increíble KyungSoo, te deseo demasiado— Sehun besó succionando lentamente el cuello de KyungSoo, tan perdido en el atrayente aroma, olvidando que KyungSoo no era un Omega cualquiera.
—No, eso no es cierto, y tu lo sabes Sehun— sosteniendo el rostro del Alfa con ambas manos, KyungSoo hizo que lo mirara a sus ojos azules—. No soy un Omega de los que te deshaces o compartes con otros, soy KyungSoo, el mejor amigo que jamás tendrás en tu maldita vida, y me importas; y porque lo haces, no quiero que por estar de idiota cometas un error. Esta promiscuidad tuya un día te pasará factura por más cuidadoso que seas y yo te amo, eres el come mocos que más amo, y haré esto para que al fin lo entiendas.
Sehun pareció despertar algo, pero aún así no supo como es que terminó con KyungSoo sentado llorando sobre su miembro. El interior de KyungSoo lo apretaba tan delicioso, pero no estaba bien... ¡No estaba bien, porque era KyungSoo!
—Tú tienes mi primera vez— los labios de KyungSoo sonrieron un instantes antes de soltar sollozos descontrolados—. No importa si me duele, tu recibiste tantos golpes por mí y estuviste ahí para mi cuando más te necesité, ahora tu me necesitas a mí. T-Te quiero amigo.
La mente de Sehun se aclaró tan de golpe, que solo atinó a abrazar a su mejor amigo.
—¿Por qué KyungSoo? Esto debió haber sido para alguien especial— Sehun comenzó a llorar también—. Pudiste detenerme, golpearme y no lo hiciste.
—Eres alguien especial en mi vida, y con esto quiero demostrarte que no puedes usar así a los Omegas. Mírame y entiende que como tratas a los Omegas también me afecta a mí, además, soy el Omega más temido, tal vez jamás nadie llegue a quererme, más que tú, que solo eres mi mejor amigo. Y aunque no te mereces la primera vez de alguien, yo te la estoy dando porque deseo lo mejor para ti. Desde ahora espera al Omega indicado y dale todo el cariño y amor que sé que puedes dar, no dejes que lo sucedido con tu padre se lleve lo mejor de ti.
—No lo haré más, lo juro KyungSoo, lo juro por lo más bello que tengo— besó la frente de KyungSoo—. Tu amistad KyungSoo, tu amistad es lo mejor que me pasó en la vida.
Aquella noche de su cumpleaños, KyungSoo vivió de una forma triste, nostálgica, extraña y tierna su primera vez. No fue nada como imaginó que sería, pero no fue lo peor, las caricias e incluso los besos suaves por parte de Sehun hicieron más disfrutable la situación. El nudo fue difícil de tomar, pero las palabras de aliento de Sehun calmaron a KyungSoo.
A la mañana siguiente KyungSoo despertó junto a Sehun, en la cama de su mejor amigo, ambos desnudos, pero abrazados. Y no, no despertaron sintiéndose incómodos, al contrario, Sehun le agradeció y ambos rieron porque estaban hechos un desastre.
—¡Estás todo peludo, depitale las piernas Sehun!
—¡Tú trasero está flacido, KyungSoo!
—¿Qué has dicho?— gritó KyungSoo saltando de la cama para atrapar al escurridizo de Sehun que bajaba las escaleras sonriendo—, ¡Dimelo a la cara cobarde!
Aquel día su amistad se hizo más fuerte, y aunque no volvieron a hacerlo jamás, bromeaban sobre el tema cuando les daba la gana.
Pero KyungSoo también recuerda perfectamente aquella mañana, porque fue cuando vio en la cocina al padre de Sehun, por primera vez en su vida cara a cara, con el Alfa que más odiaba Sehun. Y lo peor es que se encontraba de pie desnudo con semen de Sehun escurriendo de su interior por estar persiguiéndolo. El silencio fue tan pesado que KyungSoo no pudo respirar bien hasta que el señor Kim salió de la cocina, mientras lo miraba intensamente e ignoraba a Sehun.
Fue como amor a primera vista, del padre de su mejor amigo, con el que acababa de perder la virginidad.
Su vida no podía ponerse más rara.
Corregido ✔