PRÓLOGO
Septiembre de 1942, Estados Unidos.
-No quiero que vayas Ezra- Dijo llorando y sin dejar de abrazar al amor de su vida.
-Por favor deja de llorar Liam, no puedo elegir ir a la guerra o no, pero te prometo que volveré sano y salvo- Dijo abrazándolo más fuerte y apegándolo contra su pecho.
-Está bien- Se separó lentamente y lo miro a los ojos –Te esperare-
-Pensare en ti en cada segundo- Limpio sus lágrimas y se acercó lentamente hasta juntar sus labios, se movían lentamente, ambos saboreando el sabor del otro y diciéndose lo mucho que se amaban en ese beso. Se separaron lentamente y juntaron sus frentes –Te amo, y jamás me arrepentiré de ello, sin importar que ambos seamos hombres y ante los demás este mal-
-Amarte fue la mejor decisión que he tomado- Dijo sonriendo y mirándolo a los ojos.
Ezra suspiro y dijo –Debo irme o empezaran a buscarme-
Ambos se separaron lentamente y cada uno tomo su camino sintiendo un nudo en su garganta y una gran opresión en su pecho.
Octubre de 1943.
-Liam ya tienes 21 debes elegir una mujer y casarte- Menciono su madre mientras estaban comiendo en familia.
-Madre ya te he dicho que no lo hare, ninguna de las mujeres del pueblo llama mi atención-
-Te hemos dado demasiada libertad para elegir muchacho- Dijo su padre con un semblante serio –Si tu no quieres elegir a alguna mujer, lo hare yo-
-Eso no es justo padre me niego- Dijo levantándose de la mesa.
-No está a discusión, al ser mi único descendiente varón evite que fueras a la guerra, tu deber es continuar con mi negocio, casarte y tener descendencia-
-Pero eso no es lo que quiero padre-
-Las cosas se harán como yo diga, me tienes harto, vete a tu recamara-
Liam estaba furioso, sentía su cara arder, ya no quería seguir ocultándose así que exploto y dijo –No me pienso casar con ninguna mujer porque no me gusta ninguna, me gustan los hombres, padre y estoy enamorado de uno-
Su padre se levantó de la mesa y lo abofeteo fuertemente –Te prohíbo que digas tales estupideces en esta casa-
Liam toco su mejilla y fijo sus ojos en los de su padre –No son estupideces es la verdad-
Su padre parecía querer asesinarlo, camino hasta ponerse al lado de Liam y lo jalo del brazo hasta la sala donde lo hizo ponerse de rodillas, se sacó el cinturón y comenzó a darle azotes es su espalda con la hebilla del su cinturón. Tanto su madre como sus dos hermanas no hicieron nada y solo bajaron su mirada al suelo.
Los días pasaron y el padre de Liam se negaba a dejarlo salir de su habitación, no había sido curado ni alimentado en todos esos días, su padre decía que hasta que no se retractara y aceptara casarse no lo dejaría salir.
Liam lloraba día y noche pensando en Ezra, quería que estuviera ahí, que lo sostuviera entre sus brazos y lo besara, quería olvidarse de todo lo demás y ser feliz a su lado.
Una noche tenía una fiebre muy alta, no podía moverse, le dolía todo su cuerpo, se sentía tan débil, ya no podía más, pero no accedería a las condiciones de su padre. Una lagrima se derramo por su mejilla y dijo –Perdón Ezra, espero que en nuestra próxima vida te vuelva a encontrar y podamos estar juntos –Más lagrimas caían por sus mejillas hasta que lentamente sus ojos se cerraron y dio su último aliento.
Noviembre de 1945.
La guerra por fin había acabado, Ezra volvía a su hogar, estaba emocionado por volver a ver a Liam, lo primero que haría era pedirle que se fuera con él, lejos del pueblo para poder estar juntos.
Cuando al fin llego fue directo a la casa de su amado y tocó la puerta, una de las hermanas de Liam abrió la puerta así que dijo –Buenos días, vengo a ver a Liam-
La chica miro al suelo y solo dijo –Él ya no está aquí- Y cerró la puerta.
Confundido fue hasta su casa donde fue bien recibido por sus padres, su hermano mayor y su hermana menor. Cuando la comida termino su hermana lo llevo al bosque para hablar con él. Ella sabía de su relación con Liam y siempre lo apoyo, pero ahora no sabía cómo decirle a su hermano lo sucedido.
-Que pasa, ¿por qué no querías decir nada en la casa? –Comenzaba a preocuparle el semblante tan serio y triste de su hermana – ¿En dónde está Liam?-
-No sé cómo decirte esto –La chica sentía un gran nudo en su garganta, pero tenía que decirle la verdad a Ezra, empezó a contarle lo sucedido, su hermano solo negaba con la cabeza sin poder creerlo. Esa noche lloro sin parar por la pérdida de su amado, estaba sumamente enojado, la ira recorría su cuerpo y solo podía pensar en una cosa, venganza.
Al día siguiente tomo su arma y fue hasta el negocio del padre de Liam.
-Buenos días en que puedo ayudarlo-
-Era su hijo, como pudo hacerle eso- Dijo mientras lagrimas caían por sus mejillas.
-Disculpe, ¿Quién es usted?- El señor parecía confundido.
-Yo soy la persona que amaba su hijo -El señor abrió los ojos sorprendido y antes de que dijera algo Ezra siguió hablando -¿Cómo puede vivir como si nada después de matar a su propio hijo?-
El señor soltó una pequeña risa sarcástica -Él era una abominación al igual que tú, así que largo de mi negocio que me das asco-
La ira invadió a Ezra y lo consumió, saco el arma y disparo justo en la cien sin darle tiempo de nada. Salió de ahí y fue directo a su casa en donde redacto una carta a su amado y después termino con su propia vida.
“Querido Liam, sé que no leerás esto, pero aun así quiero que quede la prueba de nuestro amor, aunque sea solo en este papel. Ambos nos enamoramos y por años nos ocultamos de todos, pero quiero que sepas que mi amor por ti fue tan real y puro. Prometo encontrarte en nuestra próxima vida, te enamorare y te hare la persona más feliz del mundo, no permitiré que nadie nos separe jamás, adiós amor mío.”