Mataría al Demonio
Mataría al demonio con mis manos
por vengar el escarnio de tu infancia,
la vileza de pueblos y de hermanos,
la huella impune de la intolerancia.
Con firme hoja oxidada cortaría
los pies de quien trata pisarte,
garganta y nuez de la tiranía
como premio de nuestro baluarte.
No me da miedo un infierno ilusorio,
temo a perderte en ciénegas de heridas.
Mataría por ti si eso sirviera
para limpiar de pena el dormitorio,
reencontrar el sentido de tus vidas
y quemar esos traumas en la hoguera.