El lugar
Este lugar al igual que otros habita al interior de in-numeradas paredes de concreto, y aunque pintada, aquellos pálidos intentos acentuaban su gris tonada. Entre el concreto y la suciedad del abandono, el sonoro metal hambriento de vida ganaba fuerza en la inentendidas voces del coro carcelario.
Miles de reos,
Una gran voz inadvertida.
Y en el más observado de los rincones, una escalera es la única relación con el mundo.
Un pasillo gris, una ventana abarrotada, un ascensor de una dirección y mis pasos, son también parte de esta realidad inexplorada.
Por aquella habitación de habitaciones, ni la veintena de pajarillos asoma sus alas, en este recinto hasta el dulce silbido de las aves es un mal presagio.
La predicción de un rostro que vuelve a su deformidad, la estructura imponente de la historia de un hombre compuesto de las pieles y sudores de un millón vuelven cada instante de vida en este lugar en un imposible.
5 cámaras vigilantes,
rejas,
barrotes
y una ventana asfixiada dan al patio
en el cual 17 hombres reviven la locura.
Es el ala psiquiátrica de Val paraíso, es la cárcel, es un laberinto, en un cerro, de un mar lejano, al fin del mundo, y en este lugar no hay una sombra que sea el fiel reflejo de una nube brillante y libre, pues allí el único paisaje es el encierro.
Y es en este imposible que el cielo permanece encerrado, por rejas que se apoderan de los sueños del ahora, bajo el cielo inexplorado de la humanidad que construye en sus propios dominios cárceles y manicomios.