Capítulo 2
***NARRA BELLA***
Él me miraba vuelto loco de deseo por mi, de arriba a abajo observaba mi lencería de encaje negra que contrastaba con mi piel blanca de porcelana, después de quedarse paralizados por unos minutos, él se acercó a mí y sin decir nada, me besó los labios con delicadeza, después beso mi mentón hasta que fué bajando con mi boca hasta mis senos. mientras yo me estremecía con las sensaciones que él me estaba provocando.
Él retrocedió un poco y me miró fijamente, yo sentí un poco de desilusión pensando que él se fuera a arrepentir, pero entonces él se quitó la camisa y la arrojó al suelo, después se desabrochó el cinturón y se bajó el pantalón y los bóxer también yo me quedé mirándolo inmóvil y admirando su miembro, era tan largo y se veía tan dispuesto, él cómo si fuera un mago apareció un preservativo en su mano, abrió el paquete y lo colocó sobre su erección, entonces yo caminé seductoramente hacia él y me quité la lencería con sensualidad haciendo un pequeño baile que lo sacó más de control, después me eché en el sofá, y él se montó sobre mí y de lleno me penetró, yo me moví para acomodarlo y para hacerle sitio en mi cuerpo, a toda su erección, yo estaba tan húmeda que me resultó fácil y era maravilloso cómo él encajaba en mi interior perfectamente.
Él me levantó las piernas para poder penetrarme más profundamente y empezó a embestirme lento y fuera, yo sin pensar en nada, sólo me limitaba a sentir cómo tocaba el cielo, corriéndome una vez tras otra, con sus exquisitos movimientos, después él se inclinó hacia adelante y agachó su cabeza para tomar uno de mis pezones entre sus labios y lamerlo y besarlo mientras seguía entrando y saliendo de mi con intensidad. La pasión aumentaba dentro de mí y las sensaciones también, él seguía moviéndose dentro y fuera alternando movimientos lentos para después ser más intensos, después los dos nos empezamos a mover más frenéticamente cómo si estuviéramos convulsionando, lo que provocó que yo llegara a un intenso orgasmo, mis músculos se estremecieron y las sensaciones me inundaron, nunca había sentido algo tan intenso y tan largo, tuve un orgasmo, tras otro y tras otro más, lo que me provocó correrme más de una vez con un placer arrollador, tanto en intensidad cómo en duración.
Entonces él se tensó y empezó a gemir muy fuerte, al tiempo que alcanzó su orgasmo, jadeando con fuerza, apoyo su frente en la mía y después me miró, fijamente antes de decir palabra.
- Espero, esto encaje en lo que quiere una mujer, señorita - me dijo él jadeando aún y riendo.
- Definitivamente, ésto es lo que quiere una mujer - le dije con mi respiración agitada y con el corazón latiendo a mil pulsaciones por minuto.
- Por algo me llaman, el rey de los rollos de una noche - me respondió él jactandose de su título del conquistador.
Yo suspiré agitada al sentir que mi centro, estaba palpitando por dentro de nuevo y cuando menos lo espere él atrapó mis labios y me besó apasionadamente, metió su lengua en mi boca desatando mis deseos nuevamente y posó sus manos sobre mis hombros de nuevo y me atrajo hacia él. Mis senos se aplastaron contra su pecho y me corazón latía aceleradamente, estábamos perdiendo el control nuevamente y poco me importó estarme entregando de nuevo ante ese galán rompecorazones desconocido para mí.
Él de pronto se deslizó hacia abajo para saborearme, probandome lentamente y degustandome, haciéndome sentir sensaciones e impulsos incontrolables, mientras con una mano me cubría un seno, con la otra se introdujo en mi feminidad, introdujo sus dedos en mi centro y besó y succionó mi clítoris desbocadamente, yo no aguantaba más y le tomé la mano para que se detuviera, pero él me volteó de espaldas, recargandome en uno de los antebrazos del sofá y colocó su miembro entre mis piernas y acarició con el mi trasero, encontró mi centro y se deslizó dentro de mí, tomó mis senos y los pellizcaba mientras, con decisión y deseo me embestía. Yo levanté por instinto mi voluptuoso trasero para que él pudiera penetrarme más profundamente y él me colocó más cerca para que juntos alcanzaramos el orgasmo.
Cuándo él estaba a punto de salir de mí, me corrí una vez más. Después nos separamos, él se fué al cuarto de baño para lavarse, mientras yo lo esperaba echada sobre unos cojines, muy relajada. Después miré mi reloj, ya eran las 6.30 am, tenía que irme, pues tenía que trabajar.
Él salió perfectamente aseado del baño y después yo me levanté y entré para asearme, cuándo salí del baño pude notar que él ya había destapado el vino y servido un poco de botana.
- Buenos días, ya no nos comimos ésto - me dijo él señalando la botana y el vino.
- No ya no y me da mucha pena, me temo que no alcanzaré, tengo que irme pues debo ir a mi casa para alistarme y poder irme a trabajar - le dije apenada.
- No hay problema, ¿Si quieres te puedo llevar? - me dijo él atentamente.
- Preferiría que no, yo me puedo ir sola. Pero muchas gracias, por todo y más que nada por la experiencia tan maravillosa de estar juntos - le dije con una sonrisa encantadora.
- Gracias a tí, por el mejor rollo de una noche, que te vaya muy bien - me dijo él dándome un beso suave en los labios.
Yo salí del hotel con una sonrisa en el rostro, nunca en mi vida me había sentido tan viva, tan plena, tan mujer. Iba en mi nube de ilusiones cuándo vi pasar el autobús que iba para mí casa, otra vez no lo alcancé pensé enojada y cómo en pocas horas debía llegar a mi trabajo, tuve que darme prisa y con todo el dolor de mi corazón tomé un taxi.
Iba a bordo del taxi, pensando e imaginando, ¿Quién es ese hombre?, era tan guapo y pensar que fuí yo la afortunada en estar entre sus brazos aunque fuera por un rollo de una noche, debía tener cientos de millones de admiradoras, mujeres bellísimas locas por él, en fin debía de olvidarlo pues no nos dimos ni los nombres y las posibilidades de coincidir en ésta vida eran prácticamente nulas, iba metida en mis pensamientos, cuándo la llamada de Kate me sacó de ellos.
- Bella, ¿Amiga dónde estás? - me preguntó Kate antes de yo poder saludarla.
- Ah sí hola amiga, es que como dormimos anoche juntas - le respondí riéndome.
- Bella, ya en serio. ¿No vas a venir a trabajar?, Mi tío está cómo loco, hay mucha gente en el restaurante - me preguntó Kate, con mucha preocupación en su voz.
- Sí amiga ya voy en camino a mi casa, es que no te imaginas lo que pase anoche - le dije súper contenta.
- ¿Pasaste la noche fuera?, Cuéntame soy toda oídos - respondió ella muy intrigada por mis palabras.
- No comas ansias, espérame hasta que llegue al restaurante por favor, allá te veo amiga - le dije y corté la llamada riendo para dejarla en suspenso.
Llegué a mi casa, no estaban ni mi padre no Alondra, debieron ir al mercado cómo cada sábado en la mañana, así que subí a cambiarme de prisa y a ponerme mi uniforme ridículo de mesera del restaurante dónde trabajaba los fines de semana y después bajé y me hice un café bien cargado a fin de despertarme pues me había empezado a dar un poco de sueño después de la nochecita que tuve. Después de tomar mi delicioso café que me volvió a la vida, me fuí en bicicleta al restaurante, ya que no podía darme el lujo de pagar por otro taxi.
Llegue rápido al restaurante al cabo de 15 minutos, busqué a Kate para ayudarle y ponerme a trabajar cuanto antes, para no encender la ira de su tío el dueño del restaurante. Pronto me puse a tomar y a llevar órdenes al fin y al cabo eso era el trabajo de una mesera cómo yo. La primera parte de la mañana transcurrió en calma y bien en mi trabajo pero ya cerca de las dos de la tarde, me empezó a pesar el cansancio de no dormir, tanto que cuando nos dieron la hora del refrigerio, me estaba durmiendo ahí en la mesa, Kate me dió un codazo para despertarme y me hizo reaccionar.
- Estuvo buena la noche por lo que veo, Bella. ¡Te estás durmiendo!, Despierta - exclamó Kate algo inquieta.
- Sí estuvo bastante buena la noche, te tengo que contar todo - le dije abriendo los ojos, muy emocionada.
- ¿Conociste a alguien? - me preguntó Kate muy intrigada.
- Sé puede decir que sí, pero no - le dije a Kate con una sonrisa coqueta.
- Tienes que contarme - me exigió ella haciendo gestos de impaciencia.
- Sí, te contaré ya que salgamos de trabajar, te lo prometo - le respondí yo, mientras me dirigía a seguir trabajando luego del descanso.
Fué una tarde caótica en el restaurante y por la tarde - noche cuando salimos, ya íbamos de salida Kate y yo, su tío nos llamó para pagarnos así que volvimos dentro del restaurante. Kate estaba impaciente, yo estaba con ganas de llegar a casa y dormir, pues a esas alturas del día, el cansancio ya empezaba a matarme.
Cuándo por fin nos pudimos ir, Kate se ofreció a acercarme a casa, yo sabía que lo hacía por querer saber todo en cuestión de lo que pasó en su ausencia, así que para saciar su curiosidad, accedí a qué me llevará, ya que íbamos en el camino, largo se me hizo el tiempo, hasta que su curiosidad la mató por completo.
- Ahora si Bella, dime ¿Quién es él? - me preguntó Kate casi gritando de la emoción.
- Es un hombre muy guapo con él que pasé la noche - le respondí encantada y emocionada con sólo recordarle.
- ¿Cómo así?, ¿Quién es?, ¿A qué se dedica? - me preguntó abriendo un gran agujero en su boca y en sus ojos a modo de sorpresa.
- Te diría, pero la verdad es que no lo sé, sólo quedamos en tener un rollo de una noche. ¡Y qué rollo amiga!, Qué si yo te contara - le dije aún más emocionada pero ví cómo su cara se descompuso por completo.
- No lo puedo creer Bella, que te comportes así, de haberlo sabido, mejor me hubiera ido en taxi allá contigo, no puedo creer que te acostaras con un desconocido - me dijo Kate al borde del colapso nervioso.
- Ya Kate, relájate que no pasa nada. Los dos lo quisimos así - le dije divertida.
- No me puedo calmar Bella y ¿Sabes qué?, Me tengo que ir a mi casa. Nos vemos - me dijo molesta cuándo llegamos a la esquina de mi cada, fué su manera sutil de decirme que bajara de su auto.
- Ok, está bien Kate. Nos vemos mañana y gracias por traerme - le dije al bajar de su auto algo molesta, no podía creer que se pusiera así.
Entré a mi casa y ví a mi padre y a Alondra esperándome en la sala y sólo pensé, me esperan más reclamaciones... Ahora por parte de mi familia.