Write a Review

Separados por la Distancia

All Rights Reserved ©

Summary

Sus narices rozaban entre sí y, los ojos azules y penetrantes de Leonardo, vislumbraron más gracias a la luz que daba la lámpara de la mesa de al lado. Ella se acomodó subiendo sus rodillas hasta los muslos del muchacho. Se sentó en sus pantorrillas y, entrelazando sus manos delicadas en el cuello de Leonardo, se sujetó con fuerza. Las manos gruesas y ásperas de Leonardo cubrieron su cintura cubierta por aquel corset; lo fue desatando, bajó la cremallera de este y dejó su espalda desnuda. Él colocó su mano en el rostro terso y delicado de Lara, la cual hizo que ella se aproxime más; sus labios se rozaban y Lara sonrió, ambos se besaron con fervor. Leonardo se puso de pie sin despegar sus labios de los de ella. Lara rodeó el torso de Leonardo con sus piernas. Subieron a la segunda planta en esa posición. Ella se soltó y, él le quitó el fino y lujoso vestido ensuciado de lodo, quedando así, en ropa interior. Se besaron apasionadamente. Las manos del muchacho musculoso recorrían el cuerpo descubierto de su amada; mientras que ella le desabotonaba la camisa blanca. Leonardo la volvió a cargar, sus besos eran ardientes e impetuosos, se recostaron en la cama desordenada de sábanas rojas. Leonardo estaba sobre Lara, sus fuertes brazos le daban estabilidad para mirarla fijamente. Él le besó su mejilla -la cual se ruborizó.

Genre:
Romance / Drama
Author:
Delirios Brown
Status:
Excerpt
Chapters:
21
Rating:
5.0 1 review
Age Rating:
16+

Los Vecinos

—Todo comenzó una mañana cuando estaba recostada en mi cama, era soso y me puse a pensar: «¿ El amor de verdad existe? ¿Por qué a mí no me llega? ». Y reflexionando me quedé dormida. En mi siesta de veinte minutos dispuse de un sueño insólito. ¿Sabe que me soñé doctora? —Le comentó Lara a su psicóloga particular, pero ella la interrumpió tomando apuntes de lo que le estaba expresando.

—Lara, ya finalizamos las dos horas de tu cita. Puedes retirarte. Te recomiendo que ya no veas más películas románticas, ni salir mucho. Y por enésima vez, soy tu psicóloga, no doctora, ¿estás conforme con eso?

—Sí, pero… —Le refutó.

—Adiós, Lara.

—Sí, pero déjame terminar de contarte —le objetó de nuevo.

Ya irritada la psicóloga le levantó la voz:

—Lara, ve a tu casa, tengo más pacientes esperando. Tú no eres la única que viene a mi consultorio, la próxima semana nos veremos.

Lara suspiró en ese momento.

—De acuerdo —cogió su mochila gris y su casaca negra—. Hasta mañana Doc.… Psicóloga Lupe —se colocó sus prendas.

—Hasta la próxima semana Lara —le recalcó.

- ¿Mañana no me va a atender? —Le preguntó confusa.

—Tengo que viajar a las Islas Galápagos para un nuevo trabajo.

—O mar, ¿me va a abandonar? —Le cuestionó ofuscada.

—No linda, yo…

—Disculpe, el pequeño Tobías está aquí para su cita de las cinco y doce de la tarde —las interrumpió la asistente de la Psicóloga Lupe.

—No se preocupe, yo ya me iba. Adiós Doctora Lupe. Cuídese.

—Adiós cariño.

Todo el trecho a casa Lara estaba pensando en aquel sueño que la abrumaba. De repente empezó a llover —a ella le gusta sentir como las gotas caen en su rostro, ropa y zapatillas.

Lara apreciaba saltar en los charcos de agua que se estancan en los baches de las pistas; pero esta vez, hizo que sus tenis, recién lavados, se embarren con lodo.

Al llegar a su casa, mancho el tapiz marfil de su madre, ella trato de limpiarlo, pero no lo logró.

—Hija, ya llegaste —salió su madre limpiándose las manos con un trapo gris y se dio con la sorpresa que estaba sucio su tapete—. Hija… lo lave ayer y hoy día vendrá tu tía Maruja.

—Yo… lo siento, si quieres lo pongo en la lavadora.

—No te preocupes, yo lo haré. Ahora quítate las zapatillas para blanquearlas de nuevo, y anda a tu habitación para secarte y cambiarte. Ponte algo lindo, como el vestido que está sobre tu cama.

—Claro.

Subió las escaleras de caracol hasta su alcoba, se desprendió de la casaca; la cual estaba húmeda, se quitó su Jersey amarillo y permaneció en corpiño. Posteriormente, se retiró su jean azul y en seguida se sacó sus medias largas color verde claro. Quedando descalza y en ropa interior, sostuvo su celular para ver las notificaciones que le llegaban:

Facebook: Tienes nuevas sugerencias de amistad”; “ Miranda: '¿A qué hora irás a mi fiesta?'”; “ Salidas: Vani: '¿Qué quieren h…'”; “ Salidas: Rodrigo M: 'Mañana hay que…'”; “ YouTube: AuronPlay subió un nuevo video”; “ Facebook: Tienes recuerdos con Juan Pablo”; “ Instagram: Te comenzó a seguir Matías Gutiérrez”; “ Instagram: Emma Watson subió una nueva foto”; “ Tik Tok: Seis personas le dieron me gusta a tu video”, “ Tik Tok: Te siguen diez personas”.

—Maldición… ¿No se cansan de escribir? —Murmuró Lara. Tiró el móvil a su sofá.

Se dejó caer en el puff y sostuvo un pequeño libro de tapa morada con unicornios y con hojas cuadriculadas. Agarró su pluma y empezó a escribir:

"Querido… ¿Libro? ¿Diario? ¿Texto ?, lo que sea. Querido diario, anoche estaba viendo un video sobre auto-ayuda, luego me descargue un e-book sin problemas. La verdad es la primera vez que escribo aquí, por este medio; porque yo ya tengo mi diario personal en mi laptop, yo te uso usualmente para dibujar —el cual lo hago muy bien—, para hacer mis operaciones matemáticas y para el plagio… Olvida la última parte. La cuestión es que, anoche me quedé dormida con el móvil en mis manos y tuve un sueño muy confuso. Trataba de que yo estaba en la casa del señor Parking —tenebroso—, y ahí estaban dos de mis mejores amigos; Nathaniel —el cual es un chico gordito, pelirrojo y gay— y Miranda —el cual, cabello marrón largo hasta la cintura, esbelta y morena. Pero había una tercera persona en ese sueño; era alto, atlético, cabellera negra, piel clara. Vestía zapatillas Converse grises, jean negro y polo blanca. Me miró con sus ojos azules, como dos zafiros relucientes y me sonrió. Un gesto agradable y encantador. Yo le pregunté: «¿Cómo te llamas?», Me sostuvo la mano delicadamente y me dio un papel arrugado, le eché un vistazo y decía su nombre: Leonardo; estaba escrito con con letra corrida y con un lapicero de tinta líquida. Yo sentí que lo conocía y… ¡BUM! … Miranda me llama para decirme si iré al día siguiente a la preparatoria. No pude dormir. Estuve insomne ​​toda la noche hasta el amanecer estaba escrito con con letra corrida y con un lapicero de tinta líquida. Yo sentí que lo conocía y… ¡BUM! … Miranda me llama para decirme si iré al día siguiente a la preparatoria. No pude dormir. Estuve insomne ​​toda la noche hasta el amanecer estaba escrito con con letra corrida y con un lapicero de tinta líquida. Yo sentí que lo conocía y… ¡BUM! … Miranda me llama para decirme si iré al día siguiente a la preparatoria. No pude dormir. Estuve insomne ​​toda la noche hasta el amanecer”.

—Hija, baja, hay nuevos vecinos —la interrumpió su madre.

—Mamá, estoy ocupada —le habló desde su cuarto.

—Ya, pero baja.

—Ok, pero deja de hablar tan fuerte —siguió escribiendo.

Ese chico era especial, tenía algo… no lo sé, pero era único, peculiar y propio… Bueno… ¿Adiós, adiós?… ¿Hasta la próxima? ”.

Saliendo de su habitación, fijó su vista por el ventanal empañado por las gotas de lluvia y visualizo una camioneta Chevrolet gris, el cual estaba estacionado en su frontera. Lara se quedó sobresaltada y bajo las gradas rápido.

- ¿Qué hace una camioneta estacionada en nuestra acera, madre?

- ¡Hija, estás en ropa interior! —Se sorprendió su madre al verla de esa forma.

—Demonios —se cubrió con sus manos—, no me percate de eso.

—Sube a tu habitación y cámbiate —le ordenó—. ¿Qué esperas?

—Pero, ¿qué hacen en nuestra frontera? —Le preguntó Lara, colocando sus manos en su cintura descubierta.

—Primero, yo les dije que se pusieran en el bordillo de la casa; segundo, ve a vestirte y tercero, necesito que les entregues esto —era un plato con galletas de chocolate y maní.

- ¿Me puedo comer una? —Le preguntó Lara.

—No —le respondió riéndose—. Ahora ve a cambiarte.

Lara se colocó un polo suelto blanco con un corazón en el medio de este, un short negro que lo usaba para dormir y sandalias plateadas. Fue a llevarles el plato azul que contenían las galletas. Tuvo que pasar por su jardín. Mientras transitaba, se tropezó con un chico alto y de pelo negro, ella se disculpó y siguió su sendero hacia la puerta, pero él se la quedó mirando. Lara toco el timbre, el cual se escuchó potente. Salió un señor largo, ligero y de ojos negros, y ella le saludó:

—Buenos días, señor… —lo dijo nerviosa.

—Adams, somos la familia Adams —se lo dijo sonriendo.

—Mi mamá preparo estas galletas —se rio levemente.

- ¿De qué están hechas me puedo preguntar?

—Bueno mamá las preparo con chocolate, crema de maní, almendra y canela.

—Disculpe es que mi esposa e hija son alérgicas a la almendra y yo al maní.

- ¡Oh, vaya! Bueno disculpe, mi madre no lo sabía —quiso retirarse del lugar—. Hasta luego señor Adams.

—No déjalas, tal vez mi hijo las quiera —le comento rápido para que no se sintiera mal—, mi hijastro la verdad, es el —señalo al chico con el que se estrelló—; encárgamelas y los muchachos te entregarán el plato más tarde.

—Bueno hasta luego, me tengo que ir.

-Hasta luego.

***

Era lunes el primer día de clases, ya finalizado las vacaciones de invierno.

Mientras que Lara se alistaba para ir a la preparatoria se preguntó: «¿ Estarán mis antiguos compañeros ?, ¿qué clase de estudiantes serán los de primer año ?, ¿el profesor Mario seguirá siendo nuestro maestro de literatura? ». Se puso una falda a cuadros que llegaba más arriba de la rodilla, un jersey rosa palo y tacones plateados.

Cuando salió de su casa se dirigió rápido al instituto, no quería llegar tarde ese día. Cuando arribó la facultad escuchó la campana de entrada y fue corriendo al salón del último año de preparatoria. Llegó a deshora al aula y para su mala suerte la primera hora le tocó al profesor Kimos, el peor maestro de francés de toda la preparatoria. El profesor le preguntó:

- ¿Qué son estas horas de llegar, señorita Wood?

—Ah… es que me quede dormida y esta será la última vez se lo prometo, señor Kimos.

—Eso espero, ahora siéntese en esa carpeta vacía, a lado del chico nuevo. Y está castigada, en detención ya le avisaran que hacer.

Cuando Lara fue a la clase en donde estaban todos los estudiantes que incumplían el reglamento, la maestra Stewart le indico cuál era su castigo. Se quedó limpiando el suelo de la cancha de baloncesto acompañada de un chico; tenía cabello oscuro y ojos azules. Ella se lo quedó mirando, él la observa con sutileza y le cuestiona:

—Oye, ¿por qué te castigaron?

—Pues por llegar tarde a la preparatoria. Que tal soy Lara, Lara Wood y ¿tú eres…? —Le estrechó la mano.

—Ah, yo soy Leo, Leonardo, Leonardo Adams.

- ¿Adams? Te mudaste ayer, ¿verdad?

—Sí, ¿cómo lo sabes?

—Hablé con tu papá ayer, para entregarle un plato de galletas. Y, ¿por qué te castigaron?

—Por ser más listo que la maestra de física. Una tal Joselyn Méndez.

- ¿Qué fue lo que ocurrió con exactitud?

—Nos hizo preguntas sobre los estándares y unidades de la física. Me preguntó cuál era la rapidez de la luz en el vacío y le dije la respuesta correcta, pero no me creyó y le dije que se mas que ella.

—Y te mando a detención —Lara se rio.

—Sí —se sonrió.

—Debes acostumbrarte.

Ambos conversaron, Leonardo sostuvo un balón y lo encestó. Reían juntos y despidiéndose, se retiraron del lugar, ya que les tocaría diferentes cursos. Al concluir las labores cada uno se fue a sus casas. Al llegar a su domicilio, Lara subió a su dormitorio lo más rápido que pudo y se tropezó con su cuaderno donde escribió su sueño, ella lo comenzó a leer e hizo memoria del chico de su representación, se acordó de su rostro, sus facciones, sus ojos, su voz, todo lo que lo caracterizaba. Ella no lo podía creer, bajo para ir a la casa del chico, pero se dio con la sorpresa que su padre estaba ahí.

Ella no lo había visto en diez años —su padre trabajaba en el ejército de su país y lo que mandado a Afganistán a servir. Lara sabía que solo se iba a quedar por un tiempo, pero la hacía feliz el tan solo verlo.

—Hija, tu padre solo se va a quedar por tres meses.

—Hola, Lara —se acercó a ella.

—Papá… —Con lágrimas en los ojos lo quedó mirando y rodeo sus brazos en su torso.

—Mírate, ya estás grande —él empezó a llorar.

Los ojos caramelo de Lara sollozaron, su padre la envolvió con sus brazos y la sostuvo largamente.

—Bueno, vamos a cenar ofrecer su mamá secándose los lamentos que caían de sus ojos verdes.

En el tiempo que almorzaban, Lara se levantó, dio las gracias y se dirigió a su cuarto mientras que sus padres platicaban.

—Michael, dejaré que te quedes tres meses, esta es la única cama que tenemos —le comento su madre señalándole una vieja piltra de metal, con un colchón delgado y empolvado.

—Está bien, ¿cuántos años tiene Lara?

—Tiene dieciocho, este mes cumplirá diecinueve.

—El veintiocho de septiembre, ¿verdad?

-Si.

Ya instalado en su cuarto, Michael se quedó dormido. Entretanto, en la habitación de Lara, ella se estaba alistando para ir a la casa de Miranda.

—Mamá, ya vengo.

- ¿A dónde vas?

—Una casa de Miranda.

—¿Para qué? —Su madre estaba limpiando la mesa, mientras que Lara le explicaba en donde se iba a reunir con Miranda.

—Para ir al parque y luego a su casa.

- ¿A qué hora regresarás?

- ¿Esto es un interrogatorio?

- ¿A qué hora regresas? —Le repitió.

—No lo sé —se rio.

—Te doy hasta las seis de la noche.

—Pero son las cinco —reclamó.

—Entonces, ¿a qué hora vas a venir?

—Mmm… —Pensó Lara colocando la mano en su mentón—, a las… ¿nueve?

—Ocho y cuarto.

—No, muy poco.

—Ocho y veinticinco, es mi última oferta —le propuso su mamá.

—Ocho y cuarenta y cinco —aumentó repentinamente.

—Ocho cuarenta.

—Nueve y media, y… te doy bonos para que te vayas a comprar esos tacones negros mate que tanto querías —Lara intentó sobornar a su madre.

Su mamá analizando su propuesta la miró y se fue por un rato, al volver le dio un papel que decía: “ Salón y SPA señorita Modas ”.

—Quiero también una cita aquí y te quedaras hasta las diez en punto de la noche.

—Está bien, acepto tu proposición.

***

Ya en la casa de Miranda, estaban todos sus amigos, conocidos, hasta extraños.

—Mamá te presento a Lara, mi mejor amiga —le dijo Miranda a su madre.

—Hola, Midi me ha contado mucho sobre ti —le respondió la mamá de Miranda; Lucía.

- ¿Midi? —Preguntó Lara con una pequeña sonrisa juguetona, el cual Miranda la quedó mirando a su mamá—. ¿Por qué le dice “ Midi ” si su nombre es Miranda?

—De pequeña ella no podía decir Miranda y menos Miri y decía Midi , pero lo expresaba gracioso, te muestro un video si quieres.

—Mamá —Miranda le dijo avergonzada, estaba sonrojada—, no te está llamando a mi papá.

—No te lo mostraré Lara, porque Midi se bochorno —se rio su madre.

—No me abochorné mamá, ya vete…

- MIDI —se burló Lara.

—Cállate —caminaron juntas—. Te tengo que presentar a alguien es un chico atractivo, gallardo, seductor —ambas se rieron.

- ¿De quién se trata? —Preguntó ansiosa.

—Es él… —Fijó su mirada en Leonardo, el chico que conoció.

—Yo lo conozco, yo me frecuente con él en mi castigo. Tienes razón —se lo quedó mirando embelesada—, es apuesto.

—Apuesto es poco para él —la jaló del brazo para que ellos dos hablasen de nuevo—. Hola Leonardo —Miranda se dirigió al chico ojiazul.

—Hola, Miranda —volvió la vista a Lara—. Hola, Lara.

—Hola Leo… Leonardo —arrugó la nariz—. Mierda —bisbiseó.

Miranda se retiró de la escena y se fue con Kevin su enamorado. Lara le empezó a hablar:

—Oye, ¿quién te invitó? —Preguntó sentándose en una silla de paja.

—Miranda, ¿la conoces? —Cuestionó él riéndose.

—Sí, es mi mejor amiga.

- ¿Hace cuánto se relacionan?

—Desde kínder. La conozco desde que nací.

—Yo también tenía un mejor amigo —se lo dijo rascándose la nuca.

—Enserio y, ¿dónde está?

—Se murió —bajó la cabeza.

- ¡¿What?! —Se sorprendió Lara— lo lamento mucho, enserio yo… no sabía…

—Mentira, él está en Alemania, sus padres trabajan ahí —empezó a carcajearse.

- ¡Qué cruel eres !, te juro que me la creí.

—Oye —se acercó Miranda donde Lara.

- ¿What?

- ¿Hasta qué hora te quedas?

—Hasta las diez en punto, ¿por qué?

—Para hacer pijamada .

—Le llamaré a mi mamá.

Miranda miro al costado de Lara y se percató que ahí seguía Leonardo.

—Hola… —Se sentó en medio de los dos.

- ¿Hola? —Respondió Leonardo incómodo.

—Oye, ¿te gusta la fiesta? —Le preguntó enroscando su mechón canela en su dedo índice.

—Sí, es entretenida.

—Bueno me retiro tengo que ir con mi enamorado, y Lara mi reunión finaliza a las ocho treinta y cinco

—Y, ¿qué hora es? —Le pregunta Lara

—Son las… siete y cuarenta y siete —chequeó su celular.

—Bueno… llamaré a mi mamá.

—Yo, ya me voy —le dice Leonardo a Lara.

- ¿No te quedaras hasta las ocho? —Le preguntó.

—No puedo —le dijo él, riéndose—. No puedo dejar a mi mamá sola, ni a mi hermana.

—Y, ¿tu papá? —Le preguntó Lara intrigada.

—Él trabaja y no viene hasta el viernes —comentándoselo incómodo, recogió sus cosas.

—Bueno, adiós —se lo dice Lara un poco confundida.

—Adiós, Leo —le dice Miranda con una sonrisa un tanto extraña.

—Adiós Lara y… Miranda —se despidió y abandono la fiesta.

Al ausentarse el resto de la fiesta, Lara llamó a su mamá para avisarle que iba a quedarse a dormir con Miranda. Su mamá le negó. Lara le tuvo que decir a Miranda lo ocurrido, se aproximó a ella y le comentaron.

- Midi ...

- ¡Qué no me llames así! —Se quejó—. ¿Que Paso? ¿Qué te dijo? —Por la expresión de Lara, Miranda supo que no le dio permiso—. ¿Te tienes que ir?

—Sí… yo… quería quedarme.

—O sea, se fue Leonardo y tú también te tienes que ir, vaya amiga —puso los ojos en blanco—, lo que quieres hacer es verte con tu vecinito , ¿verdad?

—Que tienes Miranda, mi mamá me dijo que no me podía quedar a dormir, jamás dije que me tenía que ir —se lo dijo Lara tranquilizando a Miranda.

Miranda caminaba de un lado a otro, repitiendo: « no es posible que me dejes por él… », una y otra vez le repetía eso mientras daba vueltas alrededor de Lara.

—Si te vas a poner en ese plan, mejor me voy —le dijo Lara a punto de irse—. Adiós Sra. Collins —se dirigió donde la mamá de Miranda.

—Adiós linda, saluda a tu mami de mi parte.

—No se preocupe.

Lara se fue de la casa de Miranda, estaba caminando por medio de la pista, era muy tarde para que una chica de dieciocho años este sola caminando por las calles. Ella miraba el piso todo el rato, en eso, se topó con Leonardo, él estaba hablando con unos de sus amigos de su anterior distrito.

- ¡Lara! —Se sorprendió Leonardo—. ¿Qué haces aquí? ¿No se supone que tenías que quedarte a dormir con tu amiga…? ¿Cómo se llamaba…? —Chasqueo los dedos— ¿Miranda?

—Sí, pero…

- ¿Pero…?

—Es que ella se enojó conmigo solo por lo que me tenía que ir de su casa. Que ridícula. Pensó que me iba a reunir contigo —Leonardo echo una pequeña risa.

—Bueno te presento a Milo, Carlos y Andrew.

—Hola —les estrecho la mano a cada uno de ellos.

—Hola, ¿eres su enamorada? —Le preguntó Carlos a Lara.

—No, soy su vecina —le responde ella un poco incómoda.

—Bueno, ¿por qué estás caminando sola a estas horas? —Le pregunto Leonardo a Lara agarrándole el hombro.

- ¿Yo? Es que no puede llamar a mi mamá y no pasa ningún carro público y tampoco hay taxis —le dijo Lara poniendo su mano en el brazo de Leonardo que estaba en su hombro.

—Te acompaño a tu casa si quieres —le propuso Leonardo.

- ¿Enserio? ¿Y tus amigos? ¿Los dejaras solos? —Empezó a juguetear con su cabello.

—Sí, además ya se iban, ¿verdad?

—Sí, yo ya me tenía que ir, ¿nos vamos Milo? —Le dice Andrew.

- ¿Enserio? Pero recién llegue… —Se quejó Milo.

—Cállate, ¿no ves que él quiere estar a solas con ella? —Andrew le pellizca el antebrazo a Milo para que cerrara la boca.

- ¡Ay! —Gritó.

—Gracias Leonardo —le dice Lara, gentilmente.

—No te preocupes, para eso están los amigos.

Continue Reading Next Chapter
Further Recommendations

Kea: Bisher sehr gut aufgebaut...spannend...etwas viele Rechtschreibfehler

Plume: A really surprising story, well written it's nice

michellecsnelling: I love this book. It keeps you on the edge of your seat. Jessie Tate is a fabulous writer and this book so far has been written so well it keeps the reader wanting more.

booksndogs: Good short story. Not a lot of details but that's ok it works. The characters are good and the plot is a welcome change from the typical rejection story.

Ella: I absolutely love this book. If I could, I would recommend this book to everyone. I loved the plot, and the character development. All in all, it was an awesome book, and I can’t wait to read more by the author! This book was so beautifully written and moved me and made me feel so much emotions. ...

Kaari: OMG the drama! Twists turn and plots seasoned with well written steamy scenes between multiple couples. I'm seriously obsessed

Kaari: I'm pretty sure I'm going to be reading all of these back to back great stuff

Maria: Es una historia linda y fresca.

More Recommendations

Namugwanya: am eager to finish the book

kharris370: Entertaining

Ayisha Bhandari: I really loved it one of the best on inkitt❤️

Nopichic19 : I like the story and the plot, I think they should have explored Maya’s home life and rejection a little more before she was able to move on. There are some sentences that aren’t structured right but not enough to cause confusion. Overall lovely story.

About Us

Inkitt is the world’s first reader-powered publisher, providing a platform to discover hidden talents and turn them into globally successful authors. Write captivating stories, read enchanting novels, and we’ll publish the books our readers love most on our sister app, GALATEA and other formats.