𝖍𝖊 𝖌𝖎𝖒𝖒𝖊 𝖆𝖑𝖑 𝖍𝖎𝖘 𝖒𝖔𝖓𝖊𝖞 💸 ᵏᵒᵒᵏᵐⁱⁿ

Jungkook sirvió un poco de whiskey en un vaso con un par de hielos. Se apoyó del balcón de su departamento y revisó su teléfono.
Tenía el número de aquel chico a punto de llamar.
Se cuestionaba de hacerlo.
Prendió un grueso puro en sus labios y inhaló de el, marcó a aquel teléfono y puso el dispositivo en su oreja.

El hermano pequeño de Jimin lo tomó mientras este dormía, respondió a la llamada.

— ¿Tiene pizza a domicilio? — balbuceó en el teléfono, Jungkook mantuvo su semblante frío y enarcó una de sus cejas.

— ¿Habló con Jimin?

El rubio llegó corriendo a el niño y le arrebató el teléfono, seguido lo corrió lejos de allí.

— Diga. — habló agitado y adormilado, Jungkook reconoció su voz y sonrió.

— ¿Dormiste bien cariño? — Jeon volvió a fumar.
Jimin sonrió en grande y mordió su uña.

— ¿Quién habla? — musitó nervioso, pero estaba más que feliz. Pensó que aquel hombre ni siquiera lo llamaría.

— ¿Acaso le das tu número a cualquiera? Es poco ético de usted señor doctor.

— Tal vez lo hago. — sonrió embobado. Sus familiares entraron en el comedor y lo vieron confundidos. — Le decía maestro Kim, quizá hubo un error en mi examen, respondí todas las preguntas y estudio muchísimo. — disimulo.

— Oh. ¿Seré tu maestro? bueno...tal vez necesites horas extras de clase...— Jungkook tomó a su whiskey y rió—...así te enseño anatomía humana y esas cosas.

— ¡Claro! Gracias por su compresión y estaré ahí. ¿A que hora, perdón?— Jimin tenía las mejillas completamente rojas y mordía sus labios nervioso.

— Dentro de una hora, en la cafetería de anoche. Adiós. — Jungkook colgó a la llamada y Jimin fingió seguir hablando, después de unos minutos bajo el teléfono.

— E-Era el maestro Kim, necesita verme en la universidad para tomar otro examen y estudiar.
Tardaré un poco. — sonrió Jimin. Su padre asintió y desapareció por el pasillo.

Tomó todas sus cosas y entró en el baño.
Comenzó a quitarse la ropa ahí y ya descubierto se vio al espejo, aquellas marcas moradas que hizo el abogado, en su cintura, trasero y hombros. Sonrió y las acarició suavemente.

Jungkook también entró en la ducha y se dio un corto baño. Al salir se peinó frente a el espejo, a el mismo lado de siempre.
De su ropero tomó unos pantalones de vestir color beige y una camisa manga larga de cuello de tortuga negra. Comenzó a vestirse.
De la mesa de noche tomó su reloj caro.

‘Maitres Du Temps’

Se puso sus zapatos negros y un saco de vestir negro.

Por otro lado Jimin se maquillaba los ojos con una sombra levemente oscura, en sus labios puso una tinta roja y sobre ella puso un brillo labial.

Se puso unos pantalones negros, levemente apretados y una camisa blanca con un par de botones abajo.
Se vio en el espejo y lamió sus labios satisfecho.
Salió de el baño y tomó una bolsa. En la sala de estar sonrió a sus familiares.

— ¡Si tardó demasiado estaré con Taehyung! — mintió y salió de su casa.

Jungkook estacionó el auto frente a la cafetería y salió, se apoyó en cofre y rebuscó a Jimin en las personas.

El rubio llegó atrás, le golpeó con un suave puño y vio en lo alto.

— Hey. — saludó con una sonrisa, el abogado acarició su mejilla y tomándolo de la mano llevó al lado del copiloto. Le abrió la puerta y ayudó a entrar Jimin sonrió, se inclinó a el asiento del chofer y cuando Jungkook subió y cerró la puerta, jaló su saco y acercó a él. El rubio ladeó su cabeza y mordió su labio inferior. — ¿No piensas saludarme bien?

Jimin jaló con ambas manos su saco y unió sus bocas en un sucio y deseado vaivén.
Jungkook le tomó el rostro siguiendo a su ritmo.
Se apartaron con un pequeño chasquido, ambos jadeando.

El rubio comenzó a jugar, tomo su saco y arregló lo arrugado por el agarre, el rostro del abogado estaba justo frente a suyo.

— Hyung~ — musitó infantil y hizo un puchero en sus labios. — Vamos a estudiar anatomía.

Jungkook mordío su labio mientras veía sus esponjosos labios del chico. Asintió despacio, Jimin sonrió y dejó un casto beso en su comisura.

A toda prisa manejo por las calles, por suerte su departamento no estaba lejos de aquella cafetería.
Mientras se concentraba en la carretera sintió la mano de su acompañante colarse en su pierna y acarició su rodilla. Cuando se giró a verlo, Jimin actuaba indiferente viendo la ventana.

— Veo que se te quitó la vergüenza. — rió Jungkook, Jimin sonrió y viró los ojos de vuelta en la ventana. El auto se estacionó en el departamento, Jungkook apagó el motor.

— Debería aprovechar cada segundo ¿no? — retó Jimin y bajó del auto, echó sus cabellos atrás sensualmente. Fue a el lado del piloto y tomó su mano detrás suyo, lo comenzó a andar hasta el hotel.

Jungkook se dejó hacer por aquel chico y sonrió divertido al ver como una persona tan pequeñita le estaba volviendo loco.

Al entrar en la recepción Jungkook ignoró por completo la presencia del guardia y la chica.
Solo fue tras Jimin.
Una vez las puertas del ascensor se cerraron, el rubio le volvió a jalar el saco y pegó de golpe a él, mordió sus labios viéndolo. Una mano acarició su abdomen bajo la camisa, Jungkook sonrió y quitó su mano de allí.

— Me estas volviendo loco, contrólate.— musitó y se giró, Jimin hizo un puchero.

Las puertas se abrieron otra vez, Jungkook entrelazó sus manos y comenzó a caminar por el pasillo, cuando llegó a su departamento lo abrió.

Cerró tras suyo y al volver a Jimin este le besó desesperado, solo quedó ceder.

El rubio se deshizo de su saco, entre besos y de caminó a la gran habitación. Sus lenguas jugaban sensualmente y sus bocas sin aire.
Jungkook abrió la habitación con una mano y siguieron caminando mientras abrazaba la cintura del menor.
Antes de llegar en la cama, Jimin lo volteó y arrojó en ella, pero el mayor quería seguir viéndolo y se incorporó en sus codos.

— Ven aquí. — jadeo el pelinegro, Jimin subió sobre él y levantó su camisa, dejó besos en todo su torso y un par de mordidas en su piel. — Mgh.

— Creí que no me llamaría, señor Jungkook.

— Me diste la mejor noche después de mucho tiempo, claro que lo iba a hacer. — Jungkook le sonrió y acarició su barbilla con una mano, Jimin se lamió los labios.

Tomó el pulgar del mayor en sus labios, sacó su lengua y lamió de este ante la mirada curiosa de Jungkook. Lo empujó dentro de su boca y bombeó suave en el, el abogado frunció el entrecejo.

— ¿Te gusta? — susurró suave Jimin, volvió a hacerlo, esta vez viendo a sus ojos.
Jungkook retiró su mano, y tomándolo del trasero lo acercó más a él.

— Me fascinas. — gruñó el pelinegro apretando sus manos sobre el pantalón de Jimin.
Volvieron a besarse, de forma ruda, el mayor quito brusco la camisa blanca y arrojó a alguna parte de la habitación.
Jimin comenzó a frotarse en su pantalón, despertando cada vez más el miembro del contrario. Mordió sus labios excitado y levantó aquella camisa cálida, se deshizo de ella sobre la cabeza de Jungkook y volvió a besarlo.

El mayor lo giró en la cama y Jimin gimió entre el beso, mordió el labio rosado y gordito del rubio en su cama.

Park le enredó sus piernas en la cadera, atrayéndolo y fingiendo embestidas contra él, Jungkook sonrió al verlo tan desesperado por sentirlo.

— ¿Estas portándote mal, eh? — susurró Jungkook, Jimin sintió sus neuronas chocar ante el sonido grave de su risa. Se incorporó muy leve y comenzó a desabotonar su pantalón, Jeon volvió a reír. — Es tuyo, hazlo.

— Acaso...¿podrías hacer el puto trabajo? se supone que soy el de abajo. — gruñó Jimin, intentando quitar el pantalón. El pelinegro tomó sus muñecas y las levantó sobre su cabeza, le vio cansado y excitado, después sonrió radiante y el rubio gimió por la posición.
Jeon tenía sus piernas encima de un brazo, levemente inclinado y acomodado justo en su trasero sobre el pantalón, dio una embestida a el, Jimin se retorció en la cama.

Jeon soltó sus manos y jaló de su pantalón hacia abajo, se lo quitó por completo y besó su cuello.
El rubio solo jadeo y acarició sus cabellos en el proceso. Sin apartarse del otro, Jungkook acá su cintura y al llegar a sus bóxers los sacó lento por sus piernas, los lanzó en la alfombra de la habitación.
Siguió acariciando su piel y fingiendo embestidas aún con sus pantalones puestos. Jimin se encargó de aquello.

Le dio una vuelta en la cama, ahora el sobre el abogado y deslizó los pantalones de vestir despacio ante la mirada brillante y pornografica del mayor.
Los lanzó en el suelo y bajó a medias sus bóxers.

Entre su lindo y redondo trasero froto contra la polla del pelinegro y sonrió en el proceso.
Jungkook deseo ver más de eso, sonrisas inundadas de placer del chico, no podía tener una mejor vista.

El rubio tomó una almohada y la arregló tras la nuca de Jungkook para no dejarle sin ver el show.
El abogado lamió dos de sus dedos, Jimin sonrió y se incorporó un poco.
Jungkook introdujo su par de dedos, Jimin intentó desplomarse pero el mayor levantó su rostro con un agarre firme.

— Intentas hacerte el fuerte pero no puedes conmigo. — rió Jungkook, Park le gruñó en la cara, los dos dedos embistieron en él y arqueó su espalda. — Mírate.

El rubio se incorporó y intentó resistirse de todo el placer y frustración que le daba el abogado, siguió retándolo.
El pelinegro enarcó una ceja y comenzó a mover sus dedos rápido, se escucharon pequeños chapoteos por la humedad de su saliva en la entrada.
Jimin rasguñó sus pectorales y se mordió los labios para callarse todo lo que quería maldecirle.

— Estoy listo. — jadeo agitado, Jungkook se inclinó a su frente y dejó un beso en esta.
Alineó su miembro en la entrada y empujó lentamente. — Mgh, Dios, sí. — gimió suave.

— ¿Qué pasa? ¿Quieres pedirle ayuda a Dios? — rió Jungkook, Jimin le gruñó, incapaz de hablar.

— Cállate.

El pelinegro sonrió y tomó su cadera firmemente comenzó a hacerlo brincar sobre el, duro y profundo. Jimin le veía a los ojos sosteniendo sus mejillas y gimiendo sobre sus labios.
Jeon golpeó su trasero un par de veces haciendo un estruendo en la habitación, este se tornó de un doloroso rojo.

El rubio se cansó y Jungkook lo bajo de sobre él, giró con el rostro en la cama, el menor levantó sus caderas necesitado y jugueteó con ellas ante la mirada del abogado.

Jeon levantó más su trasero y abrió sus piernas, entró despacio en él y gimió al sentirse envuelto por el interior apretado. Volvió a golpearle y Jimin dio un salto inesperado, se restregó más contra él y comenzó a trazar círculos.
El pelinegro frunció el entrecejo y envolvió su mano en la cintura del rubio.

— Lo haces tan bien. — gimió viendo a su trasero, Jimin sonrió debajo y impulsándose por sus piernas siguió haciéndolo. Jeon gemía y gruñía por ello.

Inesperadamente aumentó el ritmo muy brusco, Jimin restregó su rostro en las sábanas, lleno de placer cuando su punto p era estimulado, apretó en sus manos la almohada.

— Sí, sí, sí, más. — balbuceó ahogado y también comenzó a empujarse hacia atrás al tiempo ambos. Jungkook tenía una mueca de placer en el rostro, viendo el punto en el que sus cuerpos se unían.

El abogado se inclinó en su espalda y giró el rostro del rubio sobre su hombro, mordió su labio y después lo chupo.
Volvió a azotarlo con una embestida llevándose un lloriqueo del chico.

Otra vez giró en la cama, asegurándose de no abandonar su interior. Junto y apretó sus piernas para llevarlas sobre su hombro y comenzar a embestir.

— Te ves hermoso hoy. — musitó Jungkook y le acarició la mejilla. El rubio sostuvo sus propias piernas y recibió de él gustoso.

— Dame más. — balbuceó, el mayor sonrió.

Inmovilizó sus piernas en cada hombro y las presionó sobre su abdomen. Golpeándole consecutivamente su punto. El chico rubio se cubrió la boca al sentir una ola de espasmos y cruzó más sus piernas, Jungkook sonrió.

— Que buen chico eres. — susurró con la voz grave y cortada. Siguió moviéndose.

Jimin cerró los ojos sin descubrir su boca y otra mano acarició la espalda del pelinegro.
Jungkook quitó su mano de ahí y lo besó, ahogándose los gemidos allí.

Se sintió llegar y dio duro y profundo en ese lugar, Jimin gruñó cuando sentía tocarlo.
Terminó en su interior, dejando calidez con su escencia. Se abrazó de sus hombros aún deseoso de más y siguió embistiéndolo.

El rubio terminó minutos después de suaves y profundas embestidas, tenía su respiración agitada y cerró sus ojos cansado.
Jungkook salió de el despacio y se tumbó a su lado, lo atrajo por la cintura hasta su pecho y suspiró exhausto.

— Eso fue increíble. — jadeo el mayor, Jimin rió y se incorporó de la cama, tomó la camisa del abogado y se la puso. Tanto como el cuello y mangas quedaron grandes. Volvió a echarse en la cama. — ¿Que haces? — rió Jungkook y enarcó una ceja viendolo.

— Me gusta tu perfume. — sonrió Jimin, volvió a acomodarse en su pecho, Jeon acarició uno de sus muslos.

— ¿Desayunaste? ¿quieres ducharte? ¿algo? — susurró Jungkook mientras olía su cabello, vainilla.

— Podemos ducharnos y después desayunar. — Jimin sonrió.

— ¿Lo dices en plural?

— Sip. Señor Jungkook báñese conmigo. — ululó Jimin y se levantó de la cama, jaló de los brazos de Jungkook para que este se levantara. — ¿Cuál es tu apellido?

— Jeon.

— Entonces...— Jimin subió despacio en su regazo y enredó sus brazos en el cuello del mayor—...quiero ducharme con usted señor Jeon.

Una sonrisa levantó las comisuras de sus labios, Jungkook lo levantó en sus brazos y con una mano quitó su camisa.
Jimin boqueó sorprendido al ver el lujoso baño, con jacuzzi y una gran regadera con puertas de cristal.

El abogado abrió la puerta y entró en la regadera, cerró tras suyo y encendió el agua caliente.
Bajó a el rubio de sus brazos, este lo intentó besar pero el mayor fue más rápido y lo giró en el mármol, tomo demandante su cuello.

— Me fascinas Jimin, me vuelves loco. — gruñó contra su oreja y lamió detrás de ella, hizo una marca roja, que pasaría a morada en unas horas. Jimin sonrió con su mejilla en el mármol y su cuerpo ya mojado.

Jungkook lo atrapó entre sus brazos y restregó en su trasero su miembro despierto para hacérselo saber. Jimin jadeo y besó su brazo, después chupo y dejó una marca en su piel.

Jeon levantó una de sus piernas y la sostuvo firme, empujó dentro suyo.
Jimin también empujó sus caderas atrás, dándole más acceso en su interior.

El pelinegro comenzó a estimularlo con una mano, y la otra lo empujaba hacia el para más movimiento. Jimin acarició los muslos del pelinegro para adentrarlo más, Jeon entendió otro mensaje.
Tomó sus muñecas en su espalda baja y lo atrajo por ellas. El rubio gemía en el mármol y apoyaba su frente en el.

En unos minutos Jungkook lo tenia rebotando en el baño, con el agua sacando vapor y los gemidos resonando en la ducha y fuera de ella.

Cuando sintió cerca el orgasmo, Jungkook le empujó por los hombros hacia él, más fuerte y preciso. Después apoyó sus manos en el mármol, sobre las de Jimin y las entrelazó. Siguió embistiéndolo hasta terminar ambos al tiempo, entre gemidos al unísono y jadeos cansados. El rubio sonrió una vez más.
Jungkook salió de el y soltó un suspiró agitado, dio un sonoro beso en su mejilla y luego en sus labios.

Se encargó de ducharlo como un niño pequeño, lavó su cabello y enjuagó.
Además de todo su cuerpo y iba dejando besos en el proceso. Jungkook secó su cabello y Jimin sonrió tiernamente, se sentía consentido por eso.
Cuando estuvo seco, Jungkook le besó los labios y guardó el aparato.

Se perdió en uno de los pasillos del departamento y regresó vestido, Jimin mordió sus labios viendo el escote de su camisa blanca y sus pectorales asomarse allí.

El rubio fue tras el como un niño y golpeó el trasero del mayor, Jungkook boqueó sorprendido y enarcó una ceja, Jimin rompió en risas.

Cuando el rubio rejuntaba su ropa del suelo, Jungkook le dio una nalgada aún más fuerte por su piel desnuda. Jimin chilló y acarició la zona dañada. El mayor rió y enarcó una ceja, salió de la habitación.