Capítulo 01
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La tercera piedra golpeó a la ventana,
Jungkook se removió en la cama y abrió los ojos.
Se escucharon tocar con un puño.
Se levantó de la cama con pasos lentos y corrió las cortinas. Jimin le veía con ojos de cachorro y pidió en un susurro que abriera.
El pelinegro lo hizo y levantó la ventana, el rubio entró en la casa temblando, y antes que Jungkook cerrara le abrazó con fuerza y comenzó a llorar en su pecho.
El más alto se mantuvo inmóvil, segundos después le envolvió con sus brazos y acarició su espalda suavemente.
— Hey ¿qué pasa? — susurró en su cabeza y oliendo sus cabellos. Jimin se apartó de el y levantó la mirada dejando ver un gran golpe en su pómulo. — Mierda. ¿Quién te hizo eso?
— Papá se embriagó...otra vez. — musitó aún sosteniendo su cintura y volvió a abrazarlo. — No soportó más Jungkook. Quiero morir. Todo es mejor que esto.
— No digas esto, quédate a dormir conmigo. Mañana iremos a poner una denuncia y-
— No creerán. Ya lo intenté. Ese tipo dice que me hago daño y que miento. Nadie me cree, el sherif esta de su lado Jungkookie. — musitó nervioso y se alejó de su pecho, tomó sus manos mientras temblaba. — R-Robé su auto...v-vámonos de aquí, lejos...donde nadie pueda encontrarnos. — en los ojos de Jimin comenzaron a salir lágrimas.
— Mis papás-
— Por favor...t-tu me has dicho que ellos son horribles contigo y...por favor vámonos, nadie se dará cuenta que desaparecimos. — sollozó el rubio, Jungkook trago saliva.
— ¿A dónde? — susurró viendo a sus orbes brillosas y quitó las lágrimas en su rostro.
— No importa, solo vámonos de a-aquí. — musitó nervioso.
— Ayúdame a tomar mis cosas. — habló Jungkook. En bolsas negras guardaron toda su ropa, junto a zapatos y parte de sus libros. Desalojando por completo la habitación, mientras sus padres dormían tranquilos.
Tomaron todas las cosas y salieron por la ventana, huyendo de todo su oscuro pasado y ideando un futuro lleno de paz y confianza.
Jungkook tomó el volante en sus manos y prendió el auto. Comenzó a manejar lejos.
Jimin a su lado se abrazaba de sus piernas y veía su teléfono con una nueva llamada de su padre ebrio. Una lágrima bajó en su mejilla y lanzó el celular por la ventana.
Miró al frente soltando un suspiro roto y limpió las lágrimas.
— Nunca más volveré a casa papá. — susurró con la voz débil y vio el cartel de bienvenida a el pueblo.
Jungkook a su lado sonrió excitado. Nunca pensó hacer eso. Nunca pensó pasar más allá de ese cartel, completamente libre.
Porque nunca pensó en grande, limitado por sus padres y la escuela.
Nunca se sintió tan bien respirar y estar vivo.
.
Sus ojos se cerraban poco a poco aún en la vía, volvió a tomar agua y ver al frente.
Llegaban a una playa cercana, la carretera estaba completamente sola.
Paró el auto del padre de Jimin en ella y lo estacionó frente a la marea.
Volvió a ver a su mejor amigo a su lado y arregló la manta en sus hombros, admirando cada detalle hermoso en su rostro.
Pues hace mucho estaba enamorado de él.
Salió del auto con la botella de vodka en sus manos y se sentó en la arena a unos metros, viendo el horizonte del agua y la luna sobre esa línea.
Bebió directo del alcohol ganándose sentir su garganta arder.
Nunca disfruto tanto aquello.
Suspiró aún viendo el agua y deleitado con el olor del mar salado.
Jimin bajó despacio del auto y con la manta en sus hombros. Veía la espalda de su amigo en la playa y fue hacia él .
Se detuvo a su lado y Jungkook alzó sus bonitos ojos.
— ¿Está ocupado? — susurró el rubio ganándose una linda sonrisa de conejo por parte del contrario.
— Claro, mi amigo Bogum está sentado aquí, hazte a un lado Bogum. — bromeó con una sonrisa, Jimin viró los ojos.
El rubio se sentó muy cerca de él y apoyó su cabeza en su hombro, al instante Jungkook apoyó su cabeza sobre la de él.
— Dame eso. — extendió su manita hasta la de Jungkook y recibió la botella. El pelinegro se incorporó y Jimin bebió directo, hizo una mueca de asco. — Y-Yo...me acostumbraré. — sonrió mientras limpiaba sus labios.
Volvió a apoyarse de su hombro y suspiró.
Inseguro, Jungkook le envolvió los hombros con un brazo y volvió a apoyarse de su cabeza.
— Todo va a estar bien ¿okey? nunca volverás a las manos de ese imbecil. — susurró Jungkook y su voz se rompió levemente, trago saliva.
— Te quiero. — musitó Jimin, casi inaudible. Tomó la otra mano de Jungkook y midió ambas, tuvo una pequeña sonrisa.
A su lado Jungkook era demasiado grande.
— Eres un Ompa Loompa. — rió Jungkook, el rubio le golpeó la pierna y se giró a verlo con el entrecejo fruncido.
Aquella expresión cambió al instante al tenerse nariz contra nariz por unos largos segundos y viéndose a los ojos.
— I-Iré a dormir en la c-cajuela, fue una noche difícil. — susurró sin apartarse de la posición.
Jungkook asintió y trago saliva, separó su brazo de los hombros del rubio, este se levantó.
Volvió la mirada a el mar mientras Jimin volvía a el auto y suspiró triste. — ¡Descansa! — gritó a distancia, Jungkook se giró levemente y sonrió.
Una ola de brisa golpeó en su rostro y cerró los ojos disfrutando aquello.
Por primera vez se sentía vivo.