Parte Unica
Un nuevo día llego, el sonido de la ciudad, como los carros iban y venían, los pájaros volando, las personas gritaban, otras corrían para llegar a su destino, todo aquello se escuchaba a través de la ventana de esa habitación en aquel hotel.
La persona echada se comenzó a remover perezosamente, estirándose en la cama moviendo las sábanas que estaban encima de él.
Pasó sus manos por sus ojos, sobándose para acostumbrarse a la luz del sol que entraba en el lugar.
Se acercó a la mesita que había en un costado de la cama y apagó la alarma que sonaba ya desde hace un rato.
Miro a su alrededor dándose cuenta de donde se encontraba, viendo algunas prendas que supuso era de él tirado por la habitación.
Al bajar su miraba vio que estaba completamente desnudo, solo aquella sabana lo tapaba.
Confundido de no saber qué pasó el día anterior, se acercó de nuevo a la mesita y agarro su celular entrando a sus redes sociales.
Pudo ver algunas fotos que había subido donde se encontraba el bailando, otras donde estaba posando con otras personas.
“Movía su cuerpo al compás de la música en ese momento.
Los tragos estaban haciendo efecto en el.
Se subió a un sofá mientras los demás lo alentaban.
Empezó a bailar encima del sillón, meneando sus caderas mientras bajaba sensualmente.
Se podía escuchar los gritos de las personas, como aplaudían ante su espectáculo”.
Comenzaba a recordar, aunque el dolor de cabeza no se iba.
Dejo el celular en la cama y se levanto agarrando las sábana alrededor de él para que no se cayera.
Camino lentamente hasta el baño arrastrando la sábana por el piso.
Al pararse en frente del lavado pudo ver algo escrito en un papel pegado en el espejo.
•Fui por café, no demoro, estaré pronto ahí•
“Bebía la botella de trago desde el pico, tomando rápido.
Agarro la copa bebiendo el líquido dentro de él.
Alzó el vaso hasta su boca tomando todo de un porrazo.
Movía su cuerpo junto a las demás personas que estaban alrededor de él.
Siguió bebiendo uno tras otro, el alcohol ya estaba en todo su sistema, se encontraba bajo el efecto de todo el alcohol consumido”.
Salió del baño caminando de vuelta a la cama para sentarse.
Tomó su celular de nuevo y comenzó mirar que más había subido.
Habían fotos de él bebiendo todo los tragos que encontraba, sin importarle nada.
Como bailaba con un grupo de personas, parece que hubiera hechos amigos ese día anterior.
“Se encontraba sentado en el sofá, mirando a los demás gozar de aquella noche.
Al poco rato le dieron una copa, cada uno tenía una, donde con ello brindaron, lo hicieron por todo.
Al dejar la copa vacía en la mesa, levantó su mirada posándola en la persona frente a él.
Aquella que lo estaba mirando fijamente, con esos ojos tan penetrantes.
Su vista estaba un poco borrosa, dificultándole el verlo bien.
Porque sin duda era un hombre por su contextura. Le fascinó, le encantaba los hombres, hace tiempo había sabido de sus gustos.
Movió su cabello echándolo para atrás con su mano y mordió su labio inferior, muy característico de él, lo hacía siempre para llamar la atención de la persona y lo estaba logrando al ver al hombre acercarse a él”.
Se levanto de la cama donde se había sentado, acercando a la ropa tirada recogiéndolo.
Lo puso todo en la cama para cambiarse.
Se puso primero su ropa interior, ese encaje rojo que le quedaba tan bien.
Siguió con su pantalón de cuero, moldeando a sus piernas.
Su camisa de gasa transparente, en donde se podía notar todo su abdomen, esos botones rojos con un piercings en ellos.
Se puso por último sus zapatos negros y agarro sus cosas de la mesita.
Salió de la habitación caminando por el pasillo en donde habían también otras puertas.
Se paró al llegar frente a un ascensor, tocando el botón para que se abrieran las puertas.
Al hacerlo entró en el, se percató que habían personas dentro de él.
Una señora junto a un joven.
Al verlo la señora agarro al joven del brazo acercándolo a él y voltear un poco para que no lo vea.
El rubio no sabía porque reaccionaba así, pero al ver su reflejo en una de las puertas del elevador vio los chupetones que tenía en su cuello.
Tenía varias manchas, no solo ahí sino también en su abdomen, brazos y ya se podía imaginar que todo su fueron estaba así.
Al abrirse las puertas salió rápidamente de ahí.
Al estar afuera de aquel grande hotel, camino despacio con su cabeza agachada.
“No sabía cómo pero ya se encontraba caminando junto al hombre por un pasillo.
Él lo miraba mientras le daba miradas sensuales, mordiendo su labio, lo estaba provocando.
Ahora estaba en la habitación, echado en la cama mientras él se encontraba encima de él, ambos completamente desnudo.
El hombre le repartía beso y mordidas por todo su cuerpo, como succionaba dejando marcas.
Agacho su cabeza hasta la entrada de mi rubio, lamiendo y succionando haciendo arquear su espalda de placer.
Salió y se acercó para besarlo mientras se acomodaba bien.
El pelinegro alzó las piernas del rubio poniéndolo en sus hombros.
No espero más y lo penetro fuertemente.
El rubio gimió de placer, le había dado en su punto dulce.
No dejo que se acostumbrara a él y empezó a embestiarlo rápidamente.
Ambos disfrutando de la sensación que les daba.
El pacer que inundaba sus cuerpos.
Los dos gimiendo alto escuchándose en toda la habitación”.
Se revolvió el cabello frustrado, confundido por todo lo que había hecho.
Recordaba al hombre, cómo vestía con ropa negra. Las prendas que usaba. Pero su cara no podía recordar bien, tenía una imagen borrosa.
Camino cruzando hacia la otra calle, sin darse cuenta de por donde iba, estaba tan metido en sus pensamiento que no vio cuando una persona venía frente a él.
Solo se dio cuenta cuando se paró delante de él, ocasionando que subiera su mirada.
Así pudo ver bien quien era, ahí le llego mejor la imagen del hombre de anoche.
Están frente a él, pudo reconocerlo rápido, estaba tal cual y como lo vio la noche anterior.
Una pequeña sonrisa se asomo en la cara del pelinegro.
Los nervios inundo el cuerpo del rubio.
Ambos mirándose, reconociendo al instante.