Capitulo 1. Aliena
¿Cómo llevas la cuenta de los días cuando estás encerrado? Hay muchas respuestas. Pero, ¿Cómo llevas la cuenta de los días cuando estás flotando en un líquido dentro de una cápsula criogénica?
No sé cuánto tiempo a pasado. Ya no recuerdo mi vida antes de esto. Sólo se que yo no nací aquí como los mellizos de la cápsula 420. No sé si estén ahí realmente, solo escucho a los torturadores decirlo.
No estoy inconsciente. Puedo ver y escuchar, no puedo hablar solo respirar, es lo único que me permite la máscara. Pero puedo escuchar lo que dicen en esta habitación, y en otras que sé, están muy lejos de mí.
Puedo escuchar como se resiste. Él nunca se rinde. Es muy joven, a sufrido mucho y aún así no se rinde.
Es muy valiente. Pero temo por su vida y no poder hacer nada. Se que lo he visto en otro lugar. Tal vez más pequeño, pero lo recuerdo. Y escucharlo gritar me ha roto muchas veces en mil pedazos.
Pensar es lo único que nos mantiene cuerdos. Soportar es lo que nos mantiene vivos. Pero hay muchos que ya no quieren seguir viviendo, y terminan con su propia vida. De ahí el pitido agudo de mi derecha o ¿Izquierda? Ya no lo recuerdo.
-¡No! ¡Devuelvan lo! ¡Devuelvan lo!- lo que no saben pero, se darán cuenta es que esta vez sí logró su cometido. Lleva mucho tiempo intentando acabar con el tormento. Lo ha logrado al fin. Pero temo que después de morir haya algo peor esperando. Mi tiempo no ha llegado. Solo debo esperar un poco más. Aunque duela, aunque sea un tormento, no es mi tiempo. Debo esperar un poco más. Y el alivio vendrá.
❇️❇️❇️
De nuevo no sé cuánto ha pasado. Pero la tortura de él ya ha pasado. Ahora intentan dominarlo. Ahí lo llevan. Mucha energía tiene y no se rinde nunca. No lo llevarán a su cápsula. El jefe de tortura está sangrando. No lo huelo, ni lo veo nítido. Pero está sangrando. Por la nariz para ser exactos.
-¿Qué os pasa es que todos ustedes cinco no pueden con un crío de trece?- el superior de los torturadores se dignó a aparecer.
-Se ha vuelto muy fuerte señor-
-Sí sigue así, necesitaremos al menos diez de los nuestros para controlarlo- no veo quién habla, pero sé que es un ayudante.
-¿Que hay del collar? ¿Funciona?-
-Sí señor funciona.- el jefe torturador, puede hablar aún con la nariz sangrando, aunque su voz es de un cobarde en frente de su amo.
-¿Y aún así te rompió la nariz?- nadie le respondió.
-No se acerque mucho a él señor- está tomándolo por la barbilla. No lo veo pero lo sé.- le hemos administrado calmantes y sueros, pero nada lo tranquiliza.
Un grito.
Del jefe superior.
Movimiento.
Un golpe.
En la mejilla de él.
Y no puedo hacer nada.
No es mi tiempo. Aunque eso no quiere decir que no pueda sentir rabia.
-Te has vuelto muy fuerte. ¿O no?- silencio.
-¿Me pregunto qué será lo que te motiva?- más silencio.
-No creo que recuerdes tanto como para querer algo de allá fuera.- otro silencio.
-El jefe te está hablando, respondele.-
Un golpe en la cabeza de él.
Un gruñido.
Un grito de dolor desgarrador.
Un golpe seco contra el suelo.
Una mano sangrienta he inerte en el suelo.
Y él tiene sangre en sus dientes.
No puedo verlo, pero lo sé.
-Nunca te sobrepases de nuevo, en algún momento sabré su secretos. Llevenselo. Y habrán la cápsula 305. Veremos cómo ha evolucionado. La Alien.- aquí vamos de nuevo.
Gritos.
Golpes.
Gruñidos.
Pasos apresurados de guardias.
Más golpes.
Gritos desgarradores.
Cuatro muertos.
Cuatro cuerpos inertes.
Sin vida.
Un disparo, un grito.
Una sobrecarga eléctrica.
Un cuerpo en el piso.
Esta vez es de él.
No puedo verlo pero lo sé.
Y no quiero soportarlo más. Pero aún no es mi tiempo. Solo debo aguantar un poco más. Y el alivio vendrá.
Se lo llevan a un lugar oscuro. Donde se calmará un poco. Pero no se rendirá. Él jamás se rinde. Pero me preocupa su bienestar.
-Sin mano no me sirves. Eres muy incompetente y te gusta abusar de más con los especímenes. No lo voy a seguir permitiendo.- está sorprendido y asustado. Está pálido como las mantas de las camillas. La amputación de su mano pasó a segundo plano.
No puedo verlo. Mis ojos están cerrados pero lo sé.
-Pero nadie puede salir de este lugar sabiendo lo que hay dentro de este edificio. Por lo tanto servirás de alimento para los especímenes más avanzados.-
-¡No señor por favor! ¡No volverá a suceder!-
-Es verdad ya no volverá a suceder. ¡Llevenselo!-
Dos hombres empezaron a arrastrarlo. Y sus gritos se escuchaban desde muy lejos ya. No sé quién más puede escuchar tanto pero yo puedo hacerlo.
- ¡Tú!- un hombre dió un paso al frente - Tomarás el puesto de Alan, y como me enteré de incompetencia de tu parte no dudaré en ordenar la misma situación o peor-
-Sí señor-
-Recojan estos cuerpos y trasladen al la especímen 305 al laboratorio de piso 12. Hoy intentaremos algo nuevo¿qué te parece pequeña?-
Excepcional.
❇️❇️❇️❇️
Ya empezamos de nuevo. Llevo mucho tiempo sin habrír los ojos. No porque no pueda. Sino porque no quiero. No quiero que sepan cuanto he evolucionado a sus experimentos.
De todas maneras no necesito mis ojos para saber en dónde estoy. Quienes están o qué van a hacerme. Es muy obvio. Especialmente cuando hay un cadáver de una extraña criatura en una camilla al lado de la mía. Han extraído sus genes durante un tiempo y me los implantan a mí desde que empezaron a hablar de los especímenes de la cápsula 420.
Uno de ellos viene hacía mí. Introduce la aguja en mi cuerpo y en pocos segundos empiezo a sentir dolor de nuevo. Es imposible no gritar. Normalmente he aprendido a aguantarlo pero esta vez siento como mis huesos se rompen uno a uno.
-Por lo menos, sabemos que estás consciente - bastardo es lo que pienso cuando lo escucho por encima de mis gritos. Mis huesos rompiéndose es lo único que escucho.
Y luego un golpe sordo.
Y otro.
Y otro.
Y otro.
Como si alguien golpeara una puerta.
Y luego nada.
De nuevo escucho mis huesos romperse y luego silencio otra vez. Creo que ya puedo respirar con normalidad cuando siento que empiezan a reconstruirse de nuevo. Y esta vez mi garganta duelo por mis gritos que son más desgarradores que los anteriores. Me retuerzo en la camilla. Pero mis movimientos son mínimos por los amarres que me mantienen totalmente sujeta.
Duele.
Duele.
Duele mucho.
Pero no es mi tiempo.
Aún no es hora.
Ya será pronto.
Ya vendrá el alivio.
Pasos descalzos.
En el piso frío.
Gritos de pánico.
Gruñidos de odio.
Gritos de dolor.
Es él.
Y se acerca.
Está hecho una furia.
Y destruye todo a sus paso.
Doce cuerpos.
Doce muertos.
Veinte.
Treinta.
Una honda de muerte y odió es lo que se mantiene a su alrededor.
Cuarenta muertos.
Entre ellos el nuevo jefe torturador.
Más gritos.
Mucho más cerca.
Los torturadores que están en esta sala se esconden.
El superior toma un arma eléctrica y espera el asalto.
No puedo verlo. Pero lo sé.
Un golpe sordo.
La puerta se derrumba.
No puedo verlo.
Pero está ahí.
Parado viendo lo que sucede.
Ya no estoy gritando.
Pero duele.
Él lo sabe y está molesto cada vez más.
Escoge a su presa y se abalanza sobre ella.
El superior dispara.
El dispositivo electrónico lo alcanza. Pero el no se inmuta.
No le hizo efecto.
Tan solo un pequeño cosquilleo.
Muestra sus colmillos.
Tan largos como los míos.
Se arranca el collar de control y se abalanza sobre el superior.
Golpes.
Gritos.
Gruñidos.
Gritos otra vez.
Esta vez de él.
El superior lo ha apuñalado.
Y esta vez no puedo permitir que le haga más daño.
Solo lo pienso y el superior cae desmayado.
No puedo verlo. Pero lo sé.
Aún así no es el tiempo.
Él se acerca.
Con sus largas uñas destruye los amarres.
Acaricia mi rostro.
Levanta mi cabeza.
-No te preocupes. Te sacaré de aquí -
Es un niño. Lo sé.
Y es importante para mí como yo para él. Pero no es el tiempo aún no.
Nos mataran antes de poder salir.
Tomo su mano.
La apreto.
Me mira.
- Aún no es el tiempo- mi voz está rasposa.
-¿Cuanto más tendremos que soportar? Ya no puedo permitir que te lastimen.-
-Lo sé. Yo tampoco lo soporto. Pero aún no es tiempo. Solo espera. Ya llegará.-
Me abraza.
Apretó su mano.
No puedo moverme más.
Se separa.
Acaricia mi rostro.
Se escuchan pasos.
Pero no suelta mi mano.
Llegan los guardias.
Administran una descarga mayor.
Y aunque no le ha hecho efecto.
Suelta mi mano y simula el efecto.
Se lo llevan.
Y mi corazón se achica de nuevo.
Él me mira por última vez.
Y yo no puedo verlo.
Pero lo sé.
Ya vendrá el alivio.
❇️❇️❇️❇️
Hubo represalias. Lo azotaron. Pero el no gritó. Lo aguanto, pero no se dejó dominar. Puede haberle pedido que esperara pero no le dije que se doblegará. No pude ver lo que sucedió, pero lo sé. Ya llegará el alivio.
Me encuentro en una habitación blanca. No lo veo pero lo sé. Por algún extraño gen de esa criatura, se muchas cosas. No espera, ya sabía muchas cosas desde mucho antes que ingresaran el cadáver de esa criatura a los laboratorios. Mucho cambiaron de mí. Antes era humana. Sabía lo que era, quién era. Pero ahora...
Ahora no sé lo que soy.
Ya no recuerdo mi nombre. El nombre que me dieron mis progenitores. Ahora me llaman Aliena, experimento 305. Antes era una niña humana común y corriente. Ahora soy un experimento, con colmillos puntiagudos, uñas filosas, retráctiles muy resistentes como garras; y una audición y visión más aguda que la de cualquier humano.
Se también que soy inmune a sustancias tóxicas o venenosas. Y que tengo control sobre la conciencia humana y de cualquier criatura de este lugar. Lo he intentado ya. Sin embargo, el collar que colocaron en mi cuello, restringe mucho el poder que ellos mismos crearon.
Pero ellos no lo saben. Fingir cierto grado de inconciencia ha evitado que ellos se den cuenta de lo que han creado. Ya se darán cuenta. Pero aún no es tiempo ya llegará el momento.
Él es como yo. Sus poderes y los míos son parecidos. Podría decirse que somos de la misma especie. Aunque sus poder es superior al mío. Podría huir, pero no es el tiempo, sería muy malo para él adelantarse a los acontecimientos.
Presiento que falta poco.
Que ya terminará el sufrimiento.
Y que ellos pagarán.
Que todos pagarán.
Nadie sabe cómo nosotros, lo que es sufrir.
Y por fin, pronto terminará.
Lo presiento.
No falta mucho.
Pero aún no es el tiempo.
Aún no se han manifestado ciertos acontecimientos.
Paciencia.
Ya llegará el momento.